Capítulo 1
Nuestra base para esperar que sea restaurado
1. ¿Cómo difiere el asunto del Paraíso de la teoría de la evolución?
EL PARAÍSO, el original hogar-jardín perfecto de la humanidad, no es mito, no es cuento de hadas. Es diferente de la teoría de la evolución, que se enseñó en la antigua Babilonia, y más tarde fue enseñada por filósofos paganos griegos de los siglos quinto y cuarto antes de Cristo y recientemente ha sido revivificada en estos últimos siglos.a
2. ¿Por qué necesita la humanidad una pronta restauración del Paraíso?
2 El Paraíso, donde todo era hermoso, pacífico, feliz, saludable y sostenedor de la vida, fue una verdadera residencia parecida a un parque que la humanidad perdió temprano en su historia. Ya por casi seis mil años la humanidad se ha estado esforzando por existir fuera de aquel hogar-jardín de placer y deleite, alejada de él. Los efectos de esto se ven tanto en la condición de la Tierra como en la condición de la humanidad hoy. A medida que la situación mundial de nuestra generación empeora y se hace más amenazadora, una cosa se hace más clara, llega a ser más segura: Para que la familia humana sobreviva, es necesario que el Paraíso sea restaurado pronto a esta Tierra. Nada pudiera ser mejor ni más deseable que esto para toda la humanidad.
3. ¿Qué esperanza de un Paraíso se nos extendió, y qué hombre digno de que se le creyera hizo esto?
3 Parece casi demasiado bueno para ser verdad... que el Paraíso en toda su grandeza haya de ser restaurado, sí, extendido por toda la Tierra, y que una muchedumbre sin número conocido de personas de corazón recto que viven hoy hayan de estar todavía aquí en la Tierra cuando esta maravillosa restauración comience. ¡Pues, eso significaría entrar en una oportunidad de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca en completa paz, salud y felicidad! Pero esta esperanza nos ha sido extendida por nada menos que Jesucristo, el Fundador del cristianismo, no de la cristiandad. El Paraíso no es más mito ni leyenda de lo que pudiera serlo Él. Arrolladora es la prueba histórica de que él estuvo en la Tierra como hombre perfecto hace diecinueve siglos. Testigos oculares y compañeros personales de Él nos han dejado testimonio escrito de lo que dijo e hizo... su vida sin tacha, su muerte injusta y violenta y su milagrosa resurrección de entre los muertos.
4, 5. Con relación al Paraíso, ¿qué dijo Jesús acerca del primer matrimonio y del divorcio?
4 Este hombre notable, Jesucristo, hizo referencia al Paraíso original de la humanidad y también al que habría de venir. Esto sucedió de esta manera: Corrían los principios del año 33 de nuestro primer siglo, y Jesucristo estaba al lado oriental del río Jordán, en la provincia romana de Perea. Se le acercaron unos hombres que estaban familiarizados con la ley religiosa y le preguntaron si el divorcio debería ser asunto fácil entre el hombre y la mujer. Los legisladores de hoy día deberían interesarse en lo que Jesucristo les dijo a aquellos inquiridores. Según el registro de un testigo ocular, dijo:
5 “‘¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre.’ Ellos le dijeron: ‘¿Por qué, pues, prescribió Moisés dar un certificado de despedida y divorciarse de ella?’ Él les dijo: ‘Moisés, en vista de la dureza del corazón de ustedes, les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde el principio. Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra comete adulterio.’”—Mateo (Testigo ocular) Mat. 19:3-9.
6. ¿De qué libro citó allí Jesús, y de qué capítulos?
6 Jesucristo les preguntó: “¿No leyeron?” Leer ¿dónde? Pues, en el primer libro escrito por el profeta Moisés en el siglo dieciséis antes de Jesucristo. Entonces Jesucristo citó palabras de los primeros dos capítulos de ese libro, ahora llamado Génesis.
7. ¿Dónde casó Dios a la primera pareja humana, y qué dijo acerca de los matrimonios futuros?
