El servicio de precursor... ¿puede usted emprenderlo?
1 Sin duda muchos de ustedes se han preguntado: “¿Pudiera yo servir de precursor?” Eso es encomiable, pues indica que usted desea aumentar su participación en la proclamación de las buenas nuevas del Reino. Eso es parte de nuestra dedicación a Jehová, ¿no es cierto?... dedicarnos a la adoración de Jehová nuestro Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas. (Mar. 12:30) Sin embargo, no todos podemos servir de precursor, y eso no es difícil de entender. Algunos de nosotros tenemos familia y otras obligaciones, y otros no tenemos buena salud o estamos en una edad muy avanzada. Pero indudablemente hay muchos más que pudieran experimentar ese gran gozo de servir a nuestro Magnífico Creador en el servicio de precursor. Queremos por tanto, adoptar un enfoque factual de este asunto dando respuesta a algunas preguntas que muchos han hecho. Una pregunta es ésta:
Preg. 1 “HE OÍDO QUE NO TODOS PUEDEN SERVIR DE PRECURSOR. ¿CÓMO SÉ SI PUEDO SERVIR DE PRECURSOR O NO?”
2 Esto depende a buen grado de sus circunstancias y responsabilidades bíblicas. Hay algunos que debido a su posición en la vida no pueden pasar 90 horas al mes en el testimonio del Reino directo. Pero esto no significa que sean menos fieles. Por ejemplo, entre éstos están muchas amas de casa dedicadas que son excelentes ejemplos de esposas y madres cristianas que se esfuerzan por compartir las buenas nuevas en cada oportunidad. Algunas se sienten impulsadas a hablar por muchas horas cada mes proclamando las buenas nuevas a su prójimo. Su actividad es productiva y les trae gozo pues tienen el privilegio de ayudar a las personas nuevas a asociarse con la congregación. Y a medida que se les presenta la oportunidad de vez en cuando pasan un mes como precursoras auxiliares, segando los gozos que ese servicio proporciona. (Gál. 6:9) En sus circunstancias actuales les es sencillamente imposible el ser precursoras regulares. Pero esto no les impide edificar el espíritu de precursor en la congregación. Pueden llevar consigo en su servicio a publicadores más jóvenes y nuevos, ayudarlos a hacerse más diestros en enseñar a otros, y animarlos a tomar parte en la obra de precursor auxiliar y regular.
3 Sin embargo, hay muchos que no tienen obligaciones de familia y que pueden ser precursores. Por tanto, es bueno que de vez en cuando nos examinemos y nos preguntemos: ¿Pudiera yo aumentar mi proclamación de las buenas nuevas? De nuestro estudio de la Palabra de Dios, todos nosotros apreciamos que estamos muy adentrados en el período de los “últimos días.” Es por eso que el sistema de Satanás nos rodea con las condiciones cada vez peores que se describen en 2 Timoteo 3:1-5. El enemigo está tratando de tragarse a todo el pueblo de Dios en este mundo desamorado y materialista. ¡Pero no! Estamos separados del mundo, y “ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” (1 Juan 5:4) Así, basándonos en esta fe, deberíamos hacer esfuerzos por aprovecharnos de todos los privilegios de servicio que se nos ofrecen. Si nos es posible hacer esfuerzos por emprender el servicio de precursor auxiliar y, tal vez más tarde, llegar a ser precursor regular, deberíamos hacerlo. Esto presenta la siguiente pregunta:
Preg. 2 “¿CÓMO PUEDO ESTAR SEGURO DE PASARLA ECONÓMICAMENTE SI EMPIEZO A SERVIR DE PRECURSOR?”
