Haga del matrimonio una unión duradera
“Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre.” (MATEO 19:6.)
1. ¿Cuál es la clave del éxito en los matrimonios de los cristianos verdaderos hoy día?
MUCHOS miles de parejas del pueblo de Jehová disfrutan hoy día de matrimonios satisfactorios y estables. Sin embargo, ese notable éxito no es fruto de la casualidad. Los matrimonios cristianos florecen cuando ambos cónyuges 1) respetan la posición de Dios sobre el matrimonio y 2) procuran vivir en conformidad con los principios de su Palabra. Después de todo, Dios mismo instituyó el matrimonio. ‘Toda familia en la tierra debe su nombre’ a él. (Efesios 3:14, 15.) Dado que Jehová sabe qué se requiere para tener éxito en el matrimonio, derivamos beneficios personales de seguir su guía. (Isaías 48:17.)
2. ¿Cuáles son las consecuencias de no aplicar los principios bíblicos en el matrimonio?
2 Por otra parte, no aplicar los principios bíblicos puede resultar en infelicidad conyugal. Algunos expertos opinan que hasta dos terceras partes de los que hoy se casan en Estados Unidos terminarán divorciándose. Ni siquiera los cristianos son inmunes a las tensiones que existen en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1.) Las dificultades económicas y las presiones en el empleo pueden perjudicar a cualquier matrimonio. Algunos cristianos también han sufrido una terrible decepción debido a que su cónyuge no aplica los principios bíblicos. “Amo a Jehová —dice una esposa cristiana—, pero mi matrimonio ha estado lleno de problemas durante veinte años. Mi esposo es egoísta y no quiere hacer cambios. Me siento atrapada.” No son pocos las esposas y los esposos cristianos que se han expresado de manera parecida. ¿Qué lleva a esta situación? ¿Qué impedirá que el matrimonio vaya derivando hacia la indiferencia fría o la franca hostilidad?
La permanencia del matrimonio
3, 4. a) ¿Cuál es la norma de Dios respecto al matrimonio? b) ¿Por qué es justa y provechosa la permanencia del matrimonio?
3 Incluso en las mejores circunstancias, el matrimonio es la unión de dos personas imperfectas. (Deuteronomio 32:5.) Por eso el apóstol Pablo dijo que “los que [se casan] tendrán tribulación en la carne”. (1 Corintios 7:28.) Puede que en algunas circunstancias excepcionales la pareja hasta se separe o divorcie. (Mateo 19:9; 1 Corintios 7:12-15.) Sin embargo, en la mayoría de los casos los cristianos siguen el consejo de Pablo: “La esposa no debe irse de su esposo; [...] y el esposo no debe dejar a su esposa”. (1 Corintios 7:10, 11.) No cabe duda de que el matrimonio se instituyó con el propósito de que fuera una unión permanente, pues Jesucristo dijo: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. (Mateo 19:6.)
4 A la persona que se siente atrapada en un enlace hostil o sin amor puede parecerle severa e irrazonable la norma de Jehová respecto al matrimonio. Pero no lo es. La permanencia del vínculo conyugal impulsa a la pareja piadosa a encararse a los problemas y a procurar resolverlos, en vez de huir precipitadamente de sus obligaciones a la primera señal de dificultades. Un hombre que lleva más de veinte años casado lo expresó de esta manera: “Los momentos difíciles son inevitables. Los cónyuges no siempre van a estar satisfechos el uno con el otro. Es entonces cuando se ve la importancia del sentido de compromiso”. Claro está, las parejas cristianas tienen un sentido de compromiso mayor para con Jehová Dios, el Autor del matrimonio. (Compárese con Eclesiastés 5:4.)
Jefatura y sujeción
5. ¿Cuáles son algunos de los consejos que Pablo da a los esposos y a las esposas?
5 Por lo tanto, cuando surgen dificultades, no es el momento de huir, sino de buscar una mejor manera de aplicar el consejo de la Palabra de Dios. Por ejemplo, fíjese en estas palabras de Pablo en Efesios 5:22-25, 28, 29: “Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él salvador de este cuerpo. De hecho, como la congregación está en sujeción al Cristo, así también lo estén las esposas a sus esposos en todo. Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella. De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación”.
6. ¿En qué sentido deben ser diferentes los esposos cristianos de los hombres del mundo?
