Capítulo 11
Les espera desilusión a los demasiado confiados
1. ¿A quiénes pudo ver ahora en visión Ezequiel en la puerta oriental del templo, y qué decían?
EN SU siguiente visión, ¿qué sucesos ve Ezequiel? Escuche: “Y un espíritu procedió a alzarme y llevarme a la puerta oriental de la casa de Jehová que mira hacia el este, y, ¡mire! en la entrada de la puerta había veinticinco hombres, y llegué a ver en medio de ellos a Jaazanía el hijo de Azur y a Pelatías el hijo de Benaya, príncipes del pueblo. Entonces [Jehová] me dijo: ‘Hijo del hombre, éstos son los hombres que están tramando lo perjudicial y asesorando mal consejo contra esta ciudad; que están diciendo: “¿No se ha acercado mucho el edificar casas? Ella es la olla de boca ancha, y nosotros somos la carne.”’”—Ezequiel 11:1-3.
2. ¿Qué notamos acerca de la identidad de estos veinticinco hombres, y qué movimiento político estaban tramando?
2 Evidentemente éstos no son los veinticinco hombres que Ezequiel vio antes en el patio interior del templo, adorando al Sol hacia el este, antes que se diera la orden de empezar la obra del degüello de los habitantes de Jerusalén que no llevaran la marca. (Ezequiel 8:16) Tampoco es este Jaazanía el hijo de Azur el mismo Jaazanía hijo de Safán a quien Ezequiel vio participar en adoración idolátrica dentro de un edificio del templo. (Ezequiel 8:11) Se dice que estos últimos veinticinco hombres son “príncipes del pueblo,” por consiguiente príncipes gubernamentales y no príncipes religiosos del templo. Evidentemente, en este año 612 a. de la E.C., más de tres años antes que comenzara el sitio de Jerusalén por los babilonios, el rey Sedequías de Jerusalén todavía no se había rebelado contra el rey de Babilonia a quien había prometido sumisión. (2 Crónicas 36:11-13; 2 Reyes 24:18 a 25:1) Pero es probable que estos veinticinco “príncipes del pueblo” estuvieran tramando a favor de aquella rebelión, porque estaban “asesorando mal consejo contra esta ciudad.” Pero confiaban en que no se produciría ningún mal.
3. ¿A qué asemejaban aquellos veinticinco hombres los muros de Jerusalén y por lo tanto a sí mismos, cómo razonaban, y qué necesitaban ahora?
3 Aquellos tramadores y malos consejeros del rey de Jerusalén asemejaban a la ciudad a una olla de boca ancha o caldera, hecha de hierro. Los muros de la ciudad eran como los lados de aquella olla metálica, inviolables. Dentro de aquellos muros, como carne que había de ser cocida, aquellos veinticinco príncipes estarían seguros. Seguros dentro, jamás serían desalojados, y por eso ¿no era tiempo de edificar casas para ocuparlas permanentemente? Podían asegurarse de residir permanentemente por medio de recurrir a Egipto contra el rey de Babilonia. No creían en las predicciones del profeta-sacerdote Jeremías en cuanto a la destrucción que le vendría a Jerusalén. Necesitaban recibir una advertencia doble de esto de parte de Jehová. “Por lo tanto,” le dijo Jehová a Ezequiel, “profetiza contra ellos. Profetiza, oh hijo del hombre.”—Ezequiel 11:4.
4. Lo que ahora le sucedió a Ezequiel demostró la verdad de ¿qué acción del espíritu según se menciona en 2 Pedro 1:21?
4 Lo que ahora le sucedió a Ezequiel demuestra lo veraces que fueron estas palabras posteriores del apóstol cristiano Pedro: “La profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 Pedro 1:21) Note lo que Ezequiel nos dice:
5. En lo que ahora le dijo Jehová a Ezequiel que dijera, ¿cómo usó la semejanza hecha por los veinticinco hombres, pero cómo mostró un resultado contrario para ellos?
5 “Entonces el espíritu de Jehová cayó sobre mí, y él pasó a decirme: ‘Di: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Ustedes dijeron lo recto, oh casa de Israel; y respecto a las cosas que suben en el espíritu de ustedes, yo mismo lo he conocido. Ustedes han hecho que los de ustedes que han sido muertos violentamente en esta ciudad sean muchos, y ustedes han llenado sus calles con los que han sido muertos violentamente.’” “Por lo tanto, esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘En cuanto a los de ustedes muertos violentamente a quienes ustedes han puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla de boca ancha; y habrá un sacar a ustedes mismos de en medio de ella.’”’”—Ezequiel 11:5-7.
6. ¿Por qué fueron tantos muertos violentamente por aquellos príncipes, y quiénes habrían de permanecer dentro de la olla simbólica: los que habían sido muertos violentamente, o los príncipes?
6 A fin de tratar de asegurarse su posición permanente dentro de Jerusalén, aquellos príncipes en pro de Egipto habían matado a los que estaban a favor de continuar sumisos a Babilonia. Si Jerusalén fuera a ser asemejada a una olla, entonces aquellos muertos violentamente eran los que habrían de permanecer dentro, en donde estaba ubicada la ciudad, y no ser arrastrados de ella por los babilonios. Habrían de ser como la carne en la caldera. Pero los muros de Jerusalén no serían ninguna olla metálica para los príncipes asesinos que favorecían a Egipto. Ellos serían quienes habrían de ser sacados de ella por los babilonios. Tendrían que dejar desocupadas las casas que habían construido.
