¿Es válida la ordenación por bautismo?
Algunas personas consideran la ordenación que resulta del bautismo como algo extraño y nuevo. Estando acostumbradas a ceremonias prolijas, muchas pasan por alto hechos bíblicos e históricos acerca de la ordenación y el bautismo. Aquí se dan esos hechos.
¿QUÉ es ordenación por bautismo? ¿Quiénes la practican? ¿Es algo nuevo? ¿Cómo fueron ordenados los primeros cristianos? ¿Qué significa el ser ordenado? ¿Es una ceremonia válida el bautismo que resulta en ordenación? Estas son preguntas vitales para todo cristiano. Aunque parezca raro, pocos entre los que dicen ser cristianos pueden dar contestaciones claras y explícitas a estas preguntas. No hay razón para vaguedad cuando la historia seglar y la Biblia dicen tanto sobre la ordenación y el bautismo.
El entender las palabras “ordenar” y “ordenación” es tanto interesante como iluminador. Ordenar significa “establecer por nombramiento,”1 “nombrar o establecer.”2 La ordenación, dice The Encyclopedia Americana, es “la ceremonia por la cual se admite a sacerdotes, diáconos, subdiáconos, candidatos para las órdenes menores y ministros de cualquier secta a su puesto específico en la iglesia.”3
¿Requiere la ordenación una ceremonia especial? Dándonos más cabal penetración en lo que es ordenación, la Cyclopædia de McClintock y Strong dice que es “la ceremonia por la cual se separa a un individuo para una orden o puesto del ministerio cristiano. . . . En un sentido más amplio, y de hecho, en su único importante sentido, . . . el nombramiento o la designación de una persona a un puesto ministerial, con ceremonias concomitantes o sin ellas. El término ordenación se deriva directamente del latín ordinatio, que quiere decir, con referencia a cosas o asuntos, un poner en orden, un establecimiento, un edicto, y con referencia a hombres, un nombramiento a un puesto. . . . Una investigación bíblica del asunto no puede menos que impresionar la mente cándida con el gran significado del hecho de que ni el Señor Jesucristo ni discípulo alguno suyo dió órdenes o declaraciones específicas con referencia a la ordenación.”4
Dos cosas inmediatamente se hacen obvias en conexión con la ordenación: (1) Un ministro ordenado, en el sentido amplio de la expresión, es un ministro nombrado, y (2) su ordenación no está encerrada dentro de los límites de cierta clase particular de ceremonia.
PRIMEROS CRISTIANOS TODOS MINISTROS ORDENADOS
A los eruditos que han estudiado la historia temprana del cristianismo les ha impresionado este hecho especial: A todos los primeros cristianos se les consideraba ministros ordenados si habían cumplido con el rito de bautismo en agua. Todos los creyentes bautizados, muestran los historiadores, estaban autorizados para predicar la Palabra de Dios; y el bautismo era el único rito de iniciación.
A los que no se habían bautizado entre los primeros cristianos se les trataba como personas que estaban aprendiendo; por lo tanto estaban en un puesto diferente al de los creyentes bautizados. La obra Ecclesiastical History nos dice: “Reinaba entre los miembros de la iglesia cristiana, sin importar cuán distinguidos fueran por categoría y títulos mundanos, no sólo una amable armonía, sino también una perfecta igualdad. . . . Quienquiera que reconociera a Cristo como Salvador del género humano, e hiciera solemne profesión de su confianza en él, era inmediatamente bautizado y recibido en la iglesia. Pero al pasar el tiempo, se pensó prudente y necesario dividir a los cristianos en dos órdenes, distinguidas por los nombres de creyentes y catecúmenos. Los primeros eran los que habían sido solemnemente admitidos en la iglesia por bautismo, y, por consecuencia de ello, habían sido instruídos en todos los misterios de la religión.”5
Así vemos, entonces, que entre los primeros cristianos los creyentes eran recibidos en la organización después de un período de entrenamiento y educación en la Palabra de Dios. Durante este período los catecúmenos eran estudiantes o personas de buena voluntad, y después de su bautismo a cada uno se le consideraba como ministro ordenado de la Palabra de Dios.
¿QUIÉN ORDENA?
Hablamos de ordenación por bautismo, pero ¿quién ordena? Hoy muchos grupos religiosos, como la Sociedad de Amigos, los Discípulos de Cristo, los Hermanos de Plymouth y los testigos de Jehová, no reconocen ningún derecho humano de ordenación. Reconocen que la ordenación viene solamente del Dios Todopoderoso, Jehová.
Cristo Jesús mismo no fué ordenado por el clero y el sistema religioso de su día. Ningún hombre ordenó al Señor Jesús. Es cierto que Juan el Bautista bautizó a Jesús, pero eso no quiere decir que Juan ordenó a Jesús. Cristo se dedicó a Dios, diciendo: “¡Mira! yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.”6 Entonces, ¿por qué insistió Jesús en que Juan lo bautizara? Porque Jesús quería simbolizar con una confesión pública que él se había dedicado a Dios. La Biblia, relatando el bautismo de Jesús, nos dice que “inmediatamente al salir del agua vió los cielos siendo abiertos, y, como paloma, el espíritu descendiendo sobre él; y de los cielos salió una voz: ‘Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado.’”7 Al derramar su espíritu sobre su Hijo, Jehová Dios mismo, y no Juan el Bautista, ordenó a Cristo Jesús.
