Capítulo 8
La selección divina según el “propósito eterno”
1. ¿Qué pregunta surgió en cuanto a la prole del hombre a quien Dios le renovó su promesa-pacto?
JEHOVÁ Dios optó por renovar a Isaac la promesa-pacto que le hizo a su padre Abrahán. (Génesis 26:1-5, 23, 24) Isaac, aunque se había casado a los cuarenta años de edad, tuvo que llegar a los sesenta años de edad antes de tener hijos... gemelos. ¿Haría ahora Jehová, que había contestado la oración que Isaac le hizo pidiéndole hijos, una selección con relación a aquellos gemelos?
2. ¿Cómo reveló Jehová a cuál de los gemelos escogería?
2 Jehová indicó su selección durante la preñez de Rebeca después que ésta hubo orado y le hubo preguntado en cuanto a su condición: “Procedió Jehová a decirle: ‘Dos naciones están en tu vientre, y dos grupos nacionales serán separados de tus entrañas; y el un grupo nacional será más fuerte que el otro grupo nacional, y el mayor servirá al menor.’” Esaú resultó ser el primogénito, y Jacob el segundo de los gemelos. (Génesis 25:20-23) Jehová así indicó que no haría una sola nación de estos dos hijos gemelos de Isaac, una nación de dos tribus. Más bien, debería haber dos grupos nacionales, de los cuales el grupo nacional procedente del gemelo mayor sería más débil y serviría al grupo nacional del gemelo menor. Esto invertiría el derecho natural del hijo primogénito a la preeminencia. Así Jehová reveló a quién escogería.
3. En aquel caso, ¿dependió la selección de obras humanas, o del que hace la llamada?
3 El Dios Todopoderoso y Omnisapiente tenía derecho a hacer esto, según su propósito de bendecir a toda la humanidad. Con relación a esto, un comentador bíblico del primer siglo escribió: “Cuando Rebeca concibió gemelos de un solo hombre, de Isaac nuestro antepasado: pues cuando todavía no habían nacido ni practicado cosa buena ni vil, para que el propósito de Dios tocante a la selección continuara dependiendo, no de obras, sino de Aquel que llama, se le dijo a ella: ‘El mayor será esclavo del menor.’ Así como está escrito: ‘Amé a Jacob, pero odié a Esaú.’”—Romanos 9:10-13; citando también de Malaquías 1:2, 3.
4. ¿Por qué tuvo Jehová menos amor para Esaú que para Jacob, aun antes que nacieran?
4 Ciertamente el Dios Todopoderoso y Omnisapiente no hizo una mala selección. Indudablemente Él, que podía leer el patrón genético de los gemelos que había en la matriz de Rebeca, previó cómo los dos muchachos desenvolverían la dirección que tomarían sus vidas. De modo que escogió al gemelo correcto, aunque éste resultó ser el gemelo menor. A pesar de que seleccionó según su propósito, Jehová no violentó la situación. No planeó que Esaú el mayor vendiera su derecho de primogénito por un simple tazón de guisado de lentejas a su hermano menor Jacob en un crítico día de decisión. Evidentemente, sin embargo, Jehová previó que Esaú, todavía no nacido, no tendría el aprecio y el amor a las cosas espirituales que tendría Jacob. Por esta razón tuvo menos amor para Esaú que para Jacob e hizo su selección de acuerdo con eso, aun mientras los gemelos estaban todavía sin nacer en la matriz de su madre.—Génesis 25:24-34.
5. ¿Planeó Jehová cómo Jacob debería conseguir la bendición hablada de Isaac? ¿La cambió Él?
5 Jehová no planeó las tácticas que Jacob y su madre Rebeca usaron por fin con relación a conseguir la bendición hablada por medio de Isaac, pero Jehová permitió que Isaac, ciego y de edad avanzada, pronunciara la bendición del derecho de primogenitura sobre Jacob, puesto que Jacob merecía recibirla. (Génesis 27:1-30) Jehová no dejó que Isaac cambiara aquella bendición, sino que, cuando Jacob estuvo huyendo de la ira asesina de su hermano gemelo Esaú, Dios confirmó la bendición de Isaac sobre Jacob. Esto sostuvo la selección de Jacob por Dios antes de su nacimiento. ¿Cómo?
