Capítulo 4
El templo que permanecerá mientras se mece a las naciones
1. ¿Cuánto tiempo había pasado ahora desde que los judíos habían obrado en armonía con la profecía precedente de Ageo, y qué fiesta se estaba completando en Jerusalén?
NO HABÍA pasado todavía un mes lunar completo desde cuando los judíos habían obrado en armonía con la profecía precedente de Ageo, a saber, en el día vigésimo cuarto del sexto mes (Elul) del año segundo del reinado de Darío I (Histaspes), rey de Persia, ó 520 a. de la E.C. La Fiesta de las Cabañas (o Tabernáculos) de siete días había empezado en el día decimoquinto del mes siguiente, el mes séptimo, Tisri, y había llegado al séptimo día, que era el día vigésimo primero de Tisri. Al día siguiente, el 22 de Tisri, habría una asamblea solemne de todos los celebrantes en Jerusalén. Se esperaba que las veinticuatro divisiones (o cursos) del sacerdocio aarónico estuvieran presentes en esta Fiesta de las Cabañas en la ciudad capital. Es interesante el hecho de que fue durante la celebración de la Fiesta de las Cabañas que el rey Salomón hijo de David inauguró el templo para la adoración de Jehová que había terminado de construir.—1 Reyes 8:62-66; 6:37, 38; 2 Crónicas 7:7-10.
2. ¿Qué otro nombre tenía la Fiesta de las Cabañas, y qué rasgos habían de señalarla?
2 Esta fiesta del séptimo mes, cinco días después del Día de Expiación, se llamaba también la Fiesta de la Recolección. En vista de la recolección de los productos agrícolas del suelo, a los israelitas se les ordenó: “Tienen que regocijarse delante de Jehová su Dios siete días. Y tienen que celebrarlo como fiesta a Jehová siete días en el año. Como estatuto hasta tiempo indefinido durante sus generaciones, deben celebrarla en el mes séptimo. Es en las cabañas que ustedes deben morar siete días. Todos los naturales de Israel deben morar en las cabañas, a fin de que sepan las generaciones de ustedes que fue en las cabañas que hice yo morar a los hijos de Israel cuando estaba sacándolos de la tierra de Egipto. Yo soy Jehová el Dios de ustedes.”—Levítico 23:33-43; Números 29:12-38; Deuteronomio 16:13-17.
3, 4. (a) ¿En cuanto a qué podían regocijarse aquellos judíos durante aquella Fiesta de la Recolección, y qué comparación existía entre sus moradas y la de Jehová? (b) ¿Por qué era apropiada aquella ocasión para que viniera un mensaje estimulador de Jehová, y cómo comenzó este mensaje?
3 En vista de lo que el profeta Ageo dijo en su primera profecía, tenemos poca razón para creer que los israelitas repatriados efectuaran mucha recolección en 520 a. de la E.C. (Ageo 1:5, 6, 9-11; 2:16, 17) Pero lo que sí recogieron en sus graneros se debió a la misericordia y clemencia de Jehová. Por causa de esto tenían buena razón para regocijarse en Jehová su Dios durante los siete días de la Fiesta de la Recolección. Y, morando como lo hacían en las cabañas temporarias durante la fiesta, dentro de Jerusalén y en sus alrededores, no tenían entonces casas enmaderadas y con buenos techos tal como Jehová entonces no tenía una casa para su adoración en Jerusalén. Para este tiempo ellos habían efectuado mucho del trabajo preliminar para comenzar a reconstruir el templo de nuevo. Necesitaban más estímulo. Puesto que el 21 de Tisri todavía era día de fiesta, Jerusalén estaría atestada de adoradores de Jehová, incluso el gobernador de Judá y todo el sacerdocio, y sería un tiempo excelente para que se les diera un mensaje inspirado. Jehová se encargó de que se diera, como leemos ahora:
4 “En el séptimo mes [Tisri o Etanim], el día veintiuno del mes, la palabra de Jehová ocurrió por medio de Ageo el profeta, diciendo: ‘Di, por favor, a Zorobabel hijo de Sealtiel, el gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac el sumo sacerdote, y a los que quedan del pueblo, diciendo: “¿Quién hay entre ustedes que quede que haya visto esta casa en su gloria anterior? ¿Y cómo la ven ustedes ahora? ¿No es, en comparación con aquélla, como nada a los ojos de ustedes?”’”—Ageo 2:1-3.
5. (a) ¿Qué indicó en cuanto a los que estaban presentes en esta ocasión la manera en que Jehová interrogó? (b) En vista de la comparación que se hizo, ¿cuál era realmente la pregunta de importancia?
5 Todo lo que podían ver, a lo más, aquellos a quienes se había interrogado así, era la base del templo, el fundamento que había sido colocado dieciséis años antes, allá en 536 a. de la E.C. (Esdras 3:8-13) La manera en que se interrogó indica que allí había personas muy ancianas que habían sido deportadas a Babilonia y que habían visto el templo construido por Salomón antes que fuera destruido por los babilonios en 607 a. de la E.C., más de ochenta y siete años antes. Estos podían recordar lo hermoso de la apariencia de aquel templo de Salomón que había sido diseñado divinamente. Solamente ellos podían hacer una comparación cabal de él con lo que veían ahora. Lo que ahora estaba ante sus ojos en el sitio donde había estado el templo anterior era como nada en comparación. Entonces, ¿qué podría esperarse con relación a un templo que tuviera un comienzo tan humilde, modesto? Por eso, ¿valdría la pena que aquellos israelitas que temían a Dios siguieran adelante con la reedificación del templo? Pero, puesto que el templo había de ser la casa de Jehová, la pregunta de importancia era: ¿Podía Jehová de los ejércitos hacer algo impresionante, algo apropiado, de nada?
6. El asunto de reedificar el templo realmente dependía ¿de quién, y por lo tanto quién realmente estaría edificándolo, y cómo?
