El impartir consuelo da fruto
Una testigo de Jehová de Portugal era cliente de una peluquera bautista que inflexiblemente había rehusado escuchar acerca de la promesa bíblica de vida eterna en la Tierra bajo el reino de Dios. (Luc. 23:43; Juan 17:3) Sin embargo, un día la peluquera estaba extremadamente abatida debido a ciertos problemas familiares. La Testigo bondadosamente le indicó con la Biblia la importancia de manifestar el fruto del espíritu de Dios... amor, gozo, paz, y así por el estilo. (Gál. 5:22, 23) La peluquera no solo expresó aprecio por aquella información tan bondadosa y útil, sino que, al regresar al hogar, aplicó el consejo.
El esposo de la peluquera se sorprendió al ver la buena disposición de ésta y preguntó: “¿Qué te ha pasado?” Se preguntaba por qué ella había “cambiado tanto,” y se alegró al enterarse de que una testigo de Jehová la había ayudado.
La misma siguiente semana la señora cristiana ofreció a la peluquera estudiar con ella la Biblia en el propio hogar de la peluquera, lo cual ella aceptó alegremente con la condición de que su esposo también pudiese asistir. La noche del primer estudio hubo muchos parientes presentes, todos evidentemente muy interesados en ver cómo los Testigos efectuaban una consideración bíblica. La manera en que se efectuó fue una sorpresa para ellos, y sin dificultad se comenzó un estudio bíblico regular.
Tres meses después la pareja que recientemente había mostrado interés en la verdad bíblica sufrió un grave accidente y ambos se vieron obligados a tomar una decisión en cuanto a aceptar una transfusión de sangre o no. Mostraron respeto a la ley de Dios respecto a la santidad de la sangre, y se adhirieron firmemente a su conciencia entrenada en armonía con la Biblia y rehusaron la transfusión de sangre. (Hech. 15:28, 29) Ciertamente han recibido una abundancia de bendiciones pues ahora 10 personas de esa familia en particular son testigos bautizados de Jehová. Y todo comenzó con la testificación informal de una cristiana que procuró suministrar información consoladora y útil de la Palabra de Dios.