Sirviendo con vida eterna en mira
“Mediante la perseverancia de parte suya adquirirán sus almas.”—Luc. 21:19.
1. ¿Qué opinan las criaturas humanas normales sobre la vida?
NINGUNA criatura humana normal quiere morir. Sea uno joven o viejo, rico o pobre, con buena salud o enfermo, el instinto de continuar viviendo es muy fuerte. No solo es cierto esto en los países opulentos del mundo, donde la vida es más fácil y más cómoda, sino que aplica, también, en los países subdesarrollados, donde a menudo la vida es muy escuálida, dura e incierta. Entre todas sus dificultades y problemas todavía aplica el dicho de que ‘mientras hay vida hay esperanza.’
2. ¿Qué deben opinar los cristianos sobre la vida eterna?
2 Si este fervoroso anhelo y esfuerzo por vivir es verdad en tales circunstancias, cuánto más diligente y determinado debe ser el cristiano en asirse firmemente de la vida eterna. Sí, de veras, el estímulo para seguir tras la vida eterna debe ser inmensamente más fuerte que el instinto natural de afianzarse a nuestra presente vida humana, que normalmente no llega ni siquiera a cien años. El que lee y cree en la promesa de la Biblia de que “el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor,” ciertamente tiene la mayor esperanza para el futuro que cualquier humano pudiera querer o concebir.—Rom. 6:23.
3. ¿Cómo describió Jesús la acción con la que la gente correspondería a las promesas de Dios de dar vida eterna?
3 Cuando leemos la Biblia del principio al fin y consideramos todas las descripciones maravillosas que contiene de vida eterna en una Tierra paradisíaca, con libertad de enfermedad y contienda, nos preguntamos cómo alguien no pudiera creer en ellas y confiar en Jehová, el Dador de la vida. Y no obstante, Jesús predijo que muy pocos aceptarían las promesas de Jehová y pondrían los pies en la senda que conduce a la vida eterna. “Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.”—Mat. 7:13, 14.
4. (a) ¿Cuál fue la actitud de los siervos precristianos de Dios para con las promesas de vida eterna? (b) ¿Por qué debe ser aun mayor nuestro aprecio que el de ellos?
4 Si tenemos verdadero aprecio de la vida eterna y de todas sus bendiciones concomitantes en una Tierra paradisíaca, querremos hacer una decisión firme de que, habiendo hallado “el camino que conduce a la vida,” nada nos desviará de él. Vemos la vida eterna como una meta por la cual esforzarnos, como un objetivo que ha de alcanzarse. Reconocemos que a medida que proseguimos hacia esta meta, somos como Abrahán, Isaac y Jacob fieles de la antigüedad, que vieron desde lejos las promesas de Dios. “No consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra. Porque los que dicen tales cosas dan evidencia de que buscan encarecidamente un lugar suyo propio.” (Heb. 11:13, 14) Esos hombres fieles tuvieron aguante. En su día sabían que tendrían que morir y esperar la promesa de Dios de una resurrección antes de poder realizar el cumplimiento de las promesas. Pero nosotros, hoy en día, estamos en una condición mucho más feliz. Vemos a nuestro alrededor la evidencia de que el reino de Dios ha tomado su poder para gobernar, y que dentro de esta mismísima generación pondrá fin al gobierno de Satanás e introducirá una “nueva tierra,” trayendo vida eterna. (2 Ped. 3:13) Por eso, si aquellos hombres fieles de la antigüedad estuvieron anuentes y pudieron aguantar en el camino que conduce a la vida hasta su muerte, ¿cuánto más debemos poder aguantar, viviendo como lo estamos haciendo en el mismísimo umbral del nuevo orden de Dios?
