Nota
e En el siglo XIX, el científico William Thomson, conocido como lord Kelvin, descubrió la segunda ley de la termodinámica, que explica por qué los sistemas naturales tienden a deteriorarse y disgregarse con el transcurso del tiempo. Un factor que lo inspiró para llegar a esa conclusión fue estudiar con detenimiento el pasaje de Salmo 102:25-27.