Nuevos programas de predicación pública
1. ¿De qué maneras predicaban los cristianos del siglo primero?
1 En el siglo primero, los cristianos predicaban de casa en casa, pero también solían hacerlo en lugares públicos (Hech. 20:20). Por ejemplo, iban al templo, donde sabían que hallarían a muchas personas (Hech. 5:42). En Atenas, el apóstol Pablo predicaba todos los días en la plaza del mercado (Hech. 17:17). Actualmente, nuestro método principal de difundir las buenas nuevas sigue siendo el ministerio de casa en casa. Pero también predicamos en estacionamientos, negocios, parques y calles muy transitadas, es decir, dondequiera que haya gente. Aunque se nos ha animado a todos a predicar públicamente donde sea posible, muchos tendremos ahora la oportunidad de participar en dos nuevos y emocionantes programas de predicación pública. Veamos cuáles son.
2. ¿Qué programa piloto se puso en marcha en noviembre de 2011?
2 Programa especial de predicación pública en áreas metropolitanas. Como se explica en las páginas 16 y 17 del Anuario 2013, en noviembre de 2011 se puso en marcha un programa piloto de predicación pública en Nueva York (Estados Unidos). En puntos estratégicos de la ciudad con gran circulación peatonal se colocaron mesas y exhibidores portátiles con llamativos carteles y con publicaciones en diversos idiomas. Miles de personas los vieron a diario, incluyendo a quienes viven en edificios de apartamentos con acceso restringido y a quienes casi nunca están en casa. Los resultados fueron espectaculares. En tan solo un mes se distribuyeron 3.797 revistas y 7.986 libros. Además, muchos transeúntes solicitaron un curso de la Biblia. Y como el objetivo era precisamente iniciar estudios bíblicos, se enviaron los datos de las personas interesadas a las congregaciones correspondientes a fin de que un publicador las visitara.
3. ¿Cómo se va a implementar el nuevo programa de predicación pública en diversos lugares?
3 En vista de los excelentes resultados, se ha decidido implementar dicho programa en zonas urbanas densamente pobladas de todo el mundo. Cada sucursal primero determinará en qué ciudades podría ser práctico. Por lo general, serán ciudades con mucha circulación peatonal, tal vez porque haya centros de transporte o una gran cantidad de edificios de oficinas o apartamentos. Entonces, la sucursal enviará instrucciones a las congregaciones que participarán. Aunque para este programa se suela elegir a precursores regulares y especiales, en algunos casos también podrán colaborar precursores auxiliares.
4. ¿Cómo predican quienes participan en este programa?
4 Cómo se lleva a cabo la predicación. Los precursores que participan en este programa especial por lo general esperan a que alguien se acerque a la mesa o al exhibidor portátil, y entonces lo invitan a llevarse cualquier publicación que desee. Además, le responden sus preguntas con las Escrituras. Si la persona decide quedarse con alguna publicación, no le mencionan el sistema de donaciones. Pero si pregunta cómo se sostiene nuestra obra, le explican que se pueden enviar donativos a la dirección correspondiente que aparece en la publicación. Siempre que es posible, le preguntan: “¿Le gustaría que alguien lo visite?” o “¿Le interesaría anotarse para recibir un curso bíblico gratuito?”.
5. ¿Qué comentarios positivos hizo un matrimonio sobre este programa especial de predicación pública?
5 Participar en este programa es muy gratificante. Un matrimonio escribió: “De pie, junto al exhibidor, viendo pasar a miles de personas, te das cuenta del gran esfuerzo que se está haciendo por llegar a gente de todo el mundo. Pensar en el interés de Jehová por cada una de esas personas nos ha convencido aún más de que la predicación debe ocupar el primer lugar en nuestra vida. Cuando la gente pasa frente al exhibidor, nos imaginamos cómo Jehová debe estar escudriñando los corazones, determinando si son merecedores del mensaje. Pocas veces hemos visto tan de cerca el apoyo de los ángeles”.
6. a) ¿Qué programa de predicación pública se ha estado organizando en muchas congregaciones, y qué lo distingue del programa especial? b) ¿Qué tipo de cooperación hace falta entre las congregaciones para predicar públicamente?
