Nota
b El hombre que desea ser anciano o continuar en ese puesto de servicio, no ha de ser golpeador. No puede herir físicamente al prójimo ni intimidarlo con observaciones cortantes. Los ancianos y los siervos ministeriales tienen que presidir su propia casa de manera ejemplar. El hombre que en su casa es un tirano, prescindiendo de lo bien que se comporte en otras partes, no reúne los requisitos para ocupar dichos puestos de servicio. (1 Timoteo 3:2-4, 12.)