7. ¿Qué habría de sucederles a las casas recién edificadas de aquellos príncipes, y qué tenían razón para temer en cuanto a lo que Egipto pudiera hacer ante Babilonia?
7 La destrucción ardiente que fue simbolizada por las “brasas de fuego” que el hombre vestido de lino arrojó sobre la ciudad ciertamente habría de alcanzar las casas recién edificadas y toda la ciudad de Jerusalén. (Ezequiel 10:2-7) Si lograban su ardid de inducir al rey Sedequías a quebrantar su juramento y rebelarse contra Babilonia, tenían buena razón para temer que el rey de Babilonia regresara contra Jerusalén con la espada de castigo. Ni siquiera el militarizado Egipto resultaría lo suficientemente fuerte como para detener al rey de Babilonia. Por consiguiente Ezequiel tenía que continuar diciendo a aquellos príncipes tramadores:
8. ¿Qué instrumento dijo Jehová que traería contra ellos, y en qué región los juzgaría?
8 “‘Espada han temido, y espada traeré sobre ustedes,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová. ‘Y ciertamente los sacaré de en medio de ella y los daré en mano de extraños y ejecutaré sobre ustedes actos de juicio. A espada caerán. En la frontera de Israel los juzgaré; y tendrán que saber que yo soy Jehová. Ella [Jerusalén] misma no resultará ser para ustedes una olla de boca ancha, y ustedes mismos no resultarán ser carne en medio de ella. En la frontera de Israel los juzgaré, y tendrán que saber que yo soy Jehová, porque en mis disposiciones reglamentarias no anduvieron y mis juicios no pusieron por obra, sino que según los juicios de las naciones que están alrededor de ustedes, han obrado.’”—Ezequiel 11:8-12.
9. En la ejecución de sus decisiones judiciales, ¿qué usaría Jehová, y en qué parte de la tierra o país tendría lugar el uso de aquello en ejecución?
9 Las grandes esperanzas de aquellos tramadores demasiado confiados terminarían en desilusión. La decisión judicial que se ejecutaría en ellos habría de ser de Jehová, pero él usaría la “espada” en las manos de aquellos “extraños” del extranjero para efectuar la ejecución. Por esta “espada” de guerra punitiva muchos de ellos caerían en la muerte. Los que sobrevivieran no permanecerían seguros dentro de los muros de Jerusalén. Sus muros no resultarían ser como el lado impenetrable de una olla de hierro, que protegiera con seguridad la “carne” dentro de ella. Aquellos rebeldes sobrevivientes tramadores serían sacados como cautivos de detrás de los muros rotos por ataque de Jerusalén para sufrir actos de juicio. Estos desdichados sobrevivientes habrían de ser arrastrados del territorio del reino de Judá, pues Jehová había dicho que “en la frontera de Israel” los juzgaría. En el punto septentrional del territorio que había sido conquistado por el rey David, a saber, en Ribla hacia Hamat, Jehová haría que fueran ejecutados por el rey babilonio que esgrimía la “espada.” Sobre esto Jeremías 52:24-27 nos informa lo siguiente:
10. En cuanto a aquella ejecución, ¿qué dice Jeremías 52:24-27?
10 “Además, el jefe de la guardia de corps tomó a Seraya el sacerdote principal y a Sofonías el segundo sacerdote y a los tres guardas de la puerta, y de la ciudad tomó a un oficial de la corte que era el comisionado de los hombres de guerra, y a siete hombres de los que tenían acceso al rey, que fueron hallados en la ciudad, y al secretario del jefe del ejército, el que reunía con fines militares a la gente de la tierra, y a sesenta hombres de la gente de la tierra, que fueron hallados en medio de la ciudad. De modo que tomó a éstos Nabuzaradán el jefe de la guardia de corps y los condujo al rey de Babilonia en Ribla. Y a éstos el rey de Babilonia procedió a derribarlos y a darles muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así Judá se fue al destierro de sobre su terreno.”
11. ¿Qué propósito tuvo Jehová al dejar que los babilonios trataran tan severamente a su pueblo, y qué relación tuvo este propósito con el pacto de la ley mosaica?
11 ¿Qué propósito tuvo Jehová al dejar que los “extraños” babilonios trataran a su pueblo escogido de manera tan severa y despiadada? “Y tendrán que saber que yo soy Jehová,” es Su respuesta. Dos veces, en estrecha sucesión, hace aquí esa declaración de su propósito. Su pueblo escogido estaba tratando de pasarlo por alto, y él tenía que mostrarles vigorosamente que no los había relevado del pacto sagrado en que habían entrado con él mucho tiempo atrás por medio del profeta Moisés. De hecho, aquel pacto mosaico habría de continuar en vigencia por casi 639 años después de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C., o hasta la primavera de 33 E.C. Tenía que obligarlos a saber que todavía los llamaba a cuentas por quebrantar su parte de este pacto bilateral. Aunque invisible por ser espíritu, no habría de ser tratado como alguien que no existiera. Él era Jehová, el mismísimo Dios a quien los antepasados de ellos habían dicho repetidas veces en el monte Sinaí en Arabia: “Todo cuanto ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo.” (Éxodo 19:1-8; 24:1-7) Jehová demostraría de esta manera ante toda la creación en el cielo y en la Tierra que él fielmente vive en conformidad con su parte de cualquier contrato o pacto solemne.
