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Hágase un buen nombre ante DiosLa Atalaya 1981 | 1 de julio
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Hágase un buen nombre ante Dios
“Más vale buen nombre que aceite perfumado, y el día de la muerte que el día del nacimiento.”—Ecl. 7:1, Sagrada Biblia (Editorial Regina).
1. ¿Qué cosa hace todo el mundo para sí mismo, y a veces da a otros?
TODO el mundo hace algo además de aquello en que se ocupa, hasta el que no se ocupa en nada. Un hombre se ocupa en hacer muebles finos y, además de eso, se hace el nombre de ser artesano perito. Una mujer se ocupa en preparar comidas deliciosas, y de ese modo se hace el nombre de ser buena cocinera. Una tercera persona no se ocupa en nada, y se hace el nombre de ser persona holgazana. Toda persona se va haciendo un nombre. Y a veces nosotros damos nombres a otros. Saúl y sus socios calumniaron a David y así le dieron mal nombre. David por sus salmos dio a Dios buen nombre. Jehová hizo posible que David se hiciera un buen nombre. Algunas personas que alegan representar a Dios dan a él mal nombre mediante mentiras religiosas y acciones inmorales. Los adoradores verdaderos dan por sus palabras y obras un buen nombre a Dios, y al hacerlo, hacen para sí un buen nombre ante Jehová Dios.—Sal. 64:1-6; 1 Cró. 17:8; Eze. 36:20-23.
2. ¿Qué declaración aparentemente extraña se hace en Eclesiastés, y qué consejo sigue a ésta?
2 En el libro bíblico de Eclesiastés hay un versículo que a algunos lectores pudiera parecer como una declaración muy extraña: “Más vale buen nombre que aceite perfumado, y el día de la muerte que el día del nacimiento.” ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo puede la muerte ser mejor que la vida? Si a usted se le permitiera escoger, ¿no preferiría estar empezando su vida a estar llegando al fin de ella? Volvamos a leer este versículo, junto con los versículos que lo siguen:
“Más vale buen nombre que aceite perfumado, y el día de la muerte que el día del nacimiento. Mejor es ir a una casa en duelo que a una casa en fiesta, porque aquél es el fin de todos los hombres, y el que vive reflexiona. Mejor es la tristeza que la risa, porque la tristeza del rostro sienta bien al corazón. El corazón de los sabios está en la casa del duelo y el corazón de los insensatos en la casa de la alegría. Es mejor oír la reprensión del sabio, que escuchar el canto de los necios. Porque como el chisporrotear de los espinos bajo la caldera así es la risa del necio. Y esto es también vanidad.”—Ecl. 7:1-6, “Editorial Regina.”
3. (a) ¿Qué costumbre antigua de Israel se considera aquí, y qué pensamiento impartiría el mayor consuelo en tal ocasión? (b) ¿Cómo sabemos que el nombre que se menciona aquí es un nombre bueno?
3 ¿Aclara esto la declaración extraña de que más vale el día de su muerte que el día de su nacimiento? Lo aclara si usted está enterado de la ocasión y del marco de circunstancias para esas palabras. Tienen que ver con una costumbre del antiguo Israel. Cuando una familia perdía en la muerte a una persona amada, la morada de la familia se convertía en una casa en duelo. Se acostumbraba que los amigos y vecinos vinieran a dar el pésame a la familia. El pensamiento que más consuelo podía impartir sería el de que el día de la muerte de esta persona amada sería mejor que el día de su nacimiento... si se había hecho un buen nombre ante Dios. Es cierto que en el hebreo original el versículo uno de este pasaje simplemente dice “un nombre” más bien que “buen nombre.”a No obstante, se entiende que aquí se está haciendo referencia a un buen nombre. Hay un caso parecido en Proverbios 22:1: “Ha de escogerse un nombre más bien que riquezas abundantes.” Algunas traducciones proporcionan el adjetivo “buen” para mostrar la clase de nombre a que se hace referencia.b Necesariamente el nombre es bueno, tanto en el proverbio como en Eclesiastés 7:1; de otro modo, ninguna de las dos declaraciones tendría sentido.
4. ¿Qué podemos tener al morir que no hemos tenido al nacer, y por qué?
4 A medida que vivimos, nos hacemos nombres... nombres buenos o nombres malos. Si a los ojos de Dios obramos prudentemente, nos hacemos un buen nombre ante Dios. Pero eso requiere tiempo. En el día de nuestro nacimiento no hemos vivido suficiente tiempo como para hacernos un nombre de clase alguna. Además, nacemos bajo el pecado adámico y condenados a la muerte. (Rom. 5:12) Por eso, si años después, en el día de nuestra muerte, nos hemos hecho un buen nombre ante Dios, tenemos algo que no poseíamos en el día de nuestro nacimiento. Tenemos un nombre que Dios recordará cuando resucite a los muertos a la vida bajo el reino de Cristo. “Al recuerdo del justo le espera una bendición, pero el mismísimo nombre de los inicuos se pudrirá.”—Pro. 10:7.
