Muestre respeto a la organización de Jehová
“Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre. Porque el mandamiento es una lámpara y la enseñanza es una luz, y las reprensiones de la disciplina son el camino de la vida.”—Pro. 6:20, 23, NR.
1. ¿Quiénes son los hijos de la cristiandad, y en qué condición están?
LOS hijos de la cristiandad son hijos de este sistema de cosas, porque la cristiandad es parte dominante de él. Los hijos de la cristiandad tienen una lámpara, la Biblia, en cientos de millones de ejemplares en muchos idiomas; pero les es como una lámpara no prendida. ¿Por qué? Porque el padre de este sistema de cosas y su prole desaliñada, la “cristiandad,” les han cegado la mente para que no vean la luz de la lámpara. Peor que eso, deliberadamente han echado fuera a sus hijos sin que éstos le tengan el aprecio debido a su lámpara y han dejado que vaguen en una condición de oscuridad y casi de destitución. Aun la lámpara que llevan, estando velada para ellos, les habría sido arrancada si no lo hubiese impedido una mano más poderosa. Esa es la descripción de los hijos del viejo mundo que se hallan en la cristiandad.—2 Cor. 3:15; 4:4, 6.
2. ¿De qué manera significativa difieren los hijos de la sociedad del nuevo mundo de los hijos de la cristiandad?
2 ¡Qué contraste se nota cuando miramos a los hijos de la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová! Llevan una lámpara también, de hecho la misma lámpara, la Palabra escrita de Dios. Pero como está escrito en el Salmo 119:105 (Mod): “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino.” ¿Por qué es que ellos tienen luz mientras que los hijos de la cristiandad no? Los unos y los otros tienen la misma lámpara, la Palabra de Dios, la Biblia. ¿En qué consiste la diferencia? La respuesta es que ellos han mirado con la cara descubierta a la resplandeciente Palabra del Padre celestial y también aceptaron instrucción esclarecedora por medio de su organización maternal. Como está escrito en Proverbios 6:20, 23 (NR): “Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre. Porque el mandamiento es una lámpara y la enseñanza es una luz, y las reprensiones de la disciplina son el camino de la vida.”
3. ¿Qué se requiere de los que quieren tener la luz procedente de la Biblia?
3 Considere eso por un instante. Dos cosas se mencionan: el mandamiento del padre y la enseñanza o ley de la madre. Luego el proverbio explica que el mandamiento del padre es una lámpara encendida pero que también hay luz procedente de la enseñanza o ley de la madre. El mundo está lleno de Biblias, el cual Libro contiene los mandamientos de Dios. ¿Por qué, entonces, no sabe la gente qué camino tomar? Porque no tiene también la enseñanza o ley de la madre, la cual es luz. Jehová Dios ha provisto su santa Palabra escrita para todo el género humano y ella contiene toda la información que los hombres necesitan para seguir el proceder que conduce a la vida. Pero Dios no ha hecho arreglos para que esa Palabra hable independientemente o para que destelle verdades vivificantes por sí misma. Su Palabra dice: “Luz está sembrada para el justo.” (Sal. 97:11, Mod) Es por medio de su organización que Dios suministra esta luz que el proverbio dice que es la enseñanza o ley de la madre. Si hemos de andar en la luz de la verdad tenemos que reconocer no sólo a Jehová Dios como Padre nuestro sino también a su organización como madre nuestra.
4. ¿A qué grado se requería que los israelitas honraran a su padre y a su madre? y ¿a qué grado se requiere que los honren los cristianos hoy?
