La primera vez que fueron al Salón del Reino
¿ES USTED una de los centenares de miles de personas que estudian con regularidad la Biblia con los testigos de Jehová? Si así es, entonces sin duda lo han invitado a usted cordialmente a asistir a las reuniones de su Salón del Reino en su vecindario. ¿Cómo ha respondido usted a la invitación que le han hecho? ¿Está usted asistiendo a sus reuniones?
Quizás usted se pregunte qué clase de experiencia será el ir por primera vez al Salón del Reino. ¿Se imagina usted que las reuniones allí son como los servicios eclesiásticos? Bueno, ¿qué descubrieron otras personas la primera vez que fueron a un Salón del Reino?
Reuniones para aumentar el conocimiento bíblico
Para agradable sorpresa de ellas, las personas que vinieron al Salón del Reino por primera vez descubrieron que las reuniones que se conducen allí son muy diferentes de las que se efectúan en las iglesias de la cristiandad. Esto fue especialmente cierto cuando observaron que a veces el auditorio participa, haciéndolo voluntariamente.
Una persona que vivía en Detroit, Michigan, tuvo esta experiencia la primera vez que fue al Salón del Reino. Dijo: “Yo asistía a la escuela dominical de la Iglesia Bautista cuando mi hermana comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová en nuestro hogar. Participé en unas cuantas de sus sesiones de estudio y me parecieron sumamente interesantes, especialmente cuando aprendí que el nombre de Dios es Jehová. (Sal. 83:18) Se me invitó a ir a una reunión en el Salón del Reino de mi vecindario y concordé en ir.
“Realmente no sabía qué esperar, pero cuando llegué al Salón rápidamente vi que era muy diferente de mi iglesia. Durante una reunión, observé que diversas personas del auditorio ofrecían comentarios voluntarios levantando la mano. En mi iglesia el predicador era el único que hablaba, pero aquí en el Salón del Reino noté que todos estaban envueltos en el programa. Cada uno sabía lo que se requería de él. Los jóvenes, también, ofrecían comentarios, y esto hacía que el grupo me pareciera una familia grande.
“Lo que más me impresionó acerca de esta reunión fue que la Palabra de Dios, la Biblia, realmente se estudiaba allí. Aprendí mucho en aquella sola hora. De modo que pronto dejé de ir a la escuela dominical de la Iglesia Bautista y comencé a asistir con regularidad a las reuniones del Salón del Reino. Fue muy fácil para mí ver dónde se estaba enseñando la verdad de Dios.”
Al sentarse entre los testigos de Jehová en su Salón del Reino, inmediatamente verá usted que se han reunido con un solo propósito. Ese propósito es aprender la voluntad de Jehová según se manifiesta en la Santa Biblia. En sus reuniones la Biblia es objeto de estudio intenso. Sus principios prácticos y sus profecías asombrosas se consideran, analizan y explican.
Cuando a un joven que vivía en Stockton, California, se le pidió por primera vez que visitara el Salón del Reino tenía algunas nociones preconcebidas acerca de lo que sucedía allí. Él relata sus impresiones de aquella primera reunión a la cual asistió: “Cuando los Testigos me invitaron a asistir a sus reuniones en su Salón del Reino, acepté. Sin embargo, puesto que yo no era una persona muy religiosa recelaba un poco en cuanto a lo que encontraría al ir. Pues, creía que iba sencillamente a otra servicio de iglesia en el cual vería a la gente saltar y gritar agitada por la emoción.
“Bueno, fui al Salón del Reino y verdaderamente me quedé sorprendido al ver la manera en que se conducían las reuniones. El programa bien arreglado, ordenado y educativo rápidamente disipó todas las ideas anteriores que yo tenía acerca de las reuniones de los Testigos. Fue asombroso ver cómo se usaban las Escrituras para educar y mejorar a los del auditorio así como a los de la plataforma. Especialmente me impresionó ver a un niño de nueve años presentar una lectura bíblica de seis minutos. ¡Qué bien lo hizo!
“¡Esto me convenció de que los testigos de Jehová verdaderamente son diferentes! De modo que comencé a reunirme con ellos para recibir los beneficios espirituales de sus reuniones bíblicas.”