6 El asunto realmente dependía del Dios que había de ser adorado en la casa propuesta. ¿Era Su voluntad que la casa fuera reedificada o reconstruida para su gloria y para promover los intereses espirituales de la nación de Israel? Puesto que era Su voluntad, entonces los edificadores estarían haciendo Su voluntad y Su obra. Por lo tanto tendrían su aprobación y su sostén y apoyo, prescindiendo de quiénes o cuántos estuvieran contra ellos. Él, de hecho, estaría construyendo la casa por medio de los edificadores israelitas como instrumentos de él. Esto era de máxima importancia, tal como lo declara Salomón en el Salmo 127:1, donde dice: “A menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella. A menos que Jehová mismo guarde la ciudad, de nada vale que el guarda se haya quedado despierto.”
7. (a) ¿Quién estaba muy interesado en la reedificación de aquella casa, y por qué? (b) Para que no sintieran temor debido a los enemigos, ¿qué dijo ahora Jehová por medio de Ageo?
7 Puesto que el asunto tenía que ver con la adoración pura del único Dios vivo y verdadero, Jehová mismo estaba envuelto en él, por ser ese Dios. Él era Quien edificaría. En vista de eso, ellos no tenían que debilitarse por miedo a las cantidades arrolladoramente mayores de los enemigos. Por eso Él inspiró a su profeta Ageo a decir: “‘Pero ahora sé fuerte, oh Zorobabel,’ es la expresión de Jehová, ‘y sé fuerte, oh Josué hijo de Josadac el sumo sacerdote.’ ‘Y sean fuertes, todos ustedes, gente de la tierra,’ es la expresión de Jehová, ‘y trabajen.’ ‘Porque yo estoy con ustedes,’ es la expresión de Jehová de los ejércitos. ‘Recuerden la cosa que celebré con ustedes cuando salieron de Egipto, y cuando mi espíritu estaba plantado entre ustedes. No tengan miedo.’”—Ageo 2:4, 5.
8. ¿En qué respecto tenían que ser fuertes aquellos edificadores del templo, y cómo fue cierto del apóstol Pablo en Corinto una cosa similar?
8 Aquel resto israelita, encargado con la reedificación del templo, tenía que ser de fe fuerte. Mostrarían su fe por su obra en la edificación del templo. ¿Por qué no? Pues Jehová de los ejércitos estaba con ellos. Como más tarde dijo el apóstol cristiano judío Pablo a la congregación de Roma, Italia: “¿Qué, pues, diremos a estas cosas? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Romanos 8:31) Una garantía divina de esa índole es muy fortalecedora, según lo experimentó este mismo Pablo al hacer la obra de Dios en la ciudad griega de Corinto en el primer siglo E.C. Acerca de esto, el registro de Hechos de Apóstoles nos dice: “Además, de noche el Señor dijo a Pablo mediante una visión: ‘No temas, sino sigue hablando y no calles, porque yo estoy contigo y nadie te asaltará para hacerte daño; porque tengo mucho pueblo en esta ciudad.’” ¿Mostró fe Pablo e hizo como se le dijo que hiciera? El relato dice: “De modo que se quedó establecido allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la palabra de Dios.”—Hechos 18:9-11.
9. (a) Igualmente, ¿en qué cualidad deberían ser fuertes aquellos edificadores del templo, y bajo el acaudillamiento de quiénes? (b) ¿Qué celebró Dios con sus antepasados que ellos deberían recordar, y por qué en aquel momento?
9 De la misma manera, también, el resto israelita repatriado necesitaba ser fuerte en su confianza en el Dios Todopoderoso y hacer Su obra. Los funcionarios principales entre ellos, el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, tenían la responsabilidad de llevar la delantera, y los demás del resto seguirían su dirección y trabajarían con ellos. Deberían recordar el pacto que Jehová había celebrado con sus antepasados cuando los estuvo sacando de Egipto. Era muy apropiado que Ageo les recordara esto, puesto que durante el viaje de cuarenta años de ellos desde Egipto a la Tierra Prometida sus antepasados habían vivido en tiendas o cabañas, y, ¡fíjese! el resto israelita en Jerusalén estaba celebrando la Fiesta de las Cabañas en recuerdo de aquella experiencia de sus antepasados. Sus antepasados se habían encontrado con enemigos en el camino; pero Jehová había librado a su pueblo y había observado su pacto y les había hecho entrar en la Tierra Prometida. El mismo Dios de actos de liberación estaba con el resto israelita en la Fiesta de las Cabañas allí en Jerusalén. No deberían tener miedo.
SE PREVÉ MAYOR GLORIA
10, 11. (a) ¿Por qué no deberían desanimarse aquellos edificadores del templo por el aspecto comparativo de las cosas? (b) Para edificar sus expectativas, ¿qué dijo ahora Jehová por medio de Ageo?
10 El resto israelita no había de desanimarse porque lo que ahora empezaban era como nada en comparación con el magnífico templo de Salomón, que había adquirido fama mundial. Es posible que no hayan esperado que nada sobresaliente o merecedor de nota resultara de los esfuerzos que hacían en la edificación del templo. Pero Jehová vio algo sencillamente sobrepujante para el producto de sus obras de fe. Por eso, para estimularlos a seguir adelante, para alegrarlos de modo que contaran con la más elevada expectativa, Jehová ahora explicó por qué no deberían temer, sino que deberían ser fuertes en la fe y trabajar, diciendo por medio del profeta Ageo:
11 “Porque esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.’ ‘Y ciertamente meceré todas las naciones, y las cosas deseables de todas las naciones tienen que entrar; y ciertamente llenaré esta casa de gloria,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”—Ageo 2:6, 7.
12. A pesar de la mecedura universal, ¿qué permanecería, y quiénes, según se indicó, se volverían a Jehová?
12 ¿No era aquélla una expectativa emocionante para aquel resto israelita en cuanto a la casa de adoración que ellos estaban por construir? Jehová de los ejércitos mismo estaba poniendo delante de ellos aquella expectativa, y por lo tanto se realizaría con toda certeza. Habría un sacudimiento universal. Él lo causaría. Cosas altas y bajas con respecto a la tierra de ellos serían mecidas... hasta salirse de su lugar, ¡si no también hasta ser destruidas! Pero, a través de toda esta mecedura, una cosa necesariamente permanecería en pie... ¡aquella casa que el resto israelita había edificado! Esto quería decir que la adoración pura de Jehová duraría, tal como Su casa duraría. Él llenaría de gloria Su casa de adoración, puesto que las cosas deseables de todas las naciones entrarían en ella. Aquellas cosas deseables serían llevadas a aquel lugar por todos los que se hubiesen vuelto a adorarlo a Él de entre todas las naciones. Aquella casa de adoración divina llegaría a ser la casa más importante y famosa de la Tierra. ¡No solo adorarían a Jehová allí israelitas naturales, sino también gentes no judías de todas las naciones!
