Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1994
EN ARMONÍA con el texto del año pasado, nuestra oración más fervorosa como testigos de Jehová ha sido: “Instrúyeme, oh Jehová [...]. Unifica mi corazón para que tema tu nombre”. (Sal. 86:11.) Como el salmista David, deseamos que Jehová nos enseñe. ¡Y qué maravillosa respuesta ha dado Jehová a nuestra petición de que nos imparta enseñanza divina!
Durante el año pasado, en los Estudios de Libro de Congregación nos beneficiamos de un estudio a fondo del hombre más grande de todos los tiempos, el Hijo unigénito de Dios, aquel que refleja perfectamente la personalidad de su Padre. (Juan 8:23; Heb. 1:3.) Nos fortalecimos asimismo con los estudios de La Atalaya que trataron de la misericordia y la compasión de Jehová y de cómo salvaguardar la vida familiar, obtener un punto de vista equilibrado de la educación seglar, ayudar amorosamente a los enfermos y ancianos, obrar con sabiduría al tratar con el mundo y cultivar cualidades como la sujeción piadosa, la fe, la virtud y el autodominio. La Reunión de Servicio y la Escuela del Ministerio Teocrático contribuyeron a aumentar nuestra eficacia en el ministerio y nos enseñaron a mostrar mayor interés personal en la gente. ¡Cómo nos ha beneficiado todo ello! Por otra parte, las asambleas de distrito “Enseñanza Divina” cerraron con broche de oro el año de servicio en muchos países.
La enseñanza divina no se reduce a un mero ejercicio intelectual. Se prepara con el fin de moldear la persona que somos interiormente de manera que no nos conformemos con llevar una capa superficial de cristianismo. En respuesta a nuestra oración, Jehová nos ayuda a unificar el corazón para que no seamos indiferentes ni tibios al adorarle, sino que efectuemos con diligencia la voluntad divina.
De todas partes del mundo llegan informes que dan prueba del fervor que emana de tales corazones unificados. Como consecuencia de la bendición de Jehová sobre nuestros esfuerzos concertados, durante el pasado año de servicio se registró un máximo de 4.709.889 publicadores dedicados por entero a servir a Jehová hablando personalmente a otros del Reino de Dios. Sigue aumentando el número de países que cuentan con más de cien mil proclamadores del Reino. Dos de ellos están en Norteamérica, tres en Latinoamérica, cinco en Europa, uno en África y dos en el Extremo Oriente. En conjunto, los testigos de Jehová predican en 231 países. En la actualidad están activos en más de setenta países donde hace cuarenta años no había ningún Testigo.
Los publicadores del Reino de todos estos lugares mostraron verdadero altruismo al dedicar un total de 1.057.341.972 horas al ministerio del campo durante el año de servicio de 1993. Nuestros hermanos se esfuerzan por poner en primer lugar los intereses del Reino incluso en los países destrozados por la guerra. Por ejemplo, una congregación de la zona central de Bosnia informa un promedio de 34 horas por publicador, sin contar a los precursores. Un promedio mundial de 623.006 Testigos participaron en alguna faceta del servicio de precursor todos los meses. Japón informó 100.441 precursores en abril, lo que equivale al 56% del total de publicadores. Se dirigieron 237.460 estudios bíblicos más que el año anterior en todo el mundo, alcanzándose un nuevo máximo de 4.515.587. La asistencia a la Conmemoración se elevó a 11.865.765, y fue muy agradable ver que 296.004 nuevos progresaron durante el año hasta el punto de dedicarse y bautizarse.
La atención que dan a sus asignaciones los 13.828 voluntarios que integran la familia internacional de Betel permite supervisar esta obra mundial de educación y suministrar las publicaciones necesarias. En la sede mundial de Brooklyn (Nueva York) y en otras instalaciones cercanas sirven 4.922 de ellos. Todos forman parte de una orden religiosa dedicada exclusivamente al ministerio.
Asambleas “Enseñanza Divina”
¡Qué animadoras y prácticas han sido las asambleas “Enseñanza Divina”! Ya se han celebrado centenares de ellas y otras todavía se están llevando a cabo a principios de este año. Un anciano de los Países Bajos dijo con relación a la instrucción que se dio: “Con frecuencia le pedimos a Jehová que nos ayude y dirija en la obra. Esta asamblea fue la respuesta a nuestras oraciones. Es como si Jehová nos estuviera diciendo: ‘Escuchen el consejo y aplíquenlo’”.
La generosidad del pueblo de Jehová permitió que 1.667 misioneros y siervos internacionales pudieran asistir a las asambleas en los países donde han vivido y servido antes, y estos están muy agradecidos a todos los que contribuyeron a dicho fin. Fue muy grato estar con ellos y escucharlos en las diversas asambleas. Sus experiencias nos hicieron recordar la ocasión en que Pablo y Bernabé contaron a la congregación de Antioquía “las muchas cosas que Dios había hecho mediante ellos, y que había abierto a las naciones la puerta a la fe”. (Hech. 14:27.)
