Preguntas de los lectores
◼ ¿Quién o qué es prefigurado por el “Leviatán” que se menciona en Isaías 27:1?
Isaías 27:1 dice: “En aquel día Jehová, con su espada dura y grande y fuerte, dirigirá su atención a Leviatán, la serpiente deslizante, aun a Leviatán, la serpiente torcida, y ciertamente matará al monstruo marino que está en el mar”. Entendemos que esta profecía aplica a Satanás el Diablo y a su organización inicua en la Tierra.
El número del 15 de octubre de 1985 de La Atalaya explicó que el capítulo 27 de Isaías es una profecía de restauración. Su cumplimiento inicial tuvo que ver con la antigua nación de Israel, la cual sería restaurada después de 70 años de cautiverio en Babilonia. Aunque la mayoría de los exiliados saldrían de Babilonia, algunos regresarían de Egipto y del territorio de Asiria. Jehová Dios se propuso que su pueblo fuera liberado, de modo que aquellas naciones no podían detenerlo mediante esfuerzos independientes ni combinados. Desde el punto de vista humano, estas naciones quizás hayan parecido poderosas y astutas, como un antiguo Leviatán (probablemente un cocodrilo); no obstante, Jehová triunfaría a favor del antiguo Israel. (Compárese con Job 41:1-34.)
Sin embargo, ¿qué prefiguraría “Leviatán” en el cumplimiento mayor del capítulo 27 de Isaías? Se puede entender por qué Satanás el Diablo viene a la mente, pues Revelación 12:9 lo describe como “el gran dragón” y “la serpiente original”. Por mucho tiempo él ha sido enemigo de Dios y de Su pueblo. Además, las Escrituras muestran claramente que Satanás se encarará a su fin. Dios ha fijado un día en que ejercerá su poder mediante su Hijo para eliminar al Diablo. De modo que ese “dragón” o “serpiente” será derribado como si fuera con una espada grande y fuerte. (Hebreos 2:14; Revelación 20:1-3, 10.)
Pero recuerde que los enemigos inmediatos que atacaban al antiguo Israel eran opositores nacionales visibles, como Egipto, Asiria y Babilonia. De manera similar hoy día, los siervos cristianos de Dios alrededor del mundo se tienen que encarar a opositores tangibles en medio del agitado mar de la humanidad alejada de Dios. (Revelación 17:1, 15.) Satanás controla una organización mundial y la usa para poner obstáculos a los que “observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús”. (Revelación 12:17.) Esta organización que el Diablo domina ha resultado ser maliciosa y feroz, como un leviatán. Sin embargo, a principios de este siglo este “Leviatán” perdió su control sobre el Israel espiritual, a saber, los testigos cristianos ungidos de Jehová. Y Leviatán será derribado completamente cuando Jesús, acompañado de sus guerreros angelicales, cabalgue con “una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones”. (Revelación 19:11-16.)
Por eso, aunque en cierto sentido se puede hacer referencia a Satanás como el Leviatán que se menciona en Isaías 27:1, esa profecía incluye más que a “la serpiente original”. Enfoca principalmente a la organización terrenal visible que él domina. Así, La Atalaya supracitada pudo señalar al tiempo en que “el presente sistema inicuo que Satanás el Diablo ha dominado como dios, no existirá. Jehová habrá dirigido su atención al Leviatán simbólico, la tortuosa serpiente que se desliza en medio del mar de la humanidad. Leviatán y las naciones, hasta las uniones de naciones, habrán desaparecido”.