El Gran Alfarero y su obra
“[Sé] un vaso para propósito honroso [...], preparado para toda buena obra.” (2 TIMOTEO 2:21.)
1, 2. a) ¿Por qué fue una obra maestra la creación del hombre y la mujer? b) ¿Con qué propósito creó el Gran Alfarero a Adán y Eva?
JEHOVÁ es el Gran Alfarero. Nuestro primer padre, Adán, fue una obra maestra de su creación. La Biblia nos dice: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”, es decir, una “criatura respiradora” (Génesis 2:7, nota). Aquella primera creación humana era perfecta, hecha a la misma imagen de Dios, un reflejo de Su sabiduría divina y Su amor a la verdadera justicia y rectitud.
2 Con materiales tomados de la costilla de Adán, Dios también formó a un complemento y ayudante para el hombre: la mujer. La prístina belleza de Eva superaba al mejor exponente de la hermosura femenina de la actualidad (Génesis 2:21-23). Además, se dio a la primera pareja humana un cuerpo y facultades concebidos para llevar a cabo a la perfección el proyecto que se le encomendó de convertir la Tierra en un paraíso. También se la facultó para cumplir el mandato declarado en Génesis 1:28: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”. Al fin, este jardín mundial estaría poblado por miles de millones de seres humanos contentos, entre quienes reinaría la clase de amor que es “un vínculo perfecto de unión” (Colosenses 3:14).
3. ¿Cómo se convirtieron en vasos para uso deshonroso nuestros primeros padres, y con qué resultado?
3 Lamentablemente, nuestros primeros padres optaron de manera voluntaria por rebelarse contra la autoridad de su Soberano Creador, el Gran Alfarero. Su trayectoria fue la que se describe en Isaías 29:15, 16: “¡Ay de los que van a gran profundidad en ocultar consejo de Jehová mismo, y cuyos hechos han tenido lugar en un sitio oscuro, mientras dicen: ‘¿Quién nos está viendo, y quién sabe de nosotros?’! [...] ¿Acaso al alfarero mismo se le debe considerar igual al barro? Pues, ¿debe decir la cosa hecha respecto a su hacedor: ‘Él no me hizo’? Y, ¿realmente dice la mismísima cosa formada respecto a su formador: ‘Él no mostró entendimiento’?”. Su rebeldía fue calamitosa: se les sentenció a muerte eterna. Además, toda la especie humana que descendió de ellos heredó el pecado y la muerte (Romanos 5:12, 18). Se malogró la belleza de la creación del Gran Alfarero.
4. ¿Para qué propósito honroso podemos servir?
4 Sin embargo, incluso en nuestro estado pecaminoso actual, nosotros, descendientes del pecador Adán, podemos alabar a Jehová con las palabras de Salmo 139:14: “Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma”. ¡Qué triste, sin embargo, que la obra maestra original del Gran Alfarero se haya deslucido tanto!
El Alfarero extiende su obra
5. ¿Cómo iba a seguir la obra del Gran Alfarero después de la creación inicial?
5 Felizmente, la obra del Creador como Alfarero iba a seguir mucho después de haber moldeado la creación inicial de la humanidad. El apóstol Pablo nos dice: “Oh hombre, ¿quién, pues, eres tú, realmente, para que repliques contra Dios? ¿Acaso la cosa moldeada dirá al que la moldeó: ‘¿Por qué me hiciste de esta manera?’? ¿Qué? ¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso, otro para uso deshonroso?” (Romanos 9:20, 21).
6, 7. a) ¿Qué hacen muchos hoy por lo que se les moldea para deshonra? b) ¿Cómo se moldea a los justos para uso honroso?
6 En efecto, parte de la obra del Gran Alfarero será moldeada para uso honroso, y otra parte, para uso deshonroso. A los que optan por seguir al mundo que se hunde cada vez más en el cenagal de la impiedad se les moldea para la destrucción. Cuando el Rey glorioso, Cristo Jesús, venga para juzgar, entre estos vasos deshonrosos se contarán todos los obstinados seres humanos, semejantes a cabras, que, como dice Mateo 25:46, “partirán al cortamiento eterno”. Pero los “justos” semejantes a ovejas, a quienes se ha moldeado para uso “honroso”, heredarán “la vida eterna”.
7 Estos justos se han sometido humildemente a Dios para que él los moldee. Han entrado en el camino de Dios. Han aceptado el consejo que se halla en 1 Timoteo 6:17-19: “Cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas”. Se han aplicado a ‘trabajar en lo bueno, a ser ricos en obras excelentes, ser liberales, listos para compartir, atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es’. La verdad divina los moldea y tienen una fe inmovible en la provisión de Jehová mediante Cristo Jesús, quien “se dio a sí mismo como rescate correspondiente” a fin de restablecer todo lo que se perdió con el pecado de Adán (1 Timoteo 2:6). Por tanto, deberíamos estar muy dispuestos a seguir el consejo de Pablo de “[vestirnos] de la nueva personalidad, que mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva [moldeándose] según la imagen de Aquel que la ha creado” (Colosenses 3:10).
