Hechos de los testigos de Jehová en tiempos modernos
El apóstol Pedro estaba asombrado. Desde la infancia le habían enseñado que no se asociase con los gentiles incircuncisos. Ahora Dios le estaba diciendo que los visitase y hasta que fuese su amigo. De modo que, obedientemente, Pedro partió del puerto marítimo de Jope y viajó hacia el norte, hasta el puerto de Cesarea. Allí entró en la casa de un gentil: Cornelio. Todos los testigos de Jehová ya conocen el resto de la historia. Cornelio y su casa llegaron a ser los primeros de una larga sucesión de no judíos que se convirtieron al cristianismo. (Hech. 10:1-48.)
Como se indica a continuación, al igual que Pedro, actualmente los testigos de Jehová han aceptado de buena gana la misión de esparcir “las buenas nuevas” por todas partes y a toda persona. (Hech. 10:36.)
IRLANDA: Hace casi cien años que el primer presidente de la Sociedad Watch Tower emprendió un viaje desde Estados Unidos para esparcir la predicación de las buenas nuevas. La primera escala la hizo en Irlanda. Corría el año 1891. Él informó: “Irlanda es un campo listo para la siega”. Pero, ¿cómo les iría a los siervos de Dios cuando plantasen y cultivasen la semilla del Reino frente a divisiones, chusmas y terrorismo?
COREA: Fue en 1914 cuando por primera vez se imprimió el verdadero mensaje cristiano en coreano. Pero no todos los coreanos apreciaron aquel mensaje. Por ejemplo: en 1950 un hermano de Corea fue detenido e interrogado. Pensaba que lo iban a matar, pero estaba determinado a dar testimonio antes de que pusieran fin a su vida. Lea en cuanto a este hermano y otros que viven en un país donde uno de cada cuatro publicadores es precursor.
COSTA RICA: Cristóbal Colón buscó un paso hacia el océano Índico, pero no lo encontró. En su lugar halló una tierra a la que llamó Costa Rica. Las verdaderas riquezas del país son las personas que se han hecho adoradores de Jehová. En 1918 Costa Rica era el cuarto país del mundo en número de testigos de Jehová. Actualmente está experimentando un máximo tras otro de proclamadores del Reino.
Esperamos que los siguientes relatos sirvan de ayuda fortalecedora para su fe y su celosa obra de predicar el Reino.