32 Escuchen esto. Viene la hora —de hecho, ha llegado ya— en que serán dispersados. Cada uno se irá a su propia casa y me dejarán solo.+ Aunque no estoy solo, porque el Padre está conmigo.+
32 ¡Miren! Viene la hora, en realidad, ha llegado, en que serán esparcidos cada uno a su propia casa,+ y me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.+