Pronto terminará la larga espera con esperanza
1. Según Hebreos 10:12, 13, ¿hasta cuándo continuó esperando Jesús a la diestra de Dios, y qué muestra Salmo 110:1, 2 que nos sucederá si nos ponemos de parte de sus enemigos?
HASTA después que fue resucitado de entre los muertos al tercer día, Jesús continuó aguardando el tiempo de Dios para el establecimiento del reino celestial sobre toda la humanidad. Respecto a esto se escribió lo siguiente a hebreos cristianos en el primer siglo E.C.: “Pero este hombre ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente y se sentó a la diestra de Dios, esperando desde entonces hasta que sus enemigos fuesen colocados como banquillo para sus pies.” (Heb. 10:12, 13) Esto es una referencia a Salmo 110:1, 2, donde leemos: “La expresión de Jehová a mi Señor es: ‘Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies.’ La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sion, diciendo: ‘Ve sojuzgando en medio de tus enemigos.’” Al obedecer este mandato Jesucristo tendrá el apoyo de la Gobernación Divina, y todos los enemigos en la Tierra serán hechos el banquillo de sus pies, pues todos serán completamente sojuzgados y destruidos. (Sal. 110:5, 6) Por eso todos nosotros hoy sabemos lo que podemos esperar si nos ponemos de parte de sus enemigos, que son enemigos de la gobernación divina.
2. (a) En el tiempo que todavía queda, ¿qué tiene que pueda ofrecer a la humanidad la gobernación humana, sí, el Diablo mismo? (b) Desde que Satanás fue echado del cielo, a la humanidad se le ha hecho saber el significado de ¿qué clamor en el cielo?
2 En el tiempo que todavía les queda a estos enemigos, ¿qué tienen ellos que puedan ofrecer a la humanidad? Nada mejor de lo que ya nos han presentado. ¿Qué puede ofrecer a la humanidad por medio de los “reinos del mundo” el invisible que tiene la autoridad invisible sobre estos enemigos, a saber, Satanás el Diablo? Nada sino el que sean magullados o quebrantados junto con Satanás mismo bajo los pies de Cristo. Por el cumplimiento del libro profético de Revelación, capítulo doce, Satanás el Diablo y sus ángeles demoníacos ya han sido arrojados de los santos cielos y abajo a la vecindad de nuestra Tierra. Toda la humanidad ha sentido los efectos de que se haya restringido así a la Gran Serpiente Satanás y sus demonios a nuestra Tierra, desde la primera guerra mundial de 1914-1918. En el más de medio siglo desde entonces a toda la humanidad se le ha hecho saber de manera muy dolorosa el significado del clamor que se oyó en el cielo cuando Satanás y sus demonios fueron echados: “¡Alégrense, cielos y los que residen en ellos! Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:12.
3, 4. (a) ¿Ha podido remover ese “ay” de la Tierra y el mar la gobernación humana? (b) ¿Hasta qué grado llegará la “gran cólera” de Satanás contra la gobernación divina, y cómo describió Jesús lo que esto significará para la humanidad?
3 La gobernación humana, hasta equipada con todas sus ventajas científicas modernas y su conocimiento aumentado, no ha podido remover de la tierra y del mar este “ay” diabólico. La “gran cólera” de Satanás el Diablo contra la Gobernación Divina no se restringirá de llevar a todos los establecimientos políticos de gobernación humana a ruina absoluta. Si él mismo no puede gobernar sobre la Tierra, entonces está resuelto a que ninguna de estas formas terrestres de gobernación humana lo sobreviva a él. En intento suicida, ahora conduce a toda gobernación política humana a destrucción bajo los pies de la Descendencia Prometida de Dios, Jesucristo. Esto significará un tiempo de dificultad que no tiene paralelo en lo que los habitantes de la Tierra han conocido antes. Jesucristo, al predecir la “conclusión del sistema de cosas,” describe esto, diciendo:
4 “Habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:3, 21, 22; Mar. 13:19, 20.
5. (a) El horrible sitio y destrucción de Jerusalén en 70 E.C. fue muestra típica de ¿qué? (b) ¿Cuánta seguridad hay de que vendrá la tribulación desbaratadora del mundo, y qué pregunta surge en cuanto a ello?
