La unidad de la familia de Dios
“¡Mira! ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad!”—Sal. 133:1.
1. ¿Dónde se manifiesta desunión?
VIVIMOS en un mundo dividido. Su desunión se puede ver en todas partes. Se manifiesta agudamente en las relaciones internacionales, pues el mundo está dividido en diferentes bloques de naciones, tales como el bloque oriental, el bloque occidental y el bloque neutral de naciones. Pero la tensión y la desunión existen aun dentro de estos grupos de naciones, y dentro de cada nación misma. También se encuentra desunión en cada estado, provincia y comunidad. Esta misma tensión y desunión se encuentran en un sinnúmero de familias, la familia siendo la célula básica de la sociedad humana. Estas existen, no solo entre los padres, sino también entre los padres y los hijos. Cuán verdaderas las palabras de Jesús: “El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir.”—Mar. 13:12.
2. ¿Por qué se hace referencia a este tiempo como una era de desunión?
2 Como nunca antes, nuestra era verdaderamente es la era de la desunión y falta de paz. La paz ha sido quitada de la Tierra, como predijo el último libro de la Biblia, la Revelación: “Y salió otro, un caballo de color de fuego; y al que iba sentado sobre él se le concedió quitar de la tierra la paz para que se mataran atrozmente los unos a los otros; y le fue dada una gran espada.” (Rev. 6:4) En cumplimiento de esto, se libraron la I y la II Guerras Mundiales en nuestra era, las mayores guerras de la historia humana. Esto no bastando, las naciones se arman febrilmente para una tercera guerra mundial.
3. (a) ¿Ha podido suministrar la religión mundana un vínculo de unidad? (b) ¿Qué ha tenido que reconocer el clero?
3 Esta descripción horripilante de desunión en todo el mundo ciertamente tiene que destruir toda ilusión que los hombres honrados pudieran tener de que las muchas religiones e iglesias pudieran formar un vínculo unificador lo bastante fuerte como para poner y retener en unidad a todos los pueblos. También, las llamadas iglesias cristianas han fallado cabalmente en cuanto a realizar esta unidad. Aun los esfuerzos ecuménicos que han sido recibidos con regocijo por muchos y que tienden a la unidad de las muchas sectas religiosas divergentes no podrán realizar la unidad y la paz. En la conclusión de la asamblea del Concilio Mundial de Iglesias, que se celebró en Amsterdam, Holanda, en 1948, la asamblea plenaria publicó una declaración reconociendo claramente cuán desunidas se hallan entre sí las iglesias. La declaración decía, en parte: “Estamos separados uno del otro, no solo en asuntos de doctrina, organización y tradición, sino también debido a nuestro orgullo pecaminoso: orgullo nacional, orgullo de clase, orgullo racial. Por lo tanto, no podemos realizar la unidad de la iglesia por nosotros mismos.” (National-Zeitung, Basilea, núm. 425, del 14 de septiembre de 1948) Esta es una confesión por las iglesias mismas en cuanto a su desunión. Verdaderamente, las llamadas iglesias cristianas no solo no han sido un vínculo unificador para los pueblos, sino que realmente, por medio de participar en la política y en las guerras, han resultado ser una fuerza divisiva. ¿Es compatible esto con la verdadera congregación de Dios? No. El apóstol Pablo hizo la pregunta: “Existe dividido el Cristo?” (1 Cor. 1:13) Ciertamente no es difícil ver que todas estas iglesias mundanas no componen la congregación verdadera de Dios. Un periódico eclesiástico reconoció: “El príncipe de este mundo [Satanás] ha tenido éxito en introducir a la iglesia en un cautiverio voluntario.”—Johannes und Markus-Gemeindeblatt., Berna, Suiza, 4 de julio de 1959.
4. ¿Qué evidencia tenemos de que es posible la unidad cristiana verdadera?
