HOYO
Concavidad formada naturalmente o hecha a propósito. Los pozos de betún en los que cayeron los reyes de Sodoma y Gomorra probablemente eran concavidades naturales (Gén. 14:10); mientras que el “hoyo” o “pozo” donde los hermanos de José lo arrojaron probablemente era una “cisterna” de hechura humana. (Gén. 37:20-29, RH; compárese con NM.)
La palabra hebrea sche’óhl se vierte una vez en la Versión Valera de 1877 como “hoyo profundo”. (Sal. 86:13.) Aunque Seol realmente se refiere a la sepultura común de toda la humanidad más bien que a una tumba individual, la expresión “hoyo profundo” comunica hasta cierto grado el significado de Seol: “lugar hueco”. En Job 17:13-16 se puede ver que Job hace un paralelismo entre Seol y hoyo como lugares de oscuridad y polvo. De manera similar, la oración de David a Dios en el Salmo 30:3 dice: “Oh Jehová, has hecho subir mi alma del Seol mismo; me has mantenido vivo, para que no baje al hoyo”. (Compárese con Jonás 2:2-6.) En Salmos 88:3-5 se mencionan el Seol, el hoyo y la sepultura en ese mismo orden. (Véanse también Job 33:18-30; Salmos 30:3, 9; 49:7-10, 15; 88:6; 143:7; Proverbios 1:12; Isaías 14:9-15; 38:17, 18; 51:14; véanse SEOL; SEPULCRO.) El asociar el hoyo con la muerte y la tumba era bastante normal en vista de la costumbre antigua de emplear o excavar un hoyo como sepultura.
Como también se usaban hoyos como trampas para el enemigo o para capturar animales, la palabra “hoyo” se usa en sentido figurado para referirse a las situaciones o intrigas peligrosas que acosan a los siervos de Dios. (Sal. 7:15; 40:2; 57:6; Pro. 26:27; 28:10; Jer. 18:20, 22.) A veces en los hoyos se colocaban redes para que la víctima quedase atrapada en ellos. (Sal. 35:7, 8.) Según la Ley, si un animal doméstico caía dentro de un hoyo excavado por alguien, el propietario del hoyo tenía que hacer compensación al dueño del animal si este moría. (Éxo. 21:33, 34.)
En un sentido similar, se compara a una prostituta y a la “boca de las extrañas” con un “hoyo profundo”. (Pro. 22:14; 23:27.)
Las cisternas que usaban los hebreos y otros pueblos del Oriente Medio para almacenar agua eran básicamente hoyos que habían excavado. Solían tener forma de botella; la boca generalmente era estrecha, de solo unos 30 cm. de ancho a lo largo del primer metro aproximadamente, y luego se ensanchaba hasta formar una cavidad en forma de bulbo.
La palabra griega fré·ar, “hoyo”, utilizada en la expresión “hoyo del abismo” de Revelación 9:1, 2, es la misma palabra que Juan usa en su relato del evangelio para describir el “pozo” que había en la fuente de Jacob donde Jesús se encontró con la mujer samaritana. (Juan 4:11, 12.) El significado primario de fré·ar es el de un pozo o un hoyo excavado en la tierra, y por lo tanto, puede referirse a cualquier hoyo o abismo, incluyendo el hoyo insondable del cual ascienden las langostas de Revelación. (Rev. 9:3; véanse ABISMO; TARTARO.)