¡Cuídese de jugar con la inmoralidad sexual!
LAS reglas de Dios en cuanto al sexo se encuentran en su Palabra, la Biblia. Esta aclara que las relaciones sexuales solo son para quienes están casados apropiadamente. El que las personas solteras tengan relaciones sexuales es fornicación. El que las personas casadas tengan relaciones sexuales con cualquiera que no sea su cónyuge es adulterio. La Biblia declara sin ambages: “Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros,” y que “ni fornicadores . . . ni adúlteros . . . heredarán el reino de Dios.”—Heb. 13:4; 1 Cor. 6:9, 10.
Sin embargo, la norma cristiana es mucho más elevada que el simplemente evitar la fornicación y el adulterio. Esta prohíbe tanto la conducta relajada y la inmundicia como la fornicación y el adulterio directos. Esto se basa en el principio que Jesús declaró en su Sermón del Monte: “Yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.”—Mat. 5:28.
Aunque muchos reconocen que la fornicación y el adulterio son cosas malas, no siempre perciben que aun el “jugar” con la inmoralidad sexual también es cosa mala. Pero Jesús declaró que es cosa mala el que alguien se permita llegar a estar encendido pasionalmente por continuar mirando los rasgos de otra persona que no sea su cónyuge y hacerlo con un motivo impuro. Es exactamente tan mal hecho como el participar en cualquier otra conducta que tenga el mismo resultado.
¿Por qué es cosa mala el jugar con la inmoralidad sexual y algo que deben evitar los cristianos? Ante todo, esto viola los mandamientos explícitos de Dios. Esto resulta en su desagrado, si es que no también en una difamación de su santo nombre. Por eso su Palabra aconseja: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría.” Sí, todas esas “obras de la carne” son una forma de idolatría y están incluidas en la misma categoría que la antigua adoración fálica, o del sexo.—Col. 3:5; Gál. 5:19-21.
En segundo lugar, al jugar con la inmoralidad sexual alguien puede lastimar a otros, mental, física y espiritualmente. Está cargado de emoción, especialmente por la mujer envuelta. Esto puede causar gran aflicción y perturbación a la mente y el corazón. Además, al no hacer sendas rectas para sus pies una persona bien puede hacer que otros se dejen llevar a prácticas inmorales y lleguen a desviarse del camino que conduce a la vida eterna. Esto puede resultar en excomunión de la congregación cristiana, y en destrucción eterna por Dios.
El jugar con la inmoralidad sexual fácilmente conduce a la fornicación, lo cual puede resultar en espantosas enfermedades venéreas y remordimientos para toda la vida, como en el caso de tener descendencia ilegítima. Esto no es raro. Por eso en 1962 hubo 8,835 nacimientos ilegítimos en Londres, Inglaterra, ¡lo cual fue una séptima parte de todos los nacimientos registrados en aquella ciudad durante todo el año! Y concerniente a las enfermedades venéreas, una autoridad norteamericana declaró: “Hoy en día las enfermedades venéreas son un problema grave y que está empeorando, el cual amenaza con arrasar a los [Estados Unidos] como un incendio forestal.”
¿QUÉ ES “JUGAR” CON LA INMORALIDAD SEXUAL?
¿Qué se da a entender por “jugar” con la inmoralidad sexual? Por esto no damos a entender ni fornicación ni adulterio, porque estas cosas no son “jugar” con la inmoralidad. El “jugar” con la inmoralidad sexual indica que una persona quizás al principio no tenga la intención de participar deliberadamente en fornicación o adulterio, sino que, a sabiendas o sin saberlo, esta persona está participando en actividad que fácilmente resulta en ello. El punto que ha de tenerse presente es que el jugar con la inmoralidad coloca a una persona en el camino que conduce a la inmoralidad, y ésta no siempre puede detenerse.
Ahora, entonces, ¿cuáles son algunas de las acciones que equivalen a conducta relajada o a jugar con la inmoralidad sexual sin que realmente sea fornicación o adulterio?
Una de ésas sería el que una persona casada flirteara con un miembro del sexo opuesto que no es su cónyuge. Esto no puede cumplir ningún buen propósito. Generalmente se participa en ello ya sea para vigorizar el yo del individuo o por el estímulo sexual que produce. Es mirar a otra persona con el motivo incorrecto. Si se continuara hasta su consecuencia lógica, esto resultaría en adulterio.