¿Qué clase de vaso seremos?
8. a) ¿Qué determina la clase de vaso que llegamos a ser? b) ¿Qué dos factores conforman cómo se nos moldea?
8 ¿Qué determina la clase de vaso que llegamos a ser? Nuestra actitud y conducta, que son conformadas, en primer lugar, por los deseos e inclinaciones del corazón. El sabio rey Salomón dijo: “El corazón del hombre terrestre puede idear su camino, pero la dirección de sus pasos la efectúa Jehová mismo” (Proverbios 16:9). En segundo lugar las conforman las cosas que oímos y vemos, las compañías y las experiencias. Qué importante es, pues, seguir el consejo: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal” (Proverbios 13:20). Como se nos advierte en 2 Pedro 1:16, no debemos seguir “cuentos falsos artificiosamente tramados” o, según dice La Santa Biblia (Juan Straubinger), “fábulas inventadas”. Entre estas se contarían muchas de las enseñanzas y celebraciones religiosas apóstatas de la cristiandad.
9. ¿Cómo podemos demostrar que deseamos que el Gran Alfarero nos moldee?
9 Dios puede moldearnos según nuestra respuesta. Podemos repetir humildemente ante Jehová la oración de David: “Escudríñame completamente, oh Dios, y conoce mi corazón. Examíname, y conoce mis pensamientos inquietantes, y ve si hay en mí algún camino doloroso, Y guíame en el camino de tiempo indefinido” (Salmo 139:23, 24). Jehová está haciendo que se predique el mensaje del Reino. Nuestro corazón ha respondido con aprecio a las buenas nuevas y a Sus demás directrices. A través de su organización nos extiende diferentes privilegios relacionados con la predicación de las buenas nuevas; aprovechémoslos y valorémoslos (Filipenses 1:9-11).
10. ¿Qué programas espirituales debemos esforzarnos por seguir?
10 Es muy importante que prestemos constante atención a la Palabra de Dios, siguiendo un programa diario de lectura bíblica, y haciendo de las Escrituras y del servicio a Jehová un tema de conversación en la familia y con los hermanos. El programa de adoración matutina que se sigue en todas las familias Betel y hogares misionales de los testigos de Jehová normalmente incluye, en semanas alternas, una lectura breve de la Biblia y del Anuario del año. ¿Podría su familia hacer algo parecido? También recibimos muchos beneficios al relacionarnos con la congregación cristiana en las reuniones y, en especial, al participar semanalmente en el estudio de La Atalaya.
Moldeados para afrontar las pruebas
11, 12. a) ¿Cómo podemos acatar el consejo de Santiago sobre las pruebas en nuestra vida diaria? b) ¿Cómo nos anima a ser íntegros la experiencia de Job?
11 Dios permite que surjan en nuestra vida diaria ciertas situaciones que pueden parecernos difíciles. ¿Cómo deberíamos verlas? Santiago 4:8 aconseja que no nos amarguemos, sino que nos acerquemos a Dios, confiando en él de todo corazón, con la seguridad de que si nos ‘acercamos a él, él se acercará a nosotros’. Es cierto que tendremos que aguantar dificultades y pruebas, pero estas se permiten porque contribuyen a nuestro moldeado, lo cual resulta en nuestro bien. Santiago 1:2, 3 nos asegura: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante”.
12 Santiago también dice: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie. Más bien, cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo” (Santiago 1:13, 14). Nuestras pruebas pueden ser muchas y diferentes, pero como en el caso de Job, todas desempeñan un papel en nuestro moldeado. Las Escrituras nos dan esta magnífica garantía en Santiago 5:11: “¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado. Ustedes han oído del aguante de Job y han visto el resultado que Jehová dio, que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso”. Que todos, como vasos en las manos del Gran Alfarero, nos mantengamos íntegros en todo tiempo, confiando como Job en el resultado (Job 2:3, 9, 10; 27:5; 31:1-6; 42:12-15).
Moldeemos a nuestros hijos
13, 14. a) ¿Cuándo deben los padres empezar a moldear a sus hijos, y con qué perspectiva? b) ¿Qué felices resultados pueden citarse?
13 Los padres pueden moldear a sus hijos desde la misma infancia para que se conviertan en adultos sólidos que mantienen su integridad (2 Timoteo 3:14, 15). Así ha resultado incluso en pruebas extremas. Hace unos años, cuando la persecución alcanzaba su clímax en un país africano, una confiable familia se encargaba de la impresión clandestina de La Atalaya en un cobertizo del patio trasero. Un día los soldados recorrían la calle reclutando de casa en casa a hombres jóvenes para el ejército. Los dos jóvenes de esta familia aún tenían tiempo de esconderse, pero los soldados los buscarían por la casa y seguramente descubrirían la imprenta. Esto podía llevar a la tortura o asesinato de toda la familia. ¿Qué podía hacerse? Los dos muchachos citaron con convicción Juan 15:13: “Nadie tiene mayor amor que este: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos”. Insistieron en quedarse en la sala. Los soldados los encontrarían y probablemente los torturarían cruelmente o los matarían cuando se negaran a ser reclutados. Pero ya no seguirían buscando. La imprenta y los demás familiares se salvarían. Sin embargo, se produjo un desenlace inesperado. Los soldados pasaron por alto precisamente aquella casa y continuaron la búsqueda en la siguiente. Aquellos vasos humanos moldeados para uso honroso sobrevivieron, así como la prensa para seguir publicando alimento espiritual oportuno. Uno de los dos jóvenes y su hermana sirven actualmente en Betel; él aún hace funcionar la vieja imprenta.