4 Algunos que dicen ser cristianos y que llaman a Dios Padre suyo se jactan de que andan solos con Dios, de que él dirige personalmente sus pasos. Estas personas no sólo abandonan la enseñanza o ley de la madre, sino que literalmente arrojan a la calle a la mujer de Dios. La luz de la verdad de Dios no es para ellos. En la nación de Israel Jehová hizo obligatoria la obediencia a los padres. “Honra a tu padre y a tu madre” fué el quinto mandamiento de los Diez. (Éxo. 20:2-17; Deu. 5:16) El galardón por ser obedientes era larga vida; por ser desobedientes, la muerte. “En caso de que un hombre llegara a tener un hijo terco y rebelde, uno que no prestara atención a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y ellos le hayan corregido pero él no quiera escucharles, entonces . . . todos los hombres de la ciudad de él deben lapidarlo con piedras y él debe morir.” (Deu. 21:18-21) No sólo se requería dicha honra y obediencia como un derecho que tenían los padres inmediatos en la carne sino también como un derecho legítimo que tenían los hombres de mayor edad y de influencia en Israel. El no mostrar respeto propio como ése a Eliseo, profeta de Jehová, acarreó sobre un grupo de delincuentes juveniles la justa sentencia de ser ejecutados velozmente. (2 Rey. 2:24) Hoy, también, Dios requiere y exige de sus hijos obediencia, honra y respeto. Hay que rendir éstos no sólo al Dios vivo mismo, sino también a su organización que le es como una mujer casada.
IDENTIFICANDO A LA ORGANIZACIÓN MADRE
5. ¿Cómo identifica Pablo a la verdadera madre de los cristianos?
5 La verdadera madre de los cristianos no es y no puede ser una organización terrestre. Para mostrar este hecho Pablo contrasta la posición de los judíos carnales con la posición de los judíos espirituales, o cristianos, y luego dice: “La Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre.” (Gál. 4:26) Luego cita parte de una profecía en Isaías. Dirigiéndonos a esta profecía que se encuentra en el capítulo cincuenta y cuatro de Isaías y considerando el contexto nos enteramos de la identidad de ésta que es llamada “nuestra madre.” Los versículos cinco y seis (Mod) leen: “Marido tuyo es tu Hacedor, Jehová de los Ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel: . . . Porque Jehová te ha vuelto a llamar como a una mujer [esposa, AN] dejada, y afligida de espíritu.” De esta manera Pablo identifica a la esposa de Jehová como Su organización universal invisible, la madre de Cristo y de sus coherederos.
6. (a) ¿Cuál es la relación que existe entre la “Jerusalén que está arriba” y la sociedad del nuevo mundo, como se indica en Isaías 66:8? (b) ¿En qué otra relación han de ser introducidas?
6 Entonces, ¿cuál es la relación que existe entre esta mujer celestial y la organización teocrática visible de la sociedad del nuevo mundo? Y ¿a quién le debemos respeto? De nuevo nos dirigimos a la profecía de Isaías para conseguir la respuesta. En el capítulo sesenta y seis, versículo siete, se describe el nacimiento del gobierno del Reino, el niño varón, con Cristo Jesús, el principal hijo de Sión, como el Rey en el cielo. Eso aconteció en 1914. Luego en el versículo ocho (AN) dice: “¿Nacerá una tierra en un solo día? ¿o se dará a luz una nación de una vez? pues luego que Sión estuvo de parto, dió a luz sus hijos.” Esto predice el nacimiento de más hijos, pero esta vez sobre la tierra. Esto aconteció en 1919. La tierra que nace es la condición restaurada sobre la tierra de los miembros del resto ungido de Jehová en una sociedad del nuevo mundo, es una condición de libertad para adorar a Jehová y para rendir servicio organizado teocráticamente. La nueva nación es el resto del Israel espiritual que fué libertado de Babilonia y que ahora está bajo el Reino recién nacido, el Reino ya establecido. Los miembros de esta nación habitan en la tierra teocrática que hay sobre este planeta, la condición de libertad, de restauración del resto de los coherederos de Cristo. Pero dado que estos hijos de la Sión que está arriba tienen un destino celestial para reinar con Cristo, también llegan a ser parte de la organización universal que es esposa de Dios, y, con Cristo, formarán la ciudad capital de esa organización. De modo que la mujer de Dios, la Sión o Jerusalén que está arriba, es Su organización universal, con los ciento cuarenta y cuatro mil y un miembros o hijos de ella que con el tiempo formarán la ciudad capital a semejanza de un gobierno de niño varón, y sin embargo todos éstos son la parte principal de la misma organización universal. Estos hijos, Cristo Jesús y los 144,000, son individuos que componen la ciudad capital, la organización real; la “novia” de Cristo es la Nueva Jerusalén. Sin embargo, los 144,000 hijos de Dios engendrados por el espíritu de él, junto con Cristo Jesús su Cabeza y todas las criaturas angelicales santas, criaturas invisibles y espirituales, forman la organización universal de Dios, su esposa. Así como los niños nacían en la Jerusalén antigua y llegaban a ser residentes de esa ciudad, así los 144,000 hijos espirituales de Sión son dados a luz para llegar a ser parte de la organización universal y al mismo tiempo de su capital con Jesucristo.