En una asamblea celebrada en Munich (Alemania) se presentó todo el programa en croata y serbio. Estuvieron presentes hermanos de Croacia, Serbia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia, así como representantes de Albania, Hungría, Rumania, Rusia y Ucrania. También hubo una gran cantidad de gitanos. Todos estaban allí para beneficiarse de la enseñanza divina. ¡Qué agradable fue ver la paz, el amor y la unidad del pueblo de Jehová! Su situación contrastaba con la disensión que imperaba en las zonas de las que muchos de ellos procedían y que algunos se vieron obligados a dejar para buscar refugio en otros países.
Las asambleas internacionales de Moscú y Kiev, en Rusia y Ucrania respectivamente, fueron de interés especial para los testigos de Jehová de todo el orbe. Aunque fue necesario limitar el tamaño de la asamblea de Moscú, los representantes de 30 diferentes países consideraron un privilegio singular contarse entre los 23.743 allí congregados. Aprovecharon los intermedios para conocer a los asambleístas que hablaban otras lenguas. ¡Qué experiencias tan gozosas, conmovedoras y fortalecedoras de la fe tuvieron de este modo! También se dieron tiempo para participar en el ministerio del campo. Algunos se levantaron temprano para poder hacerlo; otros predicaron informalmente en sus visitas turísticas. Les asombró ver que los rusos no solo aceptaban los tratados en su idioma, sino que suspendían sus labores para leerlos de principio a fin.
A pesar de que se presentó alguna oposición, la asamblea de Moscú fue todo un éxito. Cuando el último orador dio gracias a Jehová por todo lo que había hecho para que se pudiera celebrar esa asamblea, el auditorio se puso de pie y aplaudió entusiasta y prolongadamente.
Dos semanas después se celebró una asamblea mucho mayor en Kiev. De las 64.714 personas que asistieron, más de 53.000 procedían de Armenia, Georgia, Kazajstán, Kirguizistán, Moldova, Rusia y Ucrania.
Cuando los hermanos estaban instalando inodoros en el estadio, algunos vecinos preguntaron si podían ayudar. ¿Por qué razón? “También queremos hacer algo para servir a Jehová”, dijeron. En Kiev, muchas personas que observaban a los Testigos y notaban su actitud, los saludaban con algún ademán. Señalando al estadio, un policía dijo: “Nunca había visto nada semejante. ¡Qué gente! Se les ve tan amigables. Siento como si ya estuviera en el nuevo mundo. No salgo de mi asombro [...]. No comprendo por qué se les perseguía”. Durante la asamblea, más de dos mil personas interesadas dejaron una nota con su nombre y dirección para que los Testigos las visitaran a la mayor brevedad posible.
La asamblea alcanzó su clímax en el momento en que 7.402 concurrentes se dirigieron al sitio en que serían bautizados en agua como símbolo de su dedicación a Jehová Dios. Este ha sido el bautismo más grande en la historia del cristianismo verdadero, pues superó incluso al que se realizó en Nueva York en 1958, cuando, en una asamblea con una asistencia cuatro veces mayor, se bautizó una cantidad algo menor. Sí, Jehová sigue levantando a miles de personas como sus Testigos para que participen en la colosal obra que se está efectuando en esta región de la Tierra en los últimos días de este viejo sistema.
Instrucción en los seminarios de sucursales
Un aspecto notable de la enseñanza divina el año pasado fueron los seminarios de una semana de duración que se llevaron a cabo con representantes de las distintas sucursales. Se celebraron ocho de ellos durante los meses de enero a abril.
Representantes de diecisiete sucursales de Centro y Sudamérica se reunieron en enero en la sucursal recién dedicada de Colombia. El seminario que se efectuó en Australia en febrero reunió a hermanos de ocho sucursales a las que este país abastece de publicaciones. A este le siguió el seminario de las Filipinas para doce sucursales del sudeste asiático y del Pacífico. El que se celebró en marzo en Estados Unidos contó con la representación de veinticuatro sucursales, entre ellas las principales productoras de publicaciones. En abril se llevó a cabo uno en Puerto Rico para atender las necesidades de los países del Caribe. Esa misma semana, en una reunión en Nigeria, se enfocó la atención en África central y occidental. Al mismo tiempo, en Austria asistieron a otro seminario representantes de dieciséis sucursales de esa región. Un mes después, las sucursales de África recibieron atención especial en la reunión que se celebró en las nuevas instalaciones de la sucursal de Zambia.
El programa presentó información de los comités de Personal, Redacción, Enseñanza, Servicio y Publicación del Cuerpo Gobernante. Fue preparado para promover la unidad de las sucursales y todas las congregaciones que se esfuerzan con tesón por efectuar la predicación de las buenas nuevas.
Misiones de socorro que demuestran nuestro amor
Las tempestades violentas, las intensas sequías, las inundaciones y las guerras que en los últimos meses han acaparado las noticias afectan profundamente la vida de millones de personas, incluidos algunos testigos de Jehová. No queremos conformarnos con desear que a nuestros hermanos les vaya bien sin tener que compartir con ellos las cosas necesarias para la vida. El amor nos impulsa a darles de lo que poseemos. (Sant. 2:15-17; 1 Juan 3:17.) No hay duda de que los testigos de Jehová lo hacen así y, si está a su alcance, también ayudan a otras personas. (Gál. 6:10.)