4 Esto también es una prueba de su fe. Sea que sirvamos de publicadores de congregación, o nos esforcemos por servir de precursor, las palabras de Jesús en Mateo 6:30-33 nos aplican a todos: “Si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe? Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ Porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” De modo que Dios nos asegura que nos proveerá todas las necesidades de la vida si lo creemos y adelantamos con fe en el cumplimiento de su voluntad. Si estamos en una situación en la que podemos ajustar nuestros asuntos para emprender el servicio de precursor, y tomamos la iniciativa en hacer esto, Jehová continuará proveyendo. ¡Mire por todo el mundo y nunca hallará a un precursor fiel obligado a mendigar por pan!—Sal. 37:25, 26.
5 Para ser práctico en cuanto a esto, ¿por qué no habla con algunos de los precursores felices de su propia congregación o de su circuito... los que han hallado gozo en este servicio por dos, tres o más años, algunos hasta por veinte o treinta años? Esto contribuirá a remover la incertidumbre en cuanto a si usted puede emprender el servicio de precursor o no. Hable con éstos que han hecho del servicio de precursor su vocación, y que continúan regocijándose en este servicio. Ellos pueden explicarle precisamente cómo lo han logrado. Le pueden hablar acerca de los problemas iniciales que tuvieron que vencer, cómo programan su servicio, sus reuniones y otros deberes a fin de no pasar nada por alto. Y una vez que usted haya empezado a servir de precursor, estos “expertos” sin duda pueden continuar dándole buen consejo. Tenga fe, también, en que Jehová puede proveer maneras de vencer hasta obstáculos que se parezcan a montañas.—Mat. 17:20.
6 Un hermano que sirve en el Oriente de superintendente de circuito y que recientemente visitó a Brooklyn nos contó de una hermana que a menudo participa en la obra de precursor auxiliar. El ejemplo de ella indica lo que la fe puede hacer. Ella vivía en Manchuria cuando la bomba atómica destruyó a Hiroshima, y con ésta a la mayor parte de su familia. El choque de estas noticias debilitó tanto su sistema físico que, poco después de regresar al Japón, quedó inválida, con todo su cuerpo paralizado. Entonces aprendió la verdad y se bautizó. ¡Cuánto deseaba declarar esta gloriosa esperanza a otras personas! Aunque solamente podía usar los músculos de la cara, aprendió a escribir con un lápiz o barrita de color en su boca, y a ilustrar hermosamente los escritos que enviaba a personas interesadas, hablándoles de la esperanza del Reino. También testificaba a muchas otras personas que venían a visitarla en su hogar. Cuando el superintendente de circuito la visitó, halló que como promedio había dedicado 106 horas de servicio durante los seis meses anteriores. ¡Qué excelente ilustración de cómo la fe invencible puede ayudarnos a vencer problemas a fin de poder participar más cabalmente en el esparcimiento de las buenas nuevas!
7 Los que han servido de precursores por mucho tiempo pueden narrar historias emocionantes acerca de la conquista de su fe. Pueden hablar de períodos en que todo parecía muy tenebroso; sin embargo, persistieron, y entonces de maneras inesperadas los problemas a menudo fueron removidos y pudieron continuar disfrutando de su preciado servicio de precursor. Aunque a veces se han sentido cansados y agobiados, debido a su proceder abnegado han recibido abundantes bendiciones de Jehová. Son una demostración de que, tal como él ha prometido, Jehová “está dándole poder al cansado; y al que se halla sin energía dinámica hace que abunde en plena potencia.”—Isa. 40:29.
8 Las presiones de este mundo materialista parecen afectar a algunos países más que a otros. Sin embargo, debemos tener fe de que estas presiones no nos impedirán que lleguemos a ser precursores. En algunos países donde abundan las tentaciones materialistas, muchos de nuestros compañeros cristianos están participando en la obra de precursor. Por ejemplo, en la actualidad más del 25 por ciento de todos los publicadores del Japón están disfrutando de algún rasgo del servicio de precursor cada mes. ¿Qué ha hecho posible que éstos y otros en muchas partes del mundo hayan emprendido el servicio de precursor?