Sí, por todo el mundo los testigos de Jehová se reúnen en sus Salones del Reino con el propósito de aumentar su conocimiento bíblico. Al asistir a una de estas reuniones usted no puede menos que beneficiarse espiritualmente. Usted verá que el programa está preparado de modo “que haya un intercambio de estímulo . . . por cada uno mediante la fe del otro.”—Rom. 1:12.
Genuina unidad entre razas
Al visitar un Salón del Reino usted notará que las barreras raciales a la unidad no afligen a las congregaciones de los testigos de Jehová. Sin importar cuál sea su raza o nacionalidad, a usted se le hará sentir genuinamente bienvenido cuando entre en el Salón. Usted observará que los Testigos son imparciales, en armonía con el consejo y excelente ejemplo de Jehová.—Hech. 10:34, 35; 17:26, 27; Gál. 2:6.
Esta es la experiencia que tuvo un ex-taxista cuando entró por primera vez en un Salón del Reino de un suburbio de Boston, Massachusetts. Recuerda su experiencia con estás palabras: “Cuando entré en el Salón del Reino, noté inmediatamente que la congregación constaba en su mayor parte de personas blancas. Tan pronto hube entrado muchos de ellos me abordaron de manera sumamente amigable. Aunque soy de color, me trataron con respeto como humano. No manifestaron ningún prejuicio. ¡Aquella sinceridad me causó una impresión muy profunda!
“Más tarde visité otro Salón del Reino y allí reinaba el mismo ambiente amigable, sin ningún vestigio de prejuicio racial. En mi concepto esto realmente subrayó la unidad de los testigos de Jehová.”
Otra persona observó esta unidad interracial de los Testigos cuando asistió a su primera reunión en un Salón del Reino en San Francisco, California. Relata lo que sucedió: “La primera vez que entré en el Salón del Reino me asombré al ver la gente de diferentes razas entremezclada en conversación animada. ¿Por qué? Pues, mi iglesia bautista era toda de personas de color. No obstante, tan pronto llegué al Salón del Reino los Testigos me mostraron y explicaron lo que había en el lugar y me presentaron a diversas personas, tanto de color como blancas. Esta fue una nueva experiencia para mí, porque nunca me habían mostrado amabilidad como aquélla tantas personas de diferentes razas. Noté que todas las personas a quienes conocí se alegraban genuinamente de verme allí.
“Después del discurso público me presentaron al orador. Yo pensaba que era superior a mí y que me trataría despectivamente, pero no, él, también, mostró que estaba sinceramente alegre de verme allí. Quedé tan conmovido por la experiencia que tuve aquel día que decidí asistir con regularidad a las reuniones de los testigos de Jehová.”
Asista a una reunión de los testigos de Jehová y vea usted mismo lo que observaron estas personas. La unidad semejante a familia, no desfigurada por el prejuicio racial, hará que usted quiera congregarse con regularidad con estos siervos felices de Jehová Dios.
La clase de personas que va allí
¿Qué clase de personas encontrará usted en el Salón del Reino? Bueno, por lo que hemos considerado hasta ahora, usted encontrará personas amigables que se interesan genuinamente en el bienestar espiritual de usted. Personas de todo ramo de actividad, tanto jóvenes como ancianas. Hasta puede ser que encuentre a viejos conocidos suyos o vecinos, como otros los han encontrado la primera vez que han visitado el Salón del Reino.
Si usted está estudiando la Biblia con los Testigos, ya tiene una idea de la clase de personas que va al Salón. El que le visiten con regularidad para ayudarle a aprender la Biblia le muestra a usted su interés altruista en la espiritualidad de usted. Usted estará con personas de esta clase en el Salón del Reino, personas que están deseosas de servir a Dios y vivir de acuerdo con sus normas justas. ¡Ciertamente, estas personas son excelente asociación!
Esto es lo que llegó a apreciar acerca de los Testigos una adolescente sikh que vivía en Nairobi, Kenia, cuando comenzó a estudiar la Biblia con ellos. Esto es lo que dijo: “Disfrutaba tanto de mi estudio bíblico con los Testigos que les pregunté si podían venir más a menudo durante la semana. Me deleitaba su compañía. Me dijeron que no podían hacer esto debido a que tenían que asistir a las reuniones. Inmediatamente me interesé en esto y les pregunté si yo podía ir también a sus reuniones. Les alegró mucho el que yo quisiera hacer eso y dijeron que sí.