5. Ilustre la importancia de mantener nuestros pies en el camino que conduce a la vida.
5 Sobre todo lo demás, nos interesamos en mantener nuestros pies firmemente fijos en ese camino angosto que está conduciendo a la vida y que tan pocas personas están hallando. Al seguir en este camino podemos compararnos a viajeros en un país extranjero. Viendo nuestra meta en el horizonte, tenemos que mantener fija nuestra vista en ella a medida que andamos hacia ella. Si quitamos la vista de la meta, nos desviamos del camino y nos perdemos. Si nuestra esperanza de la vida es muy fuerte, entonces no seremos desviados. Pablo asemeja esta esperanza a un ancla, diciendo en Hebreos 6:19: “Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme.” Como un ancla que detiene sin peligro a un barco grande e impide que sea llevado a las rocas que podrían hacerlo naufragar, así esta esperanza de vida eterna nos ancla firmemente a Jehová Dios e impide que nos deslicemos del camino que conduce a la vida. Pero si el ancla comienza a arrastrarse en el fondo, se perderá el barco. Por eso tenemos que asegurarnos de nunca perder nuestra ancla, nuestra esperanza, y así exponernos al naufragio de nuestra fe.
6. Explique por qué tenemos que mantener nuestra fe en la esperanza de la vida.
6 Necesitamos edificar nuestra fe en la vida eterna constantemente como una esperanza que siempre mantenemos en mira. La fe es algo que no simplemente podemos aceptar de una vez por todas y luego asumir que se mantendrá sin ayuda adicional. Nuestra fe en las promesas de Dios nos da una vista maravillosa en el futuro del nuevo orden de Dios, que permanecerá para siempre. Pero una vista solo es buena mientras podemos verla claramente. Quizás alguien viva en una casa que tiene una vista muy hermosa, pero si nunca lava las ventanas la vista pronto se desvanecerá. La vista está aún allí pero ya no la puede ver. Tiene que lavar con regularidad las ventanas si quiere seguir disfrutando de la vista hermosa.
7. ¿Cómo podemos evitar el pecado de la falta de fe?
7 Así sucede con nuestra fe en las promesas de Dios; tenemos que mantenerla en renovación, espaciándonos en ella, hablando de ella y así fortaleciéndola. A no ser que hagamos esto, nuestra fe con el tiempo puede desvanecerse. Por esta razón el apóstol Pablo dio una fuerte advertencia a los cristianos hebreos de mantener viva su fe. “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; mas sigan exhortándose los unos a los otros cada día, mientras pueda llamársele ‘Hoy,’ por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado. Porque realmente llegamos a ser participantes del Cristo solo si nos esforzamos por tener fuertemente asida la confianza que tuvimos al principio firme hasta el fin.” (Heb. 3:12-14) Que nunca olvidemos que el aguante en el camino a la vida se necesita y éste depende de que mantengamos nuestra esperanza de vida en mira. El perder nuestra expectativa de vida eterna significa perder la vida misma con el tiempo.
COSAS QUE PUEDEN OSCURECER NUESTRA EXPECTATIVA DE VIDA
8. (a) ¿Por qué es importante que el cristiano sea inclinado a lo espiritual? (b) ¿Cómo puede la pérdida de nuestro punto de vista espiritual hacer que perdamos de vista la meta de vida eterna?
8 ¿Cuáles son algunas de las cosas que pudieran oscurecer nuestra expectativa de vida eterna? Jesús nos ayuda a entender esto en Juan 6:63, donde dice: “El espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada.” Nuestra esperanza es una esperanza espiritual porque se origina con el Gran Espíritu, Jehová Dios. No podemos mantener fija nuestra vista en una meta espiritual alimentando y cultivando esperanzas mundanas y deseos carnales. El que mantengamos una vista clara de la esperanza de vida eterna depende enteramente de mantener nuestra espiritualidad. Tenemos que llevar vidas espirituales, llegando a estar inclinados a lo espiritual. Esto nos ayuda a mantener nuestra vista en la meta. Considérelo de esta manera: Si a usted le falta por caminar un trecho largo, ¿qué es lo que puede hacerle seguir caminando aun cuando sus piernas están muy cansadas? Pues, es la vista de la meta, ¿no es verdad? Aunque quizás todavía esté lejos, al verla acercarse más y más usted se anima a vencer su fatiga que aumenta y a hacer esfuerzos renovados por avanzar. Pero si usted no puede ver la meta y no sabe cuánto falta para llegar a ésta, ¿entonces qué? Aunque quizás esté a la vuelta del siguiente recodo del camino, el hecho de que usted no lo ve hace que su cansancio parezca más grande, y pronto está dispuesto a cesar. Hoy en día, hay un peligro muy verdadero, que está envolviendo a muchos dedicados, el de perder uno el punto de vista espiritual, el de perder de vista la meta de la vida eterna y cansarse en el servicio de Jehová.