7 Jesucristo no dijo que el varón y la hembra humanos evolucionaron o ascendieron de alguna forma de vida terrestre inferior, por ejemplo, de monos antropoides, sino que dijo que fueron creados de modo que fueran macho y hembra. Como tales, la intención era que se casaran y fueran marido y mujer. ¿Dónde fueron creados el primer hombre y su esposa? El segundo capítulo de Génesis declara que el Creador ejecutó el casamiento en el Paraíso de Placer, el Jardín de Edén. Fue en aquel Paraíso de Placer que el Creador de ellos, al casarlos, dijo las palabras que citó Jesús: “Es por eso que el hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa y tienen que llegar a ser una sola carne.”—Génesis 1:26-28; 2:7-24.
8. ¿Por qué y cómo puso propósito en las vidas de aquel primer matrimonio humano?
8 Las vidas de este primer matrimonio humano no habían de carecer de significado, de propósito, de responsabilidad para con otros. El Paraíso estaba aquí antes que ellos siquiera llegaran a estar aquí en la Tierra. Pero todavía no se extendía por toda la Tierra. Ellos no hicieron primero este Paraíso y después se mudaron a él, tal como la humanidad no ha hecho de toda esta Tierra un paraíso desde los días de aquel primer matrimonio humano. El propio Creador de ellos lo hizo; lo preparó para ellos y lo tenía listo cuando los creó. Él mismo tuvo un propósito al ponerlos en el Paraíso de Placer. De modo que puso propósito también en la vida de ellos. Él indicó esto, cuando les dijo lo que tenía pensado para ellos, con estas palabras: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.”—Génesis 1:26-28.
9. ¿Qué expectativa puso Dios así ante aquella pareja humana?
9 Así puso delante de la humanidad la expectativa de un Paraíso de Placer que se extendiera alrededor de este globo terráqueo, y que estuviera cómodamente lleno de la prole perfecta de aquella primera pareja humana, todos viviendo juntos como una gran familia con perfecta paz, salud y felicidad y manteniendo toda la Tierra en estado paradisíaco. ¡Esto había de continuar para siempre! El divorcio jamás habría sido un rasgo de aquel perfecto estado de cosas.
10. ¿Cómo sabía Jesús todo eso, y de quién sabía él que Adán era hijo?
10 Jesucristo, cuando estuvo en la Tierra, sabía todo eso. Había leído para sí todo lo que el profeta Moisés había escrito y todo el resto de las Escrituras inspiradas que habían sido escritas en hebreo y arameo. Citaba de memoria desde el libro de Génesis hasta el libro de la profecía de Malaquías. Lo hacía porque sabía y creía que todos aquellos Escritos Santos eran la verdad inspirada del Creador. Ese Creador era Dios, de quien Jesucristo dijo que fue quien unió al primer hombre y la primera mujer como cónyuges en lo que había de ser un matrimonio indisoluble. (Vea Marcos 10:3-9.) Jesucristo sabía, por lo tanto, que aquel primer hombre, como criatura humana perfecta, era un “hijo de Dios” humano, no el hijo de algún hombre-mono que estuviera evolucionando.
11. ¿Por qué se llamó Jesús “el Hijo del hombre,” y qué creía acerca de la vida humana?
11 Jesucristo sabía que, en cuanto a lo que tenía que ver con su cuerpo humano carnal, él era descendiente de aquel primer hombre, al cual las Santas Escrituras llaman Adán, un nombre que significa “hombre terrestre.” La realidad es que Jesús conocía su línea completa de descendencia desde aquel primer hombre, Adán. Su línea de descendencia estaba registrada en su totalidad en el registro del pueblo donde vivía su madre humana, María la hija de Helí el hijo de Matat. (Lucas 3:23-38) Por eso había razón para que él se llamara “el Hijo del hombre,” porque había nacido dentro de la familia humana. (Mateo 8:20; 16:13; 24:30; 25:31) Él no concordó con los filósofos griegos paganos de la antigüedad afirmando que tuviera la sangre de un llamado hombre-mono en él. Su línea humana de descendencia se detenía en “Adán, hijo de Dios.” (Lucas 3:38) Reconoció que la vida humana comenzó en el Paraíso de Placer, y no antes de eso, y por creación especial de Dios, separada de la creación de toda otra clase de criatura viviente terrestre. Aceptó como cierto lo que el profeta Moisés escribió en Génesis 2:7-14:
12. ¿Qué creía Jesús acerca de la creación del hombre y el lugar donde aconteció?
