La vida y el ministerio de Jesús
Los panes y la levadura
GRANDES muchedumbres han acudido a Jesús en la Decápolis. Muchas personas han viajado largas distancias hasta esta región —mayormente poblada por gentiles— para escuchar a Jesús y ser sanadas de sus enfermedades. Han traído consigo grandes cestas para provisiones que acostumbran usar cuando viajan por zonas de gentiles.
Sin embargo, con el tiempo Jesús llama a sus discípulos y dice: “Me compadezco de la muchedumbre, porque ya son tres días que han permanecido cerca de mí y no tienen qué comer; y si los envío en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino. De hecho, algunos de ellos son de muy lejos”.
“¿De dónde podrá alguien aquí en un lugar aislado satisfacer a estos con panes?”, preguntan los discípulos.
Jesús inquiere: “¿Cuántos panes tienen?”.
“Siete —responden—, y unos cuantos pescaditos.”
Jesús dice a la gente que se recline en el suelo, y toma los panes y los peces y, orando a Dios, los parte, y empieza a darlos a sus discípulos. Ellos, a su vez, sirven a la gente, y todos comen hasta quedar satisfechos. Después, cuando se recogen las sobras, hay siete cestas de provisiones llenas, ¡aunque unos 4.000 hombres, así como mujeres y niños, han comido!
Jesús despide a las muchedumbres, sube a una embarcación con sus discípulos, y cruza a la orilla occidental del mar de Galilea. Aquí los fariseos, esta vez acompañados por miembros de la secta religiosa de los saduceos, tratan de tentar a Jesús pidiéndole que despliegue una señal procedente del cielo.
Dándose cuenta de que quieren tentarlo, Jesús responde: “Al anochecer ustedes acostumbran decir: ‘Habrá buen tiempo, porque el cielo está rojo encendido’; y a la mañana: ‘Hoy habrá tiempo invernal y lluvioso, porque el cielo está rojo encendido, pero de aspecto sombrío’. Saben interpretar la apariencia del cielo, pero las señales de los tiempos no las pueden interpretar”.
Dicho eso, Jesús los llama inicuos y adúlteros y les advierte que, como había dicho antes a los fariseos, no se les dará ninguna señal excepto la señal de Jonás. Entonces él y sus discípulos suben a una embarcación y parten hacia Betsaida, en la orilla nordeste del mar de Galilea. Mientras hacen el viaje, los discípulos descubren que se han olvidado de traer panes; solo tienen consigo un pan.
Jesús tiene presente el encuentro que ha tenido con los fariseos y los saduceos que apoyan a Herodes, y aconseja: “Mantengan los ojos abiertos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Puesto que los discípulos creen que Jesús se refiere a que se olvidaron de traer pan —obviamente la levadura les sugiere la idea de pan—, empiezan a discutir sobre ese asunto. Notando que no han entendido bien, Jesús dice: “¿Por qué discuten sobre el no tener panes?”.
Poco tiempo antes Jesús había provisto pan milagrosamente para miles de personas, un milagro que había efectuado quizás solo un día o dos antes. Deberían saber que él no está preocupado por la falta de panes literales. “¿No se acuerdan —les recuerda—, cuando partí los cinco panes para los cinco mil hombres, cuántas cestas llenas de trozos recogieron?”
“Doce”, responden.
“Cuando partí los siete para los cuatro mil hombres, ¿cuántas cestas de provisiones llenas de trozos recogieron?”
“Siete”, responden.
“¿Todavía no captan el significado? —pregunta Jesús— ¿Cómo no disciernen que no les hablé acerca de panes? Mas guárdense de la levadura de los fariseos y saduceos.”
Finalmente los discípulos entienden. La levadura, una sustancia que causa fermentación y hace que suba la masa del pan, solía usarse como símbolo de corrupción. Por eso ahora los discípulos entienden que Jesús está empleando un simbolismo, que les está advirtiendo que estén en guardia contra “la enseñanza de los fariseos y saduceos”, una enseñanza que corrompe. (Marcos 8:1-21; Mateo 15:32–16:12.)
◆ ¿Por qué lleva la gente consigo grandes cestas de provisiones?
◆ Después de partir de la Decápolis, ¿qué viajes hace Jesús por embarcación?
◆ ¿Qué mal entendimiento manifiestan los discípulos cuando Jesús comenta sobre la levadura?
◆ ¿Qué quiso decir Jesús al hablar de “la levadura de los fariseos y los saduceos”?