5 Los horrores del sitio y destrucción de la ciudad de Jerusalén por los romanos en el año 70 E.C. fueron solo una muestra típica de lo horrible de la tribulación global que se acerca, con la cual la cristiandad y todo el resto de este sistema humano de cosas serán aniquilados. Tan de seguro como que vino el predicho diluvio que cubrió el globo terráqueo en los días del predicador justo Noé, tan de seguro como que vinieron las predichas destrucciones de la antigua Jerusalén en los días de los profetas de Jehová y de los apóstoles de Jesucristo, así de seguro es que esta predicha tribulación que desbaratará al mundo vendrá... en nuestra propia generación. Por casi cien años ya los testigos cristianos de Jehová han estado advirtiendo a toda la humanidad acerca de esta catástrofe mundial. No solo para probar que es cierto lo que han estado predicando, sino más bien para probar que es cierta la palabra profética de Jehová que han estado predicando. Nadie de la humanidad puede escapar de ello; toda la humanidad tiene que entrar en esa tribulación de tribulaciones. La pregunta es: ¿Quién de la humanidad la sobrevivirá?
6. ¿Qué medios humanos de sobrevivir la “tribulación grande” fracasarán, y por lo tanto, en qué esta la única esperanza para toda la humanidad?
6 Nadie en la Tierra podrá sobrevivir por su propia fuerza ni por medio de las medidas humanas de protección que pueda tomar. La cristiandad no resultará ser lugar de refugio y supervivencia solo porque ostente el nombre de Cristo y tenga cruces en las agujas o campanarios de sus iglesias. Las Naciones Unidas, llamadas repetidamente “la última esperanza” de la humanidad, no será tal cosa. Las alianzas regionales y los organismos basados en tratados de las naciones políticas no llevarán a salvo a través de la “tribulación grande” sin paralelo ni a los gobernantes humanos ni a los gobernados humanos. Nada de ingenio y hechura humanos puede servir de esperanza. Las profecías de las Santas Escrituras advierten de antemano de este venidero aprieto desesperado en que se encontrará toda la humanidad. Ante esta perspectiva absolutamente desesperanzada para todo el sistema de cosas humano, se le hace claro a toda persona razonante que la única esperanza para toda la humanidad tiene que estar fuera de la región de lo humano. La salvación de la humanidad nunca ha venido y nunca vendrá de la humanidad misma, como si pudiera levantarse a sí misma la humanidad tirando de las tirillas de sus zapatos. ¡Por esto la teoría filosófica comunista del materialismo, a saber, que no existe nada que no sea material, conduce a un callejón sin salida!
Adónde dirigirse con verdadera esperanza
7. (a) Nuestra esperanza tiene que ser algo de ¿qué región?, pero ¿quién que está allí queda excluido de ser esa esperanza? (b) El Gobernante Divino les dice a los “prisioneros de la esperanza” que se vuelvan ¿a qué?
7 Nuestra esperanza, para que sea algo que felizmente se realice, tiene que estar cifrada en algo espiritual. No, no en ese espiritual “dios de este sistema de cosas,” la Gran Serpiente Satanás el Diablo, el inicuo acarreador del actual “ay” a la humanidad. (2 Cor. 4:4) Él es lo que el apóstol cristiano Pablo llama “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia,” todos los cuales han ‘andado conforme al sistema de cosas de este mundo.’ (Efe. 2:2) No, nosotros los que necesitamos desesperadamente una verdadera esperanza tenemos que apartar nuestros ojos de ese invisible “gobernante de este mundo.” (Juan 12:31) Tenemos que apartar nuestros ojos anhelantes de su sistema de cosas mortífero y acarreador de ayes. ¿A qué de clase espiritual y más elevada que el hombre y el Diablo debemos dirigirnos? ¿A qué solamente podemos acudir con confianza? Por los corredores de milenios de tiempo vienen resonando estas palabras del Gobernante Divino: “Vuélvanse a la plaza fuerte, prisioneros de la esperanza.”—Zac. 9:12.
8. (a) ¿A quiénes fueron dirigidas originalmente esas palabras de Zacarías 9:12, y qué era la “plaza fuerte” allá en aquel tiempo? (b) ¿De dónde tenían que volverse aquellos “prisioneros de la esperanza,” y cómo se abrió el camino a la libertad?
8 Esas palabras animadoras entregadas por medio del profeta Zacarías hace casi dos mil quinientos años fueron dirigidas a los que sinceramente deseaban ser el pueblo favorecido del Gran Espíritu, del cual Jesucristo dijo: “Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad.” (Juan 4:24) La “plaza fuerte” a la cual tenían que ‘volverse’ los “prisioneros de la esperanza” era el reino mesiánico de Dios, que estaba representado allá en aquel tiempo por la ciudad de Jerusalén, donde un rey de la familia real de David de Belén solía sentarse en un trono que era llamado “el trono de Jehová.” (1 Cró. 29:23) A esta forma terrestre de gobernación divina los “prisioneros de la esperanza” tenían que ‘volverse,’ saliendo de su largo destierro en la pagana Babilonia, el lugar donde se dio comienzo a la religión organizada falsa en oposición a Jehová Dios en los días de Nemrod el notorio cazador. (Gén. 10:8-10; 11:1-9) En el tiempo del profeta Zacarías esta Babilonia había ocupado la sede de la dominación mundial, como la tercera potencia mundial de la historia bíblica. ¡En 539 a. de la E.C. el Dios Todopoderoso rompió el agarro que tenía Babilonia en sus “prisioneros” y abrió el camino a la libertad!