6 Los esposos han abusado muchas veces de su autoridad y han dominado a la esposa. (Génesis 3:16.) No obstante, Pablo instó a los esposos cristianos a ser distintos de los hombres del mundo, a ser como Cristo, no unos tiranos que controlan todo detalle de la vida de sus esposas. Ciertamente Jesucristo nunca fue áspero ni dominante. Trató a sus seguidores con honra y respeto, diciéndoles: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón”. (Mateo 11:28, 29.)
7. ¿Cómo puede el hombre asignar honra a su esposa cuando esta tiene que trabajar seglarmente?
7 El esposo cristiano le asigna honra a su esposa como a un vaso más débil. (1 Pedro 3:7.) Por ejemplo, suponga que sea necesario que ella tenga un empleo. Él tomará en cuenta esta circunstancia, siendo servicial y considerado en todo lo posible. Algunas mujeres han dicho que una de las principales causas de divorcio es que sus esposos dejan de ocuparse de sus hijos o del hogar. Por ello, el esposo cristiano se esfuerza por ayudar a su esposa en el hogar de maneras significativas que aprovechen a toda la familia.
8. ¿Qué implica la sujeción para las esposas cristianas?
8 Cuando se honra a la esposa cristiana, se le hace más fácil sujetarse a su marido. Sin embargo, esto no significa que está en esclavitud abyecta. Dios no decretó que la esposa fuera una esclava, sino un “complemento” (o: “correspondiente para él”, nota), lo que denota algo adecuado para el hombre. (Génesis 2:18.) En Malaquías 2:14 se dice que la esposa es la “socia” del hombre. En tal condición, las esposas de tiempos bíblicos disfrutaron de considerable libertad. La Biblia dice respecto a la “esposa capaz”: “En ella el corazón de su dueño ha cifrado confianza”. De hecho, se le habían confiado algunas tareas, como cuidar de los asuntos domésticos, supervisar la compra de alimentos, hacer las transacciones para la compra de terrenos y administrar un pequeño negocio. (Proverbios 31:10-31.)
9. a) ¿Cómo manifestaron verdadera sujeción las mujeres temerosas de Dios de tiempos bíblicos? b) ¿Qué ayudará a la esposa cristiana a permanecer en sujeción hoy día?
9 Ahora bien, la esposa temerosa de Dios reconocía la autoridad de su marido. Por ejemplo, Sara “obedecía a Abrahán, llamándolo ‘señor’”, lo cual no era un formalismo de cortesía, sino un reflejo sincero de su sujeción. (1 Pedro 3:6; Génesis 18:12.) También dejó de buena gana un hogar cómodo en la ciudad de Ur para morar en tiendas con su esposo. (Hebreos 11:8, 9.) Sin embargo, estar en sujeción no significaba que la esposa no podía tomar medidas responsables cuando fuera necesario. En una ocasión en que Moisés no acató la ley de Dios sobre la circuncisión, su esposa, Ziporá, obró con decisión e impidió una calamidad. (Éxodo 4:24-26.) Pero hay más en juego que agradar a un hombre imperfecto. Las esposas tienen que estar “en sujeción a sus esposos como al Señor”. (Efesios 5:22.) El que la esposa cristiana comprenda que su relación con Dios está implicada le ayuda a pasar por alto los defectos y las limitaciones menores de su esposo, tal como él tiene que hacer con ella.
La comunicación, fundamental para un matrimonio
10. ¿Cuánta importancia tiene la comunicación en el matrimonio?
10 Cuando se preguntó a un abogado de pleitos matrimoniales cuál era la principal causa de las rupturas conyugales, respondió: “La incapacidad de los cónyuges de hablar sinceramente, de expresar sus sentimientos más profundos y tratarse el uno al otro como su mejor amigo”. Efectivamente, la comunicación es fundamental para tener un matrimonio estable. Es tal como dice la Biblia: “Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial”. (Proverbios 15:22.) El esposo y la esposa deben ser ‘amigos íntimos’, que disfruten de una relación cariñosa y estrecha. (Proverbios 2:17.) Sin embargo, muchas parejas no saben comunicarse, de modo que el resentimiento crece hasta provocar un estallido de cólera destructiva. O puede ser que los cónyuges se escondan tras un barniz de cortesía, mientras que emocionalmente se van distanciando.
11. ¿Cómo puede mejorar la comunicación entre el esposo y la esposa?