9. ¿A qué otros peligros nos expone la falta de espiritualidad?
9 La falta de espiritualidad puede causar aun mayor daño. Puede hacer que nos envolvamos en las obras de la carne que mencionó Pablo en Gálatas 5:19-21. Entre las que mencionó se hallan: “fornicación, inmundicia, conducta relajada, . . . borracheras, diversiones estrepitosas y cosas semejantes a éstas.” Pablo prosigue: “En cuanto a estas cosas, les estoy avisando de antemano de la misma manera que ya les avisé, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Sería fatal el ser entrampados en estas obras de la carne, en estas prácticas del mundo de la humanidad, porque querría decir la pérdida de nuestra esperanza de vida eterna. A pesar de esta advertencia clara, directa, de la Biblia, miles de siervos dedicados de Jehová se han permitido el ser engullidos por estas obras de la carne y han sido expulsados de entre el pueblo limpio de Jehová. Esto sucedió porque perdieron su espiritualidad, perdieron su expectativa de la vida eterna. Algo más les pareció más deseable. Pero nada, simplemente nada en absoluto, podría ser más deseable que la vida eterna bajo condiciones justas. ¡Cuán vital es el asegurar que nada oscurezca jamás nuestra expectativa de vida eterna!
10. Muestre de las Escrituras que tenemos que permitir que el espíritu de Dios, no nuestra carne caída, controle nuestra vida.
10 Hay otras maneras en que nuestra carne humana puede oscurecer nuestra expectativa de vida eterna. Pablo dijo: “El tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz.” (Rom. 8:6) A nuestra carne humana pecaminosa le gustaría controlarnos completamente, arrastrándonos con ella en la búsqueda de sus deseos, y extirpando la influencia del espíritu santo de Dios de nuestra vida. Como cristianos dedicados tenemos que aprender a resistir la inclinación de poner nuestros propios deseos carnales en primer lugar y aprender a ser guiados siempre por el espíritu de Dios.—Gál. 5:16, 17.
11. ¿A qué decisiones cruciales que implican la vida se están enfrentando muchos de nuestros hermanos hoy día?
11 Algunos de los argumentos de la carne son muy fuertes y atractivos. Pueden surgir circunstancias en que nuestra mismísima vida esté en juego. Quizás estemos enfermos, y se nos diga que nada salvo una transfusión de sangre puede salvar nuestra vida. Sabemos que tal uso de la sangre es contrario a la voluntad de Jehová. (Hech. 15:28, 29) ¿Qué escogeremos? A veces algunos de nuestros hermanos se han enfrentado a demandas de parte de gobiernos nacionalistas de inclinarse y adorar idolátricamente emblemas nacionales, así como se enfrentaron los tres hebreos fieles Sadrac, Mesac y Abednego. Han sido amenazados con muerte inmediata si no lo hacen. Otros, esforzándose por retener su neutralidad cristiana para con las guerras entre las naciones mundanas, se han enfrentado a amenazas semejantes contra su vida.
12. ¿Qué actitud correcta para con la vida nos fortalecerá para sobrevivir a estas pruebas vitales?
12 ¿Cómo podemos sobrevivir a tales pruebas cruciales y retener el favor de Jehová? Bueno, ¿qué estamos buscando? ¿Salvar nuestra presente vida humana, u obtener la vida eterna? Si realmente tenemos como meta nuestra la vida eterna y siempre la mantenemos en mira, no consideraremos nuestra presente duración humana de la vida como de tan grande importancia que transijamos en cuanto a las leyes de Jehová. Nuestra consideración más importante será el retener la integridad a Jehová, no el retener nuestra vida presente. Recuerde las palabras de Jesús de que “el espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada.” Jamás permita que su carne lo haga quebrantar las leyes de Jehová. Más directamente Jesús dijo: “Porque el que quiera salvar su alma la perderá; mas el que pierda su alma por causa de mí la hallará.” (Mat. 16:25) Si usted mantiene la vida eterna en mira, en vez de su presente vida corta, usted será un guardador de integridad.