7. ¿Cómo puede ser identificada la verdadera organización hija, y qué muestra que son falsas las pretensiones de algunas organizaciones?
7 Estando tan estrechamente asociada con la organización madre, la “novia” de Cristo ciertamente se asemejaría a su madre en todo respecto, así como se asemejarían a ella aun aquellos cristianos que todavía están sobre la tierra en la carne y que están comprometidos para casarse con Cristo. Estos servirían de representantes suyos y por lo tanto serían fácilmente reconocidos por su concordancia con los requisitos de Dios que ha de cumplir su conducto visible de comunicaciones. Llega a ser muy claro que las llamadas organizaciones eclesiásticas de la cristiandad no podrían ser la verdadera organización hija de Sión. No se asemejan a la mujer u organización de Dios que está en el cielo. En su apostasía de la verdadera adoración sus estructuras “eclesiásticas” no son genuinas ni apostólicas, sino que varían en forma; algunas tienen estructura jerárquica, otras son democráticas o dirigidas por la misma congregación y todavía otras adoptan el tipo sinódico de gobierno eclesiástico. Todas esas formas están sin autorización y fomentan egoísmo y ambición egocéntrica. A causa de que no son hijos de ella en realidad, todas esas organizaciones, que son falsificaciones, se oponen inicuamente a la “madre” de los cristianos verdaderos y al hacerlo están luchando contra Dios y su Rey, Jesucristo, quien es el miembro principal de la organización universal de Jehová.—Salmo 2, Mod.
8. ¿Cómo y por quién se da a luz la organización hija como iglesia de Dios, y cómo llega a ser ella el conducto de Dios?
8 La iglesia de Dios, la hija de Sión, no está diseñada ni ha sido desarrollada por hombres. Pablo declaró expresamente: “Pero ahora Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso. Y Dios ha colocado a los miembros respectivos en la congregación, primero, apóstoles; segundo, profetas; tercero, maestros”; y así sucesivamente a través del entero arreglo visible. (1 Cor. 12:18, 28) Luego Pablo muestra en su carta a los efesios que el conducto de Dios es fortalecido y edificado por aquellos a quienes Cristo dió como “dádivas en hombres,” y Pablo añade estas palabras para aclarar el asunto y para mostrar cómo se efectúa: “Y él dió algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como misioneros, algunos como pastores y maestros, teniendo como mira el entrenamiento de los santos para la obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo.” (Efe. 4:8, 11, 12) De estas palabras se desprende claramente que todos en la congregación habían de ser ministros, y Jesús dijo que a este cuerpo ministerial que serviría como “esclavo fiel y discreto” él le confiaría todos los intereses de su reino. Dicha estructura corresponde a la organización teocrática que está en el cielo; y hoy, desde 1919 y el nacimiento del resto de los hijos de Sión, se efectúa un cumplimiento de las palabras de Isaías: “He aquí que para hacer justicia reinará un Rey [Jesucristo], y príncipes gobernarán para ejecutar juicio.”—Isa. 32:1, Mod.
9. ¿Qué restauración que se prometió en cuanto al conducto de Dios excluye más las pretensiones falsas de la cristiandad de ser los hijos de Dios?