El abrazar afectuosamente a personas del sexo opuesto que no son su esposo, esposa ni parientes allegados también es jugar con la inmoralidad. Se puede expresar amistad sin llegar a este grado. Aunque esto parezca muy inocente al principio, tales actos pueden resultar y han resultado en fornicación y adulterio, resultando en que algunos hayan sido cortados de la congregación cristiana. Incidentalmente, el hecho de que las personas quizás estén casadas no significa que pueden tomarse más libertades en este respecto que las personas solteras. Tan a menudo, si es que no más a menudo, son las personas casadas las que se meten en dificultades por hacer tales cosas con quienes no son sus cónyuges.
El contar chistes obscenos es jugar con la inmoralidad sexual. Comienza a desbaratar las elevadas normas cristianas. Lo que se quiere dar a entender es que tales cosas no son tan malas si los cristianos pueden bromear acerca de ellas, y, después de todo, ¡vean cuántas personas se ríen! Pero, ¿es esto limpio o correcto? ¡No! Conduce en la dirección incorrecta, en la dirección de la inmoralidad, contaminando el modo de pensar de la persona.—Efe. 5:3, 4.
El bailar con alguien que no es el cónyuge de uno de tal manera que uno se sienta excitado o estimulado sexualmente también es jugar con la inmoralidad sexual. Realmente, no hay justificación para que un cristiano baile en contacto estrecho con el cónyuge de otro. Piense en ello de esta manera. ¿Le gustaría a usted que alguien viniera a su hogar y abrazara a su esposa por cinco o diez minutos cada hora durante la noche, estando solo sentados, o de pie en medio de la habitación, abrazando apretadamente a su esposa? ¡Claro que a usted no le gustaría eso! Entonces, ¿por qué debería estar justificado esto solo porque se toca música o se hace en el nombre del baile? No está justificado, y los cristianos deben evitarlo. Hay otros tipos de baile que no requieren proximidad estrecha de los participantes, un abrazo verdadero; bailes como los bailes de figuras, u otros bailes en grupo, o los que se ejecutan por personas del mismo sexo, evitan este peligro. Por supuesto, aun donde un baile se ejecute por una persona o personas del mismo sexo, si es sugestivo o inmoral, obviamente no es para los cristianos.
El leer literatura o ver cuadros que exciten a uno sexualmente es jugar con la inmoralidad. El asistir a películas y ver televisión u obras teatrales que ponen de relieve la inmoralidad se incluyen en la misma categoría, ya que llenan la mente de una persona de pensamientos inmundos.
Las personas solteras que están manteniendo compañía con alguien del sexo opuesto deben cuidarse de jugar con la inmoralidad. La única razón válida para que un cristiano mantenga compañía constante con alguien del sexo opuesto es para cultivar una asociación honorable que finalmente conduzca al matrimonio. Pero las caminatas “románticas” hacia lugares apartados son peligrosas, porque el que uno esté solo con alguien del sexo opuesto por períodos prolongados de tiempo puede resultar en que uno se excite hasta el punto de participar en caricias amorosas. El besar apasionado, sexualmente excitante, por parte de personas solteras, aun si están comprometidas para casarse, es incorrecto porque despierta sentimientos que no pueden ser seguidos de coito sexual sin que éste sea fornicación. Es mejor evitar la situación que deja a la persona expuesta a la inmoralidad sexual.
El tener citas con hombres o mujeres que no están dedicados a Dios puede conducir rápidamente a jugar con la inmoralidad. Para comenzar, el cristiano no debería estar cultivando asociación estrecha con una persona mundana. La persona que no es guiada por la Palabra de Dios probablemente esté infectada del código relajado de moralidad que predomina en el mundo y esté inclinada a aceptar el jugar con la inmoralidad como cosa común y corriente, como algo que es comportamiento social acepto. Pero no lo es. Es contrario a la voluntad de Dios.
CONSIDERE LAS COSTUMBRES LOCALES
También deben tenerse en cuenta las costumbres locales. Si la costumbre local considera que es conducta relajada el que un muchacho soltero y una muchacha soltera hasta se visiten solos, o hagan citas sin acompañante, entonces tiene que respetarse la costumbre. Si la costumbre local considera que es incorrecto que las personas solteras se cojan de la mano, aun en presencia de sus padres, entonces los cristianos tienen que obrar de acuerdo con esa costumbre. Si está mal hecho el que personas solteras se besen, en conformidad con la costumbre local, entonces el cristiano que vive en ese país obra de acuerdo con esas normas. Aunque no adoptamos las costumbres de un país si éstas violan los mandamientos de Dios, al mismo tiempo no insistimos en quebrantar costumbres locales que no violan la conciencia cristiana.