13. ¿Qué tentación tenemos que resistir, y cómo podemos hacer esto?
13 ¿Puede usted esperar la vida eterna? Muchos no pueden. Buscan un galardón más inmediato, aunque sea grandemente inferior. Se requieren aprecio y madurez espirituales para poder resistir la tentación de asirse de ventajas temporales a costo de la vida eterna. “Tenemos los ojos fijos, no en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Cor. 4:18) Desarrolle su punto de vista espiritual, mantenga su vista en la meta de vida eterna, y no permita que nada oscurezca su expectativa.
CÓMO PUEDE UNO MANTENER VIDA ETERNA EN MIRA
14. ¿Qué principios tenemos que mantener claramente presentes en nuestra relación con Jehová?
14 Jehová es el dador de vida. “Porque contigo está la fuente de vida.” (Sal. 36:9) No podemos mantener vida eterna en mira sin permanecer cerca de Jehová, la fuente de vida. Sofonías puso de relieve esto, poniendo en primer lugar a Jehová, cuando dijo: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra.” (Sof. 2:3) David expresó esta misma verdad importante, poniendo en primer lugar a Jehová, en el Salmo 16:8: “He puesto a Jehová enfrente de mí constantemente.”
15. (a) ¿Qué debemos saber acerca de la dedicación? (b) ¿Qué cosa necesaria nos ayudará a permanecer cerca de Jehová, manteniéndole siempre delante de nosotros?
15 Esto es lo que queremos decir cuando dedicamos nuestra vida a Jehová. No nos dedicamos a una religión, ni a un hombre, ni a una organización. En cambio, nos dedicamos al Soberano Supremo del Universo, nuestro Creador, Jehová Dios mismo. Esto hace de la dedicación una relación muy personal entre nosotros y Jehová. Por esta razón, todos los que están dedicados no solo tienen el privilegio de acercarse a Jehová en oración sino que están obligados a ello. Santiago 4:8 nos dice: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.” Si no ponemos constantemente a Jehová delante de nosotros en oración no podremos cumplir nuestros votos de dedicación, porque simplemente no es posible tener una relación allegada, afectuosa, personal, con alguien a menos que constantemente le hablemos. Todos sabemos lo que sucede cuando los miembros de una familia dejan de hablarse. Se rompe su relación. Si fuésemos a permitir que le sucediera esto a nuestra relación con Jehová sería fatal para nuestras esperanzas de vida eterna.
16. ¿Cómo se pone de relieve hoy día la necesidad de orar, y qué efectúa para nosotros la oración?
16 Esta necesidad de oración individual se hace mayor al acercarnos al fin completo de este sistema de cosas. Pedro nos dice: “El fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones.” (1 Ped. 4:7) Sí, tenemos que ser muy vigilantes en realidad para que jamás descuidemos este precioso privilegio de la oración, que nos ayuda a acercarnos a la Gran Fuente de vida. La oración nos mantiene despiertos a nuestra dedicación a Jehová, nos ayuda a permanecer inclinados a lo espiritual, nos hace más agradecidos a Jehová por su bondad, y aguza nuestro aprecio de ser sus siervos teniendo como meta nuestra la vida eterna.
17. ¿Cómo el estudio y la meditación personales nos ayudan a mantener nuestra mente en las cosas correctas?
17 El estudio y la meditación personales también nos ayudan a acercarnos a Jehová y a tener un punto de vista claro de la verdad. La lectura de la Biblia debe ocupar un lugar prominente en nuestro horario de estudio. Debemos emplear tiempo cada día para meditar en ella para que sus principios rectos lleguen a ser una parte integrante de nuestros procesos de pensar. Podemos analizarnos en cuanto a esto. Hágase esta pregunta: “Cuando mi mente no está ocupada activamente en un proyecto particular, ¿a qué se dirige?” Debería dirigirse como cosa normal a Jehová y a una consideración de sus propósitos. Tal como la aguja de una brújula puede ser desviada temporalmente a la izquierda o a la derecha, pero siempre regresa al punto que señala al norte, así nuestra mente debe regresar a Jehová y su Palabra. Si hacemos esto, no tendremos razón de temer los tiempos dificultosos. Habremos tomado la Palabra de Dios de la página impresa, que los hombres pueden destruir, y ponerla profundamente en nuestro corazón, donde los opositores no pueden tocarla. Entonces, prescindiendo de la dificultad que venga sobre nosotros, nada podrá borrar nuestra expectativa de vida eterna.
