Nota
a Una elaborada balaustrada de piedra de tres codos de altura dividía el atrio de los gentiles del patio interior. A intervalos regulares, este muro exhibía inscripciones latinas y griegas de advertencia, que decían: “A ningún extranjero se le permite estar dentro de la balaustrada y del terraplén en torno al santuario. Aquel a quien se encuentre será personalmente responsable de su propia muerte”.