Después de su ordenación inmediatamente después de su bautismo en el río Jordán, Jesús declaró públicamente la autoridad de su ordenación leyendo de Isaías 61:1, 2: “Abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despedir a los quebrantados con una exoneración, para predicar el año aceptable de Jehová.’”8
En vista de esto, Jehová Dios es el único que autoriza la ordenación. Él es el que nombra, el que ordena. Como otra evidencia de que ningún hombre u organización terrenal puede ordenar a los ministros de Dios se citan las siguientes palabras del apóstol: “Pablo, apóstol, no de parte de hombres ni por medio de un hombre, sino por medio de Jesucristo y Dios el Padre, quien lo levantó de entre los muertos. Porque ni las acepté del hombre, ni se me enseñaron, excepto por revelación de Jesucristo.”9 Jehová ordena sus ministros por medio de su Hijo, Cristo Jesús.
RECONOCIDA Y CERTIFICADA POR EL HOMBRE
Aunque la ordenación misma procede solamente de Dios, sin embargo esta ordenación puede ser reconocida y certificada por el hombre. Organizaciones hechas por el hombre y que actúen como juntas administrativas pueden declarar a uno debidamente ordenado.
Al declarar a uno debidamente ordenado las organizaciones hechas por el hombre generalmente exigen alguna forma de ceremonia. Esta varía con cada organización religiosa. En muchas grandes organizaciones ortodoxas la ceremonia es prolija; en otros grupos con frecuencia es sencilla. La ceremonia en que participó Jesús inmediatamente antes de ser ordenado fué una ceremonia muy sencilla, y señaló que él emprendía el ministerio.
Hoy la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová usa la misma sencilla ceremonia en que participó Jesús para simbolizar por testimonio público la dedicación de un creyente, la cual lleva a la ordenación de él como ministro por Dios. El hecho de que una ceremonia sea simple no quiere decir que sea nula ni la hace de poca importancia. Debemos recordar que la ordenación es en “su único importante sentido, . . . el nombramiento o la designación de una persona a un puesto ministerial, con ceremonias concomitantes o sin ellas.”4
En el caso de Cristo Jesús una ceremonia sencilla precedió a su ordenación. Puesto que Cristo Jesús nos dejó, como declaró Pedro, “un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas,”10 los testigos de Jehová siguen el ejemplo de Jesús y el de los primeros cristianos en este asunto del bautismo en asociación con la ordenación. En realidad, el someterse a la ceremonia de la inmersión pública en agua marca a cada uno de los testigos cristianos de Jehová. Lo marca como una persona que ha dedicado su vida entera al servicio de Jehová Dios como ministro. Por lo tanto el bautismo en agua es la ceremonia en que participa un testigo de Jehová para simbolizar públicamente su dedicación a Jehová para llegar a ser su ministro ordenado.
Tal como Jesús no fué ordenado por Juan, tampoco es ordenado el testigo de Jehová por el proceder de una imposición de manos por el que lo bautiza en agua. No obstante, puesto que el bautismo en agua tiene relación con su ordenación procedente de Dios, el testigo da apropiadamente la fecha de su bautismo como el tiempo aproximado de su ordenación. Esto se hace para satisfacer la ley del país cuando se requiere una fecha de ordenación.
Debido a lo bíblico de ello, la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová y su siervo jurídico, la Sociedad Watch Tówer, reconocen el bautismo en agua en representación de la dedicación de uno a Dios para ser ordenado como su ministro. Para asuntos de registro, dentro del significado de la ley de las naciones terrenales, el bautismo es una ceremonia válida de ordenación para los testigos de Jehová.
Puesto que la ordenación en realidad proviene de Dios por medio de Cristo, no se necesita ningún certificado de ordenación. Jesús no tuvo ninguno; los apóstoles no tuvieron ninguno. La mejor prueba que uno puede tener de haber sido ordenado es frutos de la predicación del Reino. Expresado en las palabras del apóstol: “¿Necesitamos, quizás, como algunos hombres, cartas de recomendación para ustedes o de ustedes? Ustedes mismos son nuestra carta.”11
La ordenación por bautismo en agua es en verdad una práctica válida del verdadero cristianismo y una que ha sido comprobada como tal por su uso a través del tiempo.
REFERENCIAS
1 New International Dictionary de Webster.
2 Practical Standard Dictionary de Funk y Wagnall.
3 The Encyclopedia Americana, ed. de 1942, tomo 20, pág. 770.
4 Cyclopædia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, tomo VII, pág. 411, McClintock y Strong, 1877, Harper & Brothers, Nueva York.
5 Ecclesiastical History, por Mosheim, tomo 1, pág. 100.
6 Hebreos 10:7, NM.
7 Marcos 1:10, 11, NM.
8 Lucas 4:17-19, NM.
9 Gálatas 1:1, 12, NM.
10 1 Pedro 2:21, NM.
11 2 Corintios 3:1, 2, NM.