6 Programa de predicación pública organizado por la congregación. Además del programa ya descrito, en muchas congregaciones los cuerpos de ancianos han estado organizando un programa de predicación pública. En este, los publicadores locales colocan dentro del territorio de la congregación una mesa o un exhibidor portátil en un lugar muy transitado. Y esto es algo que lo distingue del programa especial, en el que los participantes pertenecen a distintas congregaciones y comparten la misma zona de la ciudad elegida por la sucursal (vea el recuadro “Se requiere cooperación”).
7. Si los ancianos determinan que sería práctico establecer un programa local de predicación pública, ¿cómo lo organizarán?
7 Los ancianos deben determinar si el territorio de la congregación cuenta con áreas por donde pasan muchos peatones y si sería práctico organizar un programa local de predicación pública. Tal vez puedan colocarse mesas o exhibidores portátiles en centros de transporte, plazas, parques, calles concurridas, centros comerciales, universidades, aeropuertos y lugares donde se celebran eventos anuales. Por lo general, es mejor que el exhibidor esté los mismos días, en el mismo lugar y en el mismo horario. La experiencia demuestra que es más productivo poner mesas dentro de los centros comerciales que frente a una tienda grande donde la gente se limita a entrar, hacer sus compras y marcharse. En algunos lugares —como en aceras muy transitadas— es más aconsejable utilizar un pequeño exhibidor portátil que una mesa. Existen unos archivos que se han preparado especialmente para la elaboración de carteles para este tipo de predicación. Estos carteles anuncian las revistas La Atalaya y ¡Despertad! y el libro Enseña, y los ancianos pueden bajar los archivos de nuestro sitio de Internet. Quienes participen en este tipo de predicación harán prácticamente lo mismo que quienes participen en el programa especial de áreas metropolitanas, siguiendo al pie de la letra las instrucciones del superintendente de servicio. Cuando obtengan la dirección de una persona interesada que viva fuera del territorio de la congregación, llenarán de inmediato el formulario Sírvase visitar (S-43) y se lo entregarán al secretario.
8. Aun si en su congregación no se organizara un programa de predicación pública, ¿qué posibilidades podría tener de predicar públicamente?
8 Cómo puede incluir la predicación pública en su ministerio. ¿Y si su congregación no cuenta con zonas lo suficientemente transitadas como para poner una mesa o exhibidor portátil? Aun así, quizá usted pueda incluir la predicación pública en su ministerio personal. ¿Hay en el territorio alguna zona con muchos negocios, un centro comercial pequeño o una tienda muy concurrida? ¿Suele reunirse la gente en un parque, una plaza u otro lugar público? ¿Se realiza cada cierto tiempo un evento multitudinario? En ese caso, tal vez tenga la oportunidad de disfrutar de la predicación pública.
9. ¿Por qué debemos esforzarnos por predicar a la gente dondequiera que esté?
9 La voluntad de Jehová es que “hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Tim. 2:4). Por ello, estamos tratando de llevar el mensaje del Reino a la mayor cantidad de personas posible antes de que llegue el fin (Mat. 24:14). Muchas veces no es fácil hallar a las personas en casa, pero quizá podamos hablar con ellas en algún lugar público. En realidad, puede que solo así tengan la oportunidad de oír las buenas nuevas. Por tanto, prediquémosle a la gente dondequiera que esté y efectuemos nuestro ministerio plenamente (2 Tim. 4:5).
[Recuadro de la página 5]
Se requiere cooperación
Se ha informado que publicadores de distintas congregaciones a veces participan en la predicación pública en las mismas calles o estacionamientos y frente a los mismos negocios o centros de transporte. Se ha visto también que publicadores de distintas congregaciones suelen dejar revistas en los mismos vestíbulos o salas de espera, y predicarles a los mismos comerciantes. Y aunque los publicadores lo hagan por separado, esto ha causado que la gente del territorio a veces se sienta asediada. De modo que al participar en la predicación pública, lo mejor suele ser permanecer dentro del territorio de la congregación.
Si los publicadores desean predicar en un área pública de otra congregación, deben hablar primero con el superintendente de servicio de su propia congregación. A su vez, él le pedirá autorización al superintendente de servicio de la otra congregación. Cuando congregaciones de distintos idiomas comparten el mismo territorio, los superintendentes de servicio deben mantenerse en comunicación a fin de evitar situaciones que agobien a la gente. La cooperación hará posible que “todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo” (1 Cor. 14:40).
[Ilustración de la página 6]
[Ilustración de la página 6]