Por otra parte, si la costumbre local permite que los jóvenes se familiaricen antes del matrimonio, no hay objeción. Pero esto no significa que sea correcto el que un cristiano salga con cualquiera del sexo opuesto que acepte una invitación. Además, una mujer cristiana debería asumir justamente que si un hombre cristiano continúa buscando su compañía, entonces él tiene intenciones de cultivar asociación que resulte en el matrimonio. Y si continúan manteniendo compañía estrecha el uno con el otro por un período prolongado de tiempo, la congregación cristiana con la cual están asociados también tiene toda razón para esperar que los dos tengan intenciones honorables de casarse.
A veces los jóvenes ven películas de otros países. Ven escenas “románticas” y quieren copiarlas. Pero el solo hecho de que una cosa se haga en otro país no significa que sea correcto hacerlo en su país. En ciertas partes de la Tierra la gente se pone muy poca ropa, pero uno pudiera ser arrestado si tratara de hacer lo mismo donde vive. También debe tenerse presente que lo que se muestra en la pantalla no representa necesariamente lo que se considera moral aun en el país donde se produjo. Puede mostrar lo que se hace, pero, ¡esto puede ser lo que hace la gente de vida relajada!
CUÍDESE—¿CÓMO?
De lo susodicho es obvio que constantemente tenemos que cuidarnos de jugar con la inmoralidad sexual. Esto no es decir que no hay que confiar en nadie. Pero la publicidad, televisión, películas, obras teatrales y cosas semejantes modernas llenan tanto de sexo la mente que a la gente se le hace pensar en ello más de lo que es saludable. Hasta la persona que quiere hacer lo que es correcto puede hallar que estas premuras constantes a su alrededor la empujan a hacer lo que es incorrecto si no lucha tenazmente por lo que es correcto.
Las Escrituras nos aconsejan: “Odien lo que es malo.” (Sal. 97:10) El jugar con la inmoralidad sexual es malo. Evítelo como usted evitaría el veneno que tal vez sea muy dulce pero que puede matar. Recuerde, es fácil engañarse a sí mismo. Las inclinaciones caídas del corazón son semejantes al apetito de un hombre enfermo. A menudo desea más lo que le causaría más daño, así como un diabético desea con vehemencia los dulces.—Jer. 17:9.
De modo que el odiar lo que es malo no proviene naturalmente. Este odio a lo que es malo tiene que cultivarse. ¿Cómo? Llenando su mente de pensamientos correctos. El único lugar donde usted puede obtener un abastecimiento inagotable de pensamientos correctos es en la Palabra de Dios, la Biblia. Esto lo capacitará a usted a ‘transformarse rehaciendo su mente.’ (Rom. 12:2) Lo ayudará a ‘desnudarse de la vieja personalidad con sus prácticas, y vestirse de la nueva personalidad, que por medio de conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la creó.’ (Col. 3:9, 10) Sí, la Biblia provee lo que es ‘verdadero, justo, casto, amable, virtuoso y digno de alabanza.’ (Fili. 4:8) Mientras estamos adquiriendo esta clase de conocimiento no estamos espaciándonos en lo que es malo. Estamos edificando deseos correctos y modo de pensar correcto.
Puesto que los gustos y las aversiones se basan a un grado grande en nuestra experiencia y medio ambiente, debemos ejercer gran precaución para mantenernos dentro de la compañía de quienes respetan los justos requisitos de Dios. Si permanecemos dentro de la compañía de personas que no dan importancia a la moralidad, con el tiempo llegaremos a pensar a su modo. Necesitamos la asociación correcta de cristianos de mente sana.
En particular, guárdese de la “conducta relajada.” Evite todos los hábitos que tiendan a estimular el deseo sexual incorrecto, tales como la práctica moderna de los adolescentes que se comprometen para casarse cuando no pueden esperar hacerlo por varios años, o de las personas casadas que despliegan afecto a las personas del sexo opuesto que no son su cónyuge. Evite toda la literatura pornográfica, sean cuadros visuales o cuadros de palabras. Absténgase de asistir a todo entretenimiento que ponga de relieve temas inmundos. Evite todas las canciones y bailes que sean estimulantes sexualmente.
Si usted está comprometido, planee llenar el tiempo en que ustedes están juntos con cosas constructivas y útiles. Que cosas sanas ocupen sus pensamientos, conversación y acciones, tales como juegos o deportes, el leer literatura buena, especialmente la Biblia, o participar en el servicio de Dios.
Jóvenes o viejos, casados o solteros, todos deben tener presente que Dios nos ve a todo tiempo. “De Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que está sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción; mas el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.” (Gál. 6:7, 8) Haga usted la voluntad de Dios. ¡Guárdese de segar la corrupción evitando jugar con la inmoralidad sexual, y Dios lo bendecirá con vida eterna en su nuevo orden de cosas!