La honda... arma antigua, pero eficaz
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en la República Sudafricana
“ENTONCES David metió la mano en su bolsa y tomó de allí una piedra y la tiró con la honda, de modo que le dio al filisteo en la frente y se le hundió la piedra en la frente, y fue cayendo sobre su rostro a tierra.” (1 Sam. 17:49) Esta famosa hazaña, uno de los más dramáticos incidentes que se registran en la Biblia, ilustra bien el poder de la honda. Con una sola piedra, el joven David derribó al gigante Goliat, poderoso campeón de los filisteos.
El resultado de aquel famoso encuentro no dependió de superioridad en las armas ni de habilidad, sino de Jehová Dios, quien apoyó al joven David. Antes del encuentro, David dijo: “Yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, . . . a quien tú has desafiado con escarnio. . . . Y toda esta congregación sabrá que ni con espada ni con lanza salva Jehová, porque a Jehová le pertenece la batalla.” No hay duda de que la piedra que salió de la honda de David fue guiada y cargada de fuerza extraordinaria por Dios. Se hundió en la frente de Goliat y derribó al gigante. Después de eso, David “definitivamente le dio muerte” por medio de la propia espada de Goliat.—1 Sam. 17:45-51.
Aunque David tuvo la ayuda de Dios en este conflicto, la honda ciertamente desempeñó un papel significativo. ¿Por qué fue tan eficaz? ¿Qué es, exactamente, una honda? ¿Y cómo se usa?
Entre los primeros pobladores del África austral, el arrojar piedras con la honda era un deporte de competencia. La honda también se usaba para cazar animales pequeños, tanto en el Transvaal como en Rodesia. Era un arma sencilla y que se podía hacer con facilidad. La parte del centro (o el “hueco de la honda” [1 Sam. 25:29]) consistía en un trozo de cuero de aproximadamente 23 centímetros de largo por 7,5 a 9 centímetros de ancho en el medio, y se estrechaba algo en ambos extremos. A cada extremo de la parte del centro se adherían tiras de cuero. O se cortaba toda la honda del mismo trozo de cuero.
¿Cómo se usaba la honda? La persona que usaba la mano derecha envolvía el extremo de una de las tiras alrededor de un dedo de su mano derecha, o la ataba a su muñeca derecha, dejando que la tira pasara sobre la palma de la mano. El extremo de la otra tira se doblaba hacia atrás y se aguantaba en la misma mano.
El hondero colocaba una piedra en la parte del centro de la honda. Extendiendo la mano izquierda hacia el frente, mantenía la piedra en su posición. Entonces, dejando de aguantar con su mano izquierda, hacía girar su mano derecha hacia abajo en dirección contraria al movimiento de las manecillas de un reloj. Al nivelarse la honda detrás de él, la hacía girar hacia el frente horizontalmente, también en dirección contraria al movimiento de las manecillas de un reloj, en un círculo completo por encima de su cabeza. Precisamente al momento correcto soltaba la tira que solo estaba aguantada, y así disparaba la piedra hacia el frente. Hay honderos que no suelen hacer girar la honda por encima de la cabeza, sino que simplemente la arrojan con un poderoso movimiento del brazo hacia abajo.
Gran fuerza y alcance
Con el empuje que le pueden dar la extensión del brazo del hondero y las tiras, la piedra puede ser arrojada con tremenda fuerza. ¡De hecho, una piedra arrojada de esta manera puede penetrar en la puerta de un automóvil! Pero se requiere mucha práctica y un perfecto sentido del momento propicio para dar uso a la honda con exactitud.
Por lo general las piedras que se usan como proyectiles son de superficie lisa. David escogió este tipo de piedra cuando salió al encuentro de Goliat. (1 Sam. 17:40) Piedras de unos 6,3 centímetros de diámetro son las más apropiadas. Pero puede haber considerable variedad en el tamaño de las piedras que se usen en las hondas.
Por ser un arma tan sencilla y con munición fácilmente disponible, no sorprende el que la honda haya continuado en uso desde tiempos muy remotos. Dice la Encyclopædia Britannica (Edición undécima, tomo 25, pág. 242): “La honda como arma es probablemente la más primitiva forma de mecanismo que conoció la humanidad por el cual se le daba al brazo de un arrojador de proyectiles un aumento de fuerza y alcance.”
Por ejemplo, el escritor de un artículo que salió en la revista Scientific American de octubre de 1973 dijo: “Les pedí a unos jóvenes del este de Turquía que dispararan con la honda unos guijarros ordinarios. En cinco de 11 esfuerzos los guijarros dieron más allá de una marca colocada a 200 metros de distancia, y los tres mejores disparos llegaron a entre 230 y 240 metros de distancia. Ninguno de los jóvenes parecía ser un hondero experimentado; por lo menos ninguno tenía una honda consigo en aquel momento. Además, los proyectiles eran guijarros seleccionados al azar en vez de los proyectiles cuidadosamente formados de piedra, arcilla o plomo que disparaban los honderos de los tiempos griegos y romanos. Considerando solo el comentario de Jenofonte, parece probable que un hondero que disparara proyectiles de plomo lograra un alcance de más de 400 metros.”
Puesto que la honda era un arma de tanto alcance y fuerza, fue usada en la guerra por los antiguos egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos, romanos y otros. Los honderos también ocupaban un lugar en los ejércitos de Israel y Judá. (2 Rey. 3:25; 2 Cró. 26:14) En una descripción de una compañía de setecientos benjaminitas zurdos, la Biblia dice: “Cada uno de éstos era persona que podía tirar piedras con honda a un cabello y no erraba.” (Jue. 20:15, 16) Según el historiador judío Josefo hubo honderos peleando en los ejércitos judíos contra Roma en fecha tan tardía como la del primer siglo de nuestra era común.
Hoy, por supuesto, los hombres poseen proyectiles infinitamente más poderosos y devastadores. ¡Pero qué consolador es saber que pronto, bajo el reinado del Príncipe de la Paz, todas las armas —sean hondas o cohetes militares— serán cosas del pasado y los habitantes de la Tierra no aprenderán más la guerra!—Isa. 2:4; 9:6.