6. ¿Cómo fue sostenida la selección de Jacob por Dios en el sueño que tuvo Jacob acerca de la escalera que usaban ángeles?
6 En el lugar llamado Betel en la Tierra Prometida, el fugitivo Jacob “empezó a soñar y, ¡mire! allí estaba una escalera estacionada sobre la tierra y su parte superior alcanzaba hasta los cielos; y ¡mire! allí estaban los ángeles de Dios ascendiendo y descendiendo por ella. Y, ¡mire! allí estaba Jehová estacionado por encima de ella, y procedió a decir: ‘Yo soy Jehová el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac. La tierra sobre la cual estás acostado, a ti te la voy a dar y a tu descendencia. Y tu descendencia ciertamente llegará a ser como las partículas de polvo de la tierra, y ciertamente te extenderás hacia el oeste y hacia el este y hacia el norte y hacia el sur, y por medio de ti y por medio de tu descendencia todas las familias del suelo ciertamente se bendecirán. Y aquí estoy yo contigo y ciertamente te guardaré en todo el camino por el cual estás yendo y ciertamente te haré volver a este suelo, porque no voy a dejarte hasta que realmente haya hecho lo que te he hablado.’”—Génesis 28:12-15.
7, 8. (a) Esta declaración divina significó ¿qué, para la línea por la cual vendría el Mesías? (b) A diferencia de Esaú, Jacob se distinguió por la adoración de ¿quién?
7 Según esta declaración irreversible del Dios que no miente, Dios cumpliría la Promesa Abrahámica dada en Génesis 12:1-7 por medio de los descendientes o la descendencia de Jacob.
8 Esto significaba que el Mesías, la “descendencia” de la “mujer” celestial de Dios, vendría por la línea de Jacob. Por eso nos especializamos en seguir la historia de los descendientes de Jacob más bien que en la historia de las naciones y las familias del suelo a quienes todavía les espera ser bendecidas por la “descendencia” mesiánica. Además, el Dios de Abrahán e Isaac llegó a ser llamado el “Dios de Jacob.” Esto no se puede decir para Esaú (o Edom), que no se distinguió en la adoración de Jehová y cuyos descendientes llegaron a ser enemigos de los adoradores de Jehová. El ídolo Qos fue el ‘dios de Edom.’ (2 Crónicas 25:14; Ezequiel, capítulo 35 treinta y cinco) El templo que más tarde se construyó en Jerusalén llegó a ser llamado “la casa del Dios de Jacob.” (Isaías 2:3) Como ejemplo para nosotros ahora en estos días de dificultades, el salmista inspirado dice: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es altura segura para nosotros.”—Salmo 46:11.
SELECCIÓN DE LA TRIBU REAL
9. (a) ¿Por qué se llama israelitas a los descendientes de Jacob? (b) ¿En qué lugar llegó a ser padre de su hijo número doce Jacob?
9 Jacob, mientras estuvo alejado por veinte años en Padán-aram en el valle mesopotámico, se casó dentro de la relación de familia aprobada por su padre Isaac y llegó a ser padre de once hijos. Entonces Dios le dijo que regresara a la Tierra Prometida, de la cual había huido. (Génesis 31:3) Fue mientras Jacob viajaba de regreso que se le dio el sobrenombre de Israel. El ángel de Dios le dijo: “Ya no serás llamado por nombre Jacob, sino Israel, porque has contendido con Dios y con hombres de modo que por fin prevaleciste.” (Génesis 32:28) En consecuencia, a los descendientes de Jacob se les llamó israelitas. (Éxodo 17:11) Más tarde, cuando Jacob o Israel regresaba de haber hecho una nueva visita a Betel, donde había tenido el sueño de la escalera, llegó a ser padre de su hijo número doce, Benjamín. Pero Raquel, la esposa amada de Jacob, murió al dar a luz este hijo segundo de ella. Según el registro de Génesis 35:19, “así murió Raquel y fue enterrada en el camino a Efrata, es decir, Belén.”
10. Durante el tiempo en que Jacob siguió permaneciendo en la Tierra Prometida, ¿qué cosas hizo Rubén que lo descalificaron?