En el bienio 1991-1992, la peor sequía de la que tiene memoria la presente generación devastó extensas zonas de África, en especial el país de Mozambique. Algunos agricultores perdieron sus cosechas, primero por la sequía y luego por las inundaciones y los hurtos. La sucursal de Maputo formó comités de socorro que coordinaron los esfuerzos que se hicieron para suministrar ropa y alimentos de primera necesidad a nuestros hermanos. Aquello supuso la distribución de 25 toneladas de alimento a base de maíz, 6 toneladas de frijol, 2,7 toneladas de arroz, 1.700 litros de aceite para cocinar y 6,5 toneladas de ropa usada. Hubo ocasiones en que los suministros se distribuyeron aprovechando la celebración de alguna asamblea. Los hermanos agradecieron profundamente la ayuda. Sin embargo, los misioneros observaron que mientras los hermanos hacían los preparativos para asistir, su principal anhelo eran las provisiones espirituales. Diez hermanos de Ile que no tenían dinero para costear su pasaje caminaron 112 kilómetros para llegar al Salón de Asambleas porque no querían perderse el día especial de asamblea.
La sequía también afectó a gran parte de Zambia. La sucursal compró y distribuyó 14 toneladas de cereales a comienzos del año para ayudar a los que no pudieron beneficiarse del programa gubernamental de socorro. Los hermanos también se ayudaron mutuamente. Los camiones de la Sociedad que reparten las publicaciones distribuyeron al mismo tiempo cereales en las zonas de necesidad a lo largo de sus rutas.
Durante las luchas civiles de Ruanda, las personas que vivían en las regiones afectadas por la contienda huyeron a campos de refugiados, donde las condiciones de vida eran muy precarias. No obstante, las congregaciones cuidaron amorosamente de los 381 hermanos refugiados. Para repartir equitativamente la carga, se los dividió según el número de congregaciones. La Sociedad los asistió con los fondos necesarios, y hermanos capacitados los visitaron con regularidad para infundirles ánimo espiritual. Aunque muchos de estos hermanos desplazados perdieron prácticamente todas sus posesiones, sirvieron de precursores auxiliares durante esos meses difíciles. Otros emprendieron el servicio de precursor regular.
En Zaire, unos mil hermanos quedaron en la indigencia a causa de las guerras tribales. Algunos solo comían una vez cada tres días. Cuando los hermanos de la sucursal sudafricana se enteraron de lo que estaba ocurriendo, se les conmovió el corazón. La sucursal informó de inmediato al Cuerpo Gobernante y, acto seguido, despacharon 24 toneladas de alimento, jabón y medicinas para aliviar la situación. Asimismo, cuando la guerra civil de Angola obligó a un grupo de Testigos adultos con sus hijos —70 en total— a huir a Namibia, hermanos de la localidad enseguida se hicieron cargo de ellos. Al darse cuenta de que el campo al que se había llevado a los refugiados no estaba preparado para satisfacer sus necesidades, les suministraron tiendas de campaña, alimento, ropa, sábanas y materiales para construir un Salón del Reino temporal.
Los hermanos de Alemania, Austria, Italia y Suiza han mostrado gran generosidad dando de sus recursos para ayudar a los Testigos de las regiones de la antigua Yugoslavia que han sido destrozadas por la guerra. Durante el año pasado les suministraron 153 toneladas de alimentos y 23 toneladas de ropa, artículos de limpieza y medicinas, además de provisiones espirituales. Pese al peligro que ello supone, algunos hermanos se ofrecieron voluntariamente a conducir los camiones de suministros. Un hermano contó que en uno de los viajes a Sarajevo, después de efectuar todos los trámites de aduana, hallaron en la ruta unos quince retenes policíacos o militares. Pero los hermanos estaban preparados, y en todos ellos dejaron revistas a los soldados. En las carreteras destrozadas, la nieve derretida formaba lodazales, y en ocasiones las explosiones se producían tan cerca que los hermanos pensaban que los habían alcanzado. No obstante, siguieron viendo este servicio como un privilegio. En lo que respecta a los que recibieron ayuda, puede decirse que están profundamente agradecidos y cada día más convencidos de que forman parte de una familia internacional.
En el otro extremo de la Tierra, el huracán Iniki destrozó la parte noroccidental de las islas Hawai en septiembre de 1992. Este ha sido el mayor desastre natural de la historia hawaiana. Los ancianos hicieron preparativos para ayudar a los hermanos aun antes de que el meteoro azotara la isla Kauai. La espiritualidad se mantuvo en primer lugar. En las semanas siguientes se repararon o reconstruyeron 400 casas de los hermanos. En todos los casos, la familia damnificada y el equipo de construcción examinaban el texto diario y oraban juntos antes de comenzar a trabajar. Por un lapso de seis meses, algunos ancianos de experiencia de las islas aledañas hicieron visitas de pastoreo junto con sus esposas en la zona siniestrada, dirigieron las reuniones, tomaron la delantera en el servicio del campo y ayudaron a llenar los complicados formularios de ayuda gubernamental o reclamos de seguros.
¿Sabe usted dónde se encuentra la isla Niutao? No muchos lo saben. En este atolón coralino de Oceanía solo viven unas ochocientas personas, entre ellas un publicador no bautizado que en enero de 1993 perdió su casa y todas sus posesiones a causa de un maremoto. En cuanto los hermanos de otra isla de Tuvalu se enteraron del daño, proporcionaron alimento y otras ayudas. Les tomó un poco más de tiempo juntar materiales de construcción y enviarlos en barco a Niutao. Luego reconstruyeron la casa. El amor que los Testigos mostraron ha sido el tema de conversación en la isla.