12. ¿Qué hizo Jehová para ayudarles a saber que era él quien estaba tomando aquella acción y por qué tenía que hacerlo?
12 Debido a que Jehová por sus profetas les había advertido que traería sobre los israelitas aquellas consecuencias de quebrantar su pacto con él, sabrían que era la acción de Jehová mismo cuando estas cosas predichas realmente les sobrevinieran. Él fue muy franco cuando les señaló exactamente por qué tenía que ejecutar estos actos de juicio en ellos, diciendo: “En la frontera de Israel los juzgaré, y tendrán que saber que yo soy Jehová.” ¿Por qué? “Porque en mis disposiciones reglamentarias no anduvieron y mis juicios no pusieron por obra, sino que según los juicios de las naciones que están alrededor de ustedes, han obrado.”—Ezequiel 11:11, 12.
POR QUÉ TAMPOCO LA CRISTIANDAD SE ESCAPARÁ DE SABER
13. ¿En qué respectos afirma la cristiandad que es como el Israel de la antigüedad, y por lo tanto, a pesar de su hipocresía, cómo debería esperar que se le tratara?
13 La cristiandad del día presente ha dejado que este ejemplo amonestador de la historia se pierda en cuanto a ella. Sin importar lo que opine acerca de ello hoy día, ha afirmado estar como el Israel de la antigüedad, en un convenio o pacto solemne con el Dios de la Santa Biblia. Los ejemplares de la Biblia que ha impreso y circulado por centenares de millones en más de mil idiomas establecen que su nombre divino es Jehová o Yahweh (Yavé). Solo que ella afirma que su mediador entre este Dios y los hombres es Jesucristo el Hijo de Dios, y que su pacto con Dios es el nuevo pacto. (Jeremías 31:31-34; Lucas 22:20; 1 Timoteo 2:5, 6) En todo esto, la cristiandad se comporta con hipocresía. Sin embargo, Jehová Dios la considera según sus alegaciones y pretensiones, y tiene que tratarla en armonía con ello. Él no va a dejar que ella lo represente falsa y vergonzosamente ante todo el mundo y no sea desenmascarada finalmente como hipócrita y castigada debidamente por ello.
14. ¿Qué no hará para ella en el juicio Aquel que, según alega la cristiandad, es su Mediador, y qué tendrá que saber toda la humanidad debido a ella?
14 Aquel de quien la cristiandad alega que es su Mediador, Jesucristo, no suplicará delante de Dios por misericordia para ella. Ella tendrá que saber dolorosamente que Dios es Jehová. De hecho, toda la humanidad tendrá que saber que Él no es un Dios como el que ha representado la cristiandad.
15. ¿Cómo ha pasado por alto la cristiandad Isaías 31:1 tocante a alianzas, y qué experiencia tendrá en cuanto a la simbólica olla como de hierro?
15 Semejante al Israel de la antigüedad, la cristiandad ha preferido efectuar sus propias alianzas escogidas con este mundo. No ha cifrado su confianza en el Dios del nuevo pacto. Con falta de fe, no ha prestado atención a esta advertencia divina, en Isaías 31:1: “Ay de los que bajan a Egipto por ayuda, los que se apoyan en meros caballos, y que cifran su confianza en carros de guerra, porque son numerosos, y en corceles, porque son muy poderosos, pero que no han acudido al Santo de Israel y no han buscado a Jehová mismo.” A los líderes religiosos de la cristiandad quizás les haya parecido que son la “carne” en medio de la olla de boca ancha, seguros detrás de sus muros de protección y defensa. Pero, ¿podrán salvarla los elementos seglares del Egipto del día moderno, este sistema de cosas mundano, de la ejecución de las decisiones judiciales de Jehová contra ella? ¡No! Sus muros de defensa simbólicos fallarán bajo los ataques de las fuerzas de ejecución de Jehová. Los líderes de ella demasiado confiados, que confían en la seguridad de hechura humana dentro de su “olla” como de hierro, ciertamente serán sacados de ella y destruidos por la “espada” de ejecución de Jehová.
16. Debido a lo peligroso de las relaciones con la cristiandad, ¿qué es urgente que se pregunte ahora cada miembro de las iglesias o apoyador moral de la cristiandad?
16 Por lo tanto, ¿no es peligroso delante de Dios el que personas inclinadas a lo religioso continúen siendo miembros de la cristiandad o continúen su estrecha asociación con ella basándose en cierta clase de “unión de fes”? Cada miembro de las iglesias o apoyador moral de la cristiandad está ahora bajo una creciente urgencia de preguntarse: ‘Cuando en breve Dios lleve a cabo el propósito que ha declarado: “Tendrán que saber que yo soy Jehová,” ¿ocasionará la ejecución de su decisión judicial mi propia destrucción junto con la cristiandad?’ ¡Esta no es una pregunta académica, teórica; es práctica, apegada a la realidad y ahora sumamente oportuna!
17. ¿A qué razón puede recurrir Jehová para destruir a la cristiandad tal como en el caso en que destruyó a la Jerusalén de la antigüedad?