10 Jacob, después de regresar a la Tierra Prometida en 1761 a. de la E.C., continuó viviendo allí como residente forastero por treinta y tres años. Durante ese tiempo sucedieron varias cosas significativas, pero no según ningún plan por Dios. El padre de Jacob, Isaac, murió a la edad de ciento ochenta años. (Génesis 35:27-29) El hijo mayor de Jacob, Rubén, violó sexualmente a la concubina de su padre, Bilha la sirvienta de Raquel. (Génesis 35:22) Esto descalificó a Rubén de disfrutar del derecho de primogénito de su padre Jacob y también de que el Mesías real viniera a través de su línea. Esto ciertamente no fue planeado por Jehová Dios, porque Él no tiene parte en fornicación incestuosa como ésa.—Génesis 49:1-4.
11, 12. (a) ¿Cómo se descalificaron Simeón y Leví de toda oportunidad en cuanto a la línea mesiánica? (b) ¿Qué tuvo que hacer Dios ahora en cuanto a la selección?
11 Antes de la muerte de Raquel y del acto de pasmosa inmoralidad de Rubén, Dina la hija de Jacob fue violada sexualmente por un habitante de la Tierra Prometida, a saber, Siquem el hijo de Hamor el heveo, que vivía en la ciudad de Siquem. Entre los hijos de Jacob hubo gran indignación debido a esta “locura deshonrosa contra Israel.” Por eso, cuando los habitantes varones de Siquem se hallaron incapacitados debido a que cumplieron con el requisito de circuncidarse, Simeón el segundo hijo de Jacob y Leví su tercer hijo tomaron espadas y efectuaron una matanza de todos aquellos varones siquemitas que nada sospechaban, después de lo cual saquearon la ciudad.
12 Jacob como profeta de Dios no aprobó esta violencia. Les dijo a Simeón y Leví que por aquello lo habían hecho un “hedor a los habitantes del país” y lo habían expuesto a él y su casa a aniquilación por los pueblos del país, que eran más numerosos. (Génesis 34:1-30) Debido a aquel degüello cruel en cólera y furia, Simeón y Leví se descalificaron en cuanto a que la línea de cualquiera de ellos llevara a la “descendencia” mesiánica. Por eso este privilegio honorable tenía que ir ahora a otro hijo que no fuera Simeón ni Leví ni el que naturalmente era el hijo primogénito, Rubén. (Génesis 49:5-7) Ciertamente Jehová Dios no había planeado los asuntos de ese modo. Él ahora tuvo que adaptarse al nuevo conjunto de circunstancias. Él todavía indicaría su selección entre los restantes hijos de Jacob por medio de su profeta, Jacob o Israel.
13, 14. ¿Cómo fue que Jacob y su casa llegaron a mudarse abajo a Egipto para estar con José allí?
13 El hijo primogénito de la amada segunda esposa de Jacob, Raquel, fue el hijo número once de la familia, a saber, José. Jacob desplegó afecto especial para con este hijo de su edad avanzada. Por esta razón los medio hermanos de José lo envidiaron. Sin que su padre lo supiera, se las arreglaron para vender a José a unos mercaderes viajantes que iban camino a Egipto. Hicieron que Jacob el padre de ellos creyera que José había sido muerto por una bestia salvaje.
14 José fue vendido como esclavo para servir en Egipto, pero por el favor del Dios a quien adoraba y obedecía fielmente fue ascendido al puesto de administrador de alimentos y primer ministro de Egipto bajo Faraón. En el año 1728 a. de la E.C. José se reconcilió con sus medio hermanos arrepentidos que habían bajado a Egipto en busca de alimentos durante el hambre mundial. Después de eso, por arreglos de José, su padre Jacob o Israel se mudó con toda su casa abajo a Egipto y se estableció en lo que era llamado la Tierra de Gosén. Allí Jacob continuó viviendo por diecisiete años.—Génesis, capítulos 37-47.
15, 16. Jacob entonces entró en Egipto como el que todavía era heredero de ¿qué? ¿y cómo se llama esto a la atención en el Salmo 105:7-15?