18. ¿Por qué siempre es bueno tener “mucho que hacer en la obra del Señor,” y cómo nos ayuda en esto la organización visible de Jehová?
18 Considere, también, la ayuda que Jehová nos da bondadosamente por medio de su organización visible en la Tierra. Con tal que permanezcamos cerca de ella y sirvamos junto con ella, obtenemos gran protección. Esta es la única organización hoy en día que existe solamente con el propósito de efectuar la obra de Jehová, y verdaderamente es una organización de trabajadores. Esto se debe a que el trabajo es urgente, como recalcó Jesús: “Tenemos que obrar las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.” (Juan 9:4) A veces quizás sintamos que se requiere demasiado de nosotros en el servicio de Jehová y demasiado que hacer. Sin embargo, en vez de considerarlo así, ¿por qué no tratar de verlo de esta manera? Al llenar nuestro tiempo hasta el rebosamiento de su servicio, Jehová está siendo bondadoso con nosotros. El estar ocupados realmente en el servicio de Jehová es una salvaguarda para nosotros. Entonces simplemente no tenemos tiempo para los intereses mundanos que están a nuestro alrededor los cuales están pidiendo a gritos nuestro tiempo y atención. No hay duda de que las búsquedas mundanas exigen mucho de nuestro tiempo. Sea en el trabajo o en la búsqueda de placer, les gustaría emplear cada minuto de él. Pero no nos pueden dar vida eterna. Por eso cuando Jehová por medio de su organización visible arregla bondadosamente el llenar nuestra vida de servicio, debemos regocijarnos. Pablo lo expresó así: “Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) La gente que tiene poco que hacer en el servicio de Jehová es la que cae en el pecado, no los que tienen mucho que hacer y lo hacen gozosamente. El tener mucho que hacer en el servicio de Jehová asegura el que mantengamos nuestra meta de vida eterna en mira.
19. ¿Qué papel desempeña el gozo en mantener nuestra vista fija en la meta de vida?
19 Los que tienen mucho que hacer en el servicio de Jehová disfrutan de gran gozo en hacerlo. “Sirvan a Jehová con regocijo. Entren delante de él con clamor gozoso.” (Sal. 100:2) ¿No conviene usted en que puede trabajar en una tarea mucho más tiempo cuando realmente disfruta de ello? Sí, el gozo proporciona aguante. Este gozo sustentó a Jesús durante sus sufrimientos. Pablo dice, en Hebreos 12:2: “Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” Mientras disfrutamos de este mismo gozo maravilloso en el servicio de Jehová esto nos mantendrá activos y nos salvaguardará de aflojar el paso y de cesar. Y para tener gozo ahora, siempre debemos mantener delante de nosotros el gozo maravilloso de vivir para siempre en el nuevo orden de Dios. Tal como Jesús triunfó sobre el madero de tormento y la muerte misma debido al gozo que fue puesto delante de él, así podremos vencer todos los obstáculos de nuestro camino. De veras, el no haber gozo es una señal segura de enfermedad espiritual. A menudo esta falta de gozo se debe a que uno ha perdido de vista la meta de la vida eterna.
SIGA SIRVIENDO CON VIDA ETERNA EN MIRA
20. ¿Cómo nos anima el excelente ejemplo de Abrahán?
20 Habiendo escogido la senda que conduce a la vida, y estando determinados a adherirnos a ella cueste lo que cueste, podemos sacar mucho consuelo y estímulo de los ejemplos fieles de hombres de tiempos antiguos, como Abrahán, que respondieron voluntariamente a la llamada de Dios. Mientras Abrahán vivía con comodidad en Ur de los Caldeos, Jehová lo llamó para que fuera y sirviera en otro país, que jamás había visto. Esta fue una gran prueba de su fe. Tendría que cambiar por completo su modo de vivir, viviendo de allí en adelante como nómada, cuidando rebaños y vacadas. Entonces, ¿por qué fue? Porque era un hombre de visión y fe. Pablo nos dice que “esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y creador es Dios.” (Heb. 11:10) Sí, Abrahán vio el reino de Dios desde lejos y lo acogió. Sabía bien que el cumplimiento de la promesa de Jehová no vendría en su vida. Pero esto no hizo vacilar su fe en la promesa. Hasta el fin de sus 175 años en la Tierra retuvo integridad a Jehová, porque estaba sirviendo con la vida eterna en mira.
