Estilos raros en el ornato de iglesias
EN UNA aldea cerca de Kutna Hora, Checoslovaquia, ha llegado a grado extremo el ornato sombrío de las iglesias. El interior lóbrego de la iglesia de Todos los Santos se hace aun más deprimente gracias a la exhibición de los huesos de 10,000 personas.
Se han arreglado los huesos humanos de modo que formen arañas de luces y candeleros con calaveras que sirven de portavelas. Festones de calaveras cuelgan desde el cielo raso hasta las paredes y a través de pasajes abovedados cuales decoraciones de fiesta. En un rincón oscuro se ve el confesionario con un montón de calaveras amontonadas encima de él. Contra una pared está un escudo de armas formado enteramente de huesos de diferentes tamaños arreglados nítidamente. En cuatro lugares de la iglesia se hallan pirámides de tres y medio metros de altura, huesos bien amontonados con filas de calaveras colocadas artísticamente a intervalos regulares. La corona de las pirámides consta de cinco o seis capas de calaveras. Se ven otros montones de huesos bien arreglados por acá y por allá en la iglesia; algunos hasta tienen túneles diestramente construídos. Aun el altar tiene adornos espantosos de calaveras humanas.
Se cita lo que dijo la publicación católica Home Messenger, de marzo de 1954, acerca de estos horribles adornos: “Se presentan algunos datos raros. Por ejemplo, los huesos y calaveras fueron tomados de casi toda parte del esqueleto humano y, aparentemente, todos de adultos. Además, se requirió una habilidad extraordinaria para crear los diseños grotescos e intrincados del interior de la capilla. Un examen de los huesos revela que se usó gran cuidado para escoger huesos de tamaños y formas exactos para ciertos diseños. Para citar un ejemplo ingenioso: los decoradores originales usaron huesos rotos que durante la vida no se habían encasado correctamente y se habían unido en formas raras, y con éstos y los huesos torcidos de los deformes, formaron tales letras como la J y la H y diseños difíciles que requerían forma excepcional. No importaba cuál fuera el contorno, a los huesos se les hizo conformarse a los diseños con un cuidado esmerado. Las arañas de luces mismas son una imitación fiel de las pesadas arañas de cristal de la época.”
Se cree que los huesos son del siglo catorce, pero no hay información exacta en cuanto a su origen. Posiblemente sirva de indicio el hecho de que muchas calaveras muestran haber sido abolladas por espadas. Otras están llenas de agujerillos que evidentemente fueron hechos por los cascos claveteados que se usaron para administrar tortura durante la inquisición que en aquel tiempo barrió a través de Bohemia.
Pero ésta no es la única iglesia que tiene tales horribles ornatos. La iglesia de Solferino, Italia, también exhibe huesos humanos. Tiene una pared forrada con las calaveras de soldados muertos.
No obstante, otras iglesias en todas partes del mundo son más conservadoras en su uso de huesos humanos. Exhiben sólo unos cuantos huesos selectos para que la gente los venere.
Esta rara costumbre contrasta directamente con lo que se describe en la Biblia. En tiempos bíblicos se enterraba a los muertos, no se les exhibía. La ley que Dios dió a la nación de Israel no permitía la exhibición de cuerpos muertos ni de restos de cuerpos. En realidad, el tocar un cuerpo muerto era contaminarse. “Si alguno en el campo tocare cadáver de hombre muerte por violencia o naturalmente; o tocare hueso de él, o su sepulcro, estará inmundo siete días.”—Núm. 19:16, TA.
Si los huesos de una persona muerta se colocaban sobre un altar, se consideraba contaminado el altar e inadecuado para ser usado en el futuro. Josías hizo esto cuando destruyó los lugares de adoración falsa que los israelitas habían establecido. “Y degolló a todos los sacerdotes de las alturas, que estaban allí encargados de los altares; y quemó sobre estos altares huesos humanos, y volvióse a Jerusalén.”—4 Rey. 23:20, TA; 2 Rey. 23:20.
Si los huesos humanos contaminaron ese altar, rindiéndolo inservible, ¿cómo puede considerarse correcto traer los huesos de personas muertas a un lugar que supuestamente está dedicado a adoración cristiana? Ni los israelitas ni los primeros cristianos decoraban sus lugares de adoración con los huesos de hombres muertos. Dejaban a los muertos en la tierra, donde deberían estar.