15 Fue por las instrucciones de Dios que Jacob salió de la Tierra Prometida y bajó a Egipto en respuesta a la invitación de José. (Génesis 46:1-4) Bajó allí como el que todavía era el heredero de la Promesa Abrahámica y el que podía pasarla adelante. Salmo 105:7-15 señala a este hecho y dice:
16 “Él es Jehová nuestro Dios. Sus decisiones judiciales están en toda la tierra. Él se ha acordado de su pacto aun hasta tiempo indefinido, la palabra que él mandó, a mil generaciones, el cual pacto celebró con Abrahán, y de su juramento a Isaac, y el cual juramento él mantuvo fijo como disposición reglamentaria aun a Jacob, como pacto indefinidamente duradero aun a Israel, diciendo: ‘A ti te daré la tierra de Canaán como el lote de la herencia de ustedes.’ Esto era cuando resultaban ser pocos en número, sí, muy pocos, y residentes forasteros en ella. Y ellos siguieron andando de nación en nación, de un reino a otro pueblo. No permitió que ningún humano los defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a reyes, diciendo: ‘No toquen ustedes a mis ungidos [en hebreo el número plural de mashíahh, o mesías], y a mis profetas no les hagan nada malo.’”
17. ¿Por qué llamó Jehová “profetas” y “ungidos” suyos a Abrahán, Isaac y Jacob?
17 Así Jehová llamó profetas suyos a Abrahán, Isaac y Jacob, y ellos realmente lo fueron. (Génesis 20:7) Se podía decir que un profeta era ungido debido a que era designado o nombrado, aun sin que se derramara aceite oficial sobre él. (1 Reyes 19:16, 19; 2 Reyes 2:14) De igual manera, aunque Abrahán, Isaac y Jacob no fueron ungidos con aceite de la manera que Jacob ungió la columna en el lugar llamado Betel, era propio llamarlos “ungidos” debido a la acción de Jehová para con ellos. (Génesis 28:18, 19; 31:13) El hecho de que Jehová los llamó “mis ungidos” indica que él los nombró, los escogió. La traducción de la Biblia por Moffatt, en inglés, vierte Salmo 105:15 así: “Jamás toquéis a mis escogidos, jamás perjudiquéis a mis profetas.” (También 1 Crónicas 16:22) Jehová escoge a quien quiere; hay propósito detrás de su selección.
18. Por consiguiente, ¿cómo se designó también a la nación que vendría por medio de Abrahán, Isaac y Jacob, y por qué era apropiado eso?
18 Abrahán, Isaac y Jacob eran los “mesías” de Jehová, y es en armonía con esto que la nación mesiánica vino por medio de ellos. Las Santas Escrituras llaman a esta nación escogida el “mesías” o “ungido” de Jehová. En Salmo 28:8, 9, el salmista David dice: “Jehová es una fuerza para su pueblo, y es una plaza fuerte de la magnífica salvación de su ungido [hebreo: mashíahh]. Salva, sí, a tu pueblo, y bendice a tu herencia; y pastoréalos y llévalos hasta tiempo indefinido.” Más tarde, el profeta Habacuc le dijo a Jehová en oración: “Saliste para la salvación de tu pueblo, para salvar a tu ungido [mashíahh].” (Habacuc 3:13) Era en consistencia con esto que, por medio de este pueblo “ungido” o nación ‘ungida,’ había de venir al tiempo señalado de Dios el verdadero Mesías, la “descendencia” de la “mujer” celestial de Dios.—Génesis 3:15.
19. Por ser cabezas de doce tribus, a los hijos de Jacob se les llamó, ¿qué?
19 Fue abajo en Egipto donde los descendientes de Jacob llegaron a ser un pueblo numeroso, listo para convertirse en nación. Fue acerca de cuando Jacob estuvo en su lecho de muerte (en 1711 a. de la E.C.) y dio sus palabras de despedida a sus hijos que se dijo: “Todos éstos son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les habló su padre cuando estuvo bendiciéndolos. Los bendijo a cada uno conforme a su propia bendición.” (Génesis 49:28) A estos doce hijos de Jacob, al llegar a ser cada uno cabeza de una tribu, se les llamó “patriarcas,” o ‘cabezas de los padres.’ Como en cierta ocasión dijo uno que discursó delante del Sanedrín de Jerusalén: “Luego le otorgó el pacto de la circuncisión; y así engendró a Isaac, a quien circuncidó el día octavo, e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. Pero los patriarcas, por envidia de José, vendieron a éste para Egipto; mas Dios estaba con él.” (Hechos 7:8, 9, Nácar-Colunga) Correctamente, los judíos de habla griega hablaban de “el patriarca Abrahán,” y también “del patriarca David.”—Hebreos 7:4; Hechos 2:29, NC.