17 Que toda persona honrada compare lo que la Biblia dice acerca del cristianismo verdadero con lo que la cristiandad ha adoptado como sus disposiciones reglamentarias religiosas. Entonces verá que Jehová puede recurrir, para destruir a la cristiandad, a la misma razón a que recurrió para destruir a Jerusalén en el año 607 a. de la E.C. ¿Qué razón? “Porque,” como Jehová dijo, “en mis disposiciones reglamentarias no anduvieron y mis juicios no pusieron por obra, sino que según los juicios de las naciones que están alrededor de ustedes, han obrado.” (Ezequiel 11:12) Si participamos con la cristiandad en ese derrotero, ¿podemos evadir el ser destruidos con ella?
18. El hecho de que la destrucción viene de Jehová lo ilustró la muerte súbita de ¿qué príncipe, y de qué consideró Ezequiel, según su clamor, que esto era señal?
18 El hecho de que la destrucción viene de Jehová entronizado en su organización celestial semejante a carro se ilustró en la experiencia que tuvo el profeta Ezequiel tocante a los veinticinco hombres que tramaron lo que resultó ser desastroso para Jerusalén: “Y aconteció que tan pronto como profeticé Pelatías el hijo de Benaya mismo murió, y procedí a caer sobre mi rostro y llorar con voz fuerte y decir: ‘¡Ay, oh Señor Soberano Jehová! ¿Es un exterminio lo que estás ejecutando con los que quedan de Israel?’” (Ezequiel 11:13) En esta visión, ¿qué hizo que Pelatías el príncipe cayera muerto después que Ezequiel había profetizado y notificado a los veinticinco “príncipes del pueblo”? El profeta Ezequiel, según lo que clamó con temor, consideró que fue una ejecución directa de juicio de parte de Jehová. Lo consideró como una señal, no solo de muerte inminente para los otros veinticuatro príncipes, sino también de un verdadero exterminio de todos los “que quedan de Israel.” Sin embargo, no desafió el derecho de Dios a exterminarlos a todos.
19. ¿Qué temor de personas con inclinación a lo religioso hoy día es comparable al clamor de Ezequiel; y en vista de la actitud de los comunistas, qué pregunta surge en cuanto al futuro de la religión?
19 Tal como Ezequiel temió la destrucción de todo el pueblo pactado de Jehová durante la amenazadora destrucción de Jerusalén, así pudiera suscitarse un temor en los corazones de las personas con inclinación religiosa que no comprenden la distinción que existe entre la cristiandad y el cristianismo verdadero. Su pregunta inspirada por el temor pudiera ser: ‘Si en la venidera “tribulación grande” que le viene a todo el sistema de cosas Jehová extermina a toda la cristiandad y sus aliados mundanos, ¿significará esto la destrucción del cristianismo verdadero?’ A los elementos comunistas y otros elementos radicales de este sistema de cosas que odian el cristianismo de la Santa Biblia les gustaría que fuera así y les gustaría participar en hacerlo así. Quisieran no solo el exterminio del cristianismo hipócrita de la cristiandad, sino también el de la “religión pura,” la verdadera adoración cristiana del Señor Soberano Jehová. (Santiago 1:27, Mod; NM) ¿Tendrán estos radicales irreligiosos la satisfacción de ver realizada tal cosa, en constatación de los temores de algunas personas religiosas?
LA DESTRUCCIÓN DE LA CRISTIANDAD NO ES LA DESTRUCCIÓN DEL CRISTIANISMO
20, 21. ¿Quién únicamente podía contestar la pregunta que con temor hizo Ezequiel, y qué prometió que él llegaría a ser para los hermanos desterrados de Ezequiel que tenían derecho a recomprar?
20 La pregunta de Ezequiel inspirada por el temor solo podía ser contestada por Jehová, cuyo pacto había sido roto por la casa de Israel. Su respuesta a Ezequiel ejemplificó lo que sucedería tocante al cristianismo verdadero en este “tiempo del fin” moderno. Ezequiel nos da la respuesta divina cuando escribe ahora:
21 “Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, diciendo: ‘Hijo del hombre, respecto a tus hermanos, tus hermanos, los hombres que tienen que ver con tu derecho de recompra, y toda la casa de Israel, toda ella, son aquellos a quienes los habitantes de Jerusalén han dicho: “Aléjense de Jehová. A nosotros pertenece ello; la tierra nos ha sido dada como cosa de posesión”; por lo tanto di: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Aunque los he alejado de entre las naciones, y aunque los he esparcido entre las tierras, sin embargo llegaré a ser para ellos un santuario por un poco de tiempo [o, de manera pequeña] entre las tierras a las cuales han ido.’”’”—Ezequiel 11:14-16, y lectura marginal.
22. En cuanto a los desterrados, ¿a quiénes podría incluir la expresión “toda la casa de Israel, toda ella,” y cómo entraba en el caso de estos desterrados el asunto de una recompra?