9 Los precursores que disfrutan de buen éxito tienen un motivo espiritual, y esto, por supuesto, es algo que tienen en común con todos los que sirven a Dios con toda el alma. Por ejemplo, todos nosotros creemos que estamos viviendo en los “últimos días.” Amamos a Jehová y los arreglos que él ha hecho para nuestra felicidad eterna. No nos parece que ésta sea sencillamente otra religión. Aunque nos rodean muchas cosas materiales, hacemos todo esfuerzo por no dejarnos atrapar por esas cosas. Sin embargo, los que han optado por servir de precursores, a menudo han repasado de nuevo sus circunstancias económicas. El concepto de la vida que han desarrollado es vivir sencillamente, y son industriosos. En breve, después de evaluar cabalmente sus circunstancias han hecho sitio para esto en su vida.
10 En zonas en las que hay muchos precursores, los jóvenes a menudo emprenden este servicio inmediatamente después de terminar la escuela secundaria, a menudo debido a que sus padres habían puesto esa meta ante ellos desde la niñez. Los estudiantes de la Biblia quizás tengan como meta el servicio de precursor aun antes de bautizarse. En el Japón muchas amas de casa que son precursoras han hallado que el mantener la casa sencilla y ordenada es una ventaja definitiva. Después que los hijos se marchan para la escuela, estas hermanas limpian la casa eficaz y rápidamente y entonces salen al servicio. Algunos cabezas de familia han aceptado trabajo de tiempo parcial que otros no quieren —trabajos en los que hay que levantarse temprano o trabajo desagradable— a fin de poder ser precursores. En muchos casos, lo que ha permitido que algunos hagan más en el servicio de Jehová, y sirvan de precursores, es este enfoque diferente de su situación económica. Con fe, estos hermanos y hermanas se han esforzado y han sido bendecidos con los gozos del servicio de precursor. ¿Puede usted esforzarse y experimentar gozos similares? A usted le corresponde examinar sus circunstancias, considerar las oportunidades, y decidir. Pero, entonces, alguien diría:
Preg. 3 “SOY UN ADOLESCENTE Y APENAS PUEDO PREVER LO QUE QUIERO HACER DE AQUÍ A SEIS MESES, MUCHO MENOS CONSIDERAR EL SERVICIO DE PRECURSOR COMO UNA CARRERA DE TODA LA VIDA.”
11 La palabra “carrera” tiene un sentido de permanencia para la cual usted quizás no esté listo, y eso es comprensible. Quizás usted no está familiarizado con la obra de precursor. Tal vez usted está pensando en casarse y criar una familia, lo que lógicamente puede afectar su decisión en cuanto a si podrá permanecer en el servicio de precursor o no. Estos son asuntos válidos de interés personal.
12 Además, para muchos jóvenes, el espacio de tiempo antes de la graduación de la escuela de segunda enseñanza y el que viene después de ésta es un período de incertidumbre. Hasta ahora le habían programado gran parte de su tiempo, y usted no había tenido que tomar muchas decisiones en cuanto a su propia vida. Pero precisamente por esa razón usted debe meditar cuidadosamente en lo que va a hacer ahora.
13 Las decisiones que usted tome en este punto pueden determinar a buen grado la dirección que su vida seguirá en los años venideros. Así es que aunque sus metas quizás no estén fijas aún, es probable que usted desee llenar su vida con algo que sea remunerador y le proporcione un sentido de realización. Más bien que automáticamente llenar el vacío que queda después de terminar la escuela con un trabajo de tiempo cabal, ¿por qué no considera el pasar unos cuantos meses sirviendo de precursor auxiliar? Si disfruta de ello, quizás opte por pasar al servicio de precursor regular.
14 Después de varios meses o un año de participar en tal servicio, es probable que su punto de vista de lo que desea hacer con su vida esté un poco más claro. Aun si opta por casarse, muchas parejas se han beneficiado grandemente de la experiencia de servir de precursores juntos durante el principio de su matrimonio... y a menudo uno de ellos, o los dos, continúan en el servicio de precursor por toda su vida de casados.
