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Notas de estudio de Romanos. Capítulo 13La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)
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está al servicio de Dios. Aquí se emplea el término griego diákonos (“siervo”, “ministro”). En la Biblia a veces se traduce como los “sirvientes” o “los que estaban sirviendo” (Mt 22:13; Jn 2:5, 9). El verbo griego relacionado diakonéō (‘servir’, ‘atender’ o ‘ministrar’) también se usa con el sentido de realizar tareas de carácter personal para los demás (ver la nota de estudio de Lu 8:3). El término diákonos se usa aquí con un sentido particular y se aplica a “la autoridad” mencionada en Ro 13:1-3. Las autoridades civiles están al servicio de Dios porque él permite que existan durante un tiempo. Prestan varios servicios para beneficio de las personas y les proporcionan cierto grado de orden y de protección contra la maldad y los que violan las leyes. La Biblia también muestra que las autoridades civiles estuvieron al servicio de Dios de otras maneras. Por ejemplo, el rey Ciro de Persia proclamó un edicto para que los judíos dejaran Babilonia y fueran a reconstruir el templo de Dios en Jerusalén (Esd 1:1-4; Is 44:28). El rey persa Artajerjes envió a Esdras con una donación para reconstruir el templo y, más tarde, comisionó a Nehemías para reconstruir las murallas de Jerusalén (Esd 7:11-26; 8:25-30; Ne 2:1-8). Y las autoridades romanas libraron a Pablo de una multitud alborotada en Jerusalén, lo protegieron cuando naufragó y le permitieron quedarse bajo arresto domiciliario en una casa alquilada mientras esperaba a que su caso se presentara ante César (Hch 21:31, 32; 28:7-10, 30, 31).
la espada. Aquí se refiere al derecho o al poder que tienen las autoridades civiles de castigar “al que practica cosas malas”. Si los gobernantes usan bien su poder, pueden desanimar a los delincuentes de actuar y así contribuir al orden en la sociedad. Aun así, tienen que rendir cuentas a Dios de cómo usan ese poder. Por ejemplo, el rey Herodes Antipas abusó de esta espada simbólica cuando mandó decapitar a Juan el Bautista (Mt 14:1-12). Y lo mismo hizo el rey Herodes Agripa cuando “mató a espada a Santiago, el hermano de Juan” (Hch 12:1, 2). Cuando los gobernantes humanos tratan de obligar a los cristianos a violar las normas bíblicas, no están actuando “al servicio de Dios”.
castigar. Cuando alguien desobedece una ley humana que no contradice ninguna ley de Dios, el castigo que le imponen “los que gobiernan” es un castigo que Dios le impone indirectamente “al que practica cosas malas” (Ro 13:3). En este contexto, la expresión griega que se traduce como “castigar a” también podría traducirse como “expresar ira contra”.
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