La caja de preguntas
● ¿Cuáles son algunas de las cosas que puede hacer el acomodador durante las reuniones en el Salón del Reino para ser servicial a la congregación?
Generalmente, los acomodadores se mantienen alerta para ayudar a los que llegan tarde a buscar asientos, y pueden tomar nota de la concurrencia. Es excelente el que también tengan por hábito el darse a conocer a los que asisten por primera vez y presentar éstos a algunos de los siervos, así como a otros publicadores.
La ventilación del Salón del Reino es esencial para que todos estén cómodos. Se aprecia que el acomodador se mantenga alerta para ver que no esté muy caliente o muy frío el Salón y que el aire no sea sofocante. Esto quizás requiera alguna atención antes de comenzar la reunión.
El mantener el orden durante las reuniones es esencial, y el acomodador puede hacer mucho para ayudar en esto. En el caso de que un niño se ponga majadero, el acomodador debe pedirle al padre o madre de manera bondadosa que lleve a su niño afuera para que los que están en asistencia no sean indebidamente perturbados. Aun antes de la reunión, se puede animar a los padres con niños pequeños a que se sienten en lugares donde ocasionen menos distracción en caso de que sea necesario llevar a los niños afuera para disciplinarlos o para atender otras necesidades.
Puesto que la conducta de los niños, sea dentro o fuera del Salón del Reino puede reflejarse de manera favorable o desfavorable en la congregación, el acomodador puede, siempre que sea necesario, recordar a los padres dar supervisión apropiada, no permitiendo que los niños corran allí. Esto debe hacerse con regularidad especialmente durante el período en que los que asisten se ponen a conversar después de terminada la reunión.
Es obvio que los servicios que presta el acomodador pueden contribuir mucho a que todos disfruten de las reuniones. Siempre que sea posible, es deseable usar como acomodadores a los que son excelentes representantes de la congregación y quienes han tenido experiencia al tratar con situaciones que surgen en la vida de familia.—1 Tim. 3:8-10, 12, 13.