22 Esta promesa divina tuvo referencia a Ezequiel mismo y a sus compañeros de destierro en Babilonia a centenares de kilómetros de Jerusalén. Eran los hermanos israelitas de Ezequiel. Eran aquellos que en el año 617 a. de la E.C. habían sido puestos lejos entre las naciones y esparcidos entre las tierras debido a la decisión judicial de Jehová. Así habían sido obligados a dejar sus posesiones hereditarias en la tierra de Israel. Además de éstos, la expresión de Jehová “toda la casa de Israel, toda ella” pudiera incluir a los israelitas que habían sido llevados al destierro por los Asirios allá en 740 a. de la E.C. (2 Reyes 17:6-18; 18:9-12) Según la ley de Dios que se manifiesta en Levítico 25:13-38, la tierra hereditaria en Israel que se vendía a un residente forastero podía ser recomprada para el israelita sin tierras por un pariente israelita allegado antes que llegara el Año de Jubileo, y así el terrateniente original podía ser reinstalado en su propiedad dada por Dios. Pero, ¿tenían los habitantes de Jerusalén en el día de Ezequiel el espíritu amoroso de un rescatador o recomprador para con sus hermanos en el destierro esparcidos por todo el Imperio Babilonio?
23. ¿Tenían los habitantes de Jerusalén el espíritu amoroso de un rescatador para con sus hermanos desterrados? ¿Qué evidencia hay en cuanto a ello según la manera en que sus habitantes hablaban y planeaban?
23 De acuerdo con la manera en que Jehová describió a los judíos que todavía ocupaban a Jerusalén y la tierra de Judá, no. Estos no deseaban que sus hermanos desafortunados fueran restaurados del destierro en Babilonia y reocuparan sus propiedades en la tierra de Israel. Veían con gusto el que sus hermanos, contrario a su propia voluntad, se vieran alejados de Jehová tanto como fuera posible, a fin de que ellos pudieran tener todo el terreno para ellos mismos en la tierra de Israel donde se entendía que estaba Jehová. Les parecía que por Su acto de providencia ahora toda la tierra les había sido dada en posesión. Como Pelatías el hijo de Benaya, pensaban que estaban seguros en la tierra y que era tiempo de edificar allí casas para ocuparlas permanentemente. Se sentían cómodos y seguros como carne en una olla de boca ancha. (Ezequiel 11:1-3, 13) Con falta de cariño fraternal, no estaban anuentes a compartir otra vez la tierra dada por Dios con desterrados restaurados.
24. ¿Cómo diferían los pensamientos de Jehová de los pensamientos de los habitantes de Jerusalén, y qué prometió ser para aquellos desterrados?
24 Sin embargo, los pensamientos de Jehová diferían de los de ellos. No estaba dispuesto a favorecer a aquellos habitantes codiciosos de tierra de Jerusalén y Judá permitiendo que disfrutaran de ocupación continua de la tierra a costa de sus hermanos que estaban en el destierro. Estaba misericordiosamente dispuesto a favorecer a los arrepentidos entre aquellos desterrados. Durante su destierro llegó a ser para ellos un “santuario por un poco de tiempo [o, de manera pequeña] entre las tierras a las cuales han ido.” (Ezequiel 11:16) Por el “poco de tiempo,” por el tiempo limitado de su destierro, él sería un lugar santo en el cual podrían refugiarse y estar seguros y ser conservados para Sus buenos propósitos del futuro.
25. Además de ser un “santuario” para aquellos desterrados “por un poco de tiempo,” ¿por qué podría serlo para ellos solo “de manera pequeña”?
25 Jehová sería tal “santuario” a cierto grado, “de manera pequeña,” puesto que no podría protegerlos de todas las consecuencias merecidas de su mala conducta pasada para con él. Había hecho que les sobreviniera el destierro como recompensa debida, y no iba a acortar el tiempo del destierro en Babilonia que había decretado y predicho para ellos. Por lo tanto, el serles un santuario estaba limitado. Pero mayor misericordia habría de mostrárseles como le dijo ahora a Ezequiel que les explicara, con estas palabras:
26. ¿Qué mayor misericordia habría de mostrarse a aquellos desterrados según ahora le dijo Jehová a Ezequiel que les dijera?
26 “Por lo tanto di: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “También ciertamente los recogeré a ustedes de los pueblos y los reuniré de las tierras entre las cuales han sido esparcidos, y ciertamente les daré el suelo de Israel. Y ellos ciertamente irán allí y removerán todas sus cosas repugnantes y todas sus cosas detestables de allí. Y ciertamente les daré un solo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y ciertamente removeré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne, para que anden en mis propios estatutos y guarden mis propias decisiones judiciales y realmente las efectúen, y realmente lleguen a ser mi pueblo y yo mismo llegue a ser su Dios.”’”—Ezequiel 11:17-20.
27. Sin embargo, ¿qué dijo Jehová acerca de los habitantes de Jerusalén que no querían que los desterrados regresaran a la tierra de Israel?
27 ¿Qué pasaba, sin embargo, en cuanto a los habitantes de Jerusalén y Judá que no estaban deseosos de que los desterrados regresaran a la tierra de Israel? Acerca de estos príncipes y pueblo que mostraban egoísmo Jehová pasó a decir por medio de Ezequiel: “‘Pero en cuanto a aquellos cuyo corazón va andando en sus cosas repugnantes y en sus cosas detestables, sobre su cabeza ciertamente traeré su propio camino,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová.”—Ezequiel 11:21.
28. ¿Cómo trajo Jehová a los codiciosos desamorados el fruto de sus detestables caminos, y cómo mostró misericordia a los desterrados arrepentidos?
