Otro gran paso en la educación bíblica
EL JUEVES 1 de octubre de 1987 se dio otro gran paso adelante en la educación bíblica ofrecida por la Sociedad mundial de los testigos de Jehová. Ese día se inauguró la nueva Escuela de Entrenamiento Ministerial. La primera clase, de 24 hermanos solteros, se había presentado para recibir adiestramiento especializado en el espacioso Salón de Asambleas de Pittsburgo, en Coraopolis, Pensilvania, E.U.A. Amos de casa afectuosos entre los Testigos de aquel sector habían abierto sus hogares para alojar a estos estudiantes durante el período de ocho semanas de su adiestramiento.
Los estudiantes se matricularon por la mañana, y recibieron sus libros de texto y sus primeras instrucciones. A las 7.30 de la noche, 1.518 Testigos emocionados atestaron el Salón de Asambleas, muy deseosos de participar en la inauguración oficial de esta nueva escuela.
Presidió Albert Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. Después de un cántico y una oración, presentó a Robert Dawson, superintendente de ciudad de Pittsburgo. El hermano Dawson dio una cálida bienvenida a Pittsburgo a los 24 estudiantes y encomió a las 13 familias que se habían ofrecido voluntariamente para alojar a los estudiantes. Recordó a los anfitriones que tendrían el privilegio de desplegar el amor que soporta, cree, espera y aguanta todas las cosas. (1 Corintios 13:7.) Recordó a los estudiantes que, como huéspedes, deberían manifestar gratitud, humildad y amabilidad. De esta manera podrían edificarse amistades que podrían durar toda una vida.
Entonces cada estudiante se presentó, dando su nombre y diciendo de dónde venía y describiendo su carrera como siervo de Jehová. Algunos habían venido de Puerto Rico, Argentina, Canadá y Hong Kong, y los demás eran de la parte este de los Estados Unidos. Además de inglés, algunos hablan español, francés, italiano o chino.
Después el presidente presentó a James Hinderer, uno de los instructores. El hermano Hinderer basó sus comentarios en Mateo 7:24, 25, y dio énfasis a la importancia de aplicar la instrucción oral, practicar lo aprendido. Así los estudiantes edificarían su “casa” sobre una masa rocosa en vez de arenas movedizas.
Luego, Randall Davis, el otro instructor, dirigió la palabra a los estudiantes. Basó sus observaciones en Isaías 54:13, y señaló que Jehová les enseñaría para que impartieran instrucción a otros. Tendrían que depender mucho del verdadero “ayudante”, el espíritu santo de Jehová Dios. (Juan 14:26.)
Entonces habló Albert Schroeder, y mencionó que aquella noche le recordaba otro gran paso que se había dado en la educación bíblica. Recordaba lo que había sucedido el 1 de febrero de 1943, cuando cien estudiantes, cuatro instructores (él entre ellos) e invitados de Brooklyn se reunieron en South Lansing, Nueva York, para la inauguración de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Durante los 44 años que han pasado desde entonces, la Escuela de Galaad ha tenido la bendición de Jehová, como se ha visto por el hecho de que ha esparcido por toda la Tierra a más de 6.000 misioneros que han recibido entrenamiento bíblico. El hermano Schroeder mencionó después diversas materias que se enseñarían en la Escuela de Entrenamiento Ministerial. Entre estas están: Enseñanzas Bíblicas, Organización Teocrática (que enfoca mucha atención en las responsabilidades de los superintendentes y los siervos ministeriales), Administración Divina y Oratoria Pública. También dirigió la atención a los diversos libros de texto, entre ellos Razonamiento a partir de las Escrituras. Para concluir, el hermano Schroeder señaló al cumplimiento de Isaías 45:23, y dijo que, para los efectos, los opositores religiosos doblaban las rodillas ante Dios por haber tenido que reconocer que los testigos de Jehová han estado en lo correcto en los campos de la medicina, la ley y la cronología bíblica.
“Háganse imitadores de Pablo” fue el tema que escogió el siguiente orador, Karl Klein, del Cuerpo Gobernante. Mostró que el apóstol Pablo les dijo a otros, en varias ocasiones, que lo imitaran. Podía hacerlo, porque él estaba imitando a Cristo. (1 Corintios 11:1.) A los estudiantes se les aconsejó que imitaran a Pablo en su conocimiento y en su uso hábil de las Escrituras, en su predicación denodada y celosa, en su altruismo, en su modestia y humildad, y en su aguante con paciencia.
Theodore Jaracz, también miembro del Cuerpo Gobernante, entonces presentó el discurso de inauguración: “Una nueva escuela... ¿qué propósito tiene?”. Empezó indicando que los que se habían ofrecido voluntariamente para venir a esta escuela habían concordado en servir donde se les necesitara en el campo mundial. Puesto que hay más de tres millones y cuarto de Testigos en más de 54.000 congregaciones, se necesita a muchos hombres capacitados para pastorear, enseñar y llevar la delantera en la gran obra de evangelizar. Hace mucho tiempo Jehová predijo que proveería “dones en la forma de hombres”. (Salmo 68:18.) Lo hizo en los tiempos apostólicos, como lo expresó el apóstol Pablo en Efesios 4:8-11. Hoy Jehová también provee “dones en la forma de hombres” y entrena a algunos de ellos mediante esta nueva escuela.
El hermano Jaracz indicó también que, aunque todos los estudiantes tienen aptitudes naturales, Cristo puede realzarlas. Pero eso requiere esfuerzo, y el orador expresó confianza en que los 24 estudiantes harían el esfuerzo necesario. Señaló que no puede haber desviación de las normas justas de Jehová, y dijo que los que llevan la delantera pueden ayudar por su ejemplo personal y su influencia. En muchas partes de la Tierra hay gran necesidad de hombres capacitados que acepten responsabilidad dentro de la organización. Hay necesidad hasta en congregaciones grandes que tal vez tengan solo un anciano o dos, y una cantidad limitada de siervos ministeriales. Así se ve claramente por qué había que establecer una Escuela de Entrenamiento Ministerial... para adiestrar a ancianos y siervos ministeriales no casados para servir en cualquier parte del campo mundial. Como resultado de su entrenamiento, estarán mejor equipados para atender como pastores el aumento.
Todos los testigos de Jehová pueden dar gracias a Dios por hacer posible la Escuela de Entrenamiento Ministerial. En conclusión, el hermano Jaracz dijo: “Estoy seguro de que todos compartimos los pensamientos y sentimientos que para con Jehová se expresaron en Salmo 79:13: ‘En cuanto a nosotros tu pueblo y el rebaño de tu apacentamiento, te daremos gracias hasta tiempo indefinido; de generación en generación declararemos tu alabanza’”. Entonces, con un cántico y una oración, terminó aquella muy memorable y feliz ocasión.