20. ¿Se estableció así en Israel un patriarcado religioso?
20 Sin embargo, esto no quiere decir que entre los descendientes de Jacob allá en Egipto se estableció un patriarcado religioso. Después de la muerte de Jacob en la tierra de Gosén, José como el primer ministro de Egipto para Faraón no se estableció como el cabeza patriarcal de las “doce tribus de Israel,” aunque la bendición final de su padre sobre él indicó que el derecho de primogénito había sido transferido a José.—Génesis 49:22-26; 50:15-26.
21. (a) ¿A quién indicó Jacob que ahora había sido transferido el derecho de primogénito? (b) ¿De quién dependía la selección del cabeza de la línea que llevaría hasta el rey mesiánico?
21 Por las bendiciones proféticas que dio a sus doce hijos el patriarca Jacob reveló más que solo el hecho de que la primogenitura o derecho del primogénito había sido transferido de Rubén, el hijo primogénito de Jacob por su primera esposa Lea, a José, el hijo primogénito de su segunda esposa Raquel. (Génesis 29:21-32) Antes de vender a José a la esclavitud en Egipto, sus medio hermanos se resintieron ante la idea de que él pudiera llegar a ser rey sobre ellos. (Génesis 37:8) Pero mucho tiempo antes de esto, cuando Dios le dio al patriarca Abrahán el pacto de la circuncisión, Dios predijo que de Abrahán saldrían reyes, y esto por medio de su esposa Sara, cuyo nombre Dios entonces cambió de Sarai a Sara, que significa “Princesa.” (Génesis 17:16) Además, cuando Dios le cambió el nombre de Jacob a Israel, prometió que de Jacob saldrían reyes. (Génesis 35:10, 11) No obstante, el derecho de hijo primogénito de la familia no llevaba consigo automáticamente el derecho y honor de ser el antepasado de la línea de reyes que llevaría hasta el Rey Mesiánico, la “descendencia” de la “mujer” celestial de Dios. Este asunto vital dependía de la selección de Dios. Él hizo que Jacob señalara cuál hijo sería antepasado de aquel Rey.
22. En una bendición, ¿en cuanto a qué hijo aludió Jacob a un “cetro” y un “bastón de mando”?
22 Después de expresar que no aprobaba a Rubén, Simeón ni Leví, Jacob, moribundo, dijo con referencia a su cuarto hijo por su primera esposa Lea: “En cuanto a ti, Judá, tus hermanos te elogiarán. Tu mano estará en la cerviz de tus enemigos. Ante ti se postrarán los hijos de tu padre. Cachorro de león es Judá. De la presa, hijo mío, ciertamente subirás. Se inclinó, se estiró como león y, como león, ¿quién se atreve a hacer que se levante? El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga Silo; y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos.”—Génesis 49:8-10.
23. Todos esos rasgos: cetro, bastón de mando, obediencia de los pueblos, comparación con un león, ¿qué denotan para Judá?
23 Notemos que Jacob compara a Judá con un león. Miqueas 5:8 asemeja al león a un rey animal del bosque. Ezequiel 19:1-9 compara con leones a los reyes del reino de Judá. Así, el que Jacob compare a Judá con un león encaja bien con el hecho de que el cetro no había de ‘apartarse de Judá,’ lo cual daba a entender que Judá ya tenía el cetro y no lo perdería o sería privado de él. El que éste era el cetro de la posición de rey está sostenido por el hecho de que el cetro estaba vinculado con el “bastón de mando,” que tampoco había de apartarse de Judá antes que viniera Silo. Además, a Judá, representado por este Silo, “pertenecerá la obediencia de los pueblos.” (Génesis 49:10) ¡Todos estos rasgos acerca de Judá denotan realeza!
