El punto de vista bíblico
¿Por qué no fumar?
“DESPUÉS de todo, el fumar no es un pecado.” Eso es lo que una persona escribió en una carta a un periódico popular de los Estados Unidos. Sin duda, este comentario refleja la actitud de la mayoría de la gente, especialmente de los que usan tabaco. Es muy probable que pregunten: ‘¿Por qué no fumar? Después de todo, no es un pecado.’
Pero, tal vez otros opinen que no es correcto fumar. ¿Quién tiene razón? ¿Qué indica la Biblia?
¿Compatible con los atributos humanos?
La sabiduría es uno de los principales atributos con que el Creador ha dotado al hombre. Pero, ¿es sabio fumar? Bueno, el tercer informe sobre fumar emitido por el Real Colegio Británico de Cirujanos llevó el título “Fumar o Salud,” en vez de “Fumar y Salud,” como anteriormente había sido el caso. Refiriéndose al informe, la revista New Scientist declaró: “Es abrumadora la evidencia de que el fumar cigarrillos causa cáncer pulmonar, enfermedades cardiacas, enfisema y bronquitis.” Por eso, ¿cuán sabio es el que uno fume y perjudique así su salud?
La justicia es otra cualidad humana que Dios nos ha dado. Pero, ¿está tratando justamente a su niño no nacido la preñada que fuma? Realmente no, porque el Departamento Médico de la Universidad Tohoku del Japón ha informado que las mujeres que fuman dan a luz bebés que, como promedio, pesan 200 gramos menos que los niños de las que no fuman.
El amor es otra cualidad que Jehová Dios le ha dado a la humanidad. Pero, ¿es amoroso fumar? La evidencia que se ha logrado recoger de un estudio de cinco años realizado por los investigadores de la Escuela Londinense de Higiene y Medicina Tropical ha indicado que durante el año inicial de su vida la prole de los padres que fuman sufrió de bronquitis con dos veces más frecuencia que los hijos de los padres que no fuman. De modo que no es un acto de amor cuando los miembros de la familia fuman.
Hay todavía otro atributo con que Dios ha dotado a los humanos, y éste es el poder. El fumar disminuye la fuerza de voluntad porque el uso del tabaco se convierte en una afición. Por consiguiente, el Dr. Robert Dupont, director del Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas en los Estados Unidos, llamó el tabaco “probablemente la droga más mortífera de nuestra sociedad,” y comentó: “Los que usan cigarrillos tienen el mismo problema que los que usan heroína. Ambos grupos tienen un problema con el control desde la mañana hasta la noche 365 días al año.”
Contrario a principios bíblicos
Al perjudicar o arruinar su salud, los que fuman muestran falta de sabiduría, mientras que la Biblia nos estimula a adquirir y ejercer esa cualidad. (Pro. 4:7-9; 7:4) Además, el sabio obra de una manera que lo beneficie. Por eso un proverbio inspirado dice: “Si te has hecho sabio, te has hecho sabio a favor de ti mismo.”—Pro. 9:12.
Adicionalmente, en contraste con lo injusto que realmente es perjudicar la salud de otros por medio de fumar, las Escrituras exigen actos justos de todo el que desea la aprobación de Dios.—Miq. 6:8.
Al ensuciar el aire, los fumadores no les muestran amor a sus familias ni a otros. No obstante, el amar al prójimo es un requisito cristiano. Jesucristo dijo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” (Mat. 22:37-39) El amar a su prójimo también exige que uno practique la Regla Áurea que Jesús pronunció: “Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” (Mat. 7:12) Ciertamente, si alguien estuviera haciendo algo en su presencia que le fuera odioso o repugnante, usted lo consideraría amoroso si desistiera.
El amor a Dios también está envuelto. ¿De qué manera? Bueno, los que han dedicado su vida a Jehová Dios han de amarlo con todo su corazón, mente y alma, como lo indicó Jesús. Obviamente, estas personas no desearían perjudicar y posiblemente arruinar su salud por medio de fumar, y así tratar de presentar a Dios algo que se ha hecho inferior por una acción deliberada de ellos. Eso sería contrario al consejo del apóstol Pablo de que los cristianos presenten sus cuerpos “en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios.” (Rom. 12:1) Además, puesto que este sacrificio ha de ser “santo,” los verdaderos seguidores de Cristo prestan atención a esta amonestación de Pablo: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” (2 Cor. 7:1) Eso no deja lugar para un hábito tan inmundo como el fumar, ¿verdad?
Además, considere, por favor, el asunto del poder que uno tiene sobre su propia voluntad. Si éste fuera disminuido por la afición a la droga nicotina que se halla en el tabaco, ¿cómo pudiera uno agradar a Jehová Dios? Su Palabra insta a uno a cultivar y desplegar dominio de sí mismo, un fruto del espíritu de Dios. (Gál. 5:22, 23; 2 Ped. 1:5, 6) ¿Puede decirse que las personas que se envician con la nicotina realmente ejercen la cualidad piadosa del dominio de sí mismas?
Considere otro punto. La nicotina afecta la mente de modo perjudicial y produce esclavitud. Por lo tanto, se le puede clasificar con las drogas que causan afición, como aquellas que sirvieron de fuente para la voz pharmakía, que inicialmente quiso decir “droguería.” Debido a la estrecha relación entre el uso de drogas y el espiritismo, esta palabra griega llegó a asociarse con las prácticas espiritistas. De hecho, los escritores de la Biblia la usaron, y se ha traducido como “práctica de espiritismo” y “prácticas espiritistas” en pasajes que claramente condenan el espiritismo. (Gál. 5:20, 21; Rev. 9:20, 21) Por lo tanto, los que no han terminado su afición al tabaco no satisfacen los requisitos para el bautismo en símbolo de una dedicación acepta a Dios.
Otras causas para preocupación
Por estas numerosas razones los testigos cristianos de Jehová evitan el tabaco. No sería correcto el que un fumador se presentara a otros y dijera que representa una de las congregaciones de los Testigos al declarar las “buenas nuevas.” ¿Por qué no? Porque se requiere limpieza espiritual y física de los que, en realidad, “llevan los utensilios de Jehová.”—Isa. 52:11; Éxo. 30:17-21; Lev. 22:2-8.
Tampoco le conviene al que desea la aprobación divina fumar en secreto, pues eso sería descarriarse de lo justo. La persona que hiciera eso estaría pecando, no solo por fumar, sino por esconder el hecho de sus asociados en la congregación cristiana. Apropiadamente se nos dice en las Escrituras: “El descarriado es cosa detestable a Jehová, pero Su intimidad es con los rectos.”—Pro. 3:32.
Por medio de sincera oración y confianza en Jehová Dios, centenares de miles de personas han vencido malos hábitos y prácticas profundamente arraigadas. (1 Cor. 6:9-11) Muchos han aprendido por qué no deben fumar. Entonces, con la ayuda del espíritu de Dios, han tenido el dominio de sí mismos y la fuerza necesaria para vencer esta costumbre inmunda que obstruye el camino de servicio a Dios y de vida en su nuevo orden.—Luc. 11:13; Fili. 4:13.