SE BENEFICIAN LOS QUE ESTÁN DE DUELO
5. ¿Sobre qué puede reflexionar el doliente mientras está sentado en una casa en duelo?
5 Pero, en la antigüedad, cuando un israelita iba a la casa que se hallaba en duelo para consolar a los afligidos, aquello le resultaba beneficioso a él también. Considere esto a medida que leemos de nuevo algunos de los versículos. “Mejor es ir a una casa en duelo que a una casa en fiesta, porque aquél es el fin de todos los hombres, y el que vive reflexiona.” (Ecl. 7:2, ER) El que visita a los sobrevivientes no solo muestra que les tiene compasión bondadosa en vez de mostrarse insensible y solo interesado en andar en sus propios placeres, sino que también reflexiona sobre el hecho de que en esta casa ha muerto alguien, que eso no tiene nada de insólito, que la muerte alcanza a toda persona, y que lo alcanzará a él también. Cuando lo haga, ¿será el día de la muerte de él mejor que el día de su nacimiento? ¿Habrá obrado prudentemente durante su vida, de modo que para el día de su muerte se haya hecho un buen nombre ante Dios? Los vivos deben reflexionar sobre ello, sí, “poner esto en su corazón” (Versión Moderna), mientras haya tiempo para cambiar, porque uno no puede hacerse un buen nombre en los pocos momentos de un arrepentimiento en el lecho de muerte.
6. ¿Por qué, en este caso, es mejor la tristeza que la risa?
6 “Mejor es la tristeza que la risa,” sigue diciendo el pasaje, “porque la tristeza del rostro sienta bien al corazón [“mejora el corazón,” VM].” (Ecl. 7:3, ER) En vez de pasar uno su tiempo en fútil alegría, mejor le es examinar su vida, enfrentarse a los errores que haya cometido en el pasado y entristecerse por los males que haya perpetrado. Eso le mejorará el corazón y lo impulsará a cambiar de sendas y a empezar a obrar prudentemente, en vez de pasar la vida riéndose a carcajadas y tontamente como un insensato irreflexivo. “El corazón de los sabios está en la casa del duelo y el corazón de los insensatos en la casa de la alegría.”—Ecl. 7:4, ER.
7. (a) ¿A qué estado de ánimo puede llevar eso al doliente? (b) ¿Por qué se compara la risa de los tontos al sonido de espinos bajo una caldera?
7 Además, “es mejor oír la reprensión del sabio, que escuchar el canto de los necios.” (Ecl. 7:5, ER) El ponerse en contacto con la muerte, como se hace en un funeral, es una experiencia que infunde sobriedad en uno y debe llevarlo a reflexionar sobre la manera en que procede en su propia vida. También puede poner a uno en tal estado de ánimo que uno esté dispuesto a escuchar a consejeros sabios. La crítica es difícil de soportar aun cuando se da con amabilidad, pero es mejor recibirla que escuchar el canto o las “alabanzas de necios.” (Versión Popular) Por oír y prestar atención a las sabias reprensiones que se hallan en las páginas de la Biblia, podremos hacernos un buen nombre ante Dios. El que desperdiciemos el tiempo escuchando adulaciones insensatas es vanidad: “Porque como el chisporrotear de los espinos bajo la caldera así es la risa del necio. Y esto es también vanidad.” (Ecl. 7:6, ER) Nada se logra con utilizar espinos como combustible debajo de una caldera. La llama sale con un chisporroteo ruidoso, pero pronto se apaga cuando los espinos se convierten en cenizas. No hay suficiente sustancia en los espinos como para hacer que el fuego dure hasta que se cueza la carne. El ruidoso despliegue es tan inútil como la risa del estúpido. Ninguna de las dos cosas logra nada de valor duradero.