4 Viendo la situación mundial, quizás uno se sienta tentado a preguntar: ¿Es la unidad cristiana verdadera meramente un ideal inalcanzable en nuestro mundo, que está tan dividido política e ideológicamente, con tales contrastes sociales y con cismas y disensiones que tienen siglos de antigüedad en el campo religioso? Para muchos observadores quizás esto parezca así. Pero la unidad cristiana verdadera no es meramente un ideal, un sueño, sino una realidad. Es verdad que ésta no se encuentra en este mundo y en sus religiones e iglesias mundanas, sino solo en aquel grupo de hombres que, aunque están en este mundo, no son parte de él. A este grupo se le conoce como la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová. Están formando un oasis de paz y unidad en medio de la condición semejante a desierto de este mundo desunido. ¿Cómo ha sido posible esto? ¿Qué ha realizado esta unidad?
LA BASE ESPIRITUAL DE LA UNIDAD CRISTIANA
5. ¿En qué se basa la unidad cristiana?
5 La unidad entre los cristianos verdaderos no ha de atribuirse a hombre alguno. Así como la liberación del pueblo antiguo de Israel de la esclavitud egipcia no se debió a un hombre, tampoco la liberación de los testigos cristianos de Dios, del mundo, asemejado simbólicamente a Egipto, se debe a hombres imperfectos. (Rev. 11:8) La base para esta liberación fue colocada por Jehová Dios, al enviar a su Hijo Jesucristo a este mundo para que predicara la verdad y muriera una muerte sacrificatoria, fuera resucitado y glorificado y derramara espíritu de Dios sobre sus seguidores. Con esto se abrió la puerta para la formación de la congregación cristiana y la unidad cristiana.—Juan 18:37; Mat. 20:28; Juan 10:7.
6. ¿A qué unión hizo referencia Jesús?
6 Había de haber una verdadera unidad entre la congregación verdadera de Dios. Esto es evidente por la oración que Jesucristo dirigió a su Padre celestial poco antes de su muerte: “Yo hago petición, no respecto a éstos solamente, sino también respecto a los que ponen fe en mí por medio de la palabra de ellos; para que todos ellos sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, que ellos también estén en unión con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Además, yo les he dado la gloria que tú me diste, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno. Yo en unión con ellos y tú en unión conmigo, para que ellos sean perfeccionados en uno.”—Juan 17:20-23.
7. ¿Cómo afecta a la unidad el conocer la verdad, y qué impide que algunos entren en la unidad?
7 Lo menos que podemos aprender de esta oración es que los seguidores verdaderos de Cristo habrán de alcanzar una unidad que se compare a la unidad que existe entre Jehová y su Hijo Jesucristo. Sin duda ésta es la voluntad de Dios para todas sus criaturas a quienes se promete vida eterna, y esta unidad perfecta entre Dios y su Hijo unigénito es la norma elevada de unidad para ellos. La unidad es posible solo donde hay acuerdo en pensamientos y en acción. La base sólida sobre la cual puede edificarse tal unidad es la Palabra de Dios, la Biblia, entendida apropiadamente. Es esta verdad la que liberta y unifica a los hombres. “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los libertará.” (Juan 8:31, 32) Los discípulos de Jesús convinieron en sus enseñanzas y en sus acciones. Llegaron a ser uno con él. Esto realizó un cambio en su vida y ellos siguieron a su Maestro. Por otra parte, los fariseos no estuvieron de acuerdo con las enseñanzas y hechos de Jesús. Su orgullo y la interpretación incorrecta de las Escrituras les impidieron el entrar en unidad con él. Así sucede hoy en día.
8. ¿De qué maneras ayuda el espíritu de Dios a un cristiano sincero?
8 Sin embargo, la verdad revelada de la Palabra de Dios no puede entenderse a menos que espíritu santo de Dios guíe a los hombres honrados y amadores de la verdad a esta verdad. Entonces este espíritu santo produce en tales personas los maravillosos frutos del espíritu y los purifica de las obras de la carne, las cuales obras carnales tienen un efecto desintegrador en las relaciones humanas, y las cuales se mencionan en Gálatas 5:19-21. Entre tales obras se hallan: odios, contiendas, celos, enojos, altercaciones, divisiones, sectas, envidias, todas las cosas que separan a la gente y causan poca o mucha desunión. Sin embargo, tales rasgos negativos se remueven por medio de la influencia del espíritu de Dios. Esto no sucede de la noche a la mañana, inmediatamente, sino que es un proceso, como el crecimiento de las frutas que necesitan tiempo para desarrollarse y madurarse. Los hombres que están impregnados con espíritu o fuerza activa de Dios llegan a ser afectuosos, amigables, pacíficos, pacientes, bondadosos, apacibles y sufridos unos con otros. (Gál. 5:22, 23) El espíritu de Dios es por lo tanto un factor esencial y potente para la verdadera unidad cristiana. Sin la Palabra de Dios y sin el espíritu de Dios no se puede pensar en la unidad cristiana.
