La erudición católica... ¿es leal a la Palabra de Dios?
LOS eruditos católicos modernos han estado muy activos y han sido muy productivos. Pero ¿han manifestado lealtad para con la Palabra de Dios, la Biblia?
Estos eruditos han producido algunas excelentes traducciones de la Biblia, especialmente en español, francés e inglésa. Además, últimamente, la mayor parte de los traductores católicos han estado de acuerdo con el sentir que se expresa en el prefacio de La Biblia de Jerusalén en inglés: “El traductor de la Biblia al lenguaje vulgar [...] [no debe] imponer su propio estilo en los originales: esto equivaldría a suprimir la individualidad de los varios escritores que respondieron, cada cual a su manera, al movimiento del Espíritu. [...] El primer deber del traductor es de transmitir tan claramente como pueda lo que el autor original escribió. [...] Ciertamente sería peligroso dar mayor importancia a la forma de la traducción que a su significado”.
La Biblia de Jerusalén es especialmente notable porque reconoce que el tetragrámaton hebreo que representa el nombre único de Dios no debería traducirse como un sustantivo corriente —como lo hacen la mayor parte de los traductores modernos— sino que debería transcribirse. En dicha versión se hace esto por medio de usar “Yahvéh”, una forma del nombre divino Jehová. Respecto a las razones por las cuales se hace esto, el prefacio de la versión en inglés declara: “Los que quieran utilizar esta traducción de los Salmos pueden sustituir el término tradicional ‘el Señor’. En cambio, el hacer esto resultaría en que se perdiera mucho del sabor y el significado de los originales. Por ejemplo, el decir: ‘El Señor es Dios’ ciertamente es una tautología [una repetición sin sentido], mientras que el decir ‘Yahvéh es Dios’ no lo es”. Todo esto está muy bien expresado.
Se necesita discernimiento
No obstante, a veces se pueden detectar prejuicios religiosos en la obra de los eruditos católicos. Por ejemplo: Según la Catholic Confraternity Version, Jesucristo dice a su madre en la fiesta de bodas de Caná: “¿Qué quisieras que yo hiciera, mujer?”. Esto podría hacer creer al lector que Jesús estaba pidiendo a su madre que lo guiara. Pero la Biblia de Jerusalén católica dice: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora” (Juan 2:4). Esta traducción más exacta hace evidente que los traductores de la Catholic Confraternity Version se han dejado llevar por las enseñanzas de su iglesia acerca de María, la madre de Jesús.
Se nota aún más la necesidad de discernimiento al observar que cierta información digna de confianza a veces se mezcla con comentarios que degradan la Biblia. Por ejemplo, en una nota al pie de la página con relación a Génesis 2:17, se hace el siguiente comentario perceptivo en La Biblia de Jerusalén sobre el significado de comer del fruto prohibido: “Es la facultad de decidir uno por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo, y de obrar en consecuencia: una reclamación de autonomía moral, por la que el hombre no se conforma con su condición de criatura. El primer pecado ha sido un atentado a la soberanía de Dios, un pecado de orgullo”.
Estos comentarios demuestran discernimiento profundo. Pero la mismísima oración siguiente revela que los traductores no creían que Adán y Eva realmente existieron y literalmente comieron el fruto prohibido, pues dice: “Esta rebelión se ha expresado concretamente con la transgresión de un precepto impuesto por Dios y representado en la imagen de la fruta prohibida”. (Las bastardillas son nuestras.) De acuerdo con lo que dice la New Catholic Encyclopedia, el relato de Génesis es meramente alegórico, no histórico.
Note cómo la New Catholic Encyclopedia (1967) expresa dicho parecer, al decir: “Es evidente que los relatos de Génesis acerca de la creación del mundo y del hombre, acerca del Edén y de la caída, etc., no son realmente historia en el sentido corriente de la palabra”. Esta obra de consulta pasa a decir: “La Biblia, como obra literaria, tiene una tradición que incluye el mito como género literario y no rechaza patrones míticos de otras civilizaciones”b.
¿Es así como se muestra lealtad a la Palabra de Dios? Jesucristo, al referirse al relato de la creación, lo trató como algo verdaderamente histórico, pues declaró: “¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre”. (Mateo 19:4-6, BJ; Génesis 1:27; 2:24.)
El apóstol Pablo también trató este relato de Génesis como histórico. Por eso advirtió a los cristianos que no se dejaran engañar, tal como Eva se dejó engañar por la astucia de la serpiente (2 Corintios 11:3). Dicha advertencia sería inútil si Eva no hubiera existido en realidad y no se hubiera dejado engañar. Además, al instar a las mujeres cristianas a que fueran sumisas, Pablo dijo que Adán fue creado primero y que Eva, no Adán, se dejó engañar (1 Timoteo 2:11-14). Una vez más, el argumento del apóstol no tendría peso alguno si el relato de Génesis no fuera histórico.