“Cuando fui al Salón del Reino, los Testigos fueron tan amigables conmigo que no quería irme del Salón, y cuando en dos horas las reuniones se terminaron, exclamé: ‘¿Eso es todo? ¿No hay más?’ Entonces se hicieron anuncios acerca de otras reuniones y rápidamente pregunté si podía asistir a éstas también. Felizmente dijeron que sí. Me encantaron tanto las reuniones de los testigos de Jehová y la asociación excelente que encontré allí que he asistido a ellas con regularidad desde entonces, haya habido buen tiempo o mal tiempo.”
A esta joven le pareció sumamente deseable la asociación con las personas amigables que había en el Salón del Reino. Y a usted, también, le parecerá así cuando asista a las reuniones de los Testigos, porque usted se estará asociando con personas que verdaderamente aman a Jehová Dios y a su semejante.
Debido a información errónea, ha habido personas que se han formado opiniones incorrectas en cuanto a los testigos de Jehová. Al principio estas personas ni siquiera pensaban en ir a un Salón del Reino. Pero cuando al fin lo hicieron, descubrieron que lo que habían oído acerca de los Testigos no era cierto. Vieron que las personas que había en el Salón no eran lo que ellas pensaban que serían. Esto se ilustra por la experiencia de una joven que fue a vivir por tres meses en Alabama con su abuela, que es Testigo:
“Me habían dicho que los testigos de Jehová eran fanáticos. De modo que cuando mi abuela y mi tía, que son Testigos, me invitaron a asistir a sus reuniones, mostré gran desagrado. No me lo volvieron a mencionar. Sin embargo, comencé a leer su literatura que había en la casa. Lo hacía con disimulo, pues no quería que nadie supiera que estaba leyéndola.
“Después de dos meses de leer, quise asistir a sus reuniones, pero nadie me invitaba, porque recordaban la manera en que había respondido cuando me invitaron por primera vez. Bueno, después de dos semanas de esperar que me invitaran, al fin les pregunté si podía ir con ellas a sus reuniones. Dijeron que sería un placer llevarme.
“Cuando entré en el Salón del Reino, lo primero que busqué fue rostros de personas que estuvieran mentalmente perturbadas, caras que reflejaran fanatismo. En cambio, todos, especialmente los jóvenes, se dirigieron a mí y fueron muy amigables y bondadosos. Hasta cierto punto quedé desilusionada de que no fueran lo que yo pensaba que eran, pero pronto me avergoncé de haber estado tan equivocada acerca de ellos. Me convencí de que los testigos de Jehová tenían la verdad de Dios. En aquella mismísima reunión decidí que quería estar siempre con estas personas, sirviendo a Dios como una de ellas. Cumplí mi determinación poco tiempo después al bautizarme en agua.”
Respondiendo a la invitación
¿Le han impresionado a usted estos comentarios de estas personas sinceras y lo han animado a querer asistir a una reunión de los testigos de Jehová? Esperamos que verdaderamente sea así. De hecho, esperamos que estos comentarios le hayan impelido a hacer planes para asistir a una reunión esta semana. Le espera una experiencia verdaderamente refrescante. Ciertamente si los individuos cuyas experiencias se han presentado en este artículo tuvieran la oportunidad de hablarle a usted personalmente, le animarían unánimemente a responder pronto a la invitación de venir al Salón del Reino.
No se contente con aprender acerca de Dios y sus propósitos únicamente en la soledad de su hogar. Aprovéchese plenamente de las reuniones de educación bíblica programadas en el Salón del Reino para aumentar su entendimiento de la voluntad de Jehová. El reunirse para estímulo mutuo es vital para el desarrollo y la salud espirituales. Las reuniones se preparan con este mismísimo propósito.—Heb. 10:25.
Añada a esto el placer de asociarse con personas entre las cuales hay verdadera unión. Las barreras y la discriminación raciales han sido reemplazadas con interés afectuoso, amigable y amoroso de unos para con otros. ¡Qué refrescante es esto!
Usted descubrirá que las reuniones del Salón del Reino son como un oasis de abundancia espiritual en un mundo donde hay hambre “de oír las palabras de Jehová” y entenderlas. (Amós 8:11) Su presencia entre el pueblo de Jehová le ayudará a conseguir consuelo y seguridad verdaderos. ¿Por qué no tener usted mismo esta experiencia respondiendo a la invitación y dirigiendo sus pasos al Salón del Reino esta semana?