24, 25. (a) ¿Qué significa el nombre Silo, y a quién aplica? (b) ¿Por qué no tendrá que apartarse de Judá el cetro real?
24 Se entiende que el nombre Silo significa “Aquel del Cual Es.” La antigua Vulgata latina, que fue traducida del texto original hebreo de su día, dice: “Hasta que venga el que ha de ser enviado.”
25 La venida de este Silo (“Aquel del Cual Es”) se refiere al mismo cuya venida se predice en las palabras del Señor Soberano Jehová al último rey de Jerusalén de la tribu de Judá: “Ruina, ruina, ruina la haré. En cuanto a ésta también, ciertamente no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y tengo que dar esto a él.” (Ezequiel 21:27) Esto indudablemente alude a la venida del Rey Mesiánico, la “descendencia” de la “mujer” figurativa de Dios, porque con su venida no se necesita más sucesión de reyes después de él. Entonces el reino en la tribu de Judá alcanza su culminación y permanece para siempre en las manos de Silo. Este es el Rey Mesiánico que se sentará a la diestra de Jehová en los cielos y será un rey como Melquisedec, a quien el patriarca Abrahán pagó los diezmos de los despojos de victoria. (Salmo 110:1-4) Así el cetro real no se apartaría de Judá.
26. (a) ¿Cómo muestra 1 Crónicas 5:1, 2 que derecho de primogénito es una cosa y conexiones con la realeza es otra? (b) A pesar de desenvolvimientos no planeados, Jehová pudo, y con libertad, hacer ¿qué?
26 El hecho de que el derecho del primogénito de la familia era una cosa y la asignación de acaudillamiento real era otra cosa, y de que Dios por medio del patriarca moribundo Jacob asignó el acaudillamiento real a Judá, se expresa con claridad en la Escritura. En 1 Crónicas 5:1, 2 leemos lo siguiente acerca de los hijos de Jacob: “Y los hijos de Rubén el primogénito de Israel —porque era el primogénito; pero porque profanó el canapé de su padre su derecho como primogénito fue dado a los hijos de José hijo de Israel, de manera que [Rubén] no había de ser registrado genealógicamente para el derecho del primogénito. Pues Judá mismo resultó ser superior entre sus hermanos, y el que había de ser caudillo procedía de él [y el príncipe descendió de él (Leeser); y de él vino el que es el príncipe (Jewish Publication Society [Versión de la Sociedad Judía de Publicación, en inglés])]; pero el derecho como primogénito fue de José.” No podemos decir de esto que el Dios Todopoderoso y Omnisapiente lo planeó de este modo, porque él no indujo los malos hechos de Rubén, Simeón y Leví y las consecuencias de ellos. Más bien, según la manera en que se produjeron los desenvolvimientos no planeados él tuvo libertad para seleccionar a Judá. Prescindiendo de lo que sucedió él pudo apegarse a su propósito original y desenvolverlo sin cambio.
27, 28. (a) ¿En qué nación, pues, mantendremos puestos los ojos, y en qué parte de ella en particular? (b) Al obrar en armonía con la evidencia que Dios suministra, ¿de qué beneficios disfrutaremos?
27 Las selecciones y los movimientos de Dios sirven como guía segura para nosotros a medida que consideramos Su “propósito eterno” que formó con relación al Ungido, el Mesías. Por las palabras proféticas que él hizo que el patriarca moribundo Jacob pronunciara por inspiración en cuanto a Judá, sabemos el proceder que debemos seguir. Tenemos que mantener los ojos puestos, no meramente en las doce tribus de Israel en general, sino en la tribu de Judá en particular debido a su relación directa con el Mesías de Jehová, la “descendencia” de Su “mujer” celestial. Se sigue acumulando la evidencia que nos ayuda a identificar a este Rey Mesiánico con el cual está envuelto el “propósito eterno” de Dios.
28 Obrando en armonía con la evidencia según nos la suministra el Señor Soberano Jehová, evitaremos llegar a ser seguidores de un desilusionador Mesías falso. En vez de eso, experimentaremos el gozo de reconocer al verdadero Mesías procedente de Dios y seguir a aquel por medio del cual todas las naciones de la Tierra se procurarán una bendición eterna.