UNA DECLARACIÓN MÁS EXTRAÑA AUN
8. Habiendo obtenido un entendimiento más profundo, ¿qué lección puede discernirse ahora?
8 Pues bien, ahora que tenemos este entendimiento más profundo regresamos a la declaración de que ‘el día de la muerte es mejor que el día del nacimiento.’ Vemos que ya no es una declaración extraña, sino que encierra una poderosa lección sobre cómo debemos vivir nuestra vida para hacernos un buen nombre ante Dios. Entonces el día de nuestra muerte será mejor que el día de nuestro nacimiento. Es decir, por supuesto, si alguna vez llegara el día de nuestra muerte. ‘¿Cómo dice?’ exclaman algunos. ‘¿Si alguna vez llegara el día de nuestra muerte? ¿Quiere usted decir que es posible que no llegue? ¡Pues esa declaración es más extraña aún que la otra acerca de que la muerte sea mejor que el nacimiento!’
9. ¿Qué condiciones ven los ojos de usted, y qué deberían realmente ver?
9 De nuevo, es cuestión de entender los tiempos en que vivimos. ¿Tiene usted ojos que vean, que realmente vean? Ciertamente usted ve que los tiempos son críticos y difíciles de manejar, que muchas personas son egoístas y altivas, que los matrimonios se desploman y las familias se desintegran, que por todos lados se estafa, se miente y se cometen crímenes de violencia, y que hasta muchos de los que alegan ser cristianos están resultando ser hipócritas. Pero, ¿ven los ojos de usted el significado de estas cosas? Segunda a Timoteo 3:1-5, 13 nos dice lo que significan:
“Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, temerarios, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder; y de éstos apártate. Pero los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.”
10. ¿Qué oyen los oídos de usted, y de qué más deberían darse cuenta?
10 ¿Tiene usted oídos que oigan, que realmente oigan? Ciertamente ha oído acerca de las guerras, las hambres, los terremotos y las pestes que han plagado al mundo desde 1914. Está enterado del derrumbamiento moral que aflige al mundo entero. Y ha oído acerca de la predicación de las buenas nuevas del reino de Cristo que los testigos de Jehová llevan a cabo por todo el mundo, y de las olas de persecución que les han sobrevenido por declarar que este reino milenario se ha acercado. Pero, ¿oyen sus oídos el significado de estas cosas? ¿Perciben la verdad de que estas cosas fueron predichas por Jesús como señal del fin, cuando sus discípulos le preguntaron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”—Mat. 24:3.
11. ¿Qué dicen los mofadores, y, al decirlo, qué proveen?
11 ¿Percibe el corazón de usted por ser sensible al significado de todo esto, o está engrosado y tan endurecido que le hace decir: “Todas estas cosas han sucedido antes”? Los que se mofan están suministrando otra parte de la señal de que estamos en “los últimos días.” La presencia de éstos fue predicha en 2 Pedro 3:3, 4: “En los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación.’”
ALGO NUEVO
12. ¿Qué cosa es nueva ahora en la historia del mundo?
12 Sin embargo, cuando usted considera la contaminación de nuestro planeta que se extiende de un extremo de la Tierra a otro, seguramente por tener sensible el corazón usted discierne que ‘todas las cosas NO continúan exactamente como desde el principio de la creación.’ Nunca antes habían tenido los hombres el poder para destruir la Tierra como planeta habitable. ¡En la actualidad tienen ese poder y lo están utilizando ahora para hacer precisamente eso! Los científicos han dado a los industriales una tecnología que supuestamente bendeciría a toda la humanidad, pero esa bendición se ha convertido en una maldición, a medida que contamina el ambiente, y enfermedades mortíferas se extienden por la Tierra. ¡El aire que respiramos está envenenado, el suelo en el cual se cultiva nuestro alimento está tóxico, muchos ríos y lagos que nos abastecen de agua potable están muriéndose, y los océanos están convirtiéndose en pozos negros internacionales!
13. ¿Acerca de qué aspecto de la señal no pueden decir los mofadores: “Ha sucedido antes”?
13 ¿Se da cuenta el corazón de usted de que hay peligro de que la Tierra ya no pueda sostener la vida, de que esto nunca antes había sucedido, y de que los mofadores no pueden restar toda importancia a esta realidad por medio de decir que se está repitiendo la historia? Posiblemente quisieran hacer tal cosa, porque este arruinamiento de la Tierra se predijo como parte de la señal de “los últimos días.” El libro bíblico de Revelación reveló este detalle hace casi 19 siglos, en el Rev capítulo 11, versículo 18, que dice: “Las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados, y para dar su galardón . . . a los que temen tu nombre, . . . y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.”
14. ¿Por qué no prestó atención a la advertencia la mayoría de la gente en el día de Jesús, y por qué no lo hace ahora la mayoría de nuestro día?