NECESIDAD DE ORDEN
9. ¿Qué hechos reconoce el pueblo de Jehová como una familia mundial de cristianos?
9 Pero la unidad también está conectada estrechamente con el orden, como la desunión lo está con el desorden. La familia que tenga deficiencia de unidad también tendrá deficiencia de vida de familia armoniosa, ordenada. Muy probablemente el padre irá por su lado, la madre por el suyo y los hijos por el suyo. El orden de la familia se perturbará. El cuerpo cristiano de testigos de Jehová se puede asemejar a una familia mundial. Puesto que la unidad y el orden se hallan en relación mutua, cada miembro de esta gran familia tiene que reconocer y respetar el orden que gobierna a esta “familia de la fe.” Dios es un Dios de orden. “Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz.” (1 Cor. 14:33) El mismo es el centro y cúspide de este maravilloso orden o arreglo. Por lo tanto todos los miembros de su gran familia se inclinan ante El con amor de Dios. Todos reconocen que Jehová ha nombrado a su Hijo Jesucristo el heredero de todas las cosas y que le ha delegado toda autoridad en el cielo y sobre la Tierra. (Mat. 28:18; Heb. 1:2) Debido a esto, Jesucristo ocupa el segundo lugar en este arreglo divino de cosas y tiene que ser reconocido por todos los de la familia de Dios. Cualquiera que no reconoce al Hijo no será reconocido en la familia de Dios y no tiene lugar en ella. “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.”—Juan 3:36.
10. ¿Qué idea tienen algunos concerniente a la iglesia verdadera, pero, cómo muestran textos bíblicos que esto no es verdad?
10 El orden en la familia de Dios también tiene su expresión visible aquí en la Tierra. Orden está conectado con organización. Muchos hombres opinan que la iglesia verdadera no es idéntica a un cuerpo organizado de personas, sino, más bien, que se compone de muchos individuos esparcidos en todas las sectas de la llamada religión cristiana. Para ellos ésta es la única explicación lógica, porque tienen en su punto de vista la confusión y la variedad contradictoria de las muchas iglesias. Pero esta idea o creencia no es bíblica. Sin duda hay muchas personas sinceras en todas estas diferentes iglesias que son parte de Babilonia la Grande. Pero la Biblia muestra que se les está exhortando a que se salgan de esta Babilonia, el imperio mundial de religión falsa, y que tienen que salirse si quieren ser aceptadas por Dios. Dice el apóstol Pablo: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿O qué porción tiene una persona creyente con un incrédulo? ¿Y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? . . . ‘Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda’; ‘y yo los recibiré.’ ‘Y yo seré para ustedes padre, y ustedes me serán hijos e hijas,’ dice Jehová el Todopoderoso.” (2 Cor. 6:14-18) Juan también escribió: “Babilonia la grande ha caído, . . . Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y . . . recibir parte de sus plagas.”—Rev. 18:2, 4.
11. ¿Cómo mostraron los cristianos primitivos que reconocían que solo había una sola fe verdadera?
11 Si la congregación verdadera de Dios estuviera compuesta de personas esparcidas a través de todos los sistemas eclesiásticos de la cristiandad, ¿dónde estaría la unidad de pensamiento y acción? ¿Dónde estaría la unidad que gobernó a la iglesia primitiva y que se describe tan enfáticamente en la carta a los efesios, en el capítulo 4: “Un cuerpo hay, y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en la sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, un bautismo; un Dios y Padre de todos, que es sobre todos y por todos y en todos”? (Versículos 4-6) A fin de que los cristianos primitivos pudieran alcanzar esta unidad, todos dejaron su religión anterior y se unieron en la congregación cristiana. Los discípulos judíos de Jesús dejaron el judaísmo y sus sectas, los discípulos griegos se apartaron de los sistemas filosóficos de su día y de la adoración de ídolos y también lo hicieron los cristianos romanos. Prescindiendo del grado al cual estaban conectados con aquellos sistemas, los dejaron, se salieron de aquella religión falsa babilónica, y vinieron al único cuerpo visible de la congregación cristiana.
