Demostremos aprecio por los recursos teocráticos
1 Cuando se llevaron a cabo los preparativos para reparar el templo, el rey Josías elogió a aquellos a quienes se había asignado el trabajo diciendo: “No debe haber rendición de cuentas del dinero de parte de aquellos en cuya mano se está poniendo, porque en fidelidad ellos están trabajando” (2 Rey. 22:3-7). El aprecio de esos hombres por las cosas sagradas se evidenció en el modo como administraron los recursos a su cargo. Hoy día, nosotros también debemos administrar con fidelidad los recursos que se nos han encomendado para efectuar la obra santa de las buenas nuevas de Dios.
2 En el ministerio del campo. Si apreciamos el importante mensaje que contienen nuestras publicaciones y tenemos en cuenta el dinero que cuesta editarlas, las valoraremos muchísimo. Esto significa que no las ofreceremos indiscriminadamente a todas las personas, estén interesadas o no en el mensaje bíblico. Si alguien no muestra verdadero interés en las buenas nuevas, es preferible ofrecerle un tratado.
3 Distribuyamos las publicaciones teniendo presente su valor. No las dejemos en zonas públicas donde puedan acabar tiradas en el suelo. A fin de no malgastar nuestros recursos, comprobemos qué publicaciones tenemos en casa antes de obtener más. Si suelen quedarnos ejemplares de las revistas, tal vez debamos reducir el pedido.
4 Publicaciones de uso personal. Encarguemos solo las que necesitamos realmente, sobre todo cuando se trata de Biblias de lujo, Biblias con referencias y otras obras extensas como la Gran Concordancia, el Índice, los volúmenes de Perspicacia y el libro Proclamadores, cuya producción es bastante costosa.
5 ¿Anotamos el nombre y la dirección en nuestras publicaciones? Si lo hacemos, será más difícil que tengamos que solicitar nuevos ejemplares en caso de extraviarlas. Si perdemos el cancionero, la Biblia o la publicación que estemos estudiando, tal vez los encontremos entre los objetos perdidos del Salón del Reino o del local de asambleas (Luc. 15:8, 9).
6 Esforcémonos por emplear con prudencia nuestras publicaciones. De esta forma, demostraremos fidelidad al administrar los recursos del Reino que Jehová nos ha confiado (Luc. 16:10).