14 Si los ojos de usted realmente ven, y sus oídos realmente oyen, y su corazón no está endurecido, entenderá que estamos viviendo en “los últimos días” y que se acerca el fin de este inicuo sistema de cosas. Pero la mayoría de la humanidad no entiende esto, tal como en el día de Jesús la mayoría de la gente no comprendió el mensaje de advertencia que él dio. Lo que él les dijo cuando citó la profecía de Isaías aplica a la humanidad de hoy día:
“Mirando, miran en vano, y oyendo, oyen en vano, ni captan el sentido de ello; y para con ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: ‘Por medio de oír, oirán pero de ningún modo captarán el sentido de ello; y, mirando, mirarán pero de ningún modo verán. Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir, y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón y se vuelvan, y yo los sane.’”—Mat. 13:13-15.
15. ¿Quiénes pueden regocijarse ahora, y con qué esperanza en mira?
15 En el versículo que sigue Mt 13:16 Jesús añade estas palabras para sus seguidores: “Sin embargo, felices son los ojos de ustedes porque contemplan, y sus oídos porque oyen.” Pueden ser verdaderamente felices los que hoy día tienen ojos y oídos y corazones que ven y oyen y entienden que estamos viviendo en “los últimos días.” “Al comenzar a suceder estas cosas,” se les dice, “levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28) Algunos de los que están viviendo en “los últimos días” tal vez nunca tengan que enfrentarse al día de su muerte. Jesús comparó este tiempo a los días de Noé. Tal como Noé y su familia fueron conservados vivos a través del diluvio que destruyó a aquel mundo inicuo, así hoy día los que obran prudentemente y se hacen un buen nombre ante Dios no verán la muerte cuando Jehová Dios destruya este sistema de cosas malo en Su guerra de Armagedón. Por eso el decir que algunos quizás nunca vean el día de su muerte no es expresar una imposibilidad. Más bien, es expresar una esperanza procedente de Dios.
16, 17. ¿A qué no quiere hacer frente la gente, y qué es crucial para nosotros ahora?
16 En el Israel de la antigüedad, un hombre pudiera razonar que tenía el resto de su vida natural en el cual hacerse un buen nombre ante Dios. El hombre se esconde de la realidad de que puede morir mañana. Sabe que otros morirán, pero no él. Otros que son más jóvenes que él morirán, pero no él. Siempre ve que le quedan unos cuantos años en los cuales vivir. El razonar así es un error humano, un error peligroso. Lo hubiese sido aun para un hombre del Israel de la antigüedad, pero es un error mucho más peligroso para nosotros hoy día. No estamos viviendo en tiempos normales en los cuales podamos esperar vivir la duración normal de setenta o hasta ochenta años de vida. Estamos en “los últimos días.” Se acerca la muerte de un sistema de cosas. Es sumamente importante que prestemos atención a las palabras de Efesios 5:15-17: “Así es que vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos. Por este motivo dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová.”
17 Ahora es el tiempo, mientras usted tiene vida, antes del día de su muerte, en el cual hacerse un buen nombre ante Dios.
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¡Hágase su buen nombre ahora!La Atalaya 1981 | 1 de julio
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¡Hágase su buen nombre ahora!
“Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismísimo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde estás yendo.”—Ecl. 9:10.
1. ¿Cuándo es preciso que nos hagamos un buen nombre ante Dios?
¿QUÉ hay si algunos dicen: ‘Pero, ¿qué hay si el fin no viene durante mi vida? A través de los siglos la gente ha pensado que el fin llegaría durante su vida y no fue así’? A pesar de que no se hayan realizado las expectativas de esas personas, la vida de muchas de ellas todavía fue el tiempo en que les tocaba hacerse un buen nombre ante Dios, en que les tocaba ejercer fe en el Hijo de Dios, para que se les resucitara a la vida eterna “en el último día.” (Juan 6:40; 11:24) Mucho antes de estos “últimos días” de la actualidad el apóstol Pablo pudo decir: “De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia.” En cualquier tiempo en que viva una persona, ése es el tiempo en que a ella le toca hacerse un buen nombre, sea que falte poco o mucho tiempo para el fin del mundo.—2 Tim. 4:8; Heb. 11:4-38.
2. (a) ¿Hay cosa alguna, sea de índole material u otra, que podamos llevar con nosotros al morir? (b) Por lo tanto, ¿qué consejo es apropiado?