15 En todo caso, sea usted soltero o casado, el período en que sirva de precursor habrá acrecentado y desarrollado su educación de una manera que ninguna actividad o entrenamiento de carrera pudiera proveer. La experiencia que usted habrá obtenido al abordar y tratar con personas de diferentes antecedentes, al enfrentarse y vencer obstáculos por su propia cuenta y al desarrollar su organización personal y autodisciplina le será inapreciable más tarde en su vida. Y recuerde... en realidad nunca lo sabrá a menos que lo trate.
16 Las circunstancias en la vida cambian para todos nosotros. Recuerde que ninguno de nosotros sabe lo que el mañana traerá. Son pocas las cosas de la vida que verdaderamente permanecen permanentes. Así es que, ¿por qué no considera seriamente su situación actual y medita cuidadosamente en el asunto de ser precursor? Si en la actualidad la única cosa que lo detiene es la indecisión, ¿por qué no emprende un proceder que sabe que está en armonía con la voluntad de Jehová para nuestro tiempo? Pudiera ser la mejor carrera para usted.
Preg. 4 “HE OÍDO QUE SATISFACER LOS REQUISITOS DE PRECURSOR PUEDE LLEGAR A SER UNA VERDADERA PRESIÓN SI UNO NO PUEDE ALCANZAR SU META DE HORAS DEBIDO A ENFERMEDAD U OTROS PROBLEMAS MAYORES.”
17 Es cierto que si usted se alista en el servicio de precursor regular se le pedirá que pase por lo menos 90 horas al mes en el servicio del campo, ó 1.000 horas cada año. En condiciones normales, para la mayoría de los precursores ésta es una meta razonable. Como promedio esto significa pasar solo unas tres horas al día en el servicio del campo. Por supuesto, las presiones podrían desarrollarse fácilmente si uno no programa su tiempo adecuadamente y carece de la disciplina de sí mismo para apegarse al programa.
18 Sin embargo, las enfermedades graves u otros sucesos imprevistos importantes también podrían hacer que usted perdiera mucho tiempo en la obra del Reino. Para compensar por esto, usted tendría que pasar cinco, seis o hasta más horas testificando cada día durante varios meses. O un precursor quizás se retrase por cien o más horas al principio del año de servicio debido a alguna circunstancia imprevista. Entonces, más tarde en el año, a medida que trabaja para recuperar el tiempo perdido, ¿qué hay si surge otro problema serio y lo retrasa aún más en sus esfuerzos por alcanzar sus metas? Esto, más sus esfuerzos por tratar de mantenerse a sí mismo trabajando parte del tiempo podría llegar a ser un verdadero peso, algo que preocupara mucho al precursor concienzudo. Aparentemente muchos optan por no llegar a ser precursores debido a que se preocupan por algo que quizás nunca suceda. ¿Hay una solución?
19 Sí. Nos gustaría que supiera que si usted se enferma temporeramente, o que si por alguna otra razón urgente no puede satisfacer el requisito mínimo de horas por unos cuantos meses, usted puede pedir al cuerpo de ancianos de su congregación que le escriba a la Sociedad una carta y la envíen junto con su informe, suministrándonos los detalles de su problema. Si los ancianos, después de considerar cabalmente el asunto, creen que sería aconsejable que a usted se le permitiera continuar en el servicio de precursor sin tenerse que preocupar por recuperar el tiempo perdido, entonces deberían recomendárnoslo y con gusto consideraremos cuidadosamente sus circunstancias.
20 Por supuesto, con el arreglo presente en el que solamente se requieren 1.000 horas al año, no se espera que los precursores saquen tiempo de su servicio de precursor para actividades que no son esenciales y que los harían retrasarse en sus horas de servicio. O si la razón por la que tiene pocas horas es un programa deficiente o falta de disciplina personal, el precursor debería sentir que es necesario recuperar este tiempo perdido. Sin embargo, cuando hay un período de enfermedad insólito, o surgen accidentes o de repente graves problemas de familia, puede estar seguro de que consideraremos sus necesidades como precursor. Nos parece que este arreglo eliminará parte de la presión de los precursores que con buena razón han solicitado que se les dé consideración en este asunto.
