Nota
a En la ley romana, la “única condición necesaria para el matrimonio” era “el consentimiento de las dos partes” sin que se requiriera licencia, ceremonia ni otra validación preliminarias. (The New Schaff-Herzog Religious Encyclopedia [La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog], tomo VII, págs. 198, 199) Por lo tanto, si un hombre le proponía matrimonio a una mujer y ella consentía, esto era todo lo que se requería legalmente para hacer vigente un matrimonio.