28 Para el año 607 a. de la E.C. y por medio de la destrucción de Jerusalén y su templo y la desolación de la tierra de Judá, Jehová trajo sobre aquellos judíos idólatras quebrantapactos el fruto de su camino repugnante y detestable. Con su espada de ejecución judicial los derribó por medio de los “extraños” babilonios. Así perdieron el “suelo de Israel” que abrazaban tan codiciosamente para sí mismos. Pero, ¿qué hay de aquellos desterrados alejados en Babilonia? En 537 a. de la E.C., después de completarse el tiempo señalado de setenta años de desolación de la tierra de Judá, el resto arrepentido de aquellos israelitas desterrados fue recogido y restaurado al “suelo de Israel.” Allí Jehová hizo para ellos tal como había prometido por medio de su profeta Ezequiel. Así demostró que ellos eran su pueblo y que él era su Dios. Jerusalén fue reedificada y se edificó otro templo en el lugar antiguo.
¿HABRÁ DE SER RESTAURADA LA CRISTIANDAD?
29. ¿Prefigura esto que la cristiandad será restaurada después del Har-Magedón? ¿Qué entendimiento equivocado en cuanto a lo que es la cristiandad hay que corregir aquí?
29 ¿Qué prefiguró esto para nuestro día moderno? ¿Podría significar en realidad que la cristiandad, que habrá de ser destruida en la venidera “tribulación grande,” será restaurada a la Tierra algún tiempo después de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón? (Mateo 24:21, 22; Revelación 16:14-16) ¡No, no podría significar esto! Tenemos que corregir aquí todo entendimiento equivocado de lo que es la cristiandad. Quizás los miembros de las iglesias de ella entiendan que la cristiandad significa el reino de Cristo y que es lo mismo que el reino de Cristo. Pero no es así, y por consiguiente no puede haber cristiandad verdadera y cristiandad falsificada.
30, 31. ¿De qué organización religiosa que es mayor ha formado parte siempre la cristiandad, y qué dice Revelación 18:21 a 19:3 acerca de esa organización mayor?
30 Solo hay una cristiandad, y es una organización religiosa falsa, hipócrita. Jamás olvidemos que la cristiandad es y siempre ha sido parte de lo que la Biblia llama Babilonia la Grande, que es el imperio mundial de religión babilónica falsa. Es la parte más poblada y poderosa de Babilonia la Grande. La cristiandad no será más restaurada a la Tierra de lo que lo será el resto de Babilonia la Grande. Acerca de Babilonia la Grande, toda ella, incluso la cristiandad, leemos, en Revelación 18:21 a 19:3, estas palabras:
31 “Y un ángel fuerte alzó una piedra semejante a una gran piedra de molino y la arrojó al mar, diciendo: ‘Así con lanzamiento veloz será arrojada hacia abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca volverá a ser hallada.’ . . . ‘¡Alaben a Jah! Y el humo de ella sigue ascendiendo para siempre jamás.’”—Compare con Jeremías 51:58-64.
32. ¿Dejará la destrucción de la cristiandad a Jehová sin su religión pura en la Tierra? ¿Qué efecto tiene en este asunto lo que ha estado floreciendo en la Tierra en el campo de la religión desde 1919?
32 La destrucción total de la cristiandad junto con el resto de Babilonia la Grande no quita una sola jota de la religión cristiana verdadera de Dios en la Tierra; no lo deja a Él sin su religión pura e incontaminada en la Tierra. La realidad es que la aniquilación de la cristiandad dejará un cristianismo verdadero vivo y floreciente, resaltando en gloriosa pureza bajo la protección de Dios. Este cristianismo ha estado floreciendo en la Tierra con cada vez mayor intensidad desde el año 1919 E.C. ¿Entre quiénes, si no ha sido en la cristiandad? Entre el resto dedicado, bautizado y ungido de los adoradores de Jehová. Son éstos quienes fueron prefigurados por el mismo profeta desterrado Ezequiel.
33. ¿En quiénes durante este siglo veinte ha cumplido Jehová la profecía que dio por medio de Ezequiel acerca del recogimiento de su pueblo y de restaurarlo al “suelo de Israel” y cómo, por qué serie de acontecimientos?
33 Realmente, es en éstos que Jehová ha cumplido su profecía por Ezequiel acerca de recoger y reunir a su pueblo de su condición esparcida y darles el “suelo de Israel,” en este “tiempo del fin.” (Ezequiel 11:17-20) Estos adoradores dedicados, ungidos con el espíritu de Jehová, entraron en cautiverio y destierro babilónico durante la guerra mundial de 1914-1918 y entonces pasaron por una severa disciplina. Su condición espiritual y sus expectativas de ser reactivados en el servicio de Dios se representaron y predijeron en la visión que le fue dada a Ezequiel alrededor de 606 a. de la E.C., después de la destrucción de Jerusalén, en la cual visión vio una llanura de valle llena de huesos secos y lo que sucedió para hacer que vivieran de nuevo. (Ezequiel 37:1-28; 33:21, 22; 32:1) En la primavera del año 1919 E.C. el fiel resto ungido de los adoradores cristianos de Jehová fue librado de este cautiverio babilónico y se sacudió los grillos de Babilonia, siendo restaurado así al “suelo” simbólico del Israel espiritual. Este repoblar del “suelo” desolado del Israel espiritual también fue predicho después de la destrucción de Jerusalén, en el capítulo treinta y seis de la profecía de Ezequiel 36.