2 “Tal como ha salido uno del vientre de su madre, desnudo volverá a irse, tal como vino; y absolutamente nada puede uno llevarse por su duro trabajo, que pueda llevarse con la mano.” (Ecl. 5:15) Respecto a lo material, no hay nada que el difunto “pueda llevarse con la mano.” Sin embargo, puede llevar consigo la única cosa de valor duradero para la cual esta vida sirve... un buen nombre ante Dios. Mientras cada uno de nosotros está con vida, ése es el tiempo en que nos toca hacernos un buen nombre ante Dios. ¡Aproveche ese tiempo! ¡Redímalo! ¡Cómprelo todo! “Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismísimo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde estás yendo.” Especialmente ahora, al fin de este sistema de cosas, cuando muchos de los que están viviendo quizás nunca vean la muerte, es el tiempo en que debemos hacer con nuestro poder lo que nuestras manos hallen que hacer en la actividad cristiana.—Ecl. 9:10.
3. ¿Qué conocimiento exacto es vital, y qué puede lograr éste?
3 Si queremos hacernos un buen nombre ante Dios tenemos que considerar dos categorías de cosas: lo que es incorrecto y lo que es correcto. Tenemos que dejar de hacer lo incorrecto y empezar a hacer lo correcto. ¿Qué pasos debemos dar para esto? Es preciso que la mente esté envuelta en ello. “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas,” dijo Pablo, “mas transfórmense rehaciendo su mente.” (Rom. 12:2) Pablo repite esa fórmula en Efesios 4:23: “Sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente.” Y esa fuerza se identifica en Colosenses 3:9, 10 en estas palabras: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que va haciéndose nueva en conocimiento exacto según la imagen de Aquel que la creó.” La fuerza que impulsa la mente de usted, que le rehace la mente y lo conduce al favor de Dios, es el conocimiento exacto de la Palabra de Dios, la Biblia.
4. ¿Por qué no basta con dejar de hacer lo incorrecto, y qué otra cosa hay que hacer?
4 El que uno se resuelva tenazmente a abandonar o dejar de hacer las cosas prohibidas no siempre surte efecto. ¿Qué hay si uno logra dejar de hacer lo malo por algún tiempo? Todavía no está fuera de peligro... Jesús mostró que así era mediante una ilustración que dio. Un espíritu inmundo dejó a un hombre, quien le estaba sirviendo de “domicilio,” y más tarde regresó. Puesto que halló la casa desocupada, se instaló en ella con otros siete espíritus, “y las circunstancias finales de ese hombre resultan peores que las primeras.” (Mat. 12:43-45) No bastaba con que simplemente la casa se vaciara del espíritu malo; era preciso llenarla de lo bueno para que los espíritus malos no pudieran volver a entrar. No basta con cesar de hacer lo incorrecto y dejar un vacío... tenemos que empezar a hacer lo correcto. Mediante el ocuparse en hacer lo bueno, no deje lugar alguno para lo malo. “Opónganse al Diablo,” dice Santiago, “y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.” (Sant. 4:7, 8) La ociosidad es una invitación para Satanás; el llenar la mente de verdades es una protección.—Fili. 4:8, 9.
SE NECESITA GUÍA
5. ¿Por qué se les hace difícil a muchos leer la Biblia, y cómo quedó resuelto este problema en el caso de un hombre que vivió hace 19 siglos?
5 Hoy día en el mundo de la religión y en el de la filosofía hay un laberinto de opiniones contradictorias respecto a lo correcto y lo incorrecto. Hay quienes, en su búsqueda, tratan de leer la Biblia, pero se les hace difícil. Estas personas no son las primeras que han tenido tal experiencia. Hace 19 siglos un etíope al viajar en su carro iba leyendo del libro de Isaías. “Felipe [el evangelizador] corrió al lado y lo oyó leer en voz alta a Isaías el profeta, y dijo: ‘¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?’ Dijo él: ‘¿Realmente cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?’” Felipe viajó con él y le dio guía.—Hech. 8:26-35; 21:8.
6. ¿Dónde podríamos esperar hallar ‘Felipes’ del día moderno, y dónde no?
6 ¿Dónde están los ‘Felipes’ de hoy día que están capacitados para guiar a otros en determinar de la Biblia el proceder mediante el cual se consigue un buen nombre ante Dios? No están en las establecidas y respetadas religiones ortodoxas de la cristiandad, como se pudiera esperar. Felipe no era un escriba ni fariseo eminente, sino uno de los cristianos a quienes se despreciaba, difamaba y perseguía. De las lecciones de la historia aprendemos que los sistemas religiosos establecidos que disfrutan de aceptación entre la gente suelen sucumbir a las filosofías humanas y son culpables de adulterar las palabras de Dios.
7. (a) ¿De qué manera adulteró la Palabra de Dios el Israel de la antigüedad? (b) ¿Hasta qué grado copian a Israel algunas iglesias modernas y miembros de iglesias de la cristiandad, y, al hacerlo, qué textos bíblicos violan?
