Para recordar el canon bíblico
TODO el que ama la Biblia y, en particular, todo ministro cristiano, ahorrará mucho tiempo al aprenderse de memoria el orden en que aparecen los libros de la Biblia. El tomar nota de las divisiones naturales del canon así como del contenido y el tiempo en que fueron escritos los distintos libros sin duda ayudará a aprender de memoria esta lista.
De los sesenta y seis libros, treinta y nueve componen las Escrituras Hebreas y veintisiete las Escrituras Griegas Cristianas.
En el canon de las Escrituras Hebreas los cinco libros de Moisés vienen primero: GÉNESIS comienza con la creación e incluye la historia del género humano desde Adán hasta la muerte de José. Entonces vienen ÉXODO, LEVÍTICO, NÚMEROS y DEUTERONOMIO, los cuales dan la historia de Israel desde su esclavitud en Egipto hasta la muerte de Moisés. Estos cinco libros se conocen también como el Pentateuco, que significa “cinco libros.” En algunas traducciones, como por ejemplo la de Lutero, éstos se conocen sencillamente como 1, 2, 3, 4, 5 de Moisés. En seguida, así como Josué le sucedió a Moisés, de igual modo el libro de JOSUÉ sucede a los libros de Moisés. Y tal como Josué fue seguido por otros jueces que gobernaron a Israel, así su libro es seguido por el libro de JUECES, el cual cuenta acerca del dominio de ellos. RUT relata ciertos acontecimientos del tiempo de los jueces y por eso lógicamente sigue.
Luego vienen tres pares de libros: 1 y 2 SAMUEL, que completan el período de los jueces e introducen el período de los reyes; 1 y 2 REYES, que completan la historia de los reyes; y 1 y 2 CRÓNICAS, que dan una historia paralela de los reyes comenzando con el dominio de David, así como un resumen de la genealogía bíblica desde Adán hasta el tiempo de escribirse. Luego vienen ESDRAS, NEHEMÍAS y ESTER, los cuales tratan de acontecimientos que sucedieron en Jerusalén y Medo Persia dentro de un siglo después del regreso de los judíos de Babilonia en 537 d . de J.C. Esto completa los diecisiete tal llamados libros “históricos.”
Después de éstos vienen cinco libros que contienen dichos sabios y poesía grandiosa: JOB, SALMOS (aproximadamente la mitad de los cuales se le atribuyen a David), PROVERBIOS, ECLESIASTÉS y EL CANTAR DE CANTARES. Los últimos tres fueron escritos por Salomón con la excepción de los últimos dos capítulos de Proverbios.
Los diecisiete libros restantes de las Escrituras Hebreas son principalmente proféticos. ISAÍAS, cuyo escritor profetizó en el siglo ocho a. de J.C.; JEREMÍAS, cuyo escritor comenzó a profetizar en el siglo siguiente, cuarenta años antes de la caída de Jerusalén en 607 a. de J.C.; LAMENTACIONES, en el cual Jeremías llora la desolación de Jerusalén; EZEQUIEL, cuyo escritor profetizó en Babilonia durante la desolación de Jerusalén, y DANIEL, cuyo escritor sirvió como profeta de Jehová, antes, durante y aun después de la desolación de setenta años.
El resto de los libros proféticos se llama los profetas “menores” debido a la extensión de sus escritos, aunque estas doce profecías no son menores ni en cuanto a importancia ni en cuanto a tiempo, pues varias antecedieron a los profetas “mayores.” Estos doce no siguen un modelo estricto de tiempo. Comienzan con OSEAS, JOEL (en realidad el primero de los diecisiete en ser escrito), AMOS y ABDÍAS; JONAS, MIQUEAS, NAHÚM y HABACUC; SOFONÍAS, AGEO, ZACARÍAS y MALAQUÍAS. Así que tenemos tres grupos de cuatro libros; Jonás comienza el segundo grupo de cuatro, y Sofonías, que no debe confundirse con Zacarías, el cual sigue a Ageo, el tercer grupo.
Ahora a las Escrituras Griegas Cristianas. Primero tenemos cinco libros que son principalmente históricos, los cuatro Evangelios, MATEO, MARCOS, LUCAS y JUAN, y HECHOS DE LOS APÓSTOLES. En seguida vienen veintiuna cartas, catorce por Pablo, las cuales para ayudar la memoria pueden dividirse como sigue: tres de sus cartas más largas ROMANOS, 1 y 2 CORINTIOS; luego cuatro muy parecidas en cuanto a tamaño, estilo y contenido: GÁLATAS, EFESIOS, FILIPENSES y COLOSENSES. Luego siguen cinco que comienzan con la letra “T”: 1 y 2 TESALONICENSES, 1 y 2 TIMOTEO y TITO. FILEMÓN y HEBREOS completan las cartas de Pablo. De modo que tenemos en las cartas de Pablo, nueve a congregaciones, cuatro a individuos, y una a un grupo de cristianos, los de nacimiento hebreo. Esto deja siete cartas más: SANTIAGO, 1 y 2 PEDRO, 1, 2 y 3 JUAN y JUDAS. Y para concluir está la profecía en símbolos, APOCALIPSIS, el último libro de la Biblia pero no el último en ser escrito, pues fue escrito en 96 d. de J.C., mientras que los demás escritos de Juan parecen haber sido escritos en 98 d. de J.C.
Con un poco de esfuerzo esta lista de libros puede aprenderse de memoria. El hacerlo no solo le resultará muy útil a uno en sus estudios bíblicos sino que también ayudará a recomendar a uno como ministro cristiano.