12 “Formó pues el Señor Dios al hombre del barro de la tierra, y inspiró en su rostro soplo de vida, y fué hecho el hombre en ánima viviente. Y había plantado el Señor Dios un paraíso de deleite desde el principio: en el que puso al hombre, que había formado. Y produjo el Señor Dios de la tierra todo árbol hermoso á la vista, y suave para comer: el árbol también de la vida en medio del paraíso, y el árbol de ciencia de bien y de mal. Y salía un río del lugar del deleite, para regar el paraíso, el cual desde allí se reparte en cuatro cabezas. . . . Y el nombre del tercer río, Tigris: éste corre hacia los Assyrios. Y el cuarto río es el Euphrates.”—Versión Scío de San Miguel de la Biblia.
13. ¿Qué antepasados de Jesús estuvieron desterrados entre aquellos dos ríos, pero por qué no existía entonces el Paraíso en aquella zona general?
13 En cuanto a los ríos Tigris y Éufrates, unos antepasados humanos de Jesucristo, a saber, Sealtiel y Zorobabel (cuyo nombre significa “Descendencia de Babel” o “Simiente de Babel [o Babilonia]”), habían sido personas en destierro por muchos años en el valle mesopotámico que está entre esos dos ríos. Eso fue durante los años 607 a 537 antes de nuestra era común. (Lucas 3:23-27; Mateo 1:1, 12-16) Pero en aquel tiempo el Paraíso de Placer original no estaba en existencia, en aquella vecindad de los ríos Tigris y Éufrates. Había sido borrado completamente por el diluvio global del cual Jesucristo habló al decir: “Así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.”—Mateo 24:37-39; Lucas 17.26, 27; Génesis 6:9 a 9:17.
14, 15. (a) ¿Estaba Jesús allí recitando un mito o leyenda acerca del Diluvio? (b) En su reino, del cual le habló a Pilato, ¿qué hará Jesús en cuanto al Paraíso?
14 Jesucristo no estaba hablando aquí acerca de mitos y leyendas paganas, sino acerca de realidades sólidas de la historia. Enseñó y creyó que había existido el hogar original del hombre, el Paraíso de Placer, y que Adán y su esposa habían sido expulsados de él por desobedecer a Dios su Creador, y que aquel Paraíso no extendido había sido destruido en el diluvio global del día de Noé, no en los días de Uta-Napishtim de la narración pagana del hombre-dios Gilgamés.b También esperaba la restauración del Paraíso a la humanidad, y también esperaba tener parte en esa restauración. ¿Cuándo le otorgaría Dios el privilegio de hacer aquello? Durante los mil años en que reine a la diestra de Dios en el cielo, como el rey mesiánico sobre toda la humanidad, los vivos y los muertos. El Día de la Pascua del año 33 E.C., cuando estuvo en juicio por su vida delante de Poncio Pilato y este gobernador romano trató de descubrir si él sería un rey terrestre o no, Jesucristo dio una respuesta negativa, diciendo:
15 “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.”—Juan 18:33-36.
16. (a) ¿Cómo enlazó Jesús en el madero de ejecución la restauración del Paraíso con su reino? (b) ¿Adónde ascendió después de su resurrección, y por qué?
16 Horas más tarde, cuando colgaba fijado por clavos al madero de ejecución en el monte Calvario fuera de los muros de Jerusalén, Jesucristo hizo saber que enlazaba la restauración del Paraíso a la humanidad con su reino celestial. Uno de los dos criminales que colgaban en maderos a los lados de él empezó a compadecerse y le dijo a Jesús: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino.” Este hombre compadecido reveló así que creía en una resurrección de los muertos tanto para Jesucristo como para sí mismo. ¿Tenía razón? ¡Sí! Porque Jesús le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” (Lucas 23:39-43) Por el poder de Dios Todopoderoso que todo lo puede hacer Jesucristo su fiel Hijo fue resucitado de entre los muertos al tercer día de su muerte. Cuarenta días después, en la presencia de once o más testigos oculares, él ascendió de regreso al cielo para presentar el valor de su sacrificio humano perfecto a Dios a favor de toda la humanidad, incluso aquel criminal compadecido que había sido colgado en el madero.—Hechos 1:1-11, 21, 22; Lucas 24:50-52; Hebreos 9:24-28.