13. Así, ¿qué se les aseguraba esta vez a los trabajadores en cuanto al templo que edificaban? Por eso, tenían todo incentivo para hacer ¿qué?
13 Esto le aseguró a aquel resto israelita que esta vez completarían la construcción del templo de Jehová en Jerusalén. Prescindiendo de los acontecimientos sacudidores del mundo que acontecieran alrededor de ellos, esta meta se lograría gloriosamente. Que todo el resto del mundo fuera perturbado, atemorizado y preocupado por el sacudimiento y la mecedura que los desequilibrara; la obra de construir la casa de adoración de Jehová tenía que seguir adelante... ¡hasta quedar gloriosamente completa! ¡Y entonces vendría la jubilosa inauguración de ella! (Deuteronomio 20:5) ¡Jehová de los ejércitos ha dado su palabra en cuanto a ello, y por lo tanto tiene que suceder! Por eso, pues, ¡a la obra, con Su fortaleza! ¡Existe todo incentivo para trabajar!
14, 15. La expresión “todavía una vez” tiene relación con ¿qué?... ¿dónde? y ¿cuándo?
14 Pero, ¿cuándo va a ser esto? Jehová de los ejércitos dijo: “Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.” (Ageo 2:6) “Todavía una vez”... ¿con relación a qué, antes? ¿Cuándo, antes de esto, meció él cosas? Esto tiene que haber sido abajo al sur en el monte Sinaí en el tercer mes lunar (Siván) en el año del éxodo de los israelitas de Egipto, el año 1513 a. de la E.C. En el primer día de aquel mes (Siván) acamparon enfrente del monte Sinaí, la montaña en la cual Jehová por medio de su ángel se le había aparecido al profeta Moisés por manifestación milagrosa de la zarza ardiente que no se consumía. Al tercer día de estar acampados allí, ¿qué sucedió? Leamos el relato en Éxodo 19:16-19:
15 “Y al tercer día cuando vino a ser la mañana aconteció que empezaron a ocurrir truenos y relámpagos, y una nube densa sobre la montaña y un sonido muy fuerte de cuerno, de manera que empezó a temblar toda la gente que estaba en el campamento. Moisés ahora hizo que el pueblo saliera del campamento al encuentro del Dios verdadero, y fueron tomando su posición al pie de la montaña. Y el monte Sinaí humeaba por todas partes, debido al hecho de que Jehová descendió sobre él en fuego; y seguía ascendiendo su humo como el humo de un horno de calcinación, y toda la montaña estaba temblando muchísimo. Cuando el sonido del cuerno continuó haciéndose más y más fuerte, Moisés empezó a hablar, y el Dios verdadero empezó a contestarle con una voz.”
16, 17. (a) ¿Qué advertencia se expidió entonces, y, después de eso, qué se dio? (b) ¿Qué solicitud hicieron ahora los israelitas en cuanto a escuchar a Dios hablarles directamente?
16 Entonces, después de expedir instrucciones de que los israelitas se cuidaran y se mantuvieran a distancia respetuosa de la montaña para no tocarla, Jehová, por medio de su ángel, pronunció los Diez Mandamientos desde la cumbre del monte Sinaí. (Éxodo 19:20 a 20:17) Después de aquella expresión divina, ¿le interesaba ya al pueblo israelita escuchar la voz de Jehová directamente? Moisés nos dice, con estas palabras:
17 “Ahora bien, todo el pueblo estaba viendo los truenos y los relampagueos y el sonido del cuerno y la montaña que humeaba. Cuando el pueblo alcanzó a verlo, entonces se estremecieron y estuvieron parados a cierta distancia. Y empezaron a decirle a Moisés: ‘Habla tú con nosotros, y escuchemos nosotros; pero no hable Dios con nosotros por temor de que muramos.’ Así es que Moisés le dijo al pueblo: ‘No tengan miedo, porque a fin de ponerlos a prueba ha venido el Dios verdadero, y para que el temor de él continúe delante del rostro de ustedes para que no pequen.’ Y el pueblo se quedó en pie a alguna distancia, pero Moisés se acercó a la oscura masa de nubes donde estaba el Dios verdadero.”—Éxodo 20:18-21.
18. (a) ¿Cuándo hizo referencia Moisés más tarde a estas experiencias en el monte Sinaí, y qué dijo David acerca de ello en Salmo 68? (b) ¿Qué relación tuvo aquella sacudida con la construcción e inauguración del tabernáculo sagrado?
18 En discursos de despedida casi cuarenta años más tarde a la generación más joven de israelitas, el profeta Moisés hizo referencia a estas experiencias en el monte Sinaí. (Deuteronomio 4:9-14; 18:15-19) Hasta el salmista David fue inspirado para que hablara acerca de esto en una melodiosa canción, diciendo: “Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto . . . la tierra misma se meció, el cielo mismo también goteó a causa de Dios; este Sinaí se meció a causa de Dios, el Dios de Israel.” (Salmo 68:7, 8, NM; Mod) Este sacudimiento de una montaña entera no era algo que se olvidara pronto. Es interesante, también, que esta mecedura del monte Sinaí aconteció nueve meses antes que los israelitas terminaran de hacer la tienda sagrada de reunión, el tabernáculo. Después de esto aconteció la inauguración de este tabernáculo santo en el primer día del primer mes lunar (Nisán) del año siguiente, 1512 a. de la E.C. Así, el sacudimiento y la mecedura precedieron al comienzo de la adoración de Jehová en este tabernáculo erigido en el desierto de Sinaí.—Éxodo 39:42 a 40:37.
19. Según Ageo 2:6, Jehová produciría otra mecedura, pero esta vez ¿de qué?
19 Según lo que había declarado en Ageo 2:6, Jehová se proponía producir otro sacudimiento o mecedura de la Tierra; esto sería acompañado por una mecedura, también, de los cielos y el mar y el suelo seco. ¿Cuándo? “Todavía una vez —es poco tiempo,” dijo Él.