Al ver cómo se ayudaban mutuamente los testigos de Jehová en Liberia, un país desgarrado por la guerra, la vecina de una hermana le dijo: “Al proveer esta ayuda para ustedes, se ve que su Dios Jehová de veras los ama”. Efectivamente, así es.
Construcción que satisface las necesidades del aumento rápido
Cuando en un solo año se bautizan 296.004 personas y se forman 3.512 nuevas congregaciones (en la pasada década se bautizaron 2.528.524 personas y se formaron 26.835 nuevas congregaciones), se origina mucho trabajo para atenderlas a todas. Parte de ese trabajo consiste en obras de construcción. ¡Y vaya que hubo mucho que hacer en ese campo el año pasado!
En Estados Unidos, 73 Comités Regionales de Construcción asesoraron la edificación de Salones del Reino. Con la colaboración de decenas de miles de trabajadores voluntarios, durante el año de servicio de 1993 ayudaron a construir unos doscientos salones y a renovar otros tantos.
En Japón, donde también se utilizan métodos de construcción rápida, se edificaron 108 Salones del Reino, pero hubo que construirlos a prueba de terremotos y tifones. Los voluntarios no solo ofrecieron su pericia y mano de obra, sino también otros recursos.
Los hermanos de Argentina se han puesto como meta que las más de mil quinientas congregaciones tengan lugares adecuados donde reunirse para adorar a Dios. El año pasado se terminó la construcción de 57 salones. Sin embargo, se necesitan muchos más. En este país, los Salones del Reino se construyen en un lapso de tres o cuatro semanas.
En los últimos seis años se han construido más de ochocientos Salones del Reino en las Filipinas. Pero hay en el país un total de 3.332 congregaciones, y muchas de ellas necesitan lugares más cómodos donde reunirse.
En Brasil, donde ha habido un aumento de 120.687 Testigos en los últimos cinco años, ha sido imposible satisfacer la demanda de Salones del Reino. Con todo, el año pasado se construyeron 93 y se iniciaron las obras de otros 1.383.
También en Colombia se necesitan más Salones del Reino para satisfacer la necesidad creada por el rápido aumento. La sucursal está tratando de desarrollar un método que simplifique los procedimientos de construcción y provea la ayuda especializada de cuadrillas de construcción preparadas en la sucursal.
Algunas congregaciones de las zonas rurales de África del Sur fabrican sus propios bloques de cemento y, con la ayuda de los voluntarios dirigidos por el Comité Regional de Construcción, pueden edificar salones hermosos y económicos empleando de tres a seis fines de semana. El trabajo de los grupos plurirraciales en áreas de mucha violencia, como en Soweto, tiene que efectuarse con gran precaución, pero también es un ejemplo vivo del amor y la unidad del pueblo de Jehová.
En Noruega hay veintiún Salones del Reino en latitudes superiores al círculo polar ártico. Uno de estos se encuentra en Hammerfest, la ciudad más septentrional de Europa.
En un reflejo claro del espíritu de Isaías 2:3, 4, los hermanos de Hungría edificaron dos Salones del Reino en propiedades que habían formado parte de grandes bases militares rusas.
La abnegación de los hermanos que llegaron del extranjero para ayudar a edificar la sucursal y el Salón de Asambleas de las islas Salomón dejó una profunda huella en los Testigos isleños. Los resultados de tal efecto se hicieron patentes cuando el gobierno cedió un terreno selecto en Munda para que los publicadores construyeran un Salón del Reino. La congregación era pequeña. ¿Cómo podrían efectuar la construcción? Los hermanos de Honiara se dijeron: “Si nuestros hermanos de ultramar utilizaron su tiempo y recursos para ayudarnos a construir un Salón de Asambleas y una sucursal, ¿por qué no emplear nuestras vacaciones para ir a Munda a edificar un Salón del Reino?”. Hicieron precisamente eso. Testigos de trece islas y tribus participaron en la construcción, que se llevó a cabo en solo diez días.
Una congregación de Eslovaquia en la que la mitad de los publicadores son precursores, mostró iniciativa. Las familias recolectaron bayas silvestres y las vendieron para conseguir dinero para la construcción. Además, recogieron arena y piedras del lecho de un riachuelo cercano para reducir los costos.
En Corea seis jefes de familia consiguieron préstamos bancarios y donaron el dinero para el nuevo Salón del Reino de la congregación. Como se trataba de su aportación personal a la construcción, ellos mismos se comprometieron a pagar los préstamos.
En una pequeña congregación de Nigeria, cuatro hermanos se dirigieron al Onojie, el gobernante tradicional de la zona, para que les vendiera un terreno en el que pudieran edificar un Salón del Reino. Pero no pudieron conseguir la suma que él les pidió. Meses después, un anciano le prestó la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. El Onojie quedó profundamente impresionado. Después de verla cinco veces, hizo asequible el terreno para que los hermanos construyeran el Salón del Reino.
