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MediadorPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Cristo llegó a ser el Mediador para que los llamados “reciban la promesa de la herencia eterna” (Heb 9:15); presta ayuda, no a los ángeles, sino a la “descendencia de Abrahán”. (Heb 2:16.) Ayuda a los que han de ser introducidos en el nuevo pacto a ser ‘adoptados’ en la casa de Jehová, compuesta por sus hijos espirituales, quienes finalmente estarán en el cielo como hermanos de Cristo y llegarán a formar parte con él de la descendencia de Abrahán. (Ro 8:15-17, 23-25; Gál 3:29.) Les ha transmitido el prometido espíritu santo, con el que se les sella y se les ha dado una prenda de lo que ha de venir, su herencia celestial. (2Co 5:5; Ef 1:13, 14.) En Revelación 7:4-8 se da a conocer que la cantidad total de los que al fin son sellados de manera permanente asciende a 144.000 personas.
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MediadorPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Bendiciones para toda la humanidad. Aunque el papel de mediador de Jesús únicamente va dirigido hacia los que están en el nuevo pacto, también es el Sumo Sacerdote de Dios y la Descendencia de Abrahán. Al cumplir con sus responsabilidades en estas dos últimas posiciones, bendecirá a otras personas de la humanidad, puesto que todas las naciones tienen que ser bendecidas por medio de la descendencia de Abrahán. Los que están en el nuevo pacto son bendecidos primero por Cristo, la Descendencia principal (Gál 3:16, 29), y se les introduce como miembros asociados de la descendencia. Constituidos reyes y sacerdotes en virtud del nuevo pacto que él media, participarán en administrar las bendiciones del sacrificio de Jesús y de su gobernación real a todas las naciones de la Tierra. Una vez realizado su propósito al introducir al “Israel de Dios” en esta posición, el papel mediador de Cristo resulta por tanto en beneficios y bendiciones para toda la humanidad. (Gál 6:16; Gé 22:17, 18.)
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