20. En cuanto al templo literal reconstruido en Jerusalén, ¿durante qué período de tiempo tendría que ocurrir esa mecedura como cumplimiento primario de Ageo 2:6-9?
20 Fue el 21 de Tisri del año 520 a. de la E.C. que él dijo esto. La reedificación del templo no fue terminada sino hasta el tercer día del duodécimo mes lunar (Adar 3) del sexto año (515 a. de la E.C.) del reinado del persa Darío I. Eso fue más de cuatro años y cuatro meses lunares después de la profecía de Ageo 2:6-9 de Jehová. Después de eso vendría la inauguración del templo reconstruido. Tras eso, Jehová cumpliría su palabra y llenaría de gloria aquella casa sagrada. (Esdras 4:24; 6:14, 15) Por lo tanto el sacudir y mecer las cosas para cumplir su profecía relacionada con aquel templo literal reconstruido en Jerusalén tendría que acontecer durante aquel período de tiempo (520-515 a. de la E.C.), como cumplimiento primario de la profecía. Los registros de la historia tendrían que mostrar cómo fue cumplida la profecía en los asuntos internacionales de aquel tiempo en particular. Ciertamente fue un tiempo de considerable disturbio para el Imperio Persa.
21. ¿Por qué deberíamos interesarnos nosotros hoy en un cumplimiento mayor de la profecía de Ageo 2:6-9?
21 No obstante, tenemos que recordar que el templo reedificado de Jerusalén era típico. Era una representación en escala menor del templo mayor de Jehová, su templo espiritual donde su pueblo dedicado lo adora hoy. Por lo tanto, el cumplimiento mayor y final de Ageo 2:6-9 es el cumplimiento en que debemos estar interesados hoy.
LA CERTEZA DE UN CUMPLIMIENTO MODERNO
22. ¿Desde qué año han estado inestables las naciones modernas, y qué pregunta surge?
22 Toda persona informada concordará prontamente en que, desde el año decimocuarto de nuestro siglo veinte, algo fuera de lo ordinario ha estado sucediéndoles a las naciones. La I Guerra Mundial, que comenzó en 1914 E.C., desató una cadena de acontecimientos que ha hecho que todas las naciones estén tambaleando hoy día. Todos los esfuerzos que hacen para equilibrarse, aun con la ayuda de la organización de las Naciones Unidas para la paz y seguridad del mundo, continúan fallando. ¿Qué significa todo esto? ¿En qué resultará al fin? Los pronosticadores políticos de acontecimientos y los historiadores del mundo no tienen respuesta confiable. Pero, ¿no hay respuesta?
23. ¿En qué mensaje que salió del sexto siglo a. de la E.C. está contenida la respuesta?
23 La respuesta está contenida en las palabras que nos llegan resonando desde la Jerusalén del sexto siglo antes de nuestra era común: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.’ ‘Y ciertamente meceré todas las naciones, y las cosas deseables de todas las naciones tienen que entrar; y ciertamente llenaré esta casa de gloria,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”—Ageo 2:6, 7.
24. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a la aplicación de esas palabras proféticas?
24 Pero, ¿cómo sabemos que esas emocionantes palabras que nos transmite el profeta de Jehová, Ageo, no aplican solo allá en el tiempo de aquel profeta o “poco tiempo” después? ¿Por qué podemos estar seguros de que esas mismas palabras tienen una aplicación moderna en nuestro propio día?
25. (a) La respuesta se nos indica ¿en qué cita que se les hizo más tarde a personas de la misma raza? (b) ¿Por qué tenían que ejercer cuidado aquellas personas debido a una catástrofe inminente?
25 Lo sabemos, porque, mucho tiempo después de la profecía de Ageo, de hecho, unos 580 años más tarde, esas palabras proféticas fueron citadas bajo inspiración divina y recibieron una aplicación futura, al fin de este sistema internacional de cosas. Como sucedió con las palabras proféticas de Ageo, esta cita de sus palabras se hizo a hebreos, a descendientes del patriarca Abrahán el hebreo, pero estos últimos hebreos habían llegado a ser cristianos en el primer siglo de nuestra era común. (Génesis 14:13; Hebreos 1:1, 2; 2:16) La cita de la profecía de Ageo se les hizo unos diez años antes que Jerusalén y su templo reconstruido fueran destruidos por los romanos en el año 70 E.C. Por consiguiente un gran cambio era inminente, y los hebreos que se habían hecho cristianos tenían que ejercer cuidado ahora para no sufrir daño y pérdida junto con aquellos hebreos no creyentes que todavía se apegaban a la Jerusalén terrestre y su templo material.
26. Para que aquellos hebreos convertidos al cristianismo evitaran pérdida, ¿qué les dijo el escritor, con una referencia a Esaú?
26 Dejando saber a los hebreos convertidos al cristianismo cómo evitar pérdida irreparable por medio de seguir el proceder correcto con aprecio apropiado de los valores espirituales, el escritor inspirado les dijo: “Sigan tras la paz con todos, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor, mirando cuidadosamente que nadie quede privado de la bondad inmerecida de Dios; que no brote ninguna raíz venenosa y cause perturbación y que muchos no sean contaminados por ella; que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito. Porque ustedes saben que después también cuando quiso heredar la bendición fue rechazado, pues, aunque con lágrimas buscó encarecidamente un cambio de parecer [en su padre Isaac], no halló lugar para ello [en Isaac].”—Hebreos 12:14-17.
27. (a) ¿Por qué era más seria la condición de estos hebreos convertidos al cristianismo que la de sus antepasados en el monte Sinaí? (b) ¿Cómo podían evitar ser como Esaú?