7 La nación de Israel tenía la ley de Jehová, pero adulteró su adoración por medio de añadir los lascivos actos de idolatría asociados con la adoración sexual de Baal, que se practicaba en las arboledas y lugares altos. En Segundo de las Crónicas 33:17 se alude a esta mezcla, cuando se dice: “El pueblo todavía estaba sacrificando sobre los lugares altos; solo que era a Jehová su Dios.” Acerca de este asunto de mezclar lo verdadero con lo falso Elías desafió a Israel diciendo: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si Jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él” (1 Rey. 18:21) Hoy día muchas iglesias y miembros de iglesias son permisivos con relación a la pornografía, las películas que presentan relaciones sexuales ilícitas, relaciones sexuales premaritales, el adulterio y la homosexualidad... hasta el grado de hacer la vista gorda ante estas cosas prohibidas por Dios, y practicarlas.—Rom. 1:26, 27, 32; 1 Cor. 6:9, 10; Rev. 21:8.
8. Al regresar la nación de Judá de su cautiverio en Babilonia, ¿de qué nueva manera adulteró e invalidó la Palabra de Dios?
8 A causa de tales obscenidades Judá fue en cautiverio a Babilonia. A su regreso, volvió a adulterar la Palabra de Dios... esta vez no por la adoración idolátrica del sexo, sino por añadir tradiciones y filosofías humanas. Debido a esto, Jesús condenó el establecimiento religioso de ellos, los escribas y fariseos, declarando: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición? Hipócritas, aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. Es en vano que siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas.’”—Mat. 15:3, 7-9.
9. ¿De qué manera enérgica comparó Pablo a los vinateros fraudulentos con los religiosos infieles?
9 Pablo estaba denunciando la contaminación de la Palabra de Dios con filosofías humanas cuando dijo: “Hemos renunciado a las cosas solapadas de las cuales hay que avergonzarse, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios.” En aquellos días los vinateros fraudulentos acostumbraban agregar licores baratos o hasta agua a su vino para hacer que éste rindiera más y les rindiera mayor ganancia. De manera similar, algunos religiosos agregaban tradiciones y filosofías humanas a la Palabra de Dios para hacerla más aceptable al paladar de los mundanos. ¡Pero Pablo no hacía eso! “No somos vendedores ambulantes de la palabra de Dios como muchos hombres,” declaró él, “sino que, como movidos por sinceridad, sí, como enviados de parte de Dios, a la vista de Dios, en compañía con Cristo, estamos hablando.”—2 Cor. 4:2; 2:17.
10. ¿Qué advertencia dio el apóstol Pablo, y cómo se ha demostrado que ésta no fue una falsa alarma?
10 Pablo advirtió que el cristianismo iba a hacerse apóstata, y en el siglo cuarto E.C. fue descaradamente adulterado mediante el emperador romano Constantino. (Hech. 20:29, 30) Como resultado de esto hubo una fusión del cristianismo con doctrinas demoníacas que tenían su origen en Egipto y Babilonia... la trinidad, la inmortalidad del alma, el fuego del infierno, el purgatorio, las oraciones para los difuntos, el uso de rosarios y otras. Estas doctrinas no están en la Biblia, pero fueron incorporadas en los credos de las llamadas iglesias cristianas. Allí permanecen hasta el día de hoy. Además, las iglesias modernas de la cristiandad de hoy día adulteran la Palabra de Dios a mayor grado: ¡han añadido la alta crítica que trata de socavar la autenticidad de la Biblia, y la teoría poco científica de la evolución que niega que Dios sea el Creador del cielo y la Tierra y la vida!
11. ¿Cuáles son las diferentes cualidades y convicciones que distinguen a los ‘Felipes’ del día moderno como guías seguros?
11 ¿Quiénes, pues, son los ‘Felipes’ del día moderno que son guías seguros? Lo son los que creen que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios; que la aceptan como lámpara para su pie y luz para su vereda; que ni le añaden nada ni le quitan nada; que dejan que Dios y su Palabra sean veraces aunque hagan ‘mentiroso a todo hombre’; y que se gastan en su obra pública de ‘predicar estas buenas nuevas del reino en toda la Tierra como testimonio.’ (2 Tim. 3:16; Sal. 119:105; Deu. 4:2; Rom. 3:4; Mat. 24:14) Usan la Biblia como su autoridad, y animan a sus oyentes a averiguar o comprobar lo que les dicen, a no confiar en la palabra de ellos, sino solo en la Palabra de Dios. (Hech. 17:11) Para que usted se haga un nombre ante Dios, debe aspirar a ser un guía fiel de esta clase, ‘siempre listo para hacer una defensa ante todo el que le exija razón de la esperanza que hay en usted, pero haciéndolo junto con un genio apacible y profundo respeto.’ O, como dijo Pablo: “Sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno.”—1 Ped. 3:15; Col. 4:6.