17. ¿Cómo se encargará Jesús de que su promesa a aquel malhechor que se compadeció de él se cumpla?
17 Así, después que comience su reinado de mil años, el Rey Jesucristo puede recordar a aquel malhechor que se compadeció de él y encargarse de que entre en el Paraíso restaurado a esta Tierra, en cumplimiento de la promesa que le hizo aquel día tenebroso en que sufrió muerte por ejecución. El cadáver de aquel malhechor compadecido y el del otro criminal que lo acompañó fueron enterrados aquel mismo Día de la Pascua, como también lo fue el cuerpo de Jesucristo. Pero aquel criminal de disposición bondadosa no fue resucitado al tercer día junto con Jesucristo. No, sino que todavía yace durmiendo en la muerte en el polvo de la tierra junto con todo el resto de la humanidad, esperando hasta que Jesús lo recuerde y lo favorezca con una resurrección después que Jesús entre en su reinado de mil años. Su resurrección a la vida en la Tierra lo pondrá en el Paraíso que para entonces habrá sido restaurado a la humanidad. El Rey Jesucristo extenderá Su interés y atención y energía dinámica a ese Paraíso terrestre, y en ese sentido estará con los habitantes del Paraíso, incluso aquel malhechor que se compadeció de él. ¡Qué consoladora esperanza con la cual morir tuvo aquel hombre en aquel Día de la Pascua de 33 E.C.!—Juan 11:25, 26.
SE NECESITA LA GOBERNACIÓN DIVINA (TEOCRACIA)
18. ¿Qué se ven obligados a admitir acerca de la supervivencia de la raza humana los que se burlan de tal pensamiento?
18 ¡La restauración del Paraíso a la humanidad está asegurada, está garantizada! Este no es un pensamiento del cual burlarse los que creen fanáticamente en la teoría de la evolución u otros incrédulos. Hasta ellos mismos tendrán que admitir que es necesario hacer algo antes que pase mucho tiempo si se quiere que la familia humana sobreviva hasta el fin de este siglo veinte y entre en el siglo veintiuno de nuestra era común. Todos esos que dudan y descreen tendrán que concordar en que esta Tierra tiene que experimentar una transformación a un estado de Paraíso si lo que ellos quizás llamen “la especie humana” ha de disfrutar de la existencia por mucho más tiempo. Si dependiera de la humanidad misma hacer que esto se realizara, aun en esta era científica, nuclear, del espacio, el caso sería un caso sin esperanza.
19. En este día de una sociedad humana que se desintegra, ¿de parte de quién queda la restauración del Paraíso?
19 La humanidad ha adelantado demasiado ya en la contaminación y el arruinamiento de su ambiente natural, y no es posible cambiar la dirección de esa tendencia, aun con la organización mundial de las Naciones Unidas para la cooperación internacional. No obstante, la tan necesitada restauración del Paraíso a nuestra Tierra no depende de la humanidad en su condición de deterioro ni de la sociedad humana que se desintegra. ¡La garantía de esta transformación salvadora de vidas viene de un Creador amoroso, Dios!
20. Entonces, ¿la gobernación de quién puede hacerlo?
20 Esta es la única posibilidad. ¡La gobernación de la Tierra por el hombre no puede hacerlo! ¡La gobernación por el pueblo (democracia) no puede hacerlo! ¡La gobernación por personas acaudaladas (plutocracia) no puede hacerlo! ¡La gobernación por peritos técnicos (tecnocracia) no puede hacerlo! ¡La gobernación por Dios (Teocracia) puede hacerlo!
21, 22. (a) ¿Bajo qué gobernación estuvo la humanidad desde el principio? (b) Durante los seis días de creación, ¿cuál era la idea movedora del Creador, y en qué pensamiento expresado de Él se mostró esto?