27 Para aquellos hebreos convertidos al cristianismo las cosas habían cambiado tremendamente desde que habían llegado a ser seguidores del Mesías, Jesús el descendiente del rey David y del patriarca Abrahán. Aquellos hebreos se enfrentaron a un conjunto de circunstancias mayor y más serio que aquel a que se enfrentaron sus antepasados, cuando fueron conducidos a la montaña de Sinaí por el profeta Moisés en 1513 a. de la E.C. Había cosas mayores en la balanza y pudieran perderse permanentemente, siendo destruidos finalmente los que las perdieran. Tal como el patriarca Isaac el hijo de Abrahán rehusó arrepentirse a pesar de las lágrimas de su hijo materialista Esaú, así Jehová Dios no se arrepentiría si estos hebreos convertidos al cristianismo perdían su aprecio a la bondad inmerecida que Él les había mostrado por medio del Señor Jesucristo. En vez de ser como Esaú, que asignó valor barato a las oportunidades espirituales que se le ofrecían como nieto de Abrahán, ellos deberían evitar la profanidad o irreverencia por medio de mostrar aprecio pleno a las cosas sagradas y apegarse a éstas. Por eso el escritor inspirado pasó a decir a estos hebreos convertidos al cristianismo que ahora habían sido introducidos en un nuevo pacto por medio de Jesucristo:
28. Según el escritor, ¿a qué no se habían acercado aquellos hebreos convertidos al cristianismo?
28 “Porque [es decir: En vista de lo que acabo de decirles en las oraciones anteriores] ustedes no se han acercado a lo que puede palparse [como el monte Sinaí] y que se ha puesto a arder con fuego, y a una nube oscura y a densa oscuridad y a una borrasca, y al fuerte sonido de trompeta y a la voz de palabras; respecto a la cual voz el pueblo al oírla imploró que no se le añadiese palabra alguna. Porque no les era soportable el mandato: ‘Y si una bestia toca la montaña, tiene que ser apedreada.’ También, tan horrenda era la exhibición que Moisés [el mediador] dijo: ‘Estoy aterrado y temblando.’
29. Pero, ¿a qué se habían acercado aquellos hebreos convertidos al cristianismo y a qué conjunto de circunstancias?
29 “Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad del Dios vivo, a Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles [no solo aquellos ángeles allá en el monte Sinaí], en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos [hijos primogénitos cristianos de Dios que son mayores que el hijo primogénito de Isaac, Esaú] que han sido matriculados en los cielos [no en el registro familiar terrestre de Isaac], y a Dios el Juez de todos [no al ángel representativo de Dios como en el monte Sinaí], y a las vidas espirituales de justos que han sido hechos perfectos [no pecadores condenados como los hebreos en el monte Sinaí], y a Jesús el mediador de un nuevo pacto [mejor que el pacto de la Ley mediado por Moisés], y a la sangre de la rociadura, que habla de una manera mejor que la sangre de Abel [por ser la sangre de Jesucristo].”—Hebreos 12:18-24; Gálatas 3:19; Hechos 7:37, 38.
30. En vista de eso, ¿qué podemos comprender mejor en cuanto a la posición de aquellos hebreos convertidos al cristianismo?
30 Cuando consideramos todas esas cosas mayores a las cuales se han acercado los hebreos convertidos al cristianismo, podemos comprender que estaban en una situación más seria que la de sus antepasados hebreos enfrente del monte Sinaí de Arabia en el año 1513 a. de la E.C. Tenían más que perder. Era posible que fueran destruidos eternamente al hacerse como el hijo primogénito de Isaac, Esaú, y perder su aprecio a las cosas sagradas que tenían que ver con los hijos primogénitos espirituales de Dios que están matriculados en los cielos.
31. Lo mismo es cierto ¿para quiénes hoy, y, por eso, qué deben estar éstos muy deseosos de hacer?
31 Lo mismo es cierto para personas de hoy día que afirman ser cristianos, prescindiendo de si son judíos conversos o gentiles conversos. Debemos reconocer quién es el que nos habla —Dios— por medio de su Palabra inspirada, la sagrada Biblia. Por lo tanto debemos estar muy deseosos de escuchar las otras cosas que él nos ha dicho por medio del Mediador Jesucristo y los discípulos de éste que fueron inspirados para escribir escritura sagrada. Sin falta debemos apreciar plenamente estas cosas tan altamente importantes. No debemos excusarnos de oírlas y prestarles atención. Por eso el escritor inspirado a los hebreos cristianos pasa a decir:
32. Por lo tanto, ¿qué pasó a decir el escritor en cuanto a excusarse?
32 “Vean que ustedes no se excusen de oír al que está hablando. Porque si no escaparon los que se excusaron de oír al que estaba dando advertencia divina sobre la tierra, con mucha más razón no escaparemos nosotros si nos apartamos del que habla desde los cielos. En aquel tiempo su voz sacudió la tierra [pero con la sacudida no destrozó el monte Sinaí], pero ahora ha prometido, diciendo: ‘Todavía una vez más pondré en conmoción no solo la tierra, sino también el cielo.’”
33. ¿Dónde hizo Dios una promesa de esa índole, y por qué la citó ahora el escritor como apropiada?
33 ¿Dónde hizo Jehová Dios una promesa de esa índole? Pues, en la profecía de Ageo, capítulo dos, versículo seis, dada en la antigua Jerusalén, con estas palabras: “Porque esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.’” Pero esa promesa divina no fue cumplida completamente “poco tiempo” después que el profeta Ageo pronunció esas palabras. Por esto el escritor a los hebreos convertidos al cristianismo hace este otro comentario inspirado en cuanto a esa promesa divina acerca de sacudir los cielos así como la tierra:
34. ¿Qué comenta el escritor en cuanto a su cita de Ageo 2:6?
34 “Ahora bien, la expresión ‘Todavía una vez más’ significa la remoción de las cosas que son sacudidas como de cosas que han sido hechas, para que permanezcan las cosas que no son sacudidas. Por eso, siendo que hemos de recibir un reino que no puede ser sacudido, continuemos [a diferencia de Esaú] teniendo bondad inmerecida, por la cual rindamos a Dios de manera acepta servicio sagrado, con temor piadoso y reverencia. Porque nuestro Dios es también un fuego consumidor [tan destructor como el fuego con el cual se hizo arder el monte Sinaí].”—Hebreos 12:25-29.
35. ¿A qué tiempo aplica el escritor la expresión “Todavía una vez,” y, por eso, qué debe estar cerca en cuanto a las cosas hechas, que pueden ser sacudidas?