9 Habiendo sido fundado en justicia este conducto visible de Dios, tiene que ser mantenido de acuerdo con los mismos principios elevados. Se predijo que esta organización sería curada y restaurada de la apostasía degradante en que los cristianos profesos se hundieron después de la muerte de los apóstoles. “En lugar de bronce, traeré oro, y en vez de hierro traeré plata, y en vez de madera, bronce, y en lugar de piedras, hierro; y pondré por tu magistratura [gobierno, UTA] la paz, y por tus gobernantes la justicia.” (Isa. 60:17, Mod) Este es el orden teocrático que Jesús comenzó entre sus discípulos y que él demostró tiene que mantenerse, prescindiendo de los individuos. Su determinación de mantener a la organización limpia y dedicada a los principios correctos se manifestó en la acción que tomó al expulsar a uno de los doce apóstoles originales. Es muy evidente, entonces, que el puesto de uno en la organización de Dios no es resguardo, y este hecho excluye positivamente las muchas pretensiones falsas hechas por los líderes espiritualmente adúlteros e inicuos de las ilegítimas organizaciones “hijas” de la cristiandad. Ellas están fuera de la organización de Dios y no hay ninguna luz en ellas.
APRECIANDO LA LUZ
10. ¿Cuál es la fuente de la verdadera luz que se recibe sobre las Escrituras, y cómo se nos demuestra a quiénes les debemos respeto?
10 La enseñanza o ley de nuestra madre, entonces, no es luz de una organización terrestre que salga como “interpretación infalible” semejante a la que afirma tener la Jerarquía católica romana. La fuente de esa luz tiene que ser el trono del Dios verdadero y la luz es emitida por medio de su Hijo, el primogénito de los hijos de Sión, el Rey de la ciudad capital. Y el conducto verdadero sobre la tierra sería la nación de sus coherederos, que hoy ocupan la condición de restauración teocrática como núcleo o centro de esa “tierra” en que están organizados. Esto aclara la importancia de la declaración de Jesús concerniente a las “ovejas” y las “cabras” en su ilustración de Mateo 25:31-46. Puesto que estos hijos de Sión que han de ir al cielo son hermanos de Cristo sobre la tierra, Jesús bien pudo decir a las ovejas que les muestran favor: “Verdaderamente yo les digo a ustedes: Al grado que lo hicieron a uno de los menores de éstos mis hermanos, me lo hicieron a mí.” ¡Con qué profundo respeto, entonces, tenemos que considerar no sólo a la mujer de Dios en el cielo, sino también a sus hijos en la tierra, que la representan! Nuestro destino está en nuestras propias manos. El que lleguemos a ser “ovejas” o “cabras” se determina por nuestra propia manera de proceder para con la organización de Jehová.
11. ¿Qué se demuestra al pasar por alto a algunas personas de la congregación que parecen carecer de ciertas cualidades, pero cuál es la actitud correcta para con ellas?
11 Hoy están asociadas con el pueblo de Dios algunas personas que tienen poco en lo que se refiere a bienes materiales del mundo. Hay algunas, también, que tal vez no tengan facilidad de palabra o a quienes aparentemente les falta aquello que este mundo a menudo llama las “gracias sociales.” El pasar por alto a estas personas en la congregación o, peor, el despreciarlas es una evidencia de falta de respeto a toda la organización. Pablo pregunta: “¿Desprecian la congregación de Dios y avergüenzan a los que no tienen nada?” (1 Cor. 11:22) ¡Cuánto más demostraría la unidad y el amor de los hermanos de la sociedad del nuevo mundo el que las personas que aparentemente tienen un exceso de estas cosas cultivaran la amistad de aquellas a quienes aparentemente les faltan! Esto no debe hacerse con un espíritu de condescendencia, como si el dar sólo fuera de parte de uno, porque muchas veces las personas que aparentemente son pobres en bienes materiales son ricas en obras espirituales de fe. Muchas de éstas han sobrevivido pruebas a tal grado que Jehová verdaderamente les tiene gran cariño. Personas como éstas en realidad pudieran ser semejantes al filipense fiel del cual Pablo escribió: Recíbanlo de la manera acostumbrada en el Señor con todo gozo y sigan teniendo en estima a hombres de tal clase, porque a causa de la obra del Señor él estuvo cerca de la muerte, exponiendo su alma al peligro.” (Fili. 2:29, 30) Aun si se diera el caso de que ellas no hayan tenido experiencias como ésta, a todos los que están en la organización de Jehová él les tiene cariño y el menospreciar a uno de éstos es menospreciar a Jehová mismo o dudar que él haya mostrado su sabiduría cuando llamó a este siervo a participar de las bendiciones que él derrama sobre todos aquellos a quienes él ama.