21 La Teocracia no será derrotada en su propósito para con la humanidad y la residencia terrestre de la humanidad. No siga ninguno de nosotros siendo engañado por las filosofías falsas de hombres que a sí mismos se engríen, sino encarémonos todos a esta realidad: ¡La humanidad comenzó bajo la Teocracia! La humanidad, en su principio perfecto en el Paraíso con un globo terrestre no sojuzgado afuera, no era gobernante absoluta de todo lo que veía. La humanidad tenía un gobernante que no tiene a nadie más alto que él. Ese gobernante era el Creador de la humanidad, Dios, el Hacedor del cielo y la Tierra y el Sembrador del Paraíso. Él es El Teócrata. Desde el principio fue el Gobernante Teocrático de la humanidad. Propiamente dio la regla para la vida de la humanidad en el Paraíso de Placer. Puso ante la humanidad sus tareas. El Gobernante Teocrático tenía un propósito hermoso acerca del dominio de la humanidad, la Tierra. Este propósito lo concibió en Sí mismo. Fue su idea movedora durante los seis días de creación en los cuales estuvo preparando la Tierra para ser habitada por la humanidad bajo precisamente las condiciones correctas y perfectamente equilibradas. Se da en el pensamiento que expresó, del cual leemos lo siguiente:
22 “Y llegó a ver Dios que era bueno. Y pasó Dios a decir: ‘Hagamos un hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra.’ Y procedió Dios a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.”—Génesis 1:25-27.
23. En estos días de condiciones aflictivas, ¿qué debe animarnos en cuanto al propósito de Dios?
23 Dios es inmutable en el propósito que ha expresado. Es imposible derrotarlo en el propósito que ha declarado y hecho registrar. Cuando declaró que era su voluntad que el hombre tuviera en sujeción “toda la tierra,” su propósito era que eso se cumpliera sin falta. Previó todo el Jardín de Edén (en suelo ya sojuzgado) extendido alrededor y por toda esta esfera terrestre, una cosa deleitable a la cual mirar desde los cielos y una alabanza al Creador que había hecho al hombre a su imagen y de acuerdo con su semejanza. A pesar de todo lo que el Gran Teócrata ha permitido que acontezca en la Tierra por los casi seis mil años pasados de la existencia humana, ése es todavía su propósito, su grandioso objetivo. Este hecho debe ser animador para todos nosotros los que tenemos el corazón afligido al ver que esta Tierra, que tiene tan maravillosas posibilidades, está siendo arruinada por hombres egoístas, hasta está siendo manchada de sangre humana derramada violentamente, sí, hasta más que eso, está siendo amenazada con ser despoblada totalmente por guerra internacional de tipo nuclear y químico.
24. (a) El quebrantar el mandato de prohibición de Dios en el Paraíso era realmente ¿qué? (b) Los violadores de la ley entraron en sujeción a ¿qué? y ¿por qué?
24 Cuando la primera mujer y entonces el primer hombre usaron su libre albedrío moral y quebrantaron un sencillo mandato de prohibición dado por su Gobernante Divino, estaban rebelándose contra la Teocracia. Estaban en realidad sacándose a sí mismos de debajo de la Teocracia y colocándose bajo la gobernación del demonio que presentó la tentación que llevó al pecado utilizando como instrumento una de las serpientes del Paraíso. Los resultados de esto hasta este día muestran que la humanidad llegó así a estar bajo la demonocracia. (Génesis 3:1-13) La pregunta bíblica va al grano: “¿No saben que si siguen presentándose a alguien como esclavos para obedecerle, son esclavos de él porque le obedecen, ya sea del pecado con la muerte en mira o de la obediencia con la justicia en mira?” (Romanos 6:16) Sí, sabemos eso. Por nuestra propia experiencia y observación, sabemos que el que se presentaran al pecado contra la Teocracia les resultó en el proceso de morir y la muerte al fin a los pecadores, Adán y su esposa Eva. Los hizo esclavos al pecado y al promovedor del pecado, el Demonio Tentador, a quien bien se designa “la serpiente original.”—Génesis 3:16-19; Revelación 12:9.