12. ¿Qué arreglo ordenado existió en las congregaciones primitivas?
12 Este cuerpo visible de personas tenía su orden u organización. Había una parte gobernante o acaudilladora, compuesta de los apóstoles y otros hombres maduros. Las congregaciones locales tenían sus superintendentes y siervos ministeriales. (1 Tim. 3:1-9) Todas las congregaciones recibían su enseñanza e instrucción sobre la misma base, la Palabra inspirada de Dios. A las congregaciones se les amonestaba que reconocieran a los superintendentes locales así como al cuerpo gobernante. Uno de los hermanos principalmente responsables, el apóstol Pablo, les escribió: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que rendirán cuenta; para que lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes.” (Heb. 13:17) Al reconocer las congregaciones a los hermanos encargados de la obra, localmente y en general, se conservaba la unidad. Era necesario este reconocimiento; aunque todos estos superintendentes y hermanos responsables eran hombres imperfectos, sujetos a cometer errores. Estos superintendentes tenían espíritu de Dios.
13. ¿Qué consejo dio Pablo para tener unidad?
13 Los superintendentes no tenían la libertad para predicar y enseñar a las congregaciones cualquier cosa que querían, ni para aceptar solo determinadas porciones de la Palabra de Dios. Lo mismo era verdad concerniente a cada miembro de la congregación a quien se le decía que predicara. No estaban libres para predicar cualquier cosa. A todos se les llamaba a predicar la verdad. Lógicamente, entonces, estaban obligados a predicar el mismo mensaje, ora que esto fuera en Jerusalén, Roma o Corinto. “Ahora les exhorto, hermanos, . . . a que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10) No había lugar para movimientos contradictorios, como sucede hoy en día, donde en la misma iglesia hay un grupo “positivo” y luego hay el “liberal” que ni siquiera reconoce la muerte sacrificatoria de Jesús y su resurrección. El apóstol Pablo escribió a un superintendente, Tito, que debería ‘mostrar incorrupción en su enseñanza,’ y “habla saludable que no se pueda condenar.” (Tito 2:7, 8) Ciertamente esto no se escribió solo para provecho de Tito y su congregación, sino para todos los superintendentes cristianos de todos los tiempos.
14. ¿Cómo debe tratarse a las personas que promueven sectas?
14 Por eso, para que la unidad se conserve y se eviten las sectas y las separaciones, el apóstol Pablo, un hombre del cuerpo gobernante de aquel tiempo primitivo, escribió en su carta a los tesalonicenses: “Pero si alguno no es obediente a nuestra palabra por medio de esta carta, tengan a éste señalado, dejen de asociarse con él, para que se avergüence.” (2 Tes. 3:14) Era peligroso asociarse en la congregación con tal persona que estaba renuente a aceptar la enseñanza inspirada del apóstol. No se le permitía pasar a la plataforma para que pudiera presentar sus opiniones personales, contrarias a lo que el apóstol había escrito y hablado. No, había de ser pasado por alto, para que tal persona discerniera la sinrazón de su actitud y por medio de exhortación finalmente pudiera ser ayudado a obedecer. Al proceder así la congregación mantenía unidad en sus filas y en su relación con las otras congregaciones y los hermanos acaudilladores.
15. ¿De qué base para la unidad disfrutan los que dejan la religión babilónica?