12. ¿Cómo muestran su descontento para con el conducto de Dios algunas personas que no respetan a la organización?
12 Unas cuantas personas que están asociadas con la organización visible de Dios no están satisfechas con la luz que se recibe sobre la Palabra de Dios por medio de Su conducto. Estos cuantos tienen tendencia a interpretar la Biblia privadamente o hasta intentan “leer” en La Atalaya cosas que nunca se quisieron decir y luego propalan tales cosas como verdad. O asumen alguna convicción como si estuviera basada en las Escrituras, como cierta dieta, ideas en cuanto a cronología y cosas semejantes, y luego buscan conversos entre los hijos fieles de Sión. Su proceder es semejante a decir que la manera en que Jehová dirige sus asuntos no es correcta o no basta y que La Atalaya no está completa para nuestro tiempo.
13. (a) ¿Cómo intentan unas cuantas personas “dirigir” la organización? (b) ¿Cuál debe ser el correcto punto de vista en cuanto a los siervos, sea cual fuere su edad o años en la verdad?
13 Luego hay algunos que asumen autoridad o se esfuerzan por “dirigir” la organización. Algunos son muy sutiles en sus ardides y tratan de influir en el comité de servicio de la congregación, dando forma a cierta clase de “opinión de la congregación.” Esto lo hacen por medio de pequeñas campañas particulares, presentando opinión personal hasta que otros se infectan, y esto a veces resulta en hacer surgir mucha dificultad sobre asuntos triviales. El intentar obligar a los que se encuentran en puestos responsables a adoptar cierta opinión o a tomar cierta acción o el intentar promover intereses u opiniones personales es una forma política de “cabildeo,” que no tiene lugar alguno entre los siervos de Dios que piensan conforme a las normas del nuevo mundo. (Rom. 16:17, 18) Al hijo que trata de dirigir una casa se le considera “ingobernable” y hay que disciplinarlo. De modo que los que tienen tendencia a preferir sus propias ideas en vez de las que presentan los siervos de la congregación, aunque los quejosos sean de mayor edad física que ellos y tengan más años en el servicio de Dios, humildemente deben preguntarse: “¿Cómo se compara la edad de cualquiera de nosotros con la de nuestra ‘madre’ o con la eternidad de nuestro Padre?” Los siervos de la congregación, sin importar cuál sea su edad, están allí por nombramiento teocrático de la organización de Jehová y en el desempeño de sus deberes están respaldados por la experiencia y autoridad de la junta administrativa y por consiguiente de la entera organización de Jehová. Aunque esto debería hacer que el siervo reconociera la seriedad de su responsabilidad, al mismo tiempo debe hacer que el quejoso se dé cuenta de que es a este puesto representativo de la organización “madre” al que él se está oponiendo. Por esta razón Pedro nos exhorta: “Ustedes, hombres de menor edad, estén en sujeción a los hombres de mayor edad. Pero todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos hacia los otros.”—1 Ped. 5:5.
14. ¿Por qué no es correcto que cada persona de la congregación se preocupe con los problemas de manejarla?
