Cuando nos presentan objeciones
1 ¿Cuál debe ser nuestra actitud en cuanto a las objeciones que la gente nos presenta en nuestra actividad de testificar? Algunas personas nos dicen, por ejemplo: “Estoy ocupado,” “No me interesa,” o “Tengo mi propia religión,” etc. Simplemente porque una persona hace una objeción, ¿debemos juzgar que no es de disposición de oveja? ¿Cómo podemos saber con certeza lo que el amo de casa realmente quiere decir?
2 Cuando algunas personas dicen: “Estoy ocupado,” después que nosotros solo nos hemos identificado brevemente en nuestras frases iniciales, pudiera ser que verdaderamente están ocupadas, o tal vez lo que realmente quieren decir es que no están interesadas. ¿Cómo podemos saber cuál de las dos cosas es? ¿Por qué no reconocer la objeción, dando por sentado que la persona verdaderamente está ocupada y decir algo como lo siguiente: “Siento mucho haber llegado en un tiempo inoportuno. Tal vez pueda volver a una hora que le sea más conveniente a usted para considerar la oferta de un estudio bíblico gratis que se les está ofreciendo a todas las personas de su vecindad. Entretanto, permítame dejarle esta hoja doblada. ¿Cuándo le parece que sería conveniente que yo vuelva y consiga su opinión sobre la información que contiene? . . . ” Si el amo de casa verdaderamente está ocupado, puede que convenga en que usted vuelva a visitarlo. Por otra parte, si lo que realmente quiso decir era que no le interesa la Biblia, muy probablemente se lo dirá.
3 Frecuentemente la gente nos dice: “No me interesa.” Es posible que no hayamos dicho mucho y nos preguntamos si realmente entienden el propósito de nuestra visita. Pudiéramos reconocer la objeción, diciendo: “Sin duda el programa que usted sigue actualmente para su lectura de la Biblia le parece suficiente para contestar sus preguntas. Dado que hay tantas diferentes opiniones religiosas, ¿cree usted que todas tienen la aprobación de Dios? ¿Le parece a usted que la Biblia podría ayudar a una persona a contestar la pregunta: ¿Cómo puedo saber si mi religión tiene la aprobación de Dios?” Deje que el amo de casa se exprese. Al proceder así, por lo menos dejamos que el amo de casa sepa el propósito de nuestra visita. También, se le da a él la oportunidad de expresarse sobre los puntos mencionados si desea hacerlo. No hay por qué discutir con él si él entiende claramente por qué estamos allí y simplemente no quiere escuchar lo que queremos decirle.—2 Tim. 2:23-25.
4 Cuando alguien dice: “Tengo mi propia religión,” quizás descubra usted que da buen resultado reconocer la objeción diciendo: “¡Qué gusto da hablar con alguien que todavía cree en Dios! Por supuesto, la religión de uno es asunto personal, ¿verdad? Cada persona tiene que decidir por su propia cuenta lo que hará en cuanto a leer la Biblia para enterarse de lo que dice sobre asuntos importantes como, por ejemplo: ¿Cómo podemos hallar la religión verdadera? o, ¿Cómo puedo saber si mi religión tiene la aprobación de Dios? El programa de estudio bíblico gratis que se les está ofreciendo a usted y a sus vecinos muestra dónde hallar información sobre estos asuntos en su propia Biblia. Después de leer lo que la Biblia dice, usted puede decidir lo que a usted le parece que debe hacer.”
5 De veras que requiere discernimiento para saber lo que quieren decir los amos de casa cuando nos presentan objeciones en nuestra actividad de testificar. A nosotros nos interesa mucho que el propósito de nuestra visita se entienda claramente, y al mismo tiempo reconocemos la necesidad de tener cuidado para no llegar a una conclusión errónea en cuanto al motivo o las expresiones del amo de casa.