En muchos lugares también ha sido práctico tener nuestros propios Salones de Asambleas. El año pasado se construyeron algunos en Colombia y Estados Unidos. Se dedicaron dos en Brasil, dos más en Costa Rica y uno en Jamaica. En febrero de 1993 se dedicó en Perú un Salón de Asambleas con un aforo de 10.000 personas. No tiene paredes en los extremos y los laterales están descubiertos hasta una altura de tres metros desde el nivel del suelo, por lo que se disfruta de buena ventilación. El piso ligeramente inclinado permite ver con claridad la plataforma desde cualquier lugar del auditorio. Los hermanos de Francia edificaron este año su quinto y mayor Salón de Asambleas. Muchos trabajadores y sus familias usaron con gusto sus vacaciones para realizar la construcción en tan solo cuatro meses. En Italia se terminó un salón nuevo en la provincia de Catanzaro, y en España los hermanos dedicaron su cuarto Salón de Asambleas.
Es obvio que el aumento en la cantidad de publicadores exige que se amplíen las instalaciones de las sucursales para proveer las publicaciones y supervisión necesarias. Algunas de las sucursales que durante el año pasado estuvieron construyendo grandes instalaciones fueron Ecuador, Francia, México, Polonia, Puerto Rico, República Dominicana, Taiwan y Zambia. En Estados Unidos continúa la enorme ampliación de las instalaciones de Brooklyn, y la construcción del Centro Educativo de la Watchtower en Patterson sigue progresando muy bien. También se están ampliando las instalaciones de África del Sur, Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Corea, España, Gran Bretaña y Nueva Zelanda. Se están construyendo edificios de menor tamaño en Hungría, Jamaica, Mozambique, Paraguay, Samoa Occidental, Sri Lanka, Surinam y Tahití. Miles de hermanos se han ofrecido a trabajar en estas construcciones. ¡Fue un año magnífico!
Dedicación de sucursales
Después de la dedicación del templo de Jehová en Jerusalén en los días de Salomón, la gente volvió a sus hogares “regocijándose y sintiéndose alegres de corazón por todo el bien que Jehová había ejecutado para David su siervo y para Israel su pueblo”. (1 Rey. 8:66.) Del mismo modo, en nuestros tiempos la dedicación de sucursales de la Sociedad Watch Tower, que también se usan para promover la adoración verdadera, es motivo de gran alegría. ¿Dónde se dedicaron sucursales el pasado año de servicio?
Colombia
En Facatativá (Colombia), situada en la cordillera de los Andes a unos 2.700 metros sobre el nivel del mar, se halla la nueva sucursal de La Torre del Vigía, con imprenta y viviendas para los trabajadores voluntarios. Las instalaciones fueron dedicadas el 1 de noviembre de 1992. A 42 kilómetros al noroeste de Bogotá, en las orillas del altiplano en que se asienta la capital colombiana, el paisaje es hermoso. Aquí se imprimen a cuatro colores las revistas La Atalaya y ¡Despertad! en español para Colombia, Venezuela, Panamá, Ecuador y Perú.
Cuando empezó la construcción había 34.261 testigos de Jehová en el país. Durante los cinco años que duraron las obras, la cantidad aumentó a 55.693, es decir, un 63%. En la actualidad se dirigen 100.927 estudios bíblicos a nivel individual o familiar. En 1993 asistieron a la Conmemoración 249.271 personas. Este es, en verdad, un tiempo de gozosa siega espiritual en Colombia.
Cuatrocientos Testigos colombianos y un centenar de siervos internacionales constituyeron el núcleo del equipo de construcción que transformó lo que antes fuera una granja avícola en un centro de educación teocrática. Unos tres mil voluntarios de las congregaciones cercanas ayudaron durante los días festivos y fines de semana, y otros mil quinientos llegaron del extranjero para trabajar algunas semanas o meses costeando sus propios gastos. Algunos comerciantes no podían creer que esto fuera así, y uno de ellos interrogó a los Testigos colombianos y extranjeros para convencerse. Otro comerciante, hondamente impresionado por lo que veía y oía, aceptó un estudio bíblico. Hoy, él y su esposa son Testigos bautizados.
Hubo 1.500 invitados de catorce países al programa de dedicación. Entre ellos estuvieron Milton Henschel y Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante. ¡Cuántos encuentros agradables hubo! ¡Qué dicha por la prosperidad espiritual que Jehová ha otorgado a sus siervos en Colombia!
Polonia
El día 28 del mismo mes se dedicó otra sucursal en Nadarzyn, cerca de Varsovia (Polonia). Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, que estuvo presente en la ocasión, dijo: “Esta dedicación es verdaderamente histórica. [...] Es la primera sucursal que se construye y dedica en territorio que antes se consideraba que estaba ‘detrás de la cortina de hierro’. Pero la presunta cortina de hierro no pudo detener la marcha de la organización de Jehová. Y la prueba de ello está ante nosotros”.