35 ¿Hemos notado eso? El escritor a los hebreos convertidos al cristianismo aplica la expresión divina “Todavía una vez” al futuro y explica que la única cosa que no puede ser sacudida es el reino que recibirán los cristianos que rinden servicio sagrado a Dios de manera aceptable. También, que la remoción de todas las cosas hechas que son sacudidas dejará lugar para ese reino, un gobierno que quedará en pie y en operación. Las cosas que pueden ser sacudidas todavía no han sido removidas, aunque quizás ya se les haya puesto en conmoción y estén meciéndose y sacudiéndose. Evidentemente, pues, según la interpretación que las sagradas Escrituras inspiradas dieron a las cosas, la profecía de Ageo 2:6, 7 tiene una aplicación moderna, del siglo veinte, y el cumplimiento de la profecía hasta el punto de lo completo todavía nos espera, ¡pero está muy cerca!
¿CÓMO?
36. ¿Qué pregunta surge ahora en cuanto a un cumplimiento moderno, del siglo veinte, de Ageo 2:6, 7?
36 Los cielos, Tierra, mar y suelo seco literales no serán removidos de modo que perezcan. Ciertamente no sucedió eso en algún cumplimiento original en escala pequeña de la profecía en el día de Ageo o poco tiempo después. Por eso, ¿cómo es que se realiza la promesa divina en el cumplimiento moderno del siglo veinte? “Porque esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.’ ‘Y ciertamente meceré todas las naciones, y las cosas deseables de todas las naciones tienen que entrar; y ciertamente llenaré esta casa de gloria,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”—Ageo 2:6, 7.
37. ¿A qué ha de llevar la mecedura de todas las cosas que se menciona, y qué tiene que sucederles a las cosas que se oponen a esto y lo estorban?
37 ¿Quién hay que no pueda ver que la mecedura y sacudida de todas las cosas mencionadas ha de llevar a la glorificación del Templo de Jehová Dios? Eso significa el hermoseamiento y la exaltación de la adoración pura del único Dios vivo y verdadero, no en una casa literal de adoración en la Tierra, sino en su verdadero Templo, a saber, la esfera de la adoración de Él con espíritu y con verdad, dentro del marco de su arreglo especial. (Juan 4:21-24) Hay que dar a Jehová su lugar legítimo de adoración en todo el universo viviente. Todas las cosas que se han opuesto a esta justa y pura adoración y que la han estorbado tienen que ser removidas de toda la existencia. Según el escritor inspirado en Hebreos 12:26, 27, el mecer y sacudir todas esas cosas significa la remoción de ellas, sacudirlas hasta que caen en pedazos.
38. En cuanto a la mecedura o sacudida, ¿qué se puede decir acerca de las cosas a las cuales se han acercado los cristianos ungidos (Hebreos 12:22, 23)?
38 La “ciudad del Dios vivo, . . . Jerusalén celestial,” no será sacudida y removida. Tampoco lo será su ubicación celestial, “monte Sión.” Tampoco lo serán las santas “miríadas de ángeles, en asamblea general,” ni la “congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos,” ni las “vidas espirituales de justos que han sido hechos perfectos.” (Hebreos 12:22, 23) Estas cosas a las cuales se han acercado los cristianos ungidos, dedicados y bautizados no son cosas perecederas. No están asociadas con, ni dependen de, un templo típico, material, aquí en la Tierra, como los templos construidos en la Jerusalén terrestre por el rey Salomón y el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac. Estas cosas imperecederas tienen que ver con el templo mayor de Jehová, su templo espiritual, que es el único templo que puede contenerlo a él en su Santo de Santos (el cielo mismo). (1 Reyes 8:27; Isaías 66:1; Hechos 7:48-50; 17:24, 25; Hebreos 9:23, 24) Además, esas cosas imperecederas, irremovibles, tienen que ver con el “reino que no puede ser sacudido,” de Jehová.—Hebreos 12:28.
39. Por eso, ¿son literales los “cielos” que son mecidos, o simbólicos, y por qué?
39 Entonces, ¿qué son los “cielos” que han de ser mecidos y sacudidos y removidos? Jehová, el gran Mecedor y Sacudidor y Removedor, aclara la respuesta para nosotros. En el maravilloso libro de “señales” que es la Revelación, que Él dio al apóstol hebreo-cristiano Juan, nos da un cuadro simbólico de la remoción de esos cielos. En Revelación 20:11 inspiró al apóstol Juan a escribir: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos.” Ese cielo fugitivo fue reemplazado, porque, en Revelación 21:1, 2, Juan pasa a decir: “Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como novia adornada para su esposo.” Tal como aquí la “santa ciudad, la Nueva Jerusalén,” es una señal que representa a “la novia, la esposa del Cordero” (Revelación 21:9), así los ‘cielos anteriores,’ los “cielos” que huyeron de delante de Dios sentado en su gran trono blanco, son una “señal” o símbolo.
40, 41. ¿Qué dice Revelación 12:3-5, 7-12 para darnos una clave en cuanto a lo que significan “los cielos”?
40 ¿Una “señal” de qué? Manifiestamente de alguna organización invisible espiritual, celestial, que dominaba sobre la humanidad. El capítulo doce de Revelación nos da la clave de esto. Nos dice: “Y se vio otra señal en el cielo, y, ¡miren! un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cabezas siete diademas; y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra. . . . Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron pero éste no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Y oí una voz fuerte en el cielo decir:
41 “‘¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! Y ellos lo vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas aun al arrostrar la muerte. A causa de esto ¡alégrense, cielos y los que residen en ellos! Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.’”—Revelación 12:3-5, 7-12.
42. Por este relato se ve que los “cielos” representan ¿qué?
42 Por este relato en lenguaje de señales se puede ver claramente que los “cielos” simbólicos representan la organización invisible de espíritus de Satanás el Diablo y los ángeles demoníacos bajo él. Con estos inicuos ángeles demoníacos Satanás el Diablo ha extraviado a “toda la tierra habitada.” Jesucristo lo llamó el “gobernante” del mundo de la humanidad. (Juan 12:31; 14:30; 16:11) El apóstol cristiano Pablo lo identifica como “el dios de este sistema de cosas” que ciega la mente de los incrédulos. Pablo también lo llama el “gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.” (2 Corintios 4:4; Efesios 2:2) El apóstol Juan llama atención a la influencia de Satanás en el mundo de la humanidad, diciendo: “Sabemos que [los cristianos] nos originamos de Dios, pero el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19) Es a Satanás y sus ángeles demoníacos que Efesios 6:12 llama “las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” Son los cielos no visibles que ahora dominan a la humanidad mala.
