Lo echan de menos
1 Es posible que de vez en cuando faltemos a una o más reuniones de la congregación pensando que nadie nos va a echar de menos y ni siquiera notarán nuestra ausencia. Pero eso no es cierto. Como sucede con todos los miembros del cuerpo, cada uno de nosotros desempeña un papel esencial en el funcionamiento de la congregación. (1 Cor. 12:12.) Nuestra ausencia en una reunión semanal puede afectar al bienestar espiritual de los demás. Si uno falta, tenga la seguridad de que lo echarán de menos.
2 El papel esencial que desempeñamos: Pablo ansiaba estar con los hermanos. Romanos 1:11, 12 explica por qué: “Para impartirles algún don espiritual [...], para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía”. Del mismo modo, nuestros comentarios, nuestras asignaciones y nuestra sola presencia contribuyen en gran manera a la mutua edificación para que continuemos en el derrotero fiel. (1 Tes. 5:11.)
3 ¿No anhelamos ver a los hermanos en las reuniones de la congregación? Escuchamos con atención sus comentarios y valoramos sus expresiones de fe. Sus dádivas espirituales contribuyen a nuestra edificación. Si no estuvieran presentes en la reunión, sentiríamos que hace falta algo importante. Lo mismo sienten nuestros hermanos cuando nosotros no asistimos.
4 El papel esencial de las reuniones: Comentando lo vitales que son las reuniones para nuestra supervivencia espiritual, La Atalaya dijo en una ocasión: “En este mundo lleno de contiendas e inmoralidad, la congregación cristiana es un auténtico refugio espiritual [...], un remanso de paz y amor. Por tanto, [acuda] con asiduidad a todas sus reuniones” (w93-S 15/8 11). A diario afrontamos situaciones que nos agotan en sentido espiritual. De no tener cuidado, nuestras propias inquietudes podrían absorbernos tanto que perdiéramos de vista los intereses espirituales, que son los más importantes. Todos dependemos los unos de los otros para recibir el ánimo que necesitamos a fin de mantenernos unidos y celosos en el servicio a Dios. (Heb. 10:24, 25.)
5 Nuestra asistencia a las reuniones es fundamental. Tal vez las enfermedades o los imprevistos nos hagan faltar ocasionalmente; pero, aparte de estas excepciones, resolvámonos a estar siempre entre las multitudes congregadas que alaban unidas a Jehová. (Sal. 26:12.)