‘¡Vayan y hagan discípulos!’... ¿lo hace usted?
1 Uno de los mayores gozos que uno puede tener como publicador del Reino es el de ayudar a alguien a adquirir conocimiento exacto de la verdad. A medida que va aumentando el conocimiento y aprecio de la persona, nuestro corazón rebosará de gozo y gratitud para con Jehová. Estamos conscientes de que, aunque participamos en plantar y regar las semillas de la verdad, es Jehová quien las hace crecer. No obstante, ¡qué emocionante es tener parte en dirigir a una persona de corazón sincero al camino que lleva a la vida! (1 Cor. 3:6-9.)
2 ¿Es usted cabeza de familia? Si así es, ¿conduce regularmente un estudio bíblico con su familia? Este es un asunto muy importante. Ante Jehová los cabezas de familia tienen la responsabilidad de instruir y guiar a los miembros de su familia en el camino de la vida. (Deu. 6:4-7; Efe. 5:25-29; 1 Tim. 5:8.) Sin falta, cumpla con su responsabilidad de hacer discípulos de ellos.
3 Además del estudio bíblico con su familia, ¿puede usted también conducir un estudio con otra persona? Una pregunta aún más importante pudiera ser: ¿Reconoce usted el privilegio y la responsabilidad que tiene de enseñar a otra persona la verdad, en conformidad con el mandato de Jesús? (Mat. 28:19, 20.) Parece que en los Estados Unidos muchos publicadores más podrían conducir un estudio bíblico en el hogar de una persona. En algunas zonas se requiere mucha persistencia para conseguir un estudio. Es necesario volver repetidas veces. Tal vez usted se haya esforzado, pero sencillamente no ha podido hallar a alguien dispuesto a estudiar. ¿Qué puede hacer al respecto?
LA ACTITUD ES IMPORTANTE
4 Para empezar, usted pudiera preguntarse: ¿Cuál es mi actitud hacia la obra de estudios bíblicos? ¿Realmente quiero tener un estudio? ¿Considero que este rasgo del ministerio es importante y necesario para salvar vidas, en vista de que la mayoría de las personas del mundo están ‘muertas en sus ofensas’? (Efe. 2:1.)
5 Tanto publicadores como precursores han escrito a la Sociedad para relatar cómo Jehová contestó su oración fervorosa cuando pidieron específicamente que les ayudara a hallar a personas interesadas en la verdad con quienes conducir estudios bíblicos. (Rom. 12:12; 1 Tes. 5:17.) ¿Ha hecho eso usted? ¿Le ha suplicado a su Padre celestial que le dé el privilegio de hallar y enseñar a alguien que sinceramente busca la verdad? (Eze. 9:4.)
6 En el año de servicio de 1985, cada mes se condujeron como promedio 447.298 estudios bíblicos en los Estados Unidos. Esto verdaderamente es digno de encomio. Durante ese mismo período se colocaron 9.021.009 Biblias, libros y folletos, así como más de 88.000.000 de revistas. De modo que las publicaciones de la Sociedad se hallan en muchos hogares en los cuales aún no se conduce un estudio. Por lo tanto, es obvio que hay excelentes posibilidades de empezar más estudios bíblicos en los hogares de las personas.
7 ¿Podría ser que debamos estar más conscientes respecto a los estudios bíblicos y hacer un esfuerzo mayor para comenzarlos empleando el folleto “¡Mira!”? ¿Participa usted en el ministerio con una actitud positiva, reconociendo que los ángeles están ayudando en la obra y dirigiendo al pueblo de Jehová a las puertas de las personas que desean oír las “buenas nuevas eternas”? (Rev. 14:6.) El gran gozo que usted sentirá a medida que ayuda a alguien a aprender la verdad compensará más que suficientemente por el esfuerzo que haga por seguir el mandato de Jesús de ‘ir y hacer discípulos’ y enseñarles.