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Notas de estudio de Juan. Capítulo 7La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)
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¿Tú no serás también de Galilea, verdad? Esta fue la respuesta de los fariseos a Nicodemo cuando habló en defensa de Jesús (Jn 7:51). La pregunta parece reflejar el desprecio que sentían estos habitantes de Judea por los galileos. Era como si estuvieran diciendo: “¿Lo estás defendiendo? ¿Te estás poniendo al mismo nivel que un ignorante galileo?”. Como en Jerusalén estaban el Sanedrín y el templo, sin duda allí había muchos maestros de la Ley. Esto probablemente hizo que surgiera el dicho judío: “Vete al norte [a Galilea] para hacer fortuna, vete al sur [a Judea] para ser sabio”. Sin embargo, las pruebas indican que los galileos no desconocían la Ley. Por toda Galilea había maestros de la Ley y sinagogas, que eran centros educativos (Lu 5:17). La arrogante respuesta de los fariseos a Nicodemo indica que no se molestaron en averiguar si Jesús había nacido en Belén (Miq 5:2; Jn 7:42). Tampoco tuvieron en cuenta que la profecía de Isaías comparaba la predicación del Mesías a “una gran luz” que brillaría en Galilea (Is 9:1, 2; Mt 4:13-17).
de Galilea no puede salir ningún profeta. Esta afirmación pasa por alto las palabras de Is 9:1, 2, donde se profetiza que una gran luz saldría de Galilea. Algunos expertos también opinan que los fariseos estaban generalizando cuando dijeron que nunca había salido ni nunca saldría un profeta de la humilde Galilea. Después de todo, el profeta Jonás era de la ciudad galilea de Gat-Héfer, que estaba a solo 4 km (2,5 mi) al nornoreste de Nazaret, donde se crio Jesús (2Re 14:25).
7:53
Los manuscritos más antiguos y confiables no incluyen los versículos de Jn 7:53 a 8:11. Es evidente que estos 12 versículos fueron añadidos al texto original del Evangelio de Juan (ver apén. A3). No aparecen en los dos papiros más antiguos y confiables que contienen el Evangelio de Juan: el Papiro Bodmer II (P66) y el Papiro Bodmer XIV-XV (P75), los dos del siglo segundo de nuestra era. Tampoco aparecen en el Códice sinaítico ni en el Códice vaticano, del siglo cuarto. Aparecen por primera vez en un manuscrito griego del siglo quinto (Códice de Beza), pero no vuelven a aparecer en ningún otro manuscrito griego hasta el siglo noveno. La mayoría de las traducciones antiguas a otros idiomas los omiten. Un grupo de manuscritos griegos añade estos versículos al final del Evangelio de Juan; otro grupo los añade después de Lu 21:38. El hecho de que aparezcan en diferentes lugares en los distintos manuscritos apoya la conclusión de que no formaban parte del texto original. Una abrumadora mayoría de expertos concuerda con esta idea.
Los manuscritos griegos y las traducciones a otros idiomas que incluyen este pasaje dicen como sigue (con algunas variantes):
53 Entonces se fueron cada uno a su casa.
8 Pero Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Al amanecer, sin embargo, se presentó otra vez en el templo, y todo el pueblo empezó a venir a él, y se sentó y se puso a enseñarles. 3 Entonces los escribas y los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y, después de ponerla de pie en medio de ellos, 4 le dijeron a él: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto de cometer adulterio. 5 En la Ley Moisés prescribió que apedreáramos a mujeres de esta clase. Tú, pues, ¿qué dices?”. 6 Por supuesto, decían esto para ponerlo a prueba, a fin de tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en la tierra con el dedo. 7 Como persistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: “El que de ustedes esté sin pecado sea el primero en tirarle una piedra”. 8 E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en la tierra. 9 Pero los que oyeron esto empezaron a irse, uno a uno, comenzando por los ancianos, y lo dejaron solo, y a la mujer que estaba en medio de ellos. 10 Enderezándose, Jesús le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿No te condenó nadie?”. 11 Dijo ella: “Nadie, señor”. Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete; desde ahora ya no practiques pecado”.
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