25, 26. (a) ¿Por cuánto tiempo hubieran podido vivir Adán y Eva, y dónde? (b) ¿Con qué palabras le pronunció Dios sentencia a Adán?
25 Adán y Eva pudieran haber vivido hasta ahora, sí, para siempre en el Paraíso, si no hubieran desobedecido la ley que primero se le declaró a Adán en el Paraíso: “De todo árbol del paraíso comerás. Mas del árbol de ciencia de bien y de mal no comas; porque en cualquier día que comieres de él, morir morirás.” (Génesis 2:16, 17, Versión de Scío) Al sentenciar a los quebrantadores de esta ley teocrática a la muerte, pero antes de echarlos del Paraíso al suelo no sojuzgado afuera, Dios le dijo a Adán:
26 “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: ‘No debes comer de él,’ maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo. Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.”—Génesis 3:17-19.
27. ¿Dónde habrían de estar cumpliendo su sentencia de muerte Adán y Eva, y por qué razón allí?
27 Todavía sin hijos, Adán y Eva fueron echados de su hogar perfecto para que se cumpliera la sentencia de muerte. Como leemos acerca de esta acción de Dios: “Y dijo: Hé aquí Adam, como se ha hecho uno de nos, sabiendo el bien y el mal: ahora pues, porque no alargue quizá su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y echóle el Señor Dios del paraíso del deleite, para que labrase la tierra, de la que fué tomado. Y echó fuera á Adam, y delante del paraíso puso Cherubines, y espada que arrojaba llamas, y andaba al rededor para guardar el camino del árbol de la vida.”—Génesis 3:22-24, Versión de Scío.
28. ¿Prohibió para siempre la restauración del Paraíso aquella maldición sobre el suelo? ¿Por cuánto tiempo duró la maldición?
28 En vez de ser un atendedor del Paraíso o jardinero, Adán ahora había llegado a ser agricultor o labrador. Dios le dijo: “Maldito está el suelo por tu causa.” Esto no quiso decir que todo el suelo fuera del Paraíso de Placer continuaría maldito para siempre, de modo que no se pudiera restaurar el Paraíso. Debido a que Adán había sido creado en perfección y hacía poco que había empezado a dañarla, tenía tremendo vigor físico, y a pesar de su trabajo afanoso vivió hasta los novecientos treinta años de edad, y fue padre de muchos hijos e hijas. (Génesis 4:1 a 5:5) Durante todo ese tiempo el suelo continuó maldito por su causa. Él y su mucha prole no pudieron convertirla en nada semejante a un paraíso. Parece que aquella condición de maldición del suelo fuera del Paraíso continuó a través de setecientos veintiséis años más hasta el diluvio global del día de Noé, siendo Noé el décimo hombre en línea de descendencia desde Adán.
29. ¿Se renovó la maldición después del Diluvio? ¿A qué estado no ha podido llevar hasta ahora a toda la Tierra la humanidad que enjambra?
29 Entonces aquel diluvio que arropó toda la Tierra borró el Paraíso que no había sido extendido, y ya no hubo distinción entre éste y lo demás de la Tierra. Noé, su esposa, sus tres hijos y las tres mujeres que habían llegado a ser sus esposas, ocho personas en total, flotaron a través del sorprendente cataclismo en una enorme arca construida según las órdenes y el diseño de Dios. Cuando estos ocho sobrevivientes humanos dejaron salir del arca todos los animales y aves y ellos mismos salieron al suelo limpiado, Dios habló como Gobernante Teocrático de la humanidad. Declaró sus leyes teocráticas para la humanidad. Hizo que apareciera el arco iris y lo usó como señal de su pacto o promesa solemne de nunca más hacer que viniera un diluvio global. Pero no mencionó que estuviera renovando la maldición que le había impuesto al suelo. Aun así, a pesar de la ausencia de una maldición sobre todo el suelo, la humanidad que ha enjambrado sobre toda la Tierra no ha podido llevarla a un estado paradisíaco en todas partes. Según nuestros científicos del siglo veinte conocidos como ecólogos, la humanidad está arruinando su ambiente natural y poniendo en peligro toda vida humana.—Génesis 6:9 a 9:19.
