CAPÍTULO 32
¿Cómo puedo divertirme?
Indica si es verdadero o falso:
Según lo que dice la Biblia,...
... está mal practicar deportes.
□ Verdadero □ Falso
... todas las películas y programas de televisión son malos.
□ Verdadero □ Falso
... bailar es pecado.
□ Verdadero □ Falso
¡POR fin es viernes! Te esforzaste en clase durante toda la semana, hiciste tus tareas del hogar y aún te quedan energías por quemar. “Esa es la ventaja de ser joven”, puede que digas (Proverbios 20:29). Y ahora que llegó el fin de semana, lo único que quieres es divertirte.
Tus compañeros tal vez digan que la Biblia es aburrida y que no te deja hacer nada. Pero ¿es eso cierto? Analicemos una a una las afirmaciones de la página anterior para averiguar qué dice en realidad la Biblia.
● Está mal practicar deportes.
Falso. La Biblia dice en 1 Timoteo 4:8 que “el ejercicio del cuerpo sirve para algo” (Versión Popular, 1983). La expresión griega que el apóstol Pablo emplea aquí para “ejercicio del cuerpo” hace referencia a los ejercicios físicos que realizan los deportistas. Hoy día existe una gran variedad de actividades deportivas, como correr, patinar, andar en bicicleta o jugar al tenis, al béisbol, al fútbol o al voleibol, por mencionar tan solo unas pocas. Todas son magníficas formas de hacer ejercicio sano y, al mismo tiempo, divertirse.
¿Significa esto que los deportes no presentan ningún peligro para los cristianos? Después de decirle a Timoteo que “el ejercicio del cuerpo sirve para algo”, fíjate en lo que añade Pablo: “La devoción a Dios es útil para todo, porque nos trae provecho para esta vida y también para la vida futura” (Versión Popular). Con estas palabras, el apóstol recalca que lo más importante para nosotros debe ser la devoción que le tenemos a Dios y nuestro deseo de complacerlo. Pues bien, ¿es esta siempre tu prioridad, incluso cuando vas a decidir si practicarás o no un deporte? Las siguientes tres preguntas te ayudarán a averiguarlo:
1. ¿Es un deporte muy peligroso? No te bases en lo que sabes de oídas ni te dejes llevar por los comentarios entusiastas de otros jóvenes. Infórmate. Por ejemplo: ¿Qué medidas de seguridad hay que tomar? ¿Qué preparación y equipo se requiere para que sea seguro? ¿Suelen sufrir accidentes quienes lo practican? Y aunque casi toda actividad conlleva riesgos, ¿cuál es el verdadero objetivo de ese deporte? ¿Desafiar a la muerte?
Recuerda que la vida es un valioso regalo de Dios. En la Ley que él dio al pueblo de Israel se castigaba duramente a quien matara a alguien por accidente (Éxodo 21:29; Números 35:22-25). Así que los israelitas tenían muy clara la importancia de la seguridad (Deuteronomio 22:8). Hoy día, los cristianos también tienen el deber de respetar la vida.
2. ¿Con qué tipo de gente me relacionaré? Si sobresales en algún deporte, es posible que tus compañeros y profesores te presionen para que te unas al equipo escolar. Quizá hasta tú mismo desees hacerlo. Un joven cristiano llamado Mark dijo: “Me parecía injusto que mis padres no me dejaran estar en el equipo de la escuela”. En vez de tratar de convencer a tus padres, piensa en todo lo que implicaría unirte al equipo. Por un lado, los entrenamientos y los partidos suelen programarse fuera de horas de clase. Si te va bien, te animarán a que les dediques más tiempo. Y si te va mal, tú mismo querrás entrenar más. Por otro lado, es fácil que uno se haga muy amigo de los miembros del equipo, pues comparte con ellos tanto la alegría de los triunfos como el dolor de las derrotas.
Así que pregúntate: “¿Me convendrá dedicar tanto tiempo a algo que podría llevarme a desarrollar una amistad estrecha con quienes no tienen mis mismos valores?” (1 Corintios 15:33). “¿Qué estoy dispuesto a sacrificar solo por jugar en cierto equipo?”
3. ¿Cuánto tiempo y dinero tendré que dedicar a este deporte? La Biblia recomienda que nos “asegur[emos] de las cosas más importantes” (Filipenses 1:10). Algo que te ayudará a aplicar este consejo es preguntarte: “¿Me quitará tiempo que debo dedicar a las tareas escolares o a las actividades de la congregación? ¿Cuánto me va a costar en total? ¿Me puedo dar ese lujo?”. Estas preguntas te ayudarán a ordenar tus prioridades.