Algunos de los invitados habían aguardado este momento por décadas. Eran Testigos que habían servido fielmente a Jehová a través de pruebas severas durante cuarenta y cinco o cincuenta años. Unos cuantos habían efectuado trabajo de Betel en la clandestinidad por más de cuarenta años. Su corazón se estremeció de emoción cuando Zygfryd Adach, coordinador del Comité de la Sucursal, dijo: “Amados hermanos, ustedes hicieron sacrificios estrenuos para participar en la obra de la organización de Dios de distribuir alimento espiritual en tiempos difíciles, incluso en tiempos extremadamente dificultosos. Después de pasar años en la prisión, a menudo volvían para seguir trabajando en la obra. La misma historia se repitió cuatro, cinco o hasta más veces. Todos recordamos esa época, así que con absoluta convicción repetimos las palabras del Salmo 124: ‘De no haber sido porque Jehová resultó estar por nosotros cuando hombres se levantaron contra nosotros, entonces nos habrían tragado aun vivos [...]. Bendito sea Jehová, que no nos ha dado como presa a los dientes de ellos. Nuestra alma es como un pájaro que ha escapado de la trampa de los que usan señuelo. La trampa está quebrada, y nosotros mismos hemos escapado’”. (Sal. 124:2-7.)
Cuando se anunció que se construiría una sucursal, la respuesta fue inmediata. Las congregaciones contribuyeron carbón, madera, neveras, alimentos y herramientas. Hermanos de diferentes oficios y profesiones ofrecieron con mucho gusto sus servicios. Participaron hermanos mayores que habían pasado años en la prisión. Muchos jóvenes también se brindaron a trabajar. Llegaron siervos internacionales de diez países. El corazón de los trabajadores se conmovió en repetidas ocasiones ante la evidencia de la dirección y bendición de Jehová. Se anuló una orden municipal de “cese de obras”. Se obtuvieron artículos que parecían imposibles de conseguir. Solo dos años y medio después de haberse recibido el permiso de construcción, la propiedad de un hotel abandonado había sido transformada en el complejo de edificios de la nueva sucursal polaca.
Nueva Zelanda
Desde que se dedicó la nueva sucursal hace seis años, la cantidad de publicadores ha aumentado en un 30%. Para poder atenderlos, era necesario ampliar las instalaciones. Pero, además, había otra importante razón. Como se explicó en el programa de la dedicación, más de la mitad de las oficinas fueron destinadas al trabajo de traducción, pues aquí se traducen las publicaciones al samoano, maorí, rarotongués y niueano, para ayudar a los habitantes de varias islas de Oceanía. El 27 de febrero de 1993 se dedicaron los anexos de las oficinas y los edificios de servicios, así como las nuevas viviendas.
Al acto asistieron Lloyd Barry, miembro del Cuerpo Gobernante que creció y comenzó su servicio a Jehová en Nueva Zelanda, todos los miembros de la familia de Betel y la de construcción y los superintendentes viajantes con sus esposas. También hubo invitados de países vecinos del Pacífico sur. Sin embargo, la mayoría eran neozelandeses que se habían bautizado antes de 1955. Tal como dijo uno de los oradores, ellos colocaron el fundamento de lo que estaba ocurriendo en aquel programa de dedicación. No obstante, ¡cuánto aprecian el apoyo y el trabajo diligente de los que posteriormente se les unieron para alabar a Jehová!
Puerto Rico
Las instalaciones que se habían construido veinticuatro años antes en Puerto Rico eran ya insuficientes. La cantidad de publicadores de la isla había aumentado de 5.400 en 1969 a más de 25.000 para el 17 de abril de 1993, día en que se dedicó la nueva sucursal. El resultado de cuatro años de duro trabajo de miles de hermanos fue un complejo de edificios en un entorno paradisíaco.
Los asistentes al programa se sintieron muy privilegiados de tener como oradores a Karl Klein y Albert Schroeder, del Cuerpo Gobernante, y a otros representantes de Brooklyn. Durante la semana que culminó con la dedicación se utilizaron las instalaciones para realizar un seminario al que asistieron representantes de catorce sucursales. Después de la dedicación, el Departamento de Traducción al español, con su equipo internacional de trabajadores, se mudó de Brooklyn a estos nuevos edificios.
Zambia
Una semana después de la dedicación de Puerto Rico, se dedicó un complejo de trece edificios en las afueras de Lusaka (Zambia). ¿Por qué allí?
Las semillas de la verdad se comenzaron a sembrar en este país en 1911. Para 1924 se habían formado grupos pequeños de estudio. Hoy, las 1.993 congregaciones de Zambia tienen, en conjunto, 80.488 publicadores, y la asistencia a la Conmemoración en 1993 fue de 362.204 personas. Es un terreno fértil para el aumento del Reino.
La construcción de la sucursal de Zambia fue posible gracias a la cooperación internacional que singulariza a la organización de Jehová. Los trabajos de diseño e ingeniería se realizaron en las oficinas de la Sociedad de Estados Unidos, Europa y Japón. Hermanos de Estados Unidos donaron las grúas. El equipo de radio que permitió hacer las instalaciones telefónicas fue un regalo de los hermanos neozelandeses. Los únicos materiales que podían conseguirse en el país eran arena, cemento, piedra y madera. Pero cada semana África del Sur enviaba un promedio de dos camiones llenos de suministros, lo que implicaba un viaje de ida y vuelta de 3.500 kilómetros. Además, los Testigos de Zambia estuvieron dispuestos a cooperar física y materialmente para llevar la obra a feliz término. Durante el programa de dedicación, Milton Henschel y Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, disfrutaron de la gozosa ocasión con los hermanos de Zambia.