30. ¿Por qué podemos nosotros, después de casi seis mil años de existencia humana en la Tierra, sentirnos animados en cuanto al propósito no cambiado de Dios?
30 Sin embargo, nosotros los que no esperamos que los hombres esclavizados al pecado y moribundos hagan de esta Tierra un lugar apropiado para vivir en él para siempre no tenemos que sentirnos desanimados. Más bien, ¡qué alegres podemos estar de que el Dios Todopoderoso, el Poseedor Teocrático de toda la Tierra, sea inmutable en su propósito de tener en esta Tierra un Paraíso, no solo allá en la vecindad de la cabecera de los ríos Tigris y Éufrates, sino en todas partes de la Tierra! Si es su propósito hacer que este hermoseamiento de toda la Tierra se logre para el fin de su séptimo día de creación... bíblicamente un período de siete mil años, entonces se ha acercado el tiempo en que el arruinamiento de la Tierra por explotadores será detenido por poder teocrático y en que comenzará la bendita transformación que llevará a un jardín de deleites. Ya, casi seis mil años de la existencia del hombre desde el fin del sexto día de creación han tenido su sombrío transcurso. Tenemos que estar acercándonos al umbral de ese reinado de mil años de Jesucristo, que tiene que ser acompañado por el Paraíso según lo que Jesús le prometió al malhechor compadecido que colgaba en el madero allá en el monte Calvario.—Revelación 20:4, 6.
31-34. (a) Como ilustración de lo que él puede hacer en cuanto a restaurar el Paraíso, ¿qué país usó Dios para pintar un cuadro profético? (b) Narrando la asombrosa transformación, ¿qué dijo él por medio de su profeta Isaías?
31 Entonces la Tierra entera estará adornada con una belleza que sencillamente no podemos pintar con palabras. Junto con la belleza natural habrá salud física, mental y espiritual para los que moren en medio de esa gloria paradisíaca. El amoroso Restaurador Teocrático del hogar-jardín del hombre y la mujer perfectos nos da cuadros verbales proféticos de lo que realmente puede hacer para la felicidad eterna de la humanidad cuando ésta esté reconciliada con Él. Usa como ilustración de muestra un pequeño país que no estaba muy lejos del Paraíso original, un país que había estado desolado por setenta años durante el destierro de Su pueblo desobediente en Babilonia en el valle mesopotámico. De aquella tierra pagana de adoración falsa de ídolos los redimió, los soltó, para que regresaran a su país de origen que por mucho tiempo había estado desolado y a su santo monte Sión. Hablándoles de la asombrosa transformación que se produciría allí bajo su bendición, el Gran Teócrata dijo por medio de su profeta Isaías:
32 “El desierto y la región árida se alborozarán, y la llanura desértica estará gozosa y florecerá como el azafrán. Sin falta florecerá, y realmente estará gozosa con gozo y con alegre gritería. La gloria del Líbano mismo tendrá que serle dada, el esplendor del Carmelo y de Sarón. Habrá los que verán la gloria de Jehová, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, y hagan firmes las rodillas que bambolean. Digan a los que están ansiosos de corazón: ‘Sean fuertes. No tengan miedo. ¡Miren! Su propio Dios vendrá con venganza misma, Dios aun con un pago. Él mismo vendrá y los salvará.’
33 “En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica. Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas, y el suelo sediento como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.
34 “Y ciertamente llegará a haber una calzada allí, aun un camino; y será llamado el Camino de Santidad. El inmundo no pasará por ella. Y será para el que anda por el camino, y ningún tonto andará errante por ella. Ningún león resultará estar allí, y las bestias salvajes de la clase rapaz no subirán a él. Ninguno será hallado allí; y los que fueron recomprados tendrán que andar allí. Y los mismísimos redimidos por Jehová volverán y ciertamente vendrán a Sión con clamor gozoso; y regocijo hasta tiempo indefinido estará sobre su cabeza. Alborozo y regocijo alcanzarán, y el desconsuelo y el suspirar tendrán que huir.”—Isaías 35:1-10; escrito en el siglo octavo antes de nuestra era común.
35. Dando más estímulo a los desterrados que fueron soltados de Babilonia para que repararan su país de origen, ¿qué más dijo Jehová por medio de Isaías?