15 Hoy en día hallamos el mismo orden y los mismos principios en las congregaciones cristianas restauradas de testigos de Jehová. En las pocas décadas pasadas centenares de miles de hombres de buena voluntad han dejado sus iglesias de religión babilónica, en las cuales la mayor parte de ellos había entrado por nacimiento. Han aceptado el mensaje saludable del reino de Dios, han hecho una dedicación a Jehová y han ingresado en las congregaciones organizadas de testigos de Jehová. Sea que hayan sido anteriormente católicos, protestantes, judíos, budistas, musulmanes, adherentes a cualquier otra fe o hasta ateos, ahora se reúnen sobre la base del denominador común de la verdad bíblica, en la gran familia de Dios bajo el reino de Dios. Han hallado una unidad que no habían conocido antes.
NO ES DICTADURA
16. ¿Qué es una dictadura, y qué preguntas se han hecho acerca de ello?
16 Algunas personas que observan la estrecha unidad mundial del pueblo de Dios han preguntado si los testigos de Jehová viven bajo una dictadura, viendo que todos están sujetos a determinados principios. Por “dictadura” por lo general hoy en día uno entiende la forma de gobierno que asume absoluta autoridad y gobierna por fuerza y coerción. Hoy en día millones de personas viven bajo tal dictadura, y por lo general estos sistemas de gobierno encuentran buen apoyo de parte de las iglesias. Pero, ¿cuántos de los que viven bajo una dictadura se complacen en tal gobierno y están contentos con él? ¿Cuántos sufren injustamente bajo una dictadura? ¿Cuántos anhelan liberación de ella? La mayor parte de la gente que vive bajo tal forma de gobierno no ha deseado este modo de vivir. Se le ha impuesto. Pero no tenía otra alternativa que aceptarlo.
17. ¿Qué contraste existe entre el gobierno de Dios y una dictadura?
17 Sin embargo, el reino de Dios no es una dictadura y la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová tampoco lo es. El dictador gobierna obligando; Jehová Dios hace llamamiento al libre albedrío y a la buena voluntad de las personas honradas. Dios no obliga a nadie a que le sirva. “Escojan para ustedes mismos hoy a quién servirán.” (Jos. 24:15) Ese siempre ha sido el principio de Jehová, y es el mismo hoy en día. A nadie se le obliga a aceptar la organización teocrática que opera en la familia de Dios hoy en día. Es asunto de libre albedrío. Jehová gana a sus súbditos por medio de mostrarles amor. Y él espera que sus súbditos le amen sin reserva. (Mat. 22:37, 38) El gobierno de Dios se basa en amor, de arriba a abajo. Esto no se puede hallar en ninguna dictadura. Además el gobierno de Dios se basa en justicia, sabiduría y poder perfectos. Esto tampoco puede hallarse en ningún gobierno dictatorial. Puesto que Jehová es el Creador de todas las cosas, tiene derecho absoluto e indisputable a la obediencia y devoción perfectas de todas sus criaturas. Ninguna dictadura puede reclamar tales derechos.
18, 19. (a) ¿Qué desea Dios de nosotros? (b) ¿Cuál debe ser nuestra actitud como parte de la familia de Jehová Dios?
18 El amor que el cristiano tiene a Dios y a Su reino bajo Cristo se expresa en la obediencia que muestra a los mandamientos de Dios: “Pues esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos.” (1 Juan 5:3) Nuestra obediencia a Dios no es obligada, sino que es voluntaria y gozosa. No es una carga bajo la cual suspiramos y sufrimos. Dijo el Rey del reino de Dios: “Mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:30) Hay felicidad en hacer la voluntad de Dios, como expresó el salmista con las palabras: “Feliz es el hombre que teme a Jehová, en cuyos mandamientos se ha deleitado muchísimo.”—Sal. 112:1.
19 De modo que hay una tremenda diferencia entre una dictadura y la organización de Jehová. Un sinnúmero de personas se escaparía de las gobernaciones dictatoriales si pudiera hacerlo. Por otra parte, vemos que decenas de millares de personas honradas huyen cada año al reino de Dios, porque aquí tienen la promesa de vida y felicidad eternas. Son admitidas en la unidad de la familia de Dios. “¡Mira! ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad!”—Sal. 133:1.
[Ilustración de la página 586]
‘Yo hago petición, para que ellos sean uno así como nosotros somos uno.’
[Ilustración de la página 588]
El apóstol Pablo escribió: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes.”