● Todas las películas y programas de televisión son malos.
Falso. La Biblia pide a los cristianos que cumplan estos mandatos: “Adhiéranse firmemente a lo que es excelente” y “Absténganse de toda forma de iniquidad [o maldad]” (1 Tesalonicenses 5:21, 22). Y la verdad es que no todas las películas y programas de televisión contradicen estas normas.a
No se puede negar que ir al cine es una forma divertida de pasar tiempo con los amigos. Así lo cree una joven sudafricana de nombre Leigh. “Cuando quiero ver una película, llamo a una amiga y avisamos a los demás.” Por lo general, Leigh y sus amigos van a una de las primeras sesiones de la tarde. Después, sus padres pasan a buscarlos y van todos juntos a cenar.
Es cierto que el cine y la televisión son inventos modernos, pero en realidad son nuevas variantes de la antigua tradición de contar historias. El mismo Jesús tenía una habilidad especial para llegar al corazón de la gente con sus relatos. Su parábola del buen samaritano, por ejemplo, es muy conmovedora y enseña profundas lecciones morales (Lucas 10:29-37).
En la actualidad, los cineastas también intentan moldear los valores morales de la gente con sus historias. Tratan de que los espectadores se identifiquen con sus personajes. El problema es que muchas veces presentan a un criminal o un individuo cruel y ambicioso como el “bueno” de la película. Así que ten cuidado. No querrás acabar poniéndote de parte de un delincuente y justificando sus actos inmorales o crueles, ¿verdad? Pues bien, ¿qué tienes que hacer para no caer en esta trampa?
A la hora de ver una película o un programa de televisión, pregúntate: “¿Me enseñará a ser una persona más compasiva?” (Efesios 4:32). “¿O hará que me alegre de las desgracias ajenas?” (Proverbios 17:5.) “¿Me ayudará a ‘odiar lo que es malo’?” (Salmo 97:10.) “¿O hará que me ponga del lado de ‘los malhechores’?” (Salmo 26:4, 5.)
Aunque las críticas y la publicidad pueden darte una idea de lo que trata la película, no te confíes. Solo un ingenuo “pone fe en toda palabra” (Proverbios 14:15). A fin de cuentas, las críticas no son más que opiniones. Y es probable que la publicidad no muestre las escenas más desagradables. Una adolescente llamada Claudia tiene una interesante sugerencia: “Averigua quiénes son los actores principales. Así podrás hacerte una idea bastante clara de lo que verás”.
También puedes pedirles su opinión a otros jóvenes que tengan tus mismas creencias y valores. Eso sí, la mayoría solo te dirá lo que les gustó de la película; así que trata de averiguar qué cosas no les gustaron. Sé específico: pregúntales si hay escenas con violencia, sexo o espiritismo. Otra opción es recurrir a tus padres. “Yo siempre consulto a mis padres —dice Vanesa—. Si a ellos les parece que la película no tiene nada malo, voy y la veo.”
En conclusión, tienes que pensar bien qué películas o programas de televisión vas a ver. ¿Por qué? Porque el entretenimiento que eliges revela lo que realmente valoras, lo que hay en tu corazón (Lucas 6:45). Tu elección indica qué tipo de amistades te gustaría tener, la forma de hablar que apruebas y tu verdadera opinión sobre la inmoralidad sexual. Así que elige bien.
● Bailar es pecado.
Falso. La Biblia no condena todo tipo de baile. Cuando los israelitas cruzaron el mar Rojo para escapar del ejército egipcio, Míriam y las demás mujeres se pusieron a bailar para celebrarlo (Éxodo 15:20). Y en una parábola que Jesús contó, se celebró el regreso de un hijo rebelde con “un concierto de música y danzas” (Lucas 15:25).
Lo mismo pasa en la actualidad. En muchas culturas, a jóvenes y a mayores les gusta bailar cuando celebran fiestas con amigos y familiares. Y aunque la Biblia no condena las fiestas, hay que tener cuidado para que no se salgan de control y se conviertan en “diversiones estrepitosas” o “juergas”, pues eso sí está mal (Gálatas 5:19-21; Barclay). El profeta Isaías escribió: “¡Ay de los que se levantan muy de mañana para buscar solo licor embriagante, que se quedan hasta tarde en la oscuridad nocturna, de modo que el vino mismo los inflama! Y tiene que resultar que haya arpa e instrumento de cuerdas, pandereta y flauta, y vino en sus banquetes; pero la actividad de Jehová no miran” (Isaías 5:11, 12).
