Preguntas de los lectores
◼ ¿Por qué instituyó Jesús la Conmemoración solamente con los apóstoles y no incluyó a otros discípulos que serían admitidos en el nuevo pacto?
Parece que esta pregunta se basa en la idea equivocada de que Jesús se reunió aquella noche con sus apóstoles para instituir la Cena del Señor con la congregación cristiana de ungidos ya en el nuevo pacto. Más bien, el 14 de Nisán de 33 E.C. todavía no se había formado la congregación cristiana, y Jesús se reunió con sus apóstoles para la cena anual de la Pascua judía.
Por supuesto, Jesús tenía otros discípulos además de los 12 conocidos como apóstoles. El año antes de su muerte había enviado a 70 discípulos en una gira de predicación. Después de haber sido resucitado, “se apareció a más de quinientos hermanos de una vez”. Y el día del Pentecostés hubo ‘como ciento veinte’ discípulos reunidos. (1 Corintios 15:6; Hechos 1:15, 16, 23; Lucas 10:1-24.) Pero consideremos el grupo que estaba con Jesús cuando él instituyó la celebración anual conocida como la Cena del Señor.
Lucas 22:7, 8 nos da el tiempo en que está enmarcado este acontecimiento: “Entonces llegó el día de las tortas no fermentadas, en que hay que sacrificar la víctima de la pascua; y él despachó a Pedro y a Juan, y dijo: ‘Vayan y preparen la pascua para que la comamos’”. El relato sigue: “Y tienen que decir al dueño de la casa: ‘El Maestro te dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados en que pueda comer la pascua con mis discípulos?”’”. Así que aquella noche Jesús se reunió con los 12 para una celebración judía. Les dijo: “En gran manera he deseado comer con ustedes esta pascua antes que sufra”. (Lucas 22:11, 15.)
Desde su comienzo en Egipto, la Pascua se celebraba en el seno de la familia. Al instituir la Pascua, Dios dijo a Moisés que se tenía que degollar una oveja para cada hogar. Si la familia era demasiado pequeña para consumir una oveja entera, podía invitar a una familia vecina a participar del alimento. Por lo tanto, es lógico que, como acostumbraban hacerlo, para la Pascua de 33 E.C. la mayoría de los discípulos de Jesús se habrían reunido con sus propias familias para esta cena.
Pero Jesús ‘deseaba en gran manera’ compartir con sus seguidores más allegados, que habían viajado con él durante gran parte de su ministerio, lo que sería la última Pascua válida y la última noche antes de su muerte. Al finalizar la cena pascual, Jesús les habló de una nueva celebración que observarían todos sus seguidores en el futuro. El vino de aquella celebración cristiana todavía futura representaría la sangre del “nuevo pacto” que tomaría el lugar del pacto de la Ley. (Lucas 22:20.)
Sin embargo, el nuevo pacto no estaba vigente la noche del 14 de Nisán de 33 E.C., pues el sacrificio que pondría en vigor el nuevo pacto —Jesús— no había sido ofrecido. Todavía estaba en vigor el pacto de la Ley. Este no había sido clavado aún al madero de tormento. Además, no sería sino hasta el día del Pentecostés cuando se haría patente que el viejo pacto con el Israel natural había sido reemplazado por el nuevo pacto con el Israel espiritual. (Gálatas 6:16; Colosenses 2:14.)
Por eso, ni los 11 apóstoles fieles ni ninguno de los demás discípulos de Jesús se hallaban en el nuevo pacto aquella noche. Y Jesús no dio ninguna indicación de desaprobar a los demás discípulos judíos cuando dejó que se reunieran con sus familias para celebrar la Pascua.