Hungría
El 31 de julio fue un día especialmente dichoso para los hermanos de Hungría. Ese día Lyman Swingle, del Cuerpo Gobernante, dedicó las nuevas instalaciones de viviendas y oficinas de traducción. Se habían construido en solo cinco meses, con la ayuda de las congregaciones del país y de Testigos de otros ocho países. La Agencia Nacional de Noticias de Hungría había dado a conocer la terminación de las obras.
Tras varias décadas de cruel persecución, los testigos de Jehová de Hungría obtuvieron el reconocimiento legal en 1989. Ese año, un máximo de 9.990 publicadores informaron alguna participación en el servicio del campo. Desde entonces, los testigos de Jehová han dedicado más de 8.300.000 horas al ministerio en este país, y la cantidad de publicadores ha aumentado a 14.347.
Gran Bretaña
Desde que en 1900 se fundó en la ciudad de Londres la primera sucursal de la Sociedad Watch Tower, ha sido necesario ampliar sus instalaciones muchas veces. El 7 de agosto de 1993 se dedicaron los últimos edificios: una fábrica que cuenta con una superficie de 18.600 metros cuadrados y un complejo de oficinas administrativas.
Los edificios de la fábrica que están en la parte trasera de la propiedad se construyeron en solo diecisiete meses con paneles prefabricados de hormigón armado. En la obra participaron unos cinco mil voluntarios. El edificio administrativo fue construido con 133.000 ladrillos. ¿Cuántos albañiles hicieron esta obra? Solo siete hermanas, supervisadas por dos hermanos. Cuando a un contratista que visitó el lugar le dijeron quiénes habían hecho el trabajo, no podía creerlo.
Albert Schroeder, del Cuerpo Gobernante, estuvo en el programa de dedicación. Deleitó a todos los asistentes relatando pormenores del crecimiento de la obra del Reino en Gran Bretaña desde 1937, año en que fue enviado a las islas británicas para supervisar la obra y animar por lo menos a mil hermanos a emprender el precursorado. Da alegría saber que actualmente hay 127.395 publicadores en el país y que todos los meses un promedio de 12.803 son precursores.
Servicios de Traducción
El Cuerpo Gobernante desea hacer todo lo que esté a su alcance para reunir a la gran muchedumbre procedente de “todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”, como dice la Biblia. (Rev. 7:9.) Tanto en la sede mundial como por toda la Tierra, los siervos de Jehová han pedido en oración el cumplimiento de este propósito. Llevar el mensaje a gente de todos esos grupos es un objetivo mayúsculo que solo se puede alcanzar con el espíritu de Jehová.
La traducción de la Biblia y de las publicaciones que se basan en ella desempeña un papel importante. ¿Puede llegar el mensaje a la gente que no tiene publicaciones en su idioma? Sí, pero la efectividad de la obra de predicar y de hacer discípulos es mucho mayor si cuentan con publicaciones en su lengua vernácula.
En la actualidad disponemos de publicaciones en 236 idiomas y La Atalaya se imprime con regularidad en 112. El año pasado se reforzaron varios equipos de traducción que vierten las revistas a algunos de estos idiomas y se dio capacitación a otros que traducen diferentes publicaciones a 70 idiomas, entre los que figuran lenguas de Europa oriental, el sur de Asia y África, así como de las comunidades indígenas de Sudamérica y las islas del Pacífico. La formación de tales equipos exige la localización, preparación y equipamiento de traductores, revisores de fidelidad y correctores de pruebas. Todos deben ser cristianos dedicados que se ofrezcan para efectuar el trabajo.
Es cierto que hay más idiomas que requieren atención, muchos de ellos con más de un millón de hablantes. Hay hermanos que tienen la tarea continua de buscar y preparar traductores, proporcionarles el equipo que necesiten y, de ser preciso, diseñar nuevos tipos de letras y programas computarizados para introducir texto en tales lenguas. Al repasar lo que Jehová ha hecho, confiamos en que él proveerá lo necesario para terminar la obra en el tiempo que resta. Es un privilegio ser sus colaboradores. (1 Cor. 3:9.)
Escuela de Entrenamiento Ministerial en los cinco continentes
Los graduados de la Escuela de Galaad, que se abrió hace cincuenta años, han promovido los intereses del Reino en más de doscientos países. ¡Qué gran ‘majano de testimonio’ ha producido la labor de estos abnegados siervos de Jehová!
La Escuela de Entrenamiento Ministerial, que ofrece un curso intensivo de enseñanza especializada de dos meses de duración, ha contribuido a satisfacer la necesidad urgente. Durante el pasado año de servicio recibieron una buena preparación más de 684 ancianos y siervos ministeriales en 29 clases de esta escuela. Se impartió el curso en Japón, Nigeria, Estados Unidos y en el territorio de sucursales de América Latina, donde se matriculó a estudiantes de habla hispana de dieciséis países. La escuela de Australia ayudó a los hermanos que asistieron de Fiji, Papua Nueva Guinea, Nueva Zelanda, las islas Salomón y Samoa Occidental. Y en cinco lugares de Europa se dio preparación a hermanos de doce países del continente.