Aquellas fiestas se caracterizaban por el “licor embriagante” y los ritmos desenfrenados. Comenzaban temprano y duraban hasta muy entrada la noche. Y todos los que iban se comportaban como si Dios no existiera. ¡Con razón Dios las condenaba!
Pues bien, ¿qué puedes hacer si alguien te invita a una fiesta en la que habrá baile? Antes de aceptar, pregúntate: “¿Quiénes irán? ¿Qué reputación tienen? ¿Quién la organiza? ¿Quién la va a supervisar? ¿Qué opinan mis padres de que yo vaya? ¿Qué música se va a bailar?”. Hay muchos tipos de baile que solo buscan despertar los deseos sexuales. ¿Crees que bailándolos, o mirando cómo otros lo hacen, lograrás tu objetivo de “[huir] de la fornicación”? (1 Corintios 6:18.)
¿Y si te invitan a una discoteca? Fíjate en lo que cuenta Rubén, un joven que solía ir a esos locales antes de hacerse cristiano: “Por lo general, la música es indecente y el baile obsceno. La mayoría va con una sola intención”. ¿Cuál? Según él, encontrar a alguien con quien tener relaciones sexuales. Después de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, Rubén llegó a la siguiente conclusión: “Esos lugares no son para cristianos”.
¿Por qué debes mantenerte alerta?
¿Cuándo crees que es más fácil tomar por sorpresa a un soldado? ¿En el campo de batalla, o mientras está descansando con sus compañeros? ¿Verdad que es más probable que lo sorprendan cuando está más tranquilo, tomando un descanso? Pues lo mismo pasa en tu caso. No es fácil tomarte por sorpresa en la escuela o en el trabajo, pues allí estás alerta: siempre listo para defender tu fe y tus principios morales. Es después —mientras estás divirtiéndote con tus amigos— cuando bajas la guardia y te vuelves más vulnerable.
Es posible que otros jóvenes se burlen de ti porque obedeces las normas morales de la Biblia a la hora de divertirte. Hasta puede que algunos de ellos sean hijos de cristianos. Tal vez te acusen de ser un exagerado o de creerte mejor que los demás. Pero si se burlan de ti es porque su conciencia se ha vuelto insensible (1 Timoteo 4:2). Así que no cedas a la presión y mantén tu “buena conciencia” (1 Pedro 3:16).
Lo que realmente debería importarte no es su opinión, sino la de Jehová. Y siendo francos, si a tus amigos les molesta que escuches la voz de tu conciencia, tal vez sea el momento de cambiar de amigos (Proverbios 13:20). Nunca olvides que eres tú quien tiene el deber de defender en todo momento —aun cuando estés divirtiéndote— tus principios morales (Proverbios 4:23).
HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 37 DEL PRIMER VOLUMEN
La pornografía nunca ha sido tan común ni ha estado tan accesible. ¿Qué puedes hacer para no caer en esta trampa?
[Nota]
a Hallarás más información en el capítulo 36 del primer volumen.
TEXTO BÍBLICO CLAVE
“Regocíjate, joven, en tu juventud, [...] y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero sabe que debido a todas estas el Dios verdadero te traerá a juicio.” (Eclesiastés 11:9)
UNA SUGERENCIA
Ponte de acuerdo con tus padres para hacer algo divertido en familia —que no sea ver televisión— al menos una vez al mes.
¿SABÍAS ESTO?
El baile y la música eran una parte importante de la religión verdadera en tiempos de los israelitas (Salmo 150:4).
¡MANOS A LA OBRA!
Si me invitan a formar parte del equipo de la escuela, voy a decir que... ․․․․․
Si al ver una película con mis amigos me doy cuenta de que no es apropiada para un cristiano, haré lo siguiente: ․․․․․
¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․
Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?
● ¿Por qué no deberían los cristianos practicar deportes de riesgo?
● ¿Qué te ayudará a decidir si puedes ver cierta película?
● ¿Qué tipo de baile dirías que es apropiado para los cristianos?
[Comentario de la página 269]
“Me fascina bailar, pero mis padres me han enseñado que el baile no lo es todo en la vida. Tengo que admitir que sus consejos siempre me han ayudado mucho.” (Tina)
[Ilustración de la página 268]
Es más fácil atacar por sorpresa a un soldado cuando baja la guardia. Igualmente, es más fácil atacar tus principios morales cuando te diviertes con tus amigos