Preguntas de los lectores
● ¿No se hizo Lucero Satanás el Diablo, según Isaías 14:12 (Mod)? —A. R., Estados Unidos.
El término “Lucero” o “Lucifer” se halla una sola vez en las Escrituras, a saber, en Isaías 14:12. Aun esto, sin embargo, es verdad solamente respecto a ciertas versiones, tales como en castellano las versiones Moderna, Valera y Scío, y en inglés las versiones Autorizada, Douay, Una Traducción Americana, Knox y Darby. La Versión Bover-Cantera dice “estrella rutilante,” y la de Nácar-Colunga “lucero brillante.” La Versión Normal Americana y la Versión Normal Revisada usan la expresión “Lucero del alba”; Rótherham, “Refulgente”; Móffatt, “Lucero brillante.”
La Versión Moderna en Isaías 14:12, 13 lee: “¡Cómo caíste de los cielos, oh Lucero [Lucifer, Scío], hijo de la aurora! ¡has sido derribado por tierra, tú que abatiste las naciones! Y tú eres aquel que dijiste en tu corazón: ¡Al cielo subiré; sobre las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de Asamblea, en los lados del Norte!”
La palabra hebrea que aquí se traduce Lucero es Heylel. En la Versión de los Setenta se traduce por la palabra griega Eosforo, que significa “el que trae la aurora.” En la Versión Vulgata latina de Jerónimo esta palabra se traduce “Lucifer,” lo que explica por qué aparece en otras versiones, especialmente en versiones católicas. Para que apreciemos exactamente cómo puede aplicarse el vocablo “Lucero” es menester que tengamos presente los siguientes puntos.
Primero, que esta profecía se dirige principalmente al rey de Babilonia, el cual, por motivo de sus muchas conquistas, especialmente la de la nación de Judá en 607 a. de J.C., se hizo el gobernante mundial y por lo tanto semejante al que trae la aurora, el lucero del alba, Venus, el cual es el más refulgente de todos los cuerpos celestiales después del sol y de la luna.
Segundo, que esta profecía es en realidad un cántico de burla, como se nota en la traducción de Bover-Cantera del versículo cuatro: “Proferirás esta sátira [mofa, Ro] sobre el rey de Babilonia.” Se dirige en contra de uno que se ensalzó muchísimo y del cual se está mofando al tiempo de su derrota.
Y tercero, no hemos de pensar en estas estrellas como estrellas o planetas literales. A veces en las Escrituras se le llama estrella a un príncipe glorioso, como leemos: “Una estrella ciertamente saldrá de Jacob, y un cetro verdaderamente se levantará de Israel.” (Núm. 24:17) Puesto que se decía que los príncipes o reyes de Jerusalén se sentaban en el trono de Jehová, sería apropiado hablar de ellos como “estrellas de Dios.”
Por lo tanto, cuando el rey de Babilonia tomó cautivo a Sedequías, el último rey de Judá, él había ensalzado su trono sobre las estrellas de Dios, y en este sentido se había hecho semejante al Altísimo. Es solamente en esta ocasión, cuando Satanás, el dios del rey de Babilonia, de veras vino a ser el “dios de este sistema de cosas,” que él fué representado pictóricamente por el rey de Babilonia y por eso en sentido de mofa se pudiera hacer referencia a él como el Refulgente, Lucero o Lucifer.—2 Cor. 4:4.
Así vemos que este título no podría referirse a la perfección original, a la hermosura y refulgencia como de joya de las cuales él disfrutó como querubín cubriente, rasgos que el profeta Ezequiel describe en Ezequiel 28:14-17, Mod. Sólo puede aplicarse a Satanás en un sentido de mofa, y eso sólo desde 607 a. de J.C. en adelante. Para más detalles véase La Atalaya del 1 de abril de 1950, páginas 99 hasta 108.