En muchas congregaciones faltan hermanos que lleven la delantera, sobre todo en Latinoamérica, donde en muchas congregaciones solo hay uno o dos ancianos y otros tantos siervos ministeriales. En los lugares adonde se ha asignado a los graduados de la Escuela de Entrenamiento Ministerial ha aumentado la actividad del campo, se ha promovido con eficacia el servicio de precursor, particularmente entre los más jóvenes, y se ha dado mayor atención personal a la gran cantidad de nuevos que asisten a las reuniones.
Un buen número de los que han asistido a la escuela conocen otro idioma. Por consiguiente, en Europa, y especialmente en Estados Unidos, se ha asignado a tales hermanos a atender grupos y congregaciones que hablan árabe, chino, coreano, croata, español, francés, italiano, japonés, ruso, turco y vietnamita. Esto ha sido una gran ayuda.
Algunos graduados que estaban en posición de aceptar asignaciones en el extranjero fueron enviados a países de Europa oriental, África y el Lejano Oriente para servir en las sucursales o como misioneros, precursores especiales o superintendentes viajantes. Esta es otra manera en que la escuela ha fomentado la obra del Reino.
Con relación a estos ancianos y siervos ministeriales solteros que se han ofrecido de buena gana, puede decirse con toda justicia que sus esfuerzos están llevando fruto. Se cuentan entre la “compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío” que describe el Salmo 110:3.
Se llega a personas de toda nacionalidad
En algunas regiones hay territorios considerables que no se predican con regularidad. Algunos están en países donde no se acepta la entrada de misioneros. No obstante, en años recientes millones de personas de dichos países han emigrado a naciones donde los testigos de Jehová predican exhaustivamente. Los publicadores sienten que el campo misional viene hacia ellos. Además, al verse libres de las fuertes presiones que imperan en sus países, algunas personas estudian la Biblia con todo gusto. El campo de los inmigrantes ha sido el más productivo en varios sitios.
La sucursal de Chipre, por ejemplo, escribe: ‘Se está formando un nuevo territorio en el país. Hallamos interesados del Líbano, Siria, Persia, Bulgaria, Rumania, Rusia, la ex Yugoslavia, las Filipinas y otros países más. Estas personas que han venido a comenzar una nueva vida son, con frecuencia, más atentas que las demás’.
Una muchacha de Mongolia conoció a un joven de Guyana mientras cursaba sus estudios en una universidad de Alemania oriental y se casó con él. Luego, estando en Guyana, comenzaron a leer algunas publicaciones de la Watch Tower, pidieron un estudio bíblico y se bautizaron en 1993. Sus hijos también son publicadores de las buenas nuevas. Ella, por su parte, anhela transmitir el mensaje del Reino a sus familiares y a otras personas de Mongolia.
Los hermanos de Inglaterra están aprendiendo a ensanchar su predicación para satisfacer la necesidad espiritual de personas de otras nacionalidades. Actualmente, en Londres se celebran reuniones con regularidad en ocho idiomas. En Canadá hay congregaciones que atienden a once comunidades de personas que hablan un idioma diferente, y se celebran algunas reuniones en otras cuatro lenguas. Los inmigrantes de habla rusa y los miles de orientales que han venido a residir en el país en años recientes constituyen un campo fértil.
Muchas personas que han huido de la violencia que hay en sus países han buscado asilo en Noruega y en otras naciones. Los hermanos noruegos han comenzado a visitar todos los lugares en que se ha situado a estas personas.
La inmigración también ha permitido dar el testimonio en un nuevo campo en Israel. Muchos han llegado de la ex Unión Soviética, y un buen número de ellos se están interesando en la verdad.
¿Hay en su territorio personas que no hablen el idioma oficial? ¿Qué está haciendo para llevarles las buenas nuevas? La voluntad de Jehová es que “hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad”. (1 Tim. 2:3, 4.)
[Fotografía en la página 4]
El Estadio Lokomotive de Moscú, donde 23.743 personas asistieron a la asamblea internacional de los testigos de Jehová
[Fotografías en la página 5]
Los rusos aceptaron de buena gana los tratados bíblicos, y muchos de ellos los leyeron en el acto
[Fotografías en la página 6]
Esta asistente aprendió la verdad en su juventud, cuando estuvo en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück en 1944
Este hermano conoció la verdad en Bessarabia (ahora Moldova) en 1942; fue arrestado en varias ocasiones por causa de su fe. Hoy es superintendente de circuito
Estadio de Kiev, donde estuvieron presentes 64.714 personas y se bautizaron 7.402
[Fotografía en la página 9]
Miembros del Cuerpo Gobernante con los representantes de las sucursales que asistieron al seminario celebrado en Wallkill (Estados Unidos)
[Fotografía en la página 12]
Camión de socorro de la Watch Tower en Monrovia (Liberia)
[Fotografía en la página 15]
Salón del Reino de construcción reciente en Igieduma (Nigeria)
[Fotografías en la página 17]
Nuevo Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Río de Janeiro (Brasil)
[Fotografía en la página 19]
Oficinas e imprenta nuevas en Facatativá (Colombia)
[Fotografía en la página 20]
Ampliación de la sucursal de Nueva Zelanda
[Fotografías en la página 21]
Parte superior: Zambia; centro: Puerto Rico; derecha: Hungría
[Fotografía en la página 22]
Sucursal de Polonia en Nadarzyn, cerca de Varsovia
[Fotografía en la página 27]
Nuevas instalaciones de Londres (Inglaterra)