35 Dando más estímulo a los que fueron recomprados y rescatados del destierro y el cautiverio en la idólatra Babilonia para que salieran y regresaran a su país de origen con la expectativa de convertirlo en algo como el Jardín de Edén, el Creador del cielo y de la Tierra siguió diciendo por medio del mismo profeta: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado. Porque con regocijo saldrán ustedes, y con paz se les hará entrar. Las montañas y las colinas mismas se alegrarán delante de ustedes con clamor gozoso, y todos los mismísimos árboles del campo batirán las manos. En vez del matorral de espinas subirá el enebro. En vez de la ortiga que causa comezón subirá el mirto. Y tendrá que llegar a ser para Jehová algo famoso, una señal hasta tiempo indefinido que no será cortada.”—Isaías 55:11-13.
36. ¿A quién no podemos dejar fuera de consideración en todas nuestras esperanzas de un Paraíso restaurado, y qué no debemos dejar de tomar en cuenta?
36 ¡Hermosas profecías ésas, y, oh, cómo, sí, dan énfasis a un hecho vital! En todas nuestras esperanzas de que el Paraíso sea restaurado a nuestra Tierra tiene que ser tomado en consideración el Creador de la Tierra. También tenemos que tener en cuenta otra cosa importante. ¿Qué? La adoración que le debemos a este maravilloso Creador. Esto es algo que la gente por lo general pasa por alto. Ah, sí, ellos quisieran tener “el cielo aquí mismo en la Tierra,” pero no tienen interés en adorar al Único que puede hacer que eso suceda, restaurando el Paraíso a la Tierra.
37. En el fracaso del hombre en cuanto a crear su propio paraíso, ¿de qué manera ha sido el factor vital el asunto de la adoración?
37 Es obvio que el hombre no puede crear su propio paraíso. ¡Considere todos los esfuerzos que ha hecho por milenios de tiempo! Mire todos los medios científicos que tiene a su disposición hoy día. Y sin embargo el hombre no ha podido llevar esta Tierra a un estado paradisíaco libre de sequías, tizón, plagas que afectan las plantas, hambre, mortífera deficiencia en la alimentación, e inanición. Algo ha estado mal. Esto ha tenido que ver con la adoración por el hombre. Él ha oscurecido la adoración verdadera. No ha adorado al Creador de todas las cosas hermosas, el Sembrador divino del Paraíso terrestre original, sí, el Gran Teócrata que echó de aquel Paraíso al primer hombre y a la primera mujer porque ellos dejaron de adorarlo sin egoísmo. El Paraíso es para los que lo adoran.
38. ¿La bendición de quién se necesita para el regreso del hombre al Paraíso, y en la ilustración antigua de esto, a quién levantó el Creador para señalar lo que estaba mal?
38 Sin la bendición de este Creador que merece adoración no puede haber un regreso de la humanidad a un hogar paradisíaco. La historia antigua nos suministra una ilustración de la vida real de la verdad de ese principio. Este ejemplo histórico fue suministrado por medio del mismo pueblo a quien el Dueño de todas las cosas recompró del destierro y la esclavitud en la antigua Babilonia, en 537 a. de la E.C. Fueron restablecidos en su amado país de origen, cuyo estado desolado había de ser restaurado a su belleza natural según las profecías esplendorosas de los profetas del Creador. Más de dieciséis años de oportunidad pasaron, pero ¿por qué no prosperó aquel pueblo favorecido? Algo tenía que haber estado mal. Algo había sido pasado por alto. Algo había sido empujado al fondo. ¿Qué era? El Recomprador y Gobernante Teocrático de aquel pueblo liberado sabía lo que era. Para señalar lo que pasaba, levantó a su profeta llamado Ageo. Lo que Ageo señaló en aquel tiempo nos interesa seriamente ahora. Veamos.
[Notas]
a Vea La Atalaya del 15 de junio de 1951, que contiene el artículo “La evolución contraria a los hechos científicos,” página 373, párrafo 5.
b Vea página 71 de Encyclopedia of Mythology, de Larousse, tercera impresión de 1960.