El Diluvio del día de Noé
De acuerdo con La Biblia de Jerusalén, relatos como el del diluvio del tiempo de Noé están basados en ciertas tradiciones y “sería absurdo pedir a estas tradiciones [...] el rigor que aplicaría un historiador moderno”. La New Catholic Encyclopedia expresa más o menos la misma opinión al declarar: “En general se reconoce ahora que el episodio de Noé y el arca no es una narración histórica, sino una creación literaria de la imaginación que es enteramente de otra índole [...] El leerlo como historia porque se presume que era la intención del autor dar una descripción detallada de un suceso antiguo resulta solo en confusión, dificultades desde el punto de vista intelectual y de allí dificultades respecto a la fe”.
Pero Jesucristo trató el Diluvio como un suceso verídico, pues predijo que tal como realmente ocurrió en los días de Noé, así sería en los días de Su presencia (Mateo 24:37-39). El apóstol Pablo señala a Noé como un ejemplo de fe (Hebreos 11:7). Además, en sus dos cartas divinamente inspiradas, el apóstol Pedro se refiere a Noé y al Diluvio. (1 Pedro 3:20; 2 Pedro 2:5.)
¿Qué hay de Jonás?
Ahora, sírvase considerar el libro de Jonás. La Biblia de Jerusalén lo califica de “aventura un tanto extraña” y dice: “Dios es también señor de las leyes de la naturaleza, pero los prodigios se acumulan aquí a modo de ‘jugarretas’ que Dios hace al profeta: la súbita tempestad, Jonás designado por la suerte, el pez monstruoso, el ricino que crece en una noche y se seca en una hora; y todo ello referido con una ironía sin rebozo, muy ajena al estilo histórico. El libro se propone agradar y también instruir”.
Pero Jesucristo consideró a Jonás una figura histórica. Por ejemplo, Jesús dijo: “Señal no tendrán [los de esta generación]. Solamente se les dará la señal de Jonás. Porque así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así lo será el Hijo del Hombre para esta generación. [...] Los habitantes de Nínive resucitarán en el día del juicio junto con los hombres de hoy y los condenarán, porque cambiaron su conducta con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien superior a Jonás”. Jesús también declaró: “Del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra” (Lucas 11:29-32; Mateo 12:40, La Nueva Biblia—Latinoamérica). Si Jonás no hubiera vivido en realidad y no hubiera tenido estas experiencias, las palabras de Jesús no tendrían ningún peso. ¿Son leales a la Palabra de Dios estos eruditos católicos cuando, a diferencia de Jesucristo, clasifican el libro de Jonás como ficción?
El Cantar de los Cantares
Consideremos otro ejemplo, El Cantar de los Cantares. De acuerdo con La Biblia de Jerusalén, este libro no puede haberse escrito antes de la segunda mitad del quinto siglo antes de la Era común, mucho tiempo después de los días del rey Salomón. Pero es interesante que The Catholic Encyclopedia de 1908 apoya la tradición judía, la cual muestra que éste realmente fue escrito por Salomón, pues dice: “La tradición, en armonía con la inscripción, atribuye la canción a Salomón. Hasta en tiempos modernos, muchos exegetas han sostenido esta opinión [...] De Wette dice: ‘La entera serie de cuadros y relaciones y la frescura de la vida conectan estas canciones con la época de Salomón’. La canción revela que Salomón amaba la naturaleza (contiene ventiún nombres de plantas y quince de animales), la belleza y el arte, y el esplendor real [...] También revela un tipo de sentimiento sumamente tierno y un amor a la paz, lo cual está en armonía con la reputación de Salomón”.
Los relatos de los Evangelios
¿Cómo consideran los eruditos católicos los relatos de las Escrituras acerca de Jesucristo? Con relación a que Jesús haya sido levantado de entre los muertos, la New Catholic Encyclopedia declara: “Cualquier tentativa por demostrar el hecho de la resurrección de Cristo mediante los relatos de los Evangelios [...] tiene que empezar con el admitir que estos relatos no son biografías de Jesús ni mucho menos historia científica”. Pero si no son “historia científica”, ¿qué son? ¿Ficción? ¿Mitos?
La posición católica que se declara arriba respecto a los Evangelios hace caso omiso de las palabras que pronunció Jesús al asegurar a sus apóstoles que “el Paráclito, el Espíritu Santo, [...] os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26, BJ). Además, el testimonio del apóstol Pablo respecto a la resurrección de Cristo está perfectamente en armonía con el de los relatos de los Evangelios. (1 Corintios 15:1-8.)
¿Será usted leal a la Palabra de Dios?
La Iglesia Católica Romana ha declarado públicamente que insta al laicado a que lea la Biblia. Pero, como hemos visto, sus eruditos dicen muchas cosas que en realidad muestran que no son leales a la Biblia.
No obstante, ¿qué hay de usted? ¿Considera usted que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios? Si así es, entonces sea leal a ella. Lea las Escrituras con regularidad y estúdielas. Por supuesto, la Biblia está escrita de tal manera que es necesario buscar la ayuda de personas para aclarar el mensaje que contiene. Pero ¿no debería toda persona que ama la verdad asegurarse de que aquellos a quienes recurre para que le ayuden a entender la Palabra de Dios realmente sean leales a ésta?
[Notas a pie de página]
a Por ejemplo, vea The New American Bible; La Biblia de Jerusalén; Nácar-Colunga.
b La palabra “mito” se usa aquí en el sentido de que se trata de una alegoría.