14 El negarse a proceder así equivale a decir a los siervos de la congregación: “Ya basta de ustedes, porque toda la asamblea, todos ellos son santos, y Jehová está en medio de ellos. ¿Por qué, entonces, han de ensalzarse ustedes por encima de la congregación de Jehová?” (Núm. 16:3) Esta fué la manera en que procedieron Coré, Datán y Abiram en oposición a Moisés y Aarón, lo cual condujo a resultados desastrosos para ellos. Cierto, Jehová está en medio de su pueblo y derrama una rica bendición sobre todos por la fiel manera en que desempeñan la comisión que Dios les ha dado. Al mismo tiempo él ha edificado su organización teocrática y ha entronizado a su Rey, el cual dirige los asuntos de ésta de una manera ordenada para que las personas asignadas como “príncipes” con el fin de hacer decisiones para la congregación puedan ejecutar esa responsabilidad. ¿Se obligará a Jehová o a su Rey a bendecir un arreglo diferente? No se dejará que la congregación esté como estuvo en Israel cuando “cada cual hacía lo que era recto a sus propios ojos” y la nación tropezó y cayó en muchas desviaciones funestas. ¡Cuán agradecidos podemos estar de que Jehová nos haya protegido de esta manera! Entonces, que cada uno de nosotros continúe asumiendo la comisión que Dios le ha dado de predicar “estas buenas nuevas del reino” y dejar el manejo de los asuntos de la congregación a los que tienen esa responsabilidad asignada a ellos.
15. ¿Qué ejemplo de tenerle respeto a la organización de Jehová nos ponen las sucursales por todo el mundo?
15 Si ha de mantenerse la unidad de la organización es esencial que sea reconocida y respetada la junta administrativa por el puesto que ocupa entre el pueblo de Dios hoy en día. Este es el proceder que siguen las organizaciones de sucursal esparcidas por todo el mundo. En vez de mantener pequeñas organizaciones suyas independientes, llevan los asuntos de norma importantes a la junta administrativa para que ésta los decida, como lo hizo el apóstol Pablo respecto a la importante cuestión de la circuncisión y como lo hicieron los diferentes ayudantes fieles de Moisés en la congregación de Israel.—Hech. 15:2; Éxo. 18:26.
16. ¿Por qué no puede decirse que el tenerle debido respeto a la organización de Jehová sea asunto de seguir ciegamente a hombres?
16 Esto no es seguir ciegamente a hombres, cosa contra la cual Jesús advirtió. Cuando él dijo: “Si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo,” estaba refiriéndose al proceder infiel de los religiosos falsos. (Mat. 15:14, Mod) Estaba refiriéndose a los individuos crédulos de Israel que aceptaban a sus líderes sin más recomendación que la autoalabanza de estos guías ciegos. Al mismo tiempo él condenó a los seguidores ciegos de individuos que existirían en la cristiandad que no discernirían con la ayuda de la Palabra de Dios los requisitos que tienen que llenar los hombres que dirigen y que no seguirían a dichos hombres por causa de sus obras. Esto debe darle importancia al hecho de que todos los que están en la organización de Jehová tienen que ser educados en la actividad teocrática y entrenados para puestos de responsabilidad. Esto se debe a que su organización es una sociedad teocrática de ministros y no una jerarquía. Cuando un puesto de siervo está vacante éste no se llena por una persona traída de fuera de la congregación, como una persona especialmente entrenada, sino por una que ha desarrollado la capacidad necesaria mientras ha estado sirviendo como parte regular de la congregación y que ya ha demostrado fidelidad en cumplir con su responsabilidad. Por esta razón toda persona de la organización aprende el proceder teocrático y busca el puesto de superintendente, no esforzándose ambiciosamente por obtener el puesto de un hermano que desempeña fielmente ese servicio, sino esforzándose por adquirir mediante la aplicación espiritual las cualidades que lo capacitarían para cumplir prósperamente con dicha responsabilidad, dado el caso que le tocara.—Sant. 3:1; 1 Tim. 3:1-13.
17. ¿Por qué le es tan importante al ministro teocrático el someterse apropiadamente?
17 Un requisito sobresaliente que tienen que llenar los superintendentes verdaderos es la humildad. Así que fué en el interés de nuestro progreso teocrático individual y combinado que Pedro escribió: “Por causa del Señor sométanse a toda creación humana: sea a un rey [es decir, Cristo Jesús] como siendo superior o a gobernadores [es decir, sus representantes visibles, los “príncipes”] como siendo enviados por él para infligir castigo a los malhechores pero para alabar a los que hacen el bien.”—1 Ped. 2:13, 14.