43. ¿Qué se puede decir en cuanto a si ya se ha comenzado a sacudir a esos “cielos”?
43 Gracias se den al Dios Todopoderoso porque no son “cielos” permanentes sobre la raza humana. Ya dentro de poco tiempo, después de la venidera “tribulación grande” sobre toda la humanidad, esos “cielos” tienen que huir de delante del rostro de Jehová Dios que está sentado en su “gran trono blanco.” (Revelación 20:11) Por lo tanto son “cielos” removibles. Son cielos que pueden ser sacudidos hasta que son completamente destruidos. La sacudida de ellos ya ha comenzado. ¿Cuándo? Después que el reino mesiánico de Dios nació en los cielos cuando terminaron los “tiempos de los gentiles” o “tiempos señalados de las naciones” a principios del otoño del año 1914 E.C. Entonces Jesucristo ya entronizado, actuando como el celestial Miguel, el “gran príncipe” que está plantado a favor del pueblo de Dios, comenzó a guerrear contra Satanás el Diablo y su organización demoníaca. Por consiguiente esas fuerzas espirituales inicuas fueron sacudidas de su posición celestial y se hizo que cayeran a la vecindad de nuestra Tierra.
44. ¿En qué ha resultado ese sacudimiento de los “cielos” que ha roto los contactos de éstos arriba, y cuándo se pondrá fin a la sacudida?
44 Su disgusto por haber sido sacudidos de sus contactos celestiales anteriores ha resultado en “ay” aumentado para la humanidad y también en persecución al pueblo dedicado y bautizado de Jehová, los israelitas espirituales, aquí en la Tierra. (Revelación 12:5-13, 17; Daniel 12:1) Pero con este rebajamiento no ha acabado por completo su sacudimiento. La sacudida final hasta un fin tiene que venir después de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón y tiene que causar la caída de ellos en un abismo parecido a prisión, donde serán restringidos durante los mil años del reinado ininterrumpido de Cristo sobre la humanidad redimida. Así esos “cielos” inicuos ahora desaparecerán y cederán a los “nuevos cielos” en los cuales la justicia morará para siempre.—2 Pedro 3:7-13; Revelación 20:1-3.
45. Esa sacudida inicial de esos “cielos” ha afectado los asuntos ¿dónde? ¿Y qué hay que decir en cuanto a una sacudida y remoción de nuestra Tierra literal?
45 Este rebajamiento y restricción de los cielos demoníacos a la vecindad de la Tierra por un “corto período de tiempo” hasta que caen en el “abismo” afectó tremendamente los asuntos de la humanidad en la Tierra, desde 1914 E.C. Pero, ¿cómo cumple Jehová Dios su promesa de mecer, sacudir y poner en conmoción la “tierra” así como los “cielos”? (Ageo 2:6; Hebreos 12:26) Bueno, tal como los “cielos” que han de ser sacudidos no son los cielos visibles literales que hay sobre la humanidad, así la “tierra” que se pone en contraste con esos cielos no es la Tierra literal bajo los pies del hombre. Acerca de la Tierra literal y su permanencia, Salmo 104:5 habla de lo que Dios ha creado y dice: “Él ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre.” En armonía con esto, a nuestro globo terrestre literal no se le mecerá y sacudirá con el fin de removerlo.
46. Entonces, ¿qué es la “tierra” que es sacudida y removida, y cuándo llegó a existir?
46 Es lógico, pues, que es la “tierra” simbólica lo que Jehová ha prometido mecer y poner en conmoción con el fin de removerla. Tal como los “cielos” asociados están compuestos de criaturas inteligentes vivas (los espíritus demoníacos bajo Satanás el Diablo), así la “tierra” simbólica está compuesta de criaturas inteligentes vivas, a saber, la sociedad humana que está yaciendo en el poder del inicuo, Satanás el Diablo. Esta sociedad humana impía llegó a existir algún tiempo después del diluvio del día de Noé y ahora abarca a casi todo el mundo de la humanidad. (Revelación 12:9; 1 Juan 5:19) Esta “tierra” simbólica y los “cielos” asociados sobre ella componen los “cielos y la tierra actuales” que, por la palabra de Dios, “están guardados para fuego y quedan reservados para el día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos,” según nos dice 2 Pedro 3:7. Antes que el Señor Soberano Jehová destruya a esta “tierra” simbólica como por fuego consumidor, ¿cómo es que él la mece, la sacude, la pone en conmoción?
HACIENDO QUE LA “TIERRA” SE MEZA
47. ¿Cómo comenzó Dios a sacudir la “tierra” simbólica?
47 Él empieza a hacer esto por medio de ejercer su derecho a la soberanía sobre la morada de la sociedad humana, a saber, la Tierra literal. Esto lo hace de una manera en que nunca antes lo hizo. La sociedad humana egoísta y egocéntrica afirma que posee la Tierra y que tiene derecho de hacer con la Tierra y sus mares precisamente lo que le viene en gana hacer. Esto deja fuera de consideración al Creador de la Tierra y es incorrecto además de poco perspicaz. El Señor Soberano Jehová dejó que este punto de vista y su aplicación predominaran ininterrumpidamente y sin ser desafiados hasta el fin de los Tiempos de los Gentiles o “tiempos señalados de las naciones” en 1914 E.C. Entonces puso vida en su propio derecho legítimo al hacer que naciera en los cielos su reino mesiánico. Este gobierno celestial invisible, representado en Revelación 12:5 como un “hijo,” el “hijo” de la “mujer” de Dios, es nombrado para “pastorear a todas las naciones con vara de hierro.” El que Jehová afirmara así su soberanía universal sacudió a la “tierra” simbólica, la sociedad humana impía, sacándola del estado de reposo de estar bien asentada por largo tiempo, de que Jehová Dios le permitiera tratar a la Tierra literal como propiedad de ella, y abusar de ella como si no tuvieran que responder a nadie.
48. ¿Cómo sufriría un zarandeo la “tierra” simbólica y no espiritual por la acción celestial invisible que tomaría el Soberano Universal Jehová?
