¿Los conoce por nombre?
1 Jehová Dios conoce todas las estrellas en los cielos por nombre. (Sal. 147:4) Cristo Jesús conoce a todos sus seguidores por nombre. (Juan 10:3, 14) ¿Conoce usted a todos sus hermanos de la congregación por nombre, o solo los conoce de vista? Cuando estamos conduciendo una reunión de congregación, ¿nos dirigimos a los hermanos por sus nombres o solo por el vocablo “hermano” o “hermana”? Cuando presentamos a personas recién interesadas a otros en las reuniones, ¿pasamos por alto a algunos de los hermanos porque no conocemos sus nombres? ¿A cuántos de la congregación saludamos simplemente diciendo: “Hola, hermano” u “Hola, hermana”?
2 Aquí se sugieren unas cuantas cosas que pueden hacer para mejorar su habilidad para recordar los nombres de sus hermanos y hermanas y también de las personas no dedicadas. Cada semana trate de arreglar sus asuntos para estar en el Salón del Reino suficiente tiempo antes y después de las reuniones para asociarse con otros. Entonces tenga por costumbre el aprender el nombre de una o dos personas que solo conoce de vista y no por nombre, posiblemente escribiéndolo en un pedazo de papel. El ver el nombre sirve para grabarlo en la mente. Preséntese usted a una persona a quien no conoce por nombre, o si se le ha olvidado su nombre puede preguntárselo a otro hermano para refrescar su memoria, y entonces iniciar una conversación con esta persona. Salúdelo por nombre y use su nombre durante la conversación. Asocie el nombre con el individuo y aprenda algo acerca del hermano durante su conversación con él, como, por ejemplo, dónde vive, a qué estudio de libro de congregación asiste, etc. Escuche sus experiencias del campo y comparta las suyas con él.
3 Dado que hemos tenido como término medio nacional 107 asistentes a nuestro estudio de La Atalaya durante el año, hay muchas personas recién interesadas en los Salones del Reino cada semana. Teniendo presente esto, hagamos todos un esfuerzo especial para aprender sus nombres y tratar de ayudarlas. Si se trata de uno de los más nuevos, un método bueno para aprender su nombre es el de ir directamente a él y decir: “Yo me llamo ——. ¿Y usted?” Entonces, ya que conoce su nombre, puede continuar, teniendo una conversación grata con él que lo hará sentirse bienvenido en el Salón del Reino.
4 Aunque jamás podremos igualarnos con Jehová Dios y Cristo Jesús, quienes nunca sin intención olvidan nombres, podemos conocer por nombre a todos los de nuestra congregación. Esto ayudará mucho a promover el ambiente semejante al de familia en la congregación.