14 A los jóvenes se les puede enseñar a orar, y Dios contesta sus oraciones. Ocurrió un caso sobresaliente a este respecto durante las masacres de Ruanda. Cuando los rebeldes se habían preparado para ejecutar a una niña de seis años y a sus padres con una granada de mano, la hija oró a Dios fervientemente en voz alta y pidió que no se les matara para poder seguir en el servicio de Jehová. La oración conmovió tanto a los hombres que no perpetraron el asesinato. Dijeron: “No podemos matarlos por causa de esta niña pequeña” (1 Pedro 3:12).
15. ¿De qué influencias corruptoras advirtió Pablo?
15 La mayoría de nuestros jóvenes no tienen que enfrentarse a situaciones tan difíciles como las anteriormente citadas, pero se encaran a muchas pruebas en la escuela y en comunidades corrompidas: lenguaje obsceno, pornografía, entretenimiento degradado, y en muchos lugares se siente cada vez con más fuerza la presión de grupo que compele a participar en actividades impropias. El apóstol Pablo previno en repetidas ocasiones contra estas influencias (1 Corintios 5:6; 15:33, 34; Efesios 5:3-7).
16. ¿Cómo podemos ser vasos para uso honroso?
16 Después de hablar de vasos que se tienen “para un propósito honroso, pero otros para un propósito falto de honra”, Pablo dice: “Por eso, si alguien se mantiene apartado de estos, será un vaso para propósito honroso, santificado, útil a su dueño, preparado para toda buena obra”. De modo que animemos a nuestros jóvenes a vigilar sus compañías. Que “[huyan] de los deseos que acompañan a la juventud, mas [sigan] tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Timoteo 2:20-22). Un programa de familia que nos ‘edifique unos a otros’ puede ser de gran valor para moldear a nuestros jóvenes (1 Tesalonicenses 5:11; Proverbios 22:6). El estudio y la lectura diarios de la Biblia usando publicaciones apropiadas de la Sociedad pueden ser una buena ayuda.
Se nos moldea a todos
17. ¿Cómo nos moldea la disciplina, y con qué gozoso resultado?
17 Para moldearnos, Jehová nos da consejo mediante su Palabra y su organización. Nunca rechacemos ese consejo piadoso. Acatémoslo con sabiduría y permitamos que nos moldee para que Jehová nos dé un uso honroso. Proverbios 3:11, 12 aconseja: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces; y no aborrezcas su censura, porque Jehová censura al que ama, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace”. Hebreos 12:6-11 suministra más consejo paternal: “Jehová disciplina a quien ama [...]. Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia”. El conducto principal de esa disciplina debe ser la Palabra inspirada de Dios (2 Timoteo 3:16, 17).
18. ¿Qué aprendemos del capítulo 15 de Lucas en cuanto al arrepentimiento?
18 Jehová es también misericordioso (Éxodo 34:6). Perdona cuando se manifiesta arrepentimiento sincero, sin importar la gravedad del pecado. Incluso los ‘hijos pródigos’ de la actualidad pueden ser moldeados como vasos para uso honroso (Lucas 15:22-24, 32). Es posible que nuestros pecados no sean tan graves como los del hijo pródigo. Pero nuestra respuesta humilde al consejo de las Escrituras siempre contribuirá a que se nos moldee como vasos para uso honroso.
19. ¿Cómo podemos seguir siendo vasos honrosos en manos de Jehová?
19 Cuando aprendimos la verdad estuvimos dispuestos a que Jehová nos moldeara. Dejamos los caminos mundanos, empezamos a vestirnos de la nueva personalidad y nos hicimos cristianos dedicados y bautizados. Obedecimos el consejo de Efesios 4:20-24 al ‘desechar la vieja personalidad que se conformaba a nuestra manera de proceder anterior con sus deseos engañosos; y al vestirnos de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad’. Que todos personalmente continuemos siendo maleables en las manos de Jehová, el Gran Alfarero, sirviendo siempre como vasos para Su uso honroso.
A modo de repaso
◻ ¿Qué propósito tiene el Gran Alfarero para la Tierra?
◻ ¿Cómo se nos puede moldear para uso honroso?
◻ ¿Cómo podemos moldear a nuestros hijos?
◻ ¿Cómo debemos ver la disciplina?
[Ilustración de la página 10]
¿Se nos moldeará para uso honroso o se nos rechazará?
[Ilustración de la página 12]
Se puede moldear a los hijos desde la infancia