21 Muchos precursores han sido siervos celosos de Jehová durante años y con todo su corazón desean continuar en la obra de precursor, y queremos que puedan hacerlo. Pero, ¿qué sucede si uno halla que en realidad no puede satisfacer los requisitos consistentemente por un período largo de tiempo? Entonces, sin duda el proceder prudente sería volver a servir como publicador de congregación, y, siempre que sea posible, participar en el servicio de precursor auxiliar.
22 Sin embargo, confiamos en que esta consideración adicional para con los problemas de los precursores anime a los que están alistados a continuar en su servicio sagrado, y confiamos también que a los que están considerando la obra de precursor se les haya removido un posible obstáculo en el camino a tomar una decisión positiva.
Preg. 5 “ME GUSTARÍA PENSAR QUE DE VERAS ESTOY LOGRANDO ALGO EN LO QUE ESTOY HACIENDO Y QUIERO SENTIRME FELIZ AL HACERLO. ¿ME PROPORCIONARÁ EL SERVICIO DE PRECURSOR ESTA CLASE DE SATISFACCIÓN?”
23 Bueno, ¿qué se requiere para hacerlo feliz? El Sermón del Monte de Jesús alista nueve maneras de ser feliz. (Mat. 5:3-12) Es posible que superficialmente le parezca que algunas de las cosas que él alista sean una fuente de felicidad y otras no. Pero al reflexionar sobre estas “felicidades,” ¿no dan en el blanco los principios fundamentales? Muestran que ni la situación actual de uno en la vida basada en el tiempo y el suceso imprevisto, ni tampoco obras puramente humanitarias proporcionan verdadera felicidad.
24 Más bien, Jesús enseña que la felicidad completa proviene de las actividades que están relacionadas con la adoración de Jehová y el cumplimiento de sus promesas. La felicidad proviene de hacer lo que sabemos que es correcto en lo profundo de nuestro corazón. Cierto, hay muchas cosas en la vida que proporcionan un grado de felicidad, pero la felicidad solo puede ser verdaderamente completa cuando añadimos el sentido de propósito que brinda el ir en pos de los intereses espirituales. Y Jesús sabiamente señaló a la felicidad mayor de dar a otros en comparación con sencillamente disfrutar las cosas nosotros mismos. Ciertamente no podemos ofrecer a nuestro prójimo un don más grande que la esperanza de vida eterna.—Hech. 20:35.
25 Pero, usted quizás pregunte: ¿Cómo puede el servicio de precursor hacerme sentir que estoy logrando algo, cuando sé que ciertos publicadores tienen más éxito en ayudar a la gente a aprender la verdad que hasta algunos precursores?
26 Primero, sería prudente entender claramente lo que constituye “logro.” El buen éxito no siempre se puede juzgar por los resultados visibles. Algunas personas, debido a su personalidad o aptitud natural, tienen muy buen éxito en persuadir a otros a aceptar la soberanía de Jehová y ciertamente son bendecidas por su trabajo. Pero lo que cuenta con Jehová no son los números. Más bien, es lo que hacemos de un modo sincero por publicar y honrar su nombre.
27 Y a veces los resultados no se manifiestan enseguida. Nuestra obra pudiera tener una influencia poderosa para el bien aun si parece que no somos tan productivos como otros. El sabio explicó este punto en Eclesiastés 11:6: “Por la mañana siembra tu semilla y hasta el atardecer no dejes descansar tu mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, ya sea aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos.”
