Escenas de la Tierra Prometida
Gerasa, donde se encontraron judío y griego
EL APÓSTOL Pablo escribió que entre la verdadera descendencia de Abrahán “no hay ni judío ni griego”. (Gálatas 3:26-29.) Sí; ni los antecedentes nacionales ni la cultura importaban para recibir la aceptación de Dios.
Esas palabras pudieran parecer apropiadas para los cristianos esparcidos por una provincia romana, como en la provincia de Galacia, donde había una mezcla de judíos, griegos, romanos y pueblos locales. Pero ¿qué hay de los que vivían en diversas partes de Israel mismo, como en Galaad?
Esa región está al este del Jordán, entre el mar Salado (Muerto) y el mar de Galilea. Como en medio de esa meseta fértil, el río Jaboq desciende al Jordán. La fotografía de arriba muestra algunas de las ruinas impresionantes de Gerasa, llamada ahora Jerash, que estaba cerca del alto Jaboq.
Una antigua ruta comercial que se extendía de norte a sur, llamada “el camino del rey”, atravesaba Galaad. Al partir de Harán, parece que Jacob y su familia bajaron por este camino hacia el Jaboq. Él luchó con un ángel y se encontró con Esaú cerca de donde se edificaría Gerasa. (Génesis 31:17-25, 45-47; 32:22-30; 33:1-17.) En un tiempo posterior, los israelitas subieron desde el sur por el camino del rey cuando se dirigían a la Tierra Prometida. Dos tribus y media se establecieron al norte y al sur del Jaboq, junto al camino comercial. (Números 20:17; Deuteronomio 2:26, 27.)
¿Ejercieron alguna influencia en esa zona los griegos? Si así fue, ¿cómo? Sí, influyeron cuando Alejandro Magno conquistó la región. Según la tradición, él fundó Gerasa para los veteranos de su ejército. Poco a poco la influencia griega se estableció bien. Diez de las colonias-ciudades al este del Jordán y el mar de Galilea formaron una confederación conocida como la Decápolis. Puede que usted haya visto ese nombre en la Biblia, donde se informa que “grandes muchedumbres [...] siguieron [a Jesús] de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea y del otro lado del Jordán”. Gerasa era una de las ciudades de la Decápolis. (Mateo 4:25.)
‘Parte del plan de Alejandro fue introducir a los griegos en todas partes del imperio. La Baja Siria [incluso la Decápolis], en particular, como uno de los centros estratégicos, recibió una gran población helénica. Hasta hoy, en ninguna parte del mundo oriental hay tantas y tan llamativas ruinas griegas como en el país al este del Jordán. Las ciudades griegas ostentaron, superficialmente, un establecimiento completo de instituciones y costumbres griegas: espléndidos templos dedicados a los dioses y diosas griegos, gimnasios, baños públicos, celebraciones anuales de juegos, y en muchos casos, escuelas y academias filosóficas’ (Hellenism [Helenismo], por Norman Bentwich).
Si usted visita las ruinas de Gerasa, hallará prueba abundante de eso. Cerca de la entrada meridional hay un foro o mercado público circular, que se ve en la fotografía. Es probable que le asombren los baños, templos, teatros y edificios públicos, muchos de los cuales están conectados por calles pavimentadas, bordeadas de columnas. Fuera de la ciudad se pueden ver hitos o señales a lo largo del antiguo camino que unía a Gerasa con otras ciudades de la Decápolis y con puertos del Mediterráneo.
Aun después que Roma se apoderó de Gerasa en 63 a.E.C., subsistió el carácter helénico. Usted puede imaginarse cómo podía tal carácter influir en los judíos que vivían en Gerasa y toda esa región. El libro Hellenism comenta: “Gradual pero definitivamente, los judíos empezaron a asimilar las ideas religiosas de la gente a su alrededor, y a considerar las Escrituras bajo la influencia de tales ideas”.
Aunque Jesús quizás no haya predicado en la ciudad, entró en el distrito de Gerasa, que tal vez se haya extendido hasta el mar de Galilea. Expulsó a demonios que poseían a un hombre de ese distrito y permitió que entraran en cerdos. (Marcos 5:1-17.) Es probable que sus primeros discípulos hayan predicado a judíos de las ciudades de la Decápolis, y después de 36 E.C. las buenas nuevas podían compartirse con los griegos de Gerasa. Prescindiendo de si la persona que aceptaba el cristianismo había sido un practicante estricto del judaísmo, un judío helenizado o un griego, el Dios verdadero lo aceptaba como parte de la descendencia espiritual de Abrahán.
[Fotografía en la página 24]
La fotografía de arriba aparece en un tamaño más grande en el Calendario de los Testigos de Jehová para 1992.
[Reconocimiento]
Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.
[Mapa en la página 24]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Damasco
Dión
Gadara
Pela
Escitópolis(Bet-seán)
Gerasa(Jerash)
Filadelfia(Rabá)
Jerusalén
Mar de Galilea
Jaboq
Jordán
Camino del rey
Mar Salado
[Reconocimiento]
Basado en un mapa que es propiedad de Pictorial Archive (Near Eastern History) Est. y Survey of Israel.
[Reconocimiento en la página 25]
Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.