34. ¿Cómo ha purificado Jehová todavía más a los israelitas espirituales ungidos desde 1919 E.C.?
34 Jehová ha purificado todavía más a estos israelitas espirituales ungidos desde que fueron libertados del cautiverio babilónico en 1914 E.C. Bajo la guía de su espíritu santo estos restaurados han procedido tal como él predijo: “Ciertamente irán allí y removerán todas sus cosas repugnantes y todas sus cosas detestables de allí.”
35. ¿Según qué promesa ha dado Jehová a los restaurados una mejor condición de corazón espiritualmente, y el trabajo de quién han estado cumpliendo como se ve en la visión de Ezequiel?
35 Con ese fin Jehová les ha dado una mejor condición de corazón espiritualmente tal como había predicho: “Y ciertamente les daré un solo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y ciertamente removeré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne, para que anden en mis propios estatutos y guarden mis propias decisiones judiciales y realmente las efectúen; y realmente lleguen a ser mi pueblo y yo mismo llegue a ser su Dios.” (Ezequiel 11:18-20) Estos adoradores ungidos purificados de Jehová como Dios son los que, como clase, cumplen el cuadro profético del hombre “vestido con el lino, a cuyas caderas estaba el tintero de secretario.” Al servir así marcan las frentes de las personas que serán dejadas con vida cuando sobre la cristiandad venga destrucción ardiente desde Jehová entronizado en su carro celestial.
36. ¿Quiénes están disfrutando ahora del favor de Jehová junto con el resto restaurado?
36 Los que están marcados en la frente para ser conservados con vida a través de la venidera “tribulación grande” que le sobrevendrá a la cristiandad están disfrutando ahora del favor de Jehová junto con el resto ungido restaurado de israelitas espirituales en el “suelo” simbólico del Israel espiritual.
37. ¿Por qué y cómo ha requerido esto un cambio de corazón de parte de la “grande muchedumbre” recogida desde 1935 E.C., y en qué trabajo salvavidas han estado ayudando al resto espiritual?
37 Especialmente desde el año 1935 E.C. ha sido recogida la constantemente mayor “grande muchedumbre” de personas de cualidades de oveja para estar en asociación con el resto ungido de los testigos cristianos de Jehová.a Ellas también han tenido que dejar las cosas detestables y repugnantes de la cristiandad y de lo demás de Babilonia la Grande para emprender la adoración pura e incontaminada del único Dios vivo y verdadero. Esto ha exigido un cambio de corazón de su parte. Cada vez con mayor claridad ha quedado marcado en sus vidas que también son adoradores dedicados de Jehová como su Dios. Hasta ahora están ayudando muchísimo al resto espiritual ungido en la obra de marcar simbólicamente las frentes de todos los que buscan la religión pura.
EL CARRO PASA A UN PUESTO DE OBSERVACIÓN
38. ¿Contra quiénes, a Su tiempo, usa sus armas la fuerza de ejecución de Jehová, y como si fuera desde dónde puede observar él la obra salvavidas, mientras prosigue?
38 No contra estos marcados, sino contra todos los que permanecen en asociación activa y simpatizante con la cristiandad y con todo el resto de Babilonia la Grande empezarán las fuerzas angelicales de ejecución de Jehová a usar sus armas de destrucción a Su tiempo señalado. Él observa y dirige la obra salvavidas desde un excelente puesto de observación. (2 Pedro 3:9-14) Es como si su organización celestial semejante a carro hubiera pasado la cúspide del monte de los Olivos que está al este de Jerusalén, mirando hacia abajo a ella desde allí.
39. ¿A qué ubicación final ve Ezequiel que pasa el carro celestial de Jehová, y desde ese mismo sitio, cuándo y quién predijo la destrucción de una Jerusalén posterior?
39 Esta es la significativa ubicación donde el profeta Ezequiel vio finalmente el carro de ruedas altas de Jehová, según lo que nos dice al cerrarse esta serie de visiones, con estas palabras: “Y los querubines ahora alzaron sus alas, y las ruedas estaban cerca de ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, desde arriba. Y la gloria de Jehová fue subiendo de sobre en medio de la ciudad y empezó a posarse sobre la montaña que está al este de la ciudad.” (Ezequiel 11:22, 23) Fue desde este mismo monte de los Olivos que, 644 años después, Jesucristo el Hijo de Dios predijo la destrucción ardiente que habría de sobrevenirle a la Jerusalén de aquel día en el año 70 E.C., una destrucción que en sí misma señalaba proféticamente a la destrucción que le viene a la cristiandad como la Jerusalén infiel antitípica de tiempos modernos.—Mateo 24:1-22; Marcos 13:1-20; Lucas 21:5-24.
40. Después de aquel movimiento del carro celestial de Jehová a la cúspide de la montaña, Ezequiel fue puesto en posición de hacer ¿qué, y cuándo vio de nuevo el carro, y por cuánto tiempo profetizó?
