Canción 42
Ayudemos a los débiles
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1. Todo hombre es pecador:
nadie es la excepción;
aun así, Jehová nos ve
con gran compasión.
Muy rico es en bondad,
grande en fidelidad.
Como él queremos ser
demostrando amor.
2. “Si mi hermano débil es,
yo lo soy también”,
dijo Pablo al compartir
el dolor del fiel.
Su sangre Cristo dio,
a todos nos compró;
débiles o fuertes son
propiedad de él.
3. A las almas débiles
has de socorrer,
en lugar de condenar
o ver con desdén.
Su llanto enjugarás,
consuelo les darás.
A Jesús imitarás,
cumplirás su ley.
(Véanse también 2 Cor. 11:29; Isa. 35:3, 4; Gál. 6:2.)