11 Parece que parte del problema estriba en que a menudo el hombre y la mujer tienen estilos de comunicación diferentes. La mayoría de las mujeres parecen sentirse bien expresando sus sentimientos, mientras que los hombres por lo general prefieren hablar de hechos. Las mujeres se sienten más inclinadas a mostrar empatía y dar apoyo emocional, mientras que los hombres suelen buscar y ofrecer soluciones. Con todo, la buena comunicación es posible si ambos cónyuges están resueltos a ser ‘prestos en cuanto a oír, lentos en cuanto a hablar, lentos en cuanto a ira’. (Santiago 1:19.) Mire a su cónyuge y preste atención cuidadosa cuando hable. Averigüe lo que hay en el corazón de su pareja haciendo preguntas bondadosas. (Compárese con 1 Samuel 1:8; Proverbios 20:5.) Cuando su cónyuge le cuente un problema, no se apresure a ofrecer una solución; más bien, escuche con atención mientras se esfuerzan por resolver los asuntos. Y oren juntos con humildad, buscando la guía divina. (Salmo 65:2; Romanos 12:12.)
12. ¿Cómo pueden los cónyuges cristianos comprar el tiempo para estar juntos?
12 A veces parece que las tensiones de la vida dejan a los cónyuges poco tiempo o pocas energías para entablar conversaciones significativas. Sin embargo, para mantener el matrimonio honorable y protegerlo de la corrupción, los cristianos han de permanecer muy unidos. Han de ver su unión como algo precioso, valioso, y cada uno debe comprar el tiempo necesario para mantenerla y para dar atención a su pareja. (Compárese con Colosenses 4:5.) En algunos casos la solución al problema de encontrar tiempo para tener conversaciones sanas pudiera consistir en algo tan sencillo como apagar la televisión. Sentarse regularmente juntos a tomar una taza de té o de café puede ayudar al matrimonio a mantener la comunicación emocional. En estas ocasiones pueden ‘consultar juntos’ sobre diversas cuestiones familiares. (Proverbios 13:10.) Y qué prudente es que la pareja se acostumbre a hablar sobre las irritaciones y los malentendidos sin importancia antes de que se conviertan en grandes fuentes de tensión. (Compárese con Mateo 5:23, 24; Efesios 4:26.)
13. a) ¿Qué ejemplo puso Jesús con relación a ser franco y sincero? b) ¿De qué maneras pueden los cónyuges estrechar sus lazos?
13 Un hombre admitió: “Por lo general se me hace difícil hablar con franqueza y decir [a mi esposa] exactamente lo que siento”. Sin embargo, una de las claves para tener intimidad es hablar sobre uno mismo. Observe lo franco y sincero que fue Jesús con los que esperaban ser miembros de la clase de la novia. Él dijo: “Ya no los llamo esclavos, porque el esclavo no sabe lo que hace su amo. Pero los he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he dado a conocer a ustedes”. (Juan 15:15.) Por lo tanto, vea a su cónyuge como un amigo. Dígale con confianza lo que siente. Trate de ‘expresar su cariño’ de maneras sencillas y sinceras. (El Cantar de los Cantares 1:2.) Puede que a veces parezca difícil tener comunicación franca, pero cuando ambos cónyuges se esfuerzan lo suficiente, avanzan mucho en alcanzar el objetivo de hacer de su matrimonio una unión duradera.
Cómo actuar cuando hay desacuerdos
14, 15. ¿Cómo pueden evitarse las disputas?
14 No cabe duda de que de vez en cuando habrá desacuerdos sinceros. Sin embargo, no hay razón para que su hogar termine siendo una ‘casa de riña’. (Proverbios 17:1.) Asegúrese de no hablar sobre asuntos delicados en presencia de los hijos, y tenga en cuenta los sentimientos de su cónyuge. Cuando Raquel expresó lo angustiada que estaba debido a que era estéril y pidió que Jacob le diera hijos, él contestó encolerizado: “¿Estoy yo en el lugar de Dios, que ha retenido de ti el fruto del vientre?”. (Génesis 30:1, 2.) Si surgen dificultades en el hogar, ataque el problema, no a la persona. Cuando conversen en privado, no ‘hablen irreflexivamente’ ni se interrumpan sin necesidad. (Proverbios 12:18.)