28 Si su felicidad viene de las cosas permanentes y valederas, más bien que de los beneficios fugaces que ofrece el mundo, y si usted está convencido de que el reino de Jehová pronto proveerá vida en abundancia a todos los que le sirven a Él, y, si sus circunstancias le permiten participar más cabalmente en hablar a otros acerca de esto... entonces, sí, el servir de precursor le proporcionará un sentido de logro que ciertamente hará de usted una persona feliz.
Preg. 6 “¿NO ES EL QUE YO SIRVA DE PRECURSOR O NO ASUNTO MÍO, PUESTO QUE NO SE REQUIERE PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA?”
29 Cierto, el servir de precursor no es un requisito para alcanzar vida eterna. Pero el servir a Dios con un corazón completo y con toda el alma sí lo es. Y en lo que respecta a servir de precursor, el principio de 2 Corintios 9:7 (Versión Popular) es adecuado: “Cada uno debe dar según lo que ha decidido en su corazón; no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.” Así es que si otros trataran de decidir si usted debería ser un precursor, esto envolvería el juzgar sus circunstancias y su corazón, algo que nosotros los seres humanos no tenemos el derecho de hacer.
30 Es obvio que corresponde a cada uno personalmente determinar qué hacer, en armonía con el motivo del corazón y las circunstancias de uno. “Que él pruebe lo que es su propia obra,” escribe Pablo, “y entonces tendrá motivo de alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.”—Gál. 6:4.
31 Así es que a la pregunta de quién debe servir de precursor, tenemos que concordar en que solamente usted puede responder. Confiamos en que la información que aquí se provee le ayude al considerar este asunto importante de la manera apropiada. Hay algunos indicadores que pudieran ayudarle a tomar la decisión correcta.
32 Por ejemplo, si a usted le atrae fuertemente la “buena vida” y desea rodearse de posesiones materiales, entonces probablemente el servir de precursor no le atraerá mucho. El pasar noventa horas al mes en la obra de hacer discípulos y encargarse de otras responsabilidades en este sistema de cosas exige un espíritu de abnegación. Esto no significa que los precursores están tratando de agradar a Dios por medio de practicar la abnegación. Los precursores que son equilibrados no tienen que dar ‘hasta que duela.’ Por otra parte, a ellos no les parece que el dar duele.
33 Otro factor que usted debería repasar seriamente es si está considerando el servicio de precursor por motivos correctos, razones espirituales. Los que emprenden este servicio sin tener razones espirituales a menudo hallan que éste pronto pierde su atractivo. El darse cuenta de que es trabajo pronto los hace perder el interés. Por ejemplo, si uno sirve de precursor meramente porque sus mejores amigos lo están haciendo, quizás no tenga una base sólida para continuar.
34 Tampoco debe el servicio de precursor ser un modo de sentirse superior a otros que no están sirviendo de precursores. El considerarse de esta manera sería asumir que uno está sirviendo a Dios de toda alma y otros no. El adoptar esa actitud sería peligroso tal como declara Pablo: “¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae.”—Rom. 14:4.
35 Por otra parte, si usted está dispuesto a darle la mayor atención a ayudar a otros a llegar a conocer a Dios y sus propósitos, entonces vale la pena que considere seriamente el servicio de precursor. Por supuesto, sus circunstancias deberían permitirle satisfacer los requisitos por medio de ajustar sus asuntos, y hacer los sacrificios necesarios.
36 Si usted vacila sencillamente debido a que duda de su propia aptitud o está indeciso en cuanto a lo que el futuro puede traer, entonces solamente podemos recomendarle el consejo que Jehová da a los que están dispuestos a confiar en que él haga su parte: “Probadme . . . y veréis si no os abro las ventanas del cielo, y os derramo una bendición tal que no haya donde quepa.”—Mal. 3:10, Versión Moderna.
Así que, ¿puede usted emprender el servicio de precursor? Confiamos en que esta información le ayude a decir... “¡Sí, puedo!” Y si su decisión es servir de precursor, ciertamente puede esperar con anhelo el disfrutar de un privilegio sumamente gozoso.