Sección de preguntas

Si el progreso espiritual de un estudiante se estanca, tendríamos que decirle con delicadeza que descontinuaremos el curso de la Biblia (Mat. 10:11). Pregúntese: ¿Es puntual y cumple con el horario establecido? ¿Se prepara la lección con antelación? ¿Ha asistido a alguna reunión? ¿Habla a otros de lo que está aprendiendo? ¿Está haciendo cambios en su vida siguiendo los principios bíblicos? Por supuesto, hay que tener en cuenta la edad y la capacidad de cada estudiante, y reconocer que cada uno progresa a un ritmo diferente. Pero si decidimos descontinuar el estudio, dejemos la puerta abierta para que la persona pueda retomar el curso más adelante (1 Tim. 2:4).