21. ¿Qué punto de vista correcto de parte de Abrahán y Moisés podemos copiar provechosamente?
21 Moisés también, aunque fue criado y educado en el palacio de Faraón, voluntariamente renunció a esta posición elevada y su gloria y riquezas para servir simplemente de pastor de las “ovejas” de Dios. ¿Y qué lo persuadió a hacer esto? Hebreos 11:26 dice que “miraba atentamente hacia el pago del galardón.” Sí, nunca perdió su visión del nuevo orden de Dios. Abrahán y Moisés respondieron a la llamada de Dios porque quisieron estar en el servicio de Jehová sin importar dónde o lo que fuera. Si se les pedía que hicieran esto o aquello, que fueran aquí o allá, no era de gran preocupación para ellos. Solo querían estar sirviendo a Jehová, haciendo su voluntad, y con el tiempo estar recibiendo las bendiciones de la vida eterna.
22. ¿Cómo el estar anuentes a servir nos ayuda a mantener vida eterna en mira?
22 Esta excelente actitud mental ha sido una cualidad que identifica a los verdaderos siervos de Dios a todo tiempo. Siempre debemos cultivar este espíritu anuente, siempre debemos estar buscando oportunidades de servir a Jehová, y estar buscando el llenar los requisitos para aumentados privilegios de servicio. Pablo le dijo a Timoteo: “Si algún hombre está haciendo esfuerzos por obtener un puesto de superintendente, está deseoso de una obra excelente.” (1 Tim. 3:1) ¿Cómo nos esforzamos por estos privilegios? Tratamos de desarrollar los requisitos bíblicos mediante estudio, servicio, desarrollando madurez por medio de experiencia, cultivando los frutos del espíritu, y respuesta anuente a toda llamada que proviene por medio de la organización de Jehová. Cuando se nos ofrecen tales privilegios no los consideramos como cargas sino como ricos galardones por servicio fiel.
23. ¿Cómo son bendecidos ahora los que ponen en primer lugar a Jehová?
23 Además de la esperanza de vida eterna, Jehová Dios reserva maravillosos galardones ahora, en este período de tiempo, para los que responden voluntariamente en su servicio. En respuesta a la pregunta de Pedro sobre esto, Jesús dijo: “En verdad les digo: Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.” (Mar. 10:29, 30) Miles de precursores fieles y otros en nuestro día han demostrado que las palabras de Jesús son veraces. En su labor de amor verdadero han hallado y alimentado a los corderitos de Jehová, y ahora los hogares de éstos se abren de par en par a esos precursores, como si fueran miembros de la familia. Verdaderamente tienen centenares de hogares y madres y hermanos, y aún, la esperanza de vida eterna.
24. ¿Cómo nos animan las Escrituras a seguir sirviendo con vida eterna en mira?
24 Prescindiendo de que haya usted estado en la organización de Jehová durante seis meses o sesenta años (como algunos han estado), aún se necesita seguir sirviendo, aún se necesita aguante. A veces, la persecución, enfermedad, oposición de familia, o simplemente apatía e indiferencia de parte de aquellos a quienes usted predica quizás sometan a una prueba dura sus facultades de aguante. Recuerde las palabras de Santiago: “Feliz es el varón que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.” (Sant. 1:12) Pablo, también, nos anima a continuar sirviendo a Jehová con aguante: “Así es que no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.” (Gál. 6:9) Por medio de mantener brillante nuestra visión de las promesas de Jehová y nunca permitiendo que alguna cosa nos haga desviar la vista de la senda que conduce a la vida podremos continuar sirviendo con vida eterna en mira, mientras Jehová nos lo pida. ¡Y qué grandioso resultado habrá para nosotros! “Mediante la perseverancia de parte suya adquirirán sus almas.”—Luc. 21:19.