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SangreRazonamiento a partir de las Escrituras
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evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de 1975, pág. 12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1 de junio de 1968, pág. 395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15 de octubre de 1972, pág. 2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27 de diciembre de 1970, pág. A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de 1984, pág. 5).
Si alguien dice...
‘Ustedes dejan morir a sus hijos, porque rehúsan las transfusiones de sangre. Eso me parece terrible’
Usted pudiera contestar: ‘Pero nosotros sí permitimos que se les hagan transfusiones... de las que hay que no causan daño. Aceptamos el tipo de transfusiones que no entrañan el riesgo de contraer males como el SIDA, la hepatitis y la malaria. Queremos que nuestros hijos reciban el mejor tratamiento, como estoy seguro que lo querría cualquier padre amoroso’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Cuando hay una gran pérdida de sangre, lo más necesario es restablecer el volumen del fluido. Sin duda usted sabe que realmente más del 50 por 100 de nuestra sangre es agua; además están los glóbulos rojos y los blancos, y así por el estilo. Cuando se pierde mucha sangre, el cuerpo mismo vierte grandes reservas de glóbulos sanguíneos en el sistema y acelera la producción de nuevos glóbulos. Pero hace falta el volumen del fluido. Para satisfacer esta necesidad se pueden usar soluciones no sanguíneas que den expansión al volumen del plasma, y nosotros las aceptamos’. 2) ‘Se han usado soluciones para expandir el volumen del plasma en el caso de miles de personas, y los resultados han sido excelentes’. 3) ‘Más importante aún para nosotros es lo que la Biblia misma dice en Hechos 15:28, 29’.
O contestar: ‘Puedo comprender su punto de vista. Supongo que usted se imagina a su propio hijo en tal situación. Como padres, haríamos todo lo posible por proteger el bienestar de nuestros hijos, ¿no es cierto? De modo que si personas como usted y yo fuéramos a rechazar cierto tipo de tratamiento médico para nuestro hijo, ciertamente tendría que haber una razón de peso para ello’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Cree usted que en algunos padres pudiera influir lo que la Palabra de Dios dice aquí en Hechos 15:28, 29?’. 2) ‘Así que la cuestión es: ¿Tenemos suficiente fe como para hacer lo que Dios manda?’.
‘Ustedes no creen en las transfusiones de sangre’
Usted pudiera contestar: ‘Los periódicos han publicado relatos acerca de algunas situaciones en que se creía que unos Testigos morirían si no aceptaban sangre. ¿Es a esto a lo que usted se refiere?... ¿Por qué hacemos lo que hacemos en cuanto a esto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Ama usted a su esposa (esposo) lo suficiente como para estar dispuesto (dispuesta) a arriesgar su propia vida por ella (él)?... También hay hombres que arriesgan la vida por su país, y a estos se les considera héroes, ¿no es así? Pero hay alguien que es más grande que cualquier persona o cosa aquí en la Tierra, y ese es Dios. ¿Arriesgaría usted su vida por amor a él y por lealtad a Su gobernación?’. 2) ‘En realidad, el asunto en cuestión es la lealtad a Dios. La Palabra de Dios es la que nos dice que nos abstengamos de sangre (Hech. 15:28, 29)’.
O contestar: ‘Hay muchas cosas que son muy comunes hoy día y que los testigos de Jehová evitan... por ejemplo, el mentir, el adulterio, el robar, el fumar y —como usted dijo— el uso de la sangre. ¿Por qué? Porque regimos nuestra vida por la Palabra de Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia dice que debemos ‘abstenernos de sangre’? Quisiera mostrárselo (Hech. 15:28, 29)’. 2) ‘Quizás usted recuerde que Dios dijo a nuestros primeros padres, Adán y Eva, que podían comer de todo árbol de Edén excepto de uno. Pero desobedecieron, comieron de aquel fruto prohibido, y lo perdieron todo. ¡Qué tonto fue aquello! Ahora, por supuesto, no hay un árbol que tenga fruto prohibido. Pero después del Diluvio de los días de Noé, Dios estableció nuevamente una prohibición para la humanidad. Esta vez tuvo que ver con la sangre (Gén. 9:3, 4)’. 3) ‘Por eso la verdadera cuestión es: ¿Tenemos fe en Dios? Si le obedecemos, tenemos ante nosotros la perspectiva de vivir para siempre en perfección bajo su Reino. Hasta si morimos, él nos asegura que habrá una resurrección’.
‘¿Qué hay si un médico dice: “Usted morirá si no recibe una transfusión de sangre”?’
Usted pudiera contestar: ‘Si la situación es realmente tan grave, ¿puede el médico garantizar que el paciente no moriría si se le administrara sangre?’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. ¿No concuerda usted en que, al verse uno cara a cara con la muerte, el volver la espalda a Dios por violar su ley sería una mala decisión? Yo verdaderamente tengo fe en Dios. ¿La tiene usted? La Palabra de Dios promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo. ¿Cree usted eso? (Juan 11:25)’.
O contestar: ‘Quizás eso quiera decir que él personalmente no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre. Si es posible, procuramos que se comunique con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico’.
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SantosRazonamiento a partir de las Escrituras
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Santos
Definición: De acuerdo con la enseñanza católica romana, los santos son los que murieron y ahora están con Cristo en el cielo y a quienes la Iglesia ha reconocido por su sobresaliente virtud y santidad. La profesión de fe tridentina declara que debe invocarse
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