LAS PERSONAS QUE DEBEMOS SER
12. ¿Qué tiene más significado para usted que el simplemente estudiar la Palabra de Dios y el predicársela a otros?
12 Para hacernos un buen nombre ante Dios no basta con que estudiemos y aprendamos respuestas. Tenemos que aplicar este conocimiento a nosotros mismos primero. Para beneficiarnos personalmente tenemos que aceptarlo de manera personal. Como el hombre del Israel de la antigüedad que iba a la casa que se hallaba en duelo, tenemos que ‘poner esto en el corazón.’ (Ecl. 7:2, VM) “Tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes,’ ¿hurtas? Tú, el que dices: ‘No cometas adulterio,’ ¿cometes adulterio?” El apóstol Pablo mismo declaró: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.” (Rom. 2:21, 22; 1 Cor. 9:27) Se trata de algo más básico que simplemente lo que estamos haciendo. El punto es: ¿Qué somos? ¿Cómo es “la persona secreta del corazón”? “¿Qué clase de personas deben ser ustedes?”—1 Ped. 3:4; 2 Ped. 3:11.
13. ¿Cómo ajustó Jehová el pensar de Samuel respecto al modo de juzgar a las personas?
13 Lo que parecemos ser no determina lo que somos. Al profeta Samuel se le envió a Jesé para que ungiera a uno de los hijos de éste como rey de Israel. Samuel quedó impresionado con el robusto primogénito, pero Jehová le dijo a Samuel: “No mires su apariencia y lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera que el hombre ve es la manera que Dios ve, porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón.”—1 Sam. 16:7.
14. ¿Qué otros detalles se dan que prueban que las apariencias pueden ser engañosas, y qué es lo de importancia vital?
14 Las apariencias son engañosas. Jesús dijo que los escribas y fariseos parecían justos por fuera, pero por dentro estaban corrompidos. (Mat. 23:3, 27, 28) Los judíos del día de Pablo creían que la señal externa de la circuncisión podría salvarlos, pero Pablo dijo: “No es judío el que lo es por fuera, ni es la circuncisión la que está afuera en la carne. Mas es judío el que lo es por dentro, y su circuncisión es la del corazón.” (Rom. 2:28, 29) Y Pablo enumeró cosas espléndidas que él podría lograr, y luego añadió: “Pero [si] no tengo amor, de nada absolutamente me aprovecha.” Sea lo que sea que hagamos para hacernos un buen nombre ante Dios, lo que nos impulse a hacerlo debe ser amor que brote del corazón. “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón.”—1 Cor. 13:1-3; Jer. 17:10.
15. ¿Qué clase de personas debemos ser?
15 Entonces, ¿qué clase de personas debemos ser? El apóstol Pablo da la siguiente lista bastante impresionante de cosas que se nos imponen y cosas que se nos prohíben:
“Sea su amor sin hipocresía. Aborrezcan lo que es inicuo, adhiéranse a lo que es bueno. En amor fraternal ténganse tierno cariño los unos a los otros. En cuanto a mostrarse honra los unos a los otros lleven la delantera. No sean holgazanes en sus quehaceres. Fulguren con el espíritu. Sirvan a Jehová como esclavos. Regocíjense en la esperanza. Perseveren bajo tribulación. Persistan en la oración. Compartan con los santos según sus necesidades. Sigan la senda de la hospitalidad. Sigan bendiciendo a los que los persiguen; estén bendiciendo y no maldiciendo. Regocíjense con los que se regocijan; lloren con los que lloran. Estén dispuestos para con otros del mismo modo que lo están para con ustedes mismos; no tengan la mente puesta en las cosas encumbradas, sino déjense llevar con las cosas humildes. No se hagan discretos a sus propios ojos. No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a la vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen ustedes mismos, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.’ No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.”—Rom. 12:9-19, 21.
16. ¿Qué debemos evitar, y qué debemos buscar?
16 ¡Esa es la clase de personas que debemos ser! Sería aterrador el que no tuviéramos disponible la misericordia de Dios cuando por debilidad dejamos de cumplir con lo debido. He aquí una gran fuente de ayuda: el asociarnos con personas que tienen las mismas metas que nosotros. “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” Evite el adúltero imperio mundial de la religión falsa que adultera la Palabra de Dios. “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados.” Ella tiene la conciencia endurecida a tal grado que no siente culpa, aunque sus pecados están amontonados hasta el cielo. Como sucede con la ramera en sentido literal, así sucede con ella: “Aquí está el camino de la mujer adúltera: ha comido y se ha limpiado la boca y ha dicho: ‘No he cometido mal alguno.’ “Se ve, pues, que es vital que nos fortalezcamos por asociarnos con los que se esfuerzan por hacerse un buen nombre ante Dios, “no abandonando el reunirnos, como algunos tienen por costumbre.”—Pro. 13:20; 1 Cor. 15:33; Rev. 18:4; Pro. 30:20; Heb. 10:25.