9. (a) ¿Por qué no es aquello una simple muestra de historia antigua muerta? (b) ¿Quiénes son los “prisioneros de la esperanza” hoy día, y qué necesitan?
9 ¡Qué parte emocionante de la historia fue aquélla en la remota antigüedad! Pero no es historia muerta. Es historia profética que vive para hoy y tiene su paralelo vivo hoy día, en nuestra generación. Por eso fue escrita y conservada entre las profecías de Zacarías, uno de los últimos profetas de Jehová antes de Jesucristo. Pues bien, ¿podemos nosotros hoy día ser clasificados como “prisioneros de la esperanza”? Sí, si vemos y aceptamos la esperanza que “el Dios de la esperanza” pone ante nosotros. El último libro de sus Santas Escrituras, la Revelación, señaló hacia el futuro, no a la existencia de la antigua Babilonia, sino de Babilonia la Grande en nuestro día. Esta Babilonia más poderosa simboliza el imperio mundial de religión falsa, que tiene conexiones religiosas con los gobiernos políticos de este sistema de cosas, hasta con la Rusia comunista. Todos los pueblos del mundo, trátese de practicantes de las centenares de religiones o de adherentes de las instituciones políticas mundanas, son “prisioneros” de Babilonia la Grande y sus asociados políticos. ¡Para su salvación, estos “prisioneros” tienen que ser emancipados, liberados!
10. (a) ¿Por qué es muy urgente que acontezca esta liberación? (b) ¿Qué es hoy la “plaza fuerte” a la cual los “prisioneros de la esperanza” deben volverse, y qué ha enviado Jehová desde allí desde 1914 E.C.?
10 Es muy urgente que esto acontezca. ¿Por qué? ¡Porque Babilonia la Grande y todos sus amantes políticos están condenados ahora a una destrucción pronta! ¿Cómo se puede emancipar a los hombres de su prisión espiritual, donde no hay nada más que esperar sino destrucción en la venidera “tribulación grande”? Solo hay un camino a la emancipación, y ése es volverse a la “plaza fuerte” que Jehová Dios ha puesto ante todos los “prisioneros de la esperanza.” Esa “plaza fuerte” es el reino mesiánico de Dios, que en la antigüedad fue representado en la ciudad plaza fuerte de Jerusalén. El reino mesiánico terrestre en la Jerusalén del Oriente Medio pasó hace mucho tiempo. Ha sido revivificado en nuestro tiempo, no allá en la Jerusalén terrestre, sino en los cielos, donde se sienta el Descendiente real del rey David, es decir, Jesucristo. El trono de él no es un trono material perecedero en la Jerusalén terrestre, sino que es realmente “el trono de Jehová,” porque él se sienta a la “diestra” de Jehová Dios en los cielos. (Sal. 110:1, 2; Hech. 2:34-36; 7:55, 56; 1 Ped. 3:22; Rev. 3:21) Desde allí desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 Jehová ha enviado la ‘vara de la fuerza de Cristo.’
11. (a) Entonces, ¿cuál es la única esperanza de toda la humanidad? (b) Desde 1918 E.C., ¿desde dónde y a dónde ‘se han vuelto’ los testigos cristianos de Jehová, y cómo están diciendo a todos los demás “prisioneros” que se vuelvan a esa “plaza fuerte”?
11 Es bajo los pies de este Cristo y sus seguidores fieles que Jehová “quebrantará a Satanás” dentro de poco tiempo. (Rom. 16:20) El reino de este Emancipador Mesiánico es el representante comisionado de la Gobernación Divina del Dios Altísimo y Todopoderoso, Jehová. Es la única esperanza de toda la humanidad. Es la plaza fuerte divinamente designada a la cual acudir en busca de libertad y vida en felicidad sin fin. Desde el fin de la I Guerra Mundial en 1918 los testigos cristianos de Jehová han salido de su aprisionamiento espiritual en Babilonia la Grande y ‘se han vuelto a la plaza fuerte,’ al establecido reino mesiánico de Dios en la Jerusalén celestial. A pesar de las condiciones mundiales fatales que van empeorando, ellos disfrutan ahora de su maravillosa emancipación espiritual y se regocijan con su gloriosa esperanza en cuanto al futuro cercano. Con gran compasión por toda la humanidad claman urgentemente a todos los “prisioneros” de todas partes que ‘se vuelvan a la plaza fuerte,’ mientras cumplen el mandato profético de Cristo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14.