CAPÍTULO 16
Una doble vida. ¿Por qué confesarlo?
□ Abusar del alcohol
□ Andar con personas a quienes tus padres ven como una mala influencia
□ Escuchar música con una letra ofensiva
□ Ir a fiestas desenfrenadas
□ Mantener una relación a escondidas
□ Entretenerte con películas y videojuegos violentos o inmorales
□ Usar lenguaje vulgar
FÍJATE en la lista de la página anterior. ¿Haces algo de eso a espaldas de tus padres? Seguramente sabes que lo que estás haciendo no está bien, y puede que hasta te remuerda la conciencia (Romanos 2:15). Con todo y eso, de solo pensar en confesárselo a tus padres tal vez tengas escalofríos, pues te imaginas su reacción. De modo que quizá prefieras no decirles nada y pienses que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Pero ¿no te has puesto a pensar que en realidad estás llevando una doble vida? ¿Qué factores pudieron haberte llevado a esta situación?
Más libertad
La Biblia dice que, al crecer, “el hombre [deja] a su padre y a su madre” (Génesis 2:24). Y lo mismo puede decirse de la mujer. Así, es normal que los jóvenes quieran crecer, pensar por su cuenta y tomar sus propias decisiones. Y por eso algunos se rebelan contra sus padres cuando estos les prohíben hacer ciertas cosas que consideran imprudentes o incluso poco apropiadas para un cristiano.
También es cierto que algunos padres pueden parecer demasiado estrictos. “No nos dejan ver prácticamente ninguna película —se queja una adolescente llamada Kim—. Mi padre nos tiene prohibido escuchar casi todo tipo de música.” Al enfrentarse a restricciones que creen injustas, muchos empiezan a envidiar a otros chicos que parecen gozar de más libertad.
Una muchacha de nombre Tammy da otra razón por la que algunos llevan una doble vida: el deseo de sentirse aceptados. “Primero comencé a decir palabrotas como mis compañeros —recuerda ella—. Así sentía que era igual que los demás. Después empecé a fumar y a emborracharme. Terminé saliendo con muchachos a escondidas, pues mis padres eran muy estrictos y no me dejaban tener novio.”
Algo similar le pasó a un adolescente llamado Pete, que fue educado como testigo de Jehová. “Tenía mucho miedo de que se burlaran de mí”, reconoce. ¿A qué lo llevaron esos temores? “Como quería ser popular —cuenta—, me inventaba excusas para explicar por qué no recibía regalos en las fiestas religiosas.” Aunque al principio solo cedía en asuntos de poca importancia, al poco tiempo llegó a cometer faltas graves.
Alguien te observa
Siempre ha habido personas con una doble vida. Ya en tiempos bíblicos, algunos israelitas encubrían de ese modo sus malas acciones. No obstante, el profeta Isaías les advirtió: “¡Ay de los que van a gran profundidad en ocultar [sus planes] de Jehová mismo, y cuyos hechos han tenido lugar en un sitio oscuro, mientras dicen: ‘¿Quién nos está viendo, y quién sabe de nosotros?’!” (Isaías 29:15). Los israelitas olvidaban que Dios veía lo mal que se portaban y que al debido tiempo les pediría cuentas.
Lo mismo sucede hoy día. Aunque logres engañar a tus padres, no podrás ocultarle a Jehová lo que hagas. “No hay creación que no esté manifiesta a la vista de él —dice Hebreos 4:13—, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” Por lo tanto, ¿de qué te serviría ocultarlo? Aparentar ser muy devoto en las reuniones cristianas no va a hacer que Dios se sienta menos indignado. En realidad, Jehová sabe si el corazón de la persona que lo “honra con los labios [...] está muy alejado” de él (Marcos 7:6).
Además, ¿has pensado que al llevar una doble vida hieres los sentimientos de Jehová? “Pero ¿cómo? —quizá te preguntes—. ¿De veras puedo lastimarlo?” Pues fíjate que sí. Piensa en los israelitas: cada vez que desobedecían la Ley de Dios, “causaban dolor aun al Santo de Israel” (Salmo 78:41). Por eso, ¿te imaginas lo dolido que debe sentirse Jehová cuando ve que jóvenes criados “en [su] disciplina y regulación mental” hacen cosas malas a escondidas? (Efesios 6:4.)
Corrige la situación
Por respeto a Dios, a tus padres y a ti mismo, deberías sacar a la luz lo que has estado haciendo. Puede que pases vergüenza o que sufras consecuencias desagradables (Hebreos 12:11). Por ejemplo, es posible que tus padres ya no confíen tanto en ti cuando sepan que los has engañado. Así que no debería extrañarte que por un tiempo te pusieran más restricciones que antes. Con todo, verás que tener la conciencia tranquila es mil veces mejor. ¿Por qué decimos esto?
Pues bien, supón que sales de excursión con tu familia. Tus padres te dicen que no te alejes, pero cuando no están mirando, te vas por otro lado y te pierdes. De repente, caes en arenas movedizas. ¿Te daría vergüenza pedir ayuda? ¿Pensarías: “Mejor no digo nada, porque me van a regañar”? ¡Claro que no! De seguro pedirías auxilio con todas tus fuerzas.
De igual modo, si llevas una doble vida, necesitas ayuda urgente. Es obvio que no puedes borrar tu pasado, pero sí puedes cambiar tu futuro. Por mucho que te cueste, pide ayuda antes de que te causes más daño a ti y hagas sufrir a tu familia. Si te arrepientes de corazón, Jehová será misericordioso contigo (Isaías 1:18; Lucas 6:36).
Por lo tanto, diles la verdad a tus padres. Entiende su dolor y acepta la disciplina. A la larga harás felices a Jehová y a tus padres. Y tú, por tu parte, sentirás el alivio de vivir con la conciencia tranquila (Proverbios 27:11; 2 Corintios 4:2).
Tienes mucho en común con tus compañeros de clase. Pero ¿deberían ser tus amigos?
TEXTO BÍBLICO CLAVE
“El que encubre sus transgresiones no tendrá éxito, pero al que las confiesa y las deja se le mostrará misericordia.” (Proverbios 28:13)
UNA SUGERENCIA
No restes importancia a tus errores, pero tampoco te juzgues con mucha dureza. Recuerda que Jehová está listo para perdonar (Salmo 86:5).
¿SABÍAS ESTO?
Los sentimientos de culpa pueden ser saludables, pues quizá hagan que una persona deje el mal camino. Ahora bien, si alguien sigue andando en malos pasos, perjudica su conciencia. Esta se hace tan insensible como el tejido cicatrizado que se forma después de una grave quemadura (1 Timoteo 4:2).
¡MANOS A LA OBRA!
Si llevo una doble vida, voy a hablar con... ․․․․․
Esto es lo que me ayudará a aceptar la disciplina que reciba: ․․․․․
¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․
Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?
● ¿Por qué llevan una doble vida algunos adolescentes?
● ¿Cuáles son algunas consecuencias de tener una doble vida?
● ¿Por qué vale la pena dejar esa clase de vida?
[Comentario de la página 140]
“En mi opinión, debemos decir cuanto antes que somos cristianos y explicar que tenemos elevadas normas morales. Mientras más pronto lo hagamos, menos trabajo nos costará.” (Linda)
[Ilustración de la página 141]
Si te estás hundiendo en las arenas movedizas de una doble vida, pide auxilio