¡ÉSTE ES SU TIEMPO!
17, 18. ¿En qué debemos concentrarnos ahora, y por qué no debe aplazarse esto?
17 A medida que se acerca el fin del inicuo sistema de Satanás, concentrémonos en ‘la clase de personas que debemos ser,’ en rehacer nuestra mente, en desnudarnos de la vieja personalidad y ponernos la nueva, y en hacernos un buen nombre ante Dios ‘para que sea mejor el día de nuestra muerte que el día de nuestro nacimiento.’ (Ecl. 7:1) O, en el caso de los que esperan heredar un paraíso terrestre, ¡que el día de la muerte nunca llegue en absoluto!
18 Pero tal vez usted opine que ya debería haber llegado el fin. ¿Cree usted que el Señor ha demorado su venida? ¿Empieza usted a aflojar la mano en lo que tiene que ver con la obra vital de proclamar el reino de Dios, o hasta se deja ir a la deriva hasta caer en mala conducta? Prescindiendo de cuándo llegue el fin, éste es el tiempo en que la mano de usted debe hacer todo lo que halle que pueda efectuar para hacer un buen nombre. Cualquiera de entre nosotros podría ya no existir mañana. Somos como la flor que se marchita, la neblina que desaparece, la sombra que pasa. (Job 14:1, 2; Sant. 4:14) Eclesiastés 9:12 advierte: “Tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una mala red, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando cae sobre ellos de repente.”
19, 20. (a) ¿Qué otra cosa se requiere además de llevar una vida moralmente limpia? (b) ¿Por qué es urgente obrar ahora?
19 Tenemos que hacer más de lo que hizo el joven que llegó a Jesús y le preguntó cómo podría conseguir vida eterna. Evidentemente estaba llevando una vida moralmente limpia, pero eso no era suficiente. Adicionalmente, Jesús le dijo: “Ven, sé mi seguidor.” Jesús es el modelo. (Mat. 19:16-22; 1 Ped. 2:21) Él no solo practicó en su vida personal los preceptos de Dios sobre la conducta; también proclamó a otros “las buenas nuevas del reino.” “Arrepiéntanse,” declaró él, “porque el reino de los cielos se ha acercado.” “Emprendió un recorrido de todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino.” (Mat. 4:17; 9:35) Cuando las muchedumbres querían que él se quedara más tiempo con ellas y trataron de detenerlo, él dijo: “A las otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” Cuando vio a las muchedumbres que en sentido espiritual habían sido “desolladas y desparramadas,” “se enterneció por [ellas], porque eran como ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles muchas cosas.” (Luc. 4:43; Mat. 9:36; Mar. 6:34) Envió a sus apóstoles a predicar, y les dio estas instrucciones: “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’”—Mat. 10:7, 8.
20 Ahora vivimos en los críticos últimos días de este sistema satánico. “El tiempo que queda está reducido.” Es urgente que declaremos las “buenas nuevas.” (1 Cor. 7:29; 9:16) Ahora es el tiempo predicho en que ‘estas buenas nuevas del reino han de predicarse en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones, antes que venga el fin.’ (Mat. 24:14) Sea cual sea el tiempo en que Jehová ponga fin a este sistema inicuo, nunca olvide esto: ¡AHORA, mientras usted está con vida; AHORA, antes que se lo lleve la muerte impredecible; AHORA es el tiempo en que le toca a usted participar en la predicación de las “buenas nuevas” y hacerse un buen nombre ante Dios!
[Ilustraciones en la página 28]
El tiempo en que uno viva es el tiempo en el cual hacerse un buen nombre
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Un libro costosoLa Atalaya 1981 | 1 de julio
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Un libro costoso
Antes que Martín Lutero hiciera su traducción, ya había versiones impresas de la Biblia en alemán. En 1466 se imprimió la primera edición alemana de la Biblia, basada en una versión manuscrita del año 1350. ¿Cuánto costaba? Aproximadamente “el valor equivalente a una casa de la ciudad, o catorce bueyes engordados.”—“The Cambridge History of the Bible,” tomo 3, págs. 94, 95, 423.
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