15 Quizás usted tenga ideas muy fijas respecto a cierto asunto, pero explíquelas sin “amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa”. (Efesios 4:31.) “Hable de sus problemas en un tono de voz normal —dice un esposo—. Si uno de ustedes alza la voz, paren. Continúen después de un rato. Empiecen de nuevo.” Proverbios 17:14 da este buen consejo: “Antes que haya estallado la riña, retírate”. Intenten volver a hablar de los asuntos cuando ambos se hayan tranquilizado.
Permanezcan fieles el uno al otro
16. ¿Por qué es el adulterio algo de mucha seriedad?
16 Hebreos 13:4 dice: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros”. El adulterio es un pecado contra Dios. También causa estragos en el matrimonio. (Génesis 39:9.) Un consejero matrimonial escribió: “Una vez que sale a la luz, el adulterio asesta un golpe a toda la familia como un imponente huracán, desbaratando hogares, acabando con la confianza y el amor propio, y perjudicando a los hijos”. Además, pudiera traer como resultado embarazos o enfermedades de transmisión sexual.
17. ¿Cómo pueden evitarse o rechazarse las tendencias al adulterio?
17 Algunos alimentan tendencias al adulterio absorbiendo el concepto corrupto del mundo sobre la sexualidad que se presenta en los libros, la televisión y las películas. (Gálatas 6:8.) Sin embargo, los investigadores dicen que el adulterio por lo general no es simplemente el resultado de que la persona desee tener relaciones sexuales, sino de una supuesta necesidad de probar que aún es atractiva, o debido a su deseo de que se la ame más. (Compárese con Proverbios 7:18.) Sea cual sea el motivo, el cristiano tiene que rechazar las fantasías inmorales. Hable sinceramente de sus sentimientos con su cónyuge. Si es necesario, busque la ayuda de los ancianos de su congregación. Con toda probabilidad, estos pasos impedirán que caiga en el pecado. Además, es preciso que los cristianos tengamos cuidado al tratar con personas del otro sexo. Estar casado con alguien y mirar con pasión a otra persona sería violar los principios bíblicos. (Job 31:1; Mateo 5:28.) Los cristianos debemos tener cuidado especial de no enamorarnos de compañeros de trabajo. Es preciso que tratemos a esas personas de manera cordial, pero, a la vez, formal.
18. ¿Cuál suele ser la raíz de los problemas sexuales en el matrimonio, y cómo pueden resolverse?
18 Una protección aún mayor es la de tener una relación afectuosa y franca con nuestro cónyuge. Muchos investigadores dicen que los problemas sexuales en el matrimonio rara vez son de naturaleza física; más bien, suelen ser el resultado de la falta de comunicación. Estas dificultades son raras cuando los cónyuges se comunican abiertamente y se rinden el débito conyugal como una expresión de amor, y no como un deber.a En esas circunstancias apropiadas, las relaciones íntimas pueden reforzar el vínculo matrimonial. (1 Corintios 7:2-5; 10:24.)
19. ¿Qué es “un vínculo perfecto de unión”, y qué efecto puede tener en el matrimonio?
19 El amor es “un vínculo perfecto de unión” en la congregación cristiana. Cuando los cónyuges piadosos cultivan amor, pueden ‘continuar soportándose y perdonándose liberalmente el uno al otro’. (Colosenses 3:13, 14.) El amor basado en principios procura el bienestar de los demás. (1 Corintios 13:4-8.) Cultive ese amor. Le ayudará a fortalecer su vínculo conyugal. Aplique los principios bíblicos en su vida matrimonial. Si lo hace, su matrimonio resultará ser una unión duradera y traerá alabanza y honra a Jehová Dios.
[Nota a pie de página]
a El artículo “La comunicación: más que solo hablar”, de La Atalaya del 1 de agosto de 1993, mostró cómo pueden superar los matrimonios esta clase de problemas.
¿Qué contestaría usted?
◻ ¿Por qué debe ser un vínculo permanente el matrimonio?
◻ ¿Cuál es la posición bíblica sobre la jefatura y la sujeción?
◻ ¿Cómo pueden los matrimonios mejorar la comunicación?
◻ ¿Cómo pueden las parejas manejar los desacuerdos de manera cristiana?
◻ ¿Qué ayudará a reforzar el vínculo conyugal?
[Fotografía en la página 12]
Si es necesario que la esposa tenga un empleo, el esposo cristiano no permitirá que esté sobrecargada