48 Pero, ¿cómo sería mecida o sacudida la sociedad humana terrestre por esta acción celestial invisible del Soberano Universal si la sociedad humana no estaba al tanto de ella? ¿Cómo la sentiría, cómo se sentiría zarandeada por ella la sociedad humana no espiritual? Esto sería haciendo él que se les notificara que los Tiempos de los Gentiles, “los tiempos señalados de las naciones,” habían terminado en 1914, el año en que comenzó la I Guerra Mundial. La larga dominación del mundo por ellas había terminado ahora, porque ahora podía decírsele al Señor Soberano Jehová: “Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, El que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has empezado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira.” (Revelación 11:17, 18) Los embajadores en la Tierra de ese Soberano que ahora reina, Jehová Dios el Todopoderoso, dieron a la sociedad humana terrestre la notificación acerca de este cambio universal en el status quo.
49. ¿Quiénes son esos “embajadores” que dan la notificación, y por qué es más urgente que nunca la misión de ellos ahora?
49 ¿Quiénes son estos “embajadores”? Estos son los cristianos dedicados, bautizados y ungidos por espíritu a quienes describen las palabras del apóstol Pablo en su segunda carta a los 2 Corintios, capítulo cinco, versículos diecinueve y veinte: “Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos por lo tanto embajadores sustituyendo por Cristo, como si Dios estuviera haciendo súplica por medio de nosotros. Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’” Ahora que Jehová Dios el Todopoderoso había tomado para sí su gran poder y había comenzado a reinar por medio de su reino mesiánico recién nacido en los cielos, era más urgente que nunca el que la sociedad humana terrestre se reconciliara con Dios. La remoción completa de todo el sistema mundial de cosas era inminente ahora, y su “tiempo del fin” había comenzado. (Daniel 12:4) La pregunta es: ¿Quién escapará de ser destruido con él?
50. ¿Qué respuesta hubo de la “tierra” simbólica a la notificación que le dieron los embajadores del Reino?
50 ¿Qué respuesta hubo de la “tierra” simbólica, la sociedad humana afligida por la guerra, a la notificación que le dieron los “embajadores” del reino establecido de Dios en manos de Su Cristo? ¿Se aquietó la tierra, en respuesta pacífica a la invitación de que se reconciliara con el recién nacido reino de Jehová por Cristo? La historia de aquellos años de la I Guerra Mundial responde: ¡No! La “tierra” desgarrada por la guerra fue mecida, sacudida, puesta en conmoción por aquella notificación. Según predijo Revelación 11:18: “Las naciones se airaron,” es decir, contra los embajadores del Reino. Trataron de usar las condiciones de tiempo de guerra que regían en toda la Tierra para suprimir a estos embajadores del Reino. Hasta recurrieron a persecución violenta, en algunos casos hasta a la muerte de los embajadores. Esto fue lo que experimentaron los cristianos dedicados, bautizados y ungidos conocidos en aquel tiempo como Estudiantes Internacionales de la Biblia, pero hoy conocidos como testigos cristianos de Jehová.
51. (a) ¿Qué más se puede decir acerca de esta notificación dada por los embajadores del Reino y los efectos de ella? (b) ¿Cómo ha sido la causa de esto precisamente como se declara en Hebreos 12:26?
51 En las páginas de la historia está escrito el vergonzoso registro que se hizo la “tierra” simbólica mientras se mecía, se sacudía, se llenaba de conmoción violenta en hostilidad a los embajadores del Reino de Jehová. La notificación que, dieron los embajadores fieles del Señor Soberano Jehová ha continuado hasta este día, en escala cada vez más amplia, y la “tierra” simbólica todavía está siendo mecida, sacudida, puesta en conmoción por la notificación y su significado desafiador. Como prueba de que esta notificación dice la verdad hemos visto cumplidas las cosas que Jesucristo dijo que marcarían este “tiempo del fin”: “Habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas y del cielo grandes señales.” (Lucas 21:11) Pero de manera simbólica ha sido precisamente como dice Hebreos 12:26 acerca de la presencia de Jehová en el monte Sinaí cuando estuvo dando los Diez Mandamientos: “En aquel tiempo su voz sacudió la tierra.” En estos días la entrega del mensaje tomado de su Palabra escrita por medio de sus embajadores del Reino ha sacudido a la “tierra” simbólica.
52. ¿Qué representan el “mar” y el “suelo seco” que también han de ser mecidos?
52 Todos los elementos de la sociedad humana en la Tierra han sido mecidos y sacudidos. Es tal como ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.” (Ageo 2:6) En la corteza superior de nuestro globo terrestre están el mar y el suelo seco; el mar está constantemente en moción y el suelo seco está en condición bastante estable, excepto por un terremoto local. Puesto que la profecía de Ageo 2:6 tiene un significado simbólico, como en el caso de los “cielos y la tierra,” el “mar” simbólico sería la parte de la sociedad humana que está inestable, inquieta, que arroja hacia arriba, por decirlo así, “alga marina y fango,” que no puede ser apaciguada, que está deseosa de cambios radicales, y golpea continuamente contra el “suelo seco.” (Isaías 57:20) En contraste, el “suelo seco” simbólico sería la parte de la sociedad humana que está asentada, estable, que es conservadora, que trata de mantener el status quo, opuesta a cambios radicales.
53. ¿Cómo se muestra si estos dos elementos de la sociedad humana han sido mecidos o no?
53 No obstante, estos dos elementos de la sociedad humana desean que el globo terráqueo sea gobernado por hombres más bien que por Dios, el Señor Soberano Jehová. Por lo tanto también han sido mecidos por la notificación que les han dado los embajadores espirituales, anunciando que los “tiempos señalados de las naciones” han terminado y que el reino de Jehová por Cristo ahora reina en los cielos y que rápidamente se acerca el tiempo en que todo este sistema de cosas terrestre será absolutamente removido en una tribulación grande como la cual la humanidad jamás ha experimentado una antes. (Mateo 24:3-22; Marcos 13:4-20) Como muestra de que están siendo mecidos por el mensaje procedente de la Palabra de Dios, ambos elementos de la sociedad humana, el conservador y el radical, se han ‘airado’ contra los proclamadores del mensaje divino, los embajadores del Reino.