40 Después que el carro celestial de Jehová ocupó su posición sobre el monte de los Olivos, a Ezequiel mismo se le puso en posición de declarar las visiones proféticas que tenían que ver con la Jerusalén de su día. No fue sino hasta dieciocho años y medio después, lo cual fue trece años y medio después de la destrucción de Jerusalén, que Ezequiel vio otra vez el “carro” simbólico de Jehová. (Ezequiel 40:1-6; 43:1-17) En este tiempo posterior recibió un mensaje profético de otra clase del Conductor Divino del carro celestial. Ezequiel continuó siendo profeta de Jehová hasta el principio del año vigésimo séptimo de su destierro en Babilonia. (Ezequiel 29:17-21) De modo que durante veintiún años y nueve meses sirvió de testigo profético de Jehová.—Ezequiel 1:1-3.
CONTANDO A OTROS LA SERIE DE VISIONES
41. Al recibir esta serie de visiones, ¿para qué estaba siendo equipado Ezequiel, y, ahora, cuándo empezó a hacer esto y para con quiénes?
41 Una cosa es ver visiones inspiradas; otra cosa es ser obediente al mandato de Jehová de contar a otros lo que uno vio y oyó en esas visiones. Al tener el privilegio de ver las visiones Ezequiel no estaba simplemente siendo entretenido; estaba siendo equipado para el trabajo de predicar y enseñar para el cual estaba comisionado. Con ese propósito en mira se le suelta al fin del poder de la inspiración y se le devuelve al dominio de la realidad donde tiene que efectuar su trabajo. Por consiguiente, después de escribir lo que entonces será su vista final del carro celestial de Jehová, nos dice: “Y un espíritu mismo me alzó y finalmente me llevó a Caldea al pueblo desterrado, en la visión por el espíritu de Dios; y la visión que yo había visto fue ascendiendo de sobre mí. Y empecé a hablar al pueblo desterrado todas las cosas de Jehová que él me había hecho ver.”—Ezequiel 11:24, 25.
42. Durante esta serie de visiones ¿dónde había estado Ezequiel, pero dónde había permanecido físicamente, y quiénes estaban sentados delante de él?
42 A través de toda esta serie de visiones Ezequiel había estado “sentado en [su] casa y los hombres de más edad de Judá estaban sentados delante de [él].” Él no salió de la compañía de aquellos hombres de más edad de Judá en su casa, sino que la mano de Jehová, con poder de inspiración, vino sobre Ezequiel y le hizo ver aquellas visiones tan asombrosas. No se declara cuánto tiempo estuvieron obligados aquellos hombres de más edad a esperar hasta que Ezequiel saliera de debajo de este espíritu visualizador de Dios. En visión se le transportó a centenares de kilómetros del río Kebar en Caldea (Babilonia), pero ahora por el mismo espíritu de inspiración fue devuelto a su verdadero lugar en su casa de desterrado. De modo que cuando la parte final de la visión “fue ascendiendo” de él, cobró el conocimiento de dónde estaba realmente.
43. ¿De qué manera se hizo que Ezequiel viera aquellas visiones, cómo consideró él su comisión de contar las visiones, y a quiénes se las contó?
43 No fue ningún sueño imaginativo lo que había visto Ezequiel. No era nada que Ezequiel hubiera suscitado en su propia mente. No fue por medio de ninguna droga “alucinogénica” del día moderno que mentalmente estuvo viajando y viendo lo que vio. Las visiones que le fueron dadas eran de Jehová, el Dios de profecía verdadera. El que las visiones no fueron imaginaciones vanas lo demuestra el hecho de que lo que las visiones presentaron simbólicamente se cumplió en la historia humana verdadera. En consecuencia Ezequiel tomó en serio las visiones; tomó en serio su comisión de revelarlas y contarlas. Inmediatamente que salió de debajo del poder visualizador de la inspiración se puso a contar a los hombres de más edad de Judá sentados en su casa lo que había visto y se le había mandado decir. No circunscribió su revelación de las profecías divinas a aquellos hombres de más edad que estaban en su casa, sino que salió a contarla a otros más. Esto era de interés a todo el pueblo desterrado allí en Caldea. Esta fue potente razón para que él procediera como informa de sí mismo: “Empecé a hablar al pueblo desterrado todas las cosas de Jehová que él me había hecho ver.”—Ezequiel 11:25.
44. ¿Qué obligación se nos impone cuando se nos da el entendimiento de las visiones de Ezequiel, y por qué es urgente que ahora cumplamos con esa obligación?
44 Por el poder esclarecedor del espíritu de Jehová hoy se nos ha dado un entendimiento de lo que significan esas visiones proféticas de Ezequiel. El que se haya dado ese entendimiento de esas revelaciones proféticas no es para que disfrutemos personalmente de ellas. Más bien, nos impone la obligación de imitar a Ezequiel y decir a toda persona implicada en esto lo que Jehová por medio de su organización celestial semejante a carro ha dado a conocer a nuestro entendimiento. Por nuestra propia causa, por causa de otros, ahora es más urgente que nunca antes que hagamos esto. ¡El tiempo de la destrucción ardiente de la cristiandad desde Jehová entronizado en su carro celestial jamás ha estado tan cerca!
[Nota]
a Vea The Watchtower del 1 y 15 de agosto de 1935 que contiene Parte 1 y Parte 2 del artículo